Vago 1 vs Vago 2

Tomó el pergamino que le requería para un entrenamiento de exhibición contra un shinobi del País del Agua. No tenía gratos recuerdos de aquella nación. Por los enfrentamientos que tuvo que pasar.–¿Quedaremos mal si declinamos de esto?– preguntó sin mucho ánimo, realmente no le interesaba asistir ya que no quería saber nada del País del Agua y sus extraños shinobis. Pero no pudo negarse, era una invitación formal, de aquellas que se consideraban prácticamente una misión. No podía dejar la reputación de su clan por los suelos.

Avanzo al lugar designado, experto en taijutsu. Esa fue la razón por ser elegido. No era que esa habilidad se destacara, el Inuzuka se consideraba un experto en misiones de rastreo, la razón de que fuera eficaz en el combate cuerpo a cuerpo era su excelente trabajo en conjunto con Tsume. Al llegar al punto de encuentro se topó con un joven pelirrojo, después de todo, no parecía ser tan extraño.– Buen día, mi nombre es Hayato Inuzuka y mi compañero se llama Tsume– se presentó señalando con su mano al lobo, el cual ladró para concluir con las formalidades.

Aquel sujeto era demasiado peculiar, su atuendo era parecido al Inuzuka, utilizando una gran cantidad de vendas, que cubrían su rostro y ocultaban perfectamente su identidad. Más que shinobis parecían un par de momias. Aunque por otro lado, su forma de ser distanciaba demasiado. El procedente de Kirigakure era un sujeto demasiado extrovertido, en cambio el Inuzuka solo hablaba con perros y lobos, pasando de decir unas cuantas palabras a otras personas. – ¿Por qué se pone a decir todo eso?– se preguntó mientras la plática seguía. Hayato trataba de no jugar sucio, o por lo menos Tsume se lo impedía, realmente no se podría saber cuál de las dos opciones era la verdadera razón, pero que alguien se lo digiera era extraño y desconcertante.

–Entonces todo está dicho y esto va a comenzar– de inmediato su agudo oído escucho las vibraciones del suelo. Casi inmediatamente Kamui se ocultó debajo de la tierra como si un topo se tratara. Era cuestión de segundos que emergiera, pero estaba peleando directamente con el oído de Hayato, que podia escuchar perfectamente como las rocas se movían debajo de sus pues –Justo ahora…– dio un salto perfectamente coordinado con el canido. Cuando Kamui emergió de la tierra, su objetivo estaba en el aire, preparando un ataque en picada. –Tsume lo debiste de haber olfateado, fragancia de veneno, cuídate de esa sombrilla– siguiendo las leyes de la física, ambos cayeron, pero la velocidad de caída libre fue incrementada cuando comenzaron a girar sobre su propio eje.