[Cascada del Valle del Fin]

por Nakoruru Senju Miér Nov 04, 2015 3:43 am

Como era habitual en ella, Nakoruru había conseguido escabullirse de su casa haciendo uso de sus habilidades sensoriales para evitar a cualquier persona. Después de recorrer un largo camino que conocía de memoria logró llegar a una enorme cascada. Era uno de sus lugares favoritos por la hermosa vista y porque nunca se había encontrado con nadie. Podía disfrutar del silencio y del estrés que le causaba su familia, tenía muchos hermanos y cada uno estaba en cierta edad donde sus emociones eran volátiles y cambiantes.

Los amaba, pero estar cerca de ellos demasiado tiempo o de cualquier persona le provocaba malestar físico, aún no controlaba bien esa habilidad tan rara que poseía, no conseguía ignorar lo que sentían las personas a su al rededor o por lo menos solo concentrarse en una. Caminar por la aldea era igual a constantes pinchazos en su pecho.

Se despojó de la mayoría de su ropa al llegar a la orilla del río, quedando con un sencillo vestido rosa pálido que solía usar debajo de sus prendas habituales. El vestido tenía mangas cortas y llegaba justo a la altura de sus rodillas, era perfecto porque su delgada tela no se notaba ni ella la sentía, además le daba la libertad necesaria en las piernas al ser completamente holgado, por lo que en el pasado no tuvo inconvenientes en utilizarlo como una pijama improvisada.

Comenzó a caminar sobre el agua con algo de dificultad intentando mantener el flujo de chakra constante en sus pies hasta llegar al punto exacto donde la cascada caía sobre ella sin que la presión le lastimara. Suspiró aliviada al sentir que su ropa se humedecía y se enfriaba casi al instante, pese a la baja temperatura a la que estaba sometida, no había ningún signo en su rostro que evidenciara que eso le molestaba, todo lo contrario, lo encontraba relajante.

por Izuna Uchiha Mar Nov 10, 2015 3:49 am

Su casa estaba sola, no sentía a ningún miembro de su familia en las inmediaciones del domicilio, su madre de seguro había acudido a ayudar a alguien herido o habría salido por algún u otro mandado y no le había avisado, le disgustaba que su madre saliera sin compañía o que caminara en la villa sin compañía alguna, pero no había notado su salida de la casa y ella no le había pedido acompañarla, por lo que supuso que deseaba estar un momento sola, y su hermana tampoco estaba, seguramente Neko se encontraba en algún lugar entrenando o haciendo lo que fuera que Neko hacía cuando nadie la veía.

Decidió salir de la casa, Izuna disfrutaba pasar tiempo solo y relajándose, pero no le gustaba cuando su casa estaba completamente vacía, a veces sentía como si así se fuera a quedar por siempre y eso lo perturbaba, generalmente no disfrutaba de salir de día ni caminar por la villa, porque podía sentir todas esas miradas curiosas y cuchicheos que a veces lo seguían.

En cuanto salió de su hogar, partió hacia el bosque, intentando tomar los caminos menos transitados, para llegar a un lugar donde casi nadie nunca iba, lo cual lo volvió uno de sus favoritos, generalmente visitándolo únicamente de noche, ya que esa cascada le parecía una de las cosas más bellas que podía haber, demostrando que incluso en la oscuridad hay belleza, le gustaba ver el reflejo del cielo nocturno en el agua, como la caída de agua casi brillaba con la luz de la luna y sentir la brisa en su cara, pero sobre todo lo que más le gustaba era la paz que ese lugar le transmitía.

Cuando llegó a su destino, noto una presencia, pero no se veía a nadie a simple vista, tal vez estaba en la misma situación que él, simplemente buscando relajarse, por lo que decidió no hacer mucho caso, si esta persona no quería ser encontrada o vista, el no sería quien frustrará su intención, después de todo el solo quería relajarse.

Para Izuna incluso de día la vista era hermosa, el simple hecho de poder escuchar la caída del agua le permitió olvidarse de todo, dejar de sentir y simplemente solo ser, actuar sin tomar en cuenta nada más, se retiró sus sandalias y sumergió sus pies en el agua, sintiendo la corriente, decidió seguir caminando con los pies sumergidos para acercarse más a la cascada, lo suficiente como para encontrar un lugar en donde le llegará la brisa que surgía de la caída, pero lo suficientemente cómodo que le permitiera sentarse y descansar.

Cuando encontró el lugar perfecto, simplemente se reclinó y cerró sus ojos, olvidándose completamente de todo y todos.

por Nakoruru Senju Sáb Nov 14, 2015 7:34 am

Un suspiro salió de los labios de la pelirroja cuando sintió una presencia acercarse, discretamente se adentró en la cascada y observó con curiosidad al extraño que se presentaba. Era un joven pelinegro de una altura mayor a la promedio y un rostro perfecto, las mejillas de Nakoruru se colorearon de rojo al reconocerlo, era su primo Izuna.

Sabía de la popularidad del pelinegro con las chicas de la aldea, incluso cuando nadie se atrevía hablarle, muchas mujeres lo admiraban de lejos y ella no era ajena a los chicos guapos, solo tal vez no era tan descarada como su hermana, pero no estaba completamente desinteresada en ellos, ni se consideraba tan boba como Naomi para dejar que otros la leyeran. Nakoruru no era tan transparente como su hermana.

- ¿Qué hace aquí? - se preguntó internamente deseando que el pelinegro no se acercara demasiado a la cascada o la descubriría detrás del agua espiándolo.

Izuna siempre le había causado un particular interés desde el pasado, él era tan diferente a su hermana, y por lo que sabía eran mellizos, generalmente los mellizos eran parecidos en actitud y ya ni hablar de los gemelos. Pero Izuna era tan distinto de Neko, como ella de Naomi.

Lo observó acomodarse y cerrar los ojos, ajeno aparentemente a su presencia. Por un momento Nakoruru pensó que era su oportunidad para escapar y volver a su casa, pues había salido con la excusa de ir al mercado a comprar, o al menos eso le dijo a sus hermanos menores. Pero, antes de emprender su huida recordó todos esos momentos en los que quiso hablar con el pelinegro y se retractó al ver a su hermana o percibir los sentimientos de Izuna contra ellos.

Tomó valor desde el fondo de su corazón y caminó en silencio sobre el agua en dirección del pelinegro, él no podía intimidarla... era su primo, sus padres eran hermanos.

Se detuvo cuando estuvo lo suficientemente cerca de él y admiró unos segundos su rostro. Lucía tan bien así, si tan solo pudiese mantener esa apariencia siempre y no mirar con malos ojos siempre... las cosas serían diferentes. Nakoruru se hincó con tranquilidad junto a él y picó su mejilla con un dedo intentando despertarlo.

- Izuna-san... despierte... no es buen lugar para tomar una siesta, se resfriará - le advirtió esperando que por esta vez el pelinegro no reaccionara mal ante uno de los hijos de Madara y Hotaru.

por Izuna Uchiha Mar Nov 17, 2015 6:35 pm

Una vez que Izuna decidía descansar era muy difícil despertarlo, no importaba en que situación o en que lugar se encontrara, pero empezó a sentir una pequeña molestia en su mejilla, la cual intentó espantar con su mano pero notó que no era algo que simplemente pudiera espantar, fue entonces cuando se dio cuenta que alguien había invadido su espacio personal y estaba intentando despertarlo, por lo que finalmente reaccionó e intentó prestar atención, para poder descubrir quien era que intentaba perturbar su tiempo de paz.

-¿Cómo que no es un buen lugar para tomar la siesta?, es un lugar perfecto, ideal, era pacífico, con una hermosa vista, bellos sonidos y hasta este momento nunca nadie lo había molestado, hasta esta persona- musitó mentalmente Izuna con molestia -no solo viene a la cascada, sino que cuando le doy su espacio decide irrumpir en el mío.

El joven abrió lentamente uno de sus ojos para poder observar a quien lo estaba molestando, y lo primero que notó de la persona fue su cabellera, una mata abundante de cabellos rojos que parecía tener brillo propio, un color no muy común, y que solo algunas personas tenían en la Villa, por lo que dedujo debía de ser uno de sus primos, en serio, ¿no podía ni siquiera descansar un poco sin que lo interrumpieran?

-¿Por qué habría de resfriarme?- preguntó con la voz aun aletargada -Este lugar es ideal para descansar, generalmente no llega nadie a molestar- dijo dándole una mirada significativa.

Se levantó de su posición recostada y finalmente pudo observar completamente a su interlocutor, bueno interlocutora, era una de sus primas por lo visto, pero entre tantos hijos del líder del clan era casi imposible recordar quien era quien.

-Hime, conoces mi nombre, pero parece que mi mente sigue nublada por el sueño ¿me podrías recordar cómo te llamas?- le preguntó con una muy ligera sonrisa.

-Es un gusto encontrarte y agradezco tu preocupación hime-sama, pero no debería estar aquí, podría ser peligroso si alguien quisiera hacerte daño por ser hija de quien eres, deberías regresar a casa con tu familia- le aconsejó a su prima, porque no importaba de quien fuera hija, al fin y al cabo eran parientes, y alguien de su edad y que se veía como ella nunca debería estar sola, siempre existían peligros.

por Nakoruru Senju Miér Nov 25, 2015 8:10 pm

La voz de Izuna era justo como la imaginó desde niña, apática y carente de muchos sentimientos. El pelinegro parecía estar siempre incorforme, como si nada lo llenara en realidad o existiera algo que le impidiera alcanzar la felicidad. ¿Sería el peso de su familia?. Si era así, entendía porque no tenía ningún interés en acercarse a ellos.

- Soy tu prima, Nakoruru... - respondió en un hilo de voz - Puedes llamarme Nana, no me gusta mucho mi nombre - aclaró con una sonrisa incómoda - Es muy largo.

Un silencio incómodo se formó al no saber que más decir, jamás imaginó que se encontraría a su primo en esta situación ni mucho menos que el pelinegro tuviera esa personalidad.

- No quiero volver aún a casa, no soy una princesa... no quiero fingir algo que no soy, si a mi hermana y mi madre les complace actuar así son ellas, no me incluyas en esa fantasía, Izuna - añadió la pelirroja con firmeza, era completamente diferente a su hermana o madre, se parecía un poco más a sus hermanos - Seré una kunoichi - afirmó con una enorme sonrisa. - Sabes... no creo en el cuento feliz que todos aparentan ser en la aldea, hay muchos problemas, nuestra familia está mal y es como si mis padres quisieran tapar el sol con un dedo, aún no lo entiendo bien, solo puedo sentirlo... es extraño.

Tan pronto como esas palabras salieron de su boca de arrepintió, era algo que no debía decir. Miró aterrorizada al joven por un momento y después desvió sus ojos en otra dirección.

- No escuchaste nada... - suspiró sonrojada. Su rostro pudo haberse enrojecido más si unas frías gotas de lluvia no hubieran empezado a caer en ese momento humedeciéndolo. Casi rió ante la situación climática del País del Fuego - Te dije que te ibas a resfriar... - comentó burlándose. Caminó hasta su ropa y se la puso, igual se mojaría, era un largo recorrido hasta la villa, al menos ahora tendría una excusa creíble para explicar por qué llegaba en esas condiciones a su casa. - Izuna... soy tu prima, pero no tienes la obligación de hablarme o soportarme solo por eso, no creo en los lazos sanguíneos sino en la afinidad y los buenos tratos, quiero acercarme a ti... y no me gustaría que me juzgaras por lo que hizo mi padre y mi madre, puesto que yo no te juzgaré por los tuyos, soy una persona aparte y no pienso cargar con sus decisiones, solo me responsabilizaré por las mías. Así que si quieres ser mi amigo, que sea por mi, no por la presión de ser familia o que mi padre sea Madara Uchiha.

Una vez aclarado eso su pecho se sintió mas ligero, fue como si se hubiera liberado del peso del mundo en ese momento.

por Izuna Uchiha Jue Dic 17, 2015 12:32 am

Con que Nakoruru, ahora ya tenía el nombre de la princesa, el cual podía asignarle a la cara de su prima, a quien al parecer no le gustaba su nombre, pero bueno la llamaría como ella quisiera, no es como si en realidad conociera su nombre y estuviera acostumbrado a llamarla de ninguna manera.

-Ok hime, a partir de ahora no habrá confusiones, Nana-chan será de ahora en adelante- comentó Izuna al escucharla quejarse de su nombre, si era algo que ella prefería ¿por qué no hacerlo?

Él se había en realidad preocupado por su seguridad, pero si ella no quería ir a su casa él no iba a forzarla, no tenía ninguna responsabilidad respecto a ella, y de todas las personas de la aldea, de las únicas en que algún momento se preocupaba por su seguridad eran su madre y su hermana, eran técnicamente la única familia que tenía y el quererlas era normal, y su preocupación derivaba de su cariño, no de una verdadera duda de sus habilidades, ya que sabía que ambas eran lo suficientemente fuerte como para protegerse.

¿Con qué quería ser una kunoichi?, tenía rasgos delicados y bellos, pero no por eso Izuna dudaba de que si se lo proponía podría ser una gran kunoichi, después de todo él tenía dos ejemplos en su vida diaria de bellas mujeres que tenían grandes habilidades ninja y eran capaces de vencer a varios shinobi.

-Buena suerte con tu ambición, si en algún momento necesitas ayuda con alguna parte de tu entrenamiento tal vez pueda ayudarte, supongo que sabes dónde encontrarme- ofreció el pelinegro, le pareció interesante como expresaba lo que deseaba hacer, y si él podía ayudarla a alcanzar lo que deseaba lo haría.

Le hizo caso y fingió que no había escuchado lo que dijo sobre la aldea y su casa, si su familia tenía problemas no es como que él fuera a consolarla, o que pudiera o quisiera resolverlos, simplemente almacenó la información, en algún momento podría resultarle útil; lo único que le molestó de lo que decía era que no lo juzgaría por sus padres, tal vez no podría defender a su padre, cada vez lo recordaba menos, pero su madre nunca había hecho nada malo, tal vez su único error fue enamorarse de su padre y tener hijos con él, y esa molestia se manifestó en la cara del joven, no soportaba que la gente hablara mal de su madre, para él Akemi Uchiha era la mejor mujer que había.

La observó ir por el resto de su ropa y como se vestía, bueno parecía que al final si tendría la cascada para él solo, después de todo ella solo podría estar arreglándose para irse.

-Tal vez podremos desarrollar una amistad Nana-chan, pero solo para que quede claro, mi madre no merece ser juzgada de ninguna manera, ella en realidad no ha hecho nada malo- fue la respuesta de Izuna para su prima.

Al pelinegro le gustaba la lluvia, parecía que consigo traía más belleza y vida, le gustaba escucharla, y los ruidos que en el bosque se producían, por lo que decidió cambiar de ubicación para poder experimentarlo mejor.

-Solo para que lo sepas no te enfermas por la lluvia- comentó Izuna con una ligera sonrisa -eso suele ser una creencia errónea, lo único que pasa es que te mojas – dijo volteándola a ver mientras buscaba un mejor lugar.

por Nakoruru Senju Mar Mar 08, 2016 8:49 pm

Nakoruru enrojeció violentamente al ser corregida por el Uchiha y después sonrió nerviosa, a pesar de su extraño regaño y la rudeza de sus palabras Izuna parecía haberla aceptado un poco y eso era suficiente por el momento.

Terminó de alistarse y tomó a Izuna del brazo para obligarlo a avanzar, se sentía bastante animada y tenía tantas cosas que contarle al pelinegro, por años sintió una gran curiosidad por él y Neko y tantas preguntas almacenadas en su mente amenazaban con salir ahora.

- ¡Vayamos por ramen Izuna... ¿te gusta, cierto? ¿O quieres ir a un lugar en particular? - le preguntó intentando guiarlo fuera de la cascada para volver a Konoha. - Aunque no tengo mucho tiempo, debo volver a casa o mis hermanos saldran a buscarme... pero si el suficiente para almorzar contigo... ¡claro, si quieres!

Por supuesto que no podía pedir que sintiera tanta confianza o cariño, ni siquiera ella lo sentía por él, pero quería conocerlo y volverse grandes amigos. Eran familia, lo normal es que se apoyaran mutuamente.

- Tus padres son Uchiha ambos... uhm... tus jutsus de fuego deben ser muy buenos. ¿Conoces muchos? Yo no puedo ni hacer una pequeña bola de fuego... tampoco técnicas de agua como mi madre, pero si he practicado algunos jutsus de doton - comenzó a hablar intentando hacer ameno el momento.

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