[1] Hisami vs W

Aquel era un torneo de castas, uno de los tantos eventos donde los miembros de los clanes se lucían para obtener beneficios, tratados y otras cosas que les sirvieran para honrar a sus respectivas familias. Pero eso a él le daba igual - al fin y al cabo, el concepto de la independencia era lo que se aplicaba a su caso y al de su papá, quienes iban y venían como quisieran.

En el caso de aquel, quien se apeo en la subdivisión de la arena en la que le tocaba presentarse, la razón para participar era solo el de evaluar capacidades en un ambiente hostil pero controlado; ¿qué mejor control se podía tener de algo así si no era en un torneo? Ninguna otra opción se acomodaba, simplemente.

Con el primer sonido de la campana el grupo designado salio y ocupó el tiempo que se le dedicaria a sus respectivas batallas y por ende, poco después quedó disponible el terreno para la segunda llamada. Caminando con las manos metidas en los bolsillos del pantalón pero dejando los pulgares expuestos, pisó en la tierra cuarteada del habitáculo protegido por sendos muros altos. Ni siquiera tuvo que mirar alrededor, su percepción lista y prefijada en la existencia que palpitaba desde el otro lado del campo.

Lejos de presentarse en el pódium el primero que abriría el combate se trataba de un hombre de gran estatura, no era como los otros jóvenes con un estricto entrenamiento físico, no era nada convencional. La joven de mayor edad simplemente parpadeó ante la atención que el público explayaba divertido, incluso pequeñas risitas se demostraban pero faltaba que el segundo contrincante hiciera su tan bien esperado acto de aparición.

Paso a paso salía desperezándose del largo umbral, un cotón celeste y un kimono corto blanco resaltó a la vista de los espectadores masculinos que vitoreaban la apariencia de la kunoichi. Sin mostrar otra expresión la joven al subir a la arena mostró una afable sonrisa tras inclinar su rostro en señal de respeto al contrario. ¿Cortesía?, no tenía la certeza pero fuera cual fuera el caso estaban ahí para luchar. Extendiendo su diestra justo sobre la palma de la mano se vislumbraba una moneda cobriza, lanzándola al aire todos pensarían que la rubia dejaría a la suerte quien daría inicio el combate.

Aquel objeto se proyectaba al aire. Hisami no esperaría, sus manos se movieron velozmente mientras que la mayoría estuviera distraído con tal pantalla de actuación.– Kage Nui no Jutsu. –Reptante por el suelo su sombra se estiraba enrollándose alrededor de su oponente hasta afianzar su garra justo en la garganta con éxito.

Con las manos metidas en los bolsillos y los pulgares sobresaliendo de estos, el chico gordo de pecho y panza bulbosas esperó a que su contrincante se presentara. Afortunadamente las condiciones climáticas lo ayudaban - puesto que no había mucha humedad y el sol se veía oculto por una masa de nubes sin igual. Ambas eran agradecidas, puesto que no quería hincharse y enrojecerse ni andar estornudando cada cinco segundos por sus alergias.

Y eso fue lo que pensó hasta que el murmullo de risas y otras cosas se detuvo, dando paso a unos cuantos vitores y quien sabía que más de todos los espectadores en la arena. Detectando su contrincante de entre toda la masa que podía sentir desde su posición, aquel movio lentamente los ojos de color azul hasta que identificó por cara y más que nada cuerpo a su contraria.

Primero vio la cara y sintio calor en los cachetes. Después bajó la mirada al corte austero del kimono, teniendo una buena perfilación de sus muslos y parte de las rodillas, antes de que se cubrieran de nuevo por calzado alto. Parpadeando varias veces hizo una mueca indescifrable al tiempo que la otra lanzaba una moneda - distracción básica de la que no se vio presa, pues era predecible.

Un momento después vio como una sombra se disparaba a gran velocidad, rodeandolo y amenazando la integridad de su cuello. O al menos hasta que la atrapó con la izquierda, usando la derecha como soporte y con mera fuerza bruta, jalar para acercar a la otra quien por razones obvias, no podría desprenderse tan simplemente de su sombra entera.

Era una táctica propia, basada en que no era rápido pero sí un tanto fuerte. Y si usaba la propia velocidad de la otra en su contra...

Pero estaba distraido en otras cosas. Y una de esas fue la faldita de la rubia cuando se levantó apenas haló la sombra. Otra fue la media erección que dominó su entrepierna.

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Jutsu: 4 (Activo Jutsu E)
Defensa: 67 + 10 (Kawarimi) = 77

HP: 7500

Aquella extensión de sí misma persiguió a su objetivo el cual apenas engarzándose con habilidad vio interrumpida su técnica cuando el contrario astutamente cogió la misma comenzando a halar el extremo reduciendo la distancia. Estando en aprietos no podía interrumpir la técnica ni librarse de la atadura del jutsu convocado, oponiendo resistencia clavó ambos pies en la superficie más la facilidad de ese niño demostraba su ingenio al poseer más fuerza física que la de cualquiera. Tironeando ninguno de los dos se disponía a retroceder…

Estoica su rostro mostraba una lucha inminente por querer dominar su sombra para que se zafara sin importar el costo. A una distancia precisa de un metro la joven entreabrió sus labios para mordisquear el inferior relamiéndose inconscientemente. Castañas, desprendía aroma a castañas…– Agh. –Soltando un sútil gimoteo que solo llegaría a oídos de su oponente pudo descubrir la excitación producida a causa del desliz de su prenda. Pestañeando una sola vez rompía el lazo de sellos de su invocación para dejarse caer dando una vuelta invertida. Sagazmente liberando su katana produciendo tres estocadas al aire. Una a una las ojivas de cristal en forma de media luna fueron en torno al muchachito corpulento para despertarlo o quizás tentarlo a que viniera por ella, podrían jugar un poco más frente al público.

Halando con fuerza, el cuerpo menudo de la rubia avanzo hasta quedar a un metro de distancia, dándole oportunidad de alcanzarla y retorcerle las articulaciones hasta que pegara un berrido mas fuerte que el proferido con la ridícula acción de entonces. Parpadeando solo con el ojo izquierdo sintio su agarre disminuir cuando la sombra se dispersó y volvió nada entre sus dedos, dejándolo en campo abierto para una nueva maniobra de la otra.

Esa maniobra fue la manipulación de una espada para disparar lo que -aleteando, sus fosas nasales lo colocaron en posición apenas sus sensores se activaron- debía suponer eran proyectiles. Por suerte, el intervalo entre uno y otro era el suficiente como para darle amplio rango de acción, por lo que colocó un pie por detrás y el otro por delante, usando su percepción para calcular y...

-Ah...- Arrugando la nariz cuando atrapó la primera medialuna -usando las uñas crecidas de sus dedos, aplicando presión con el pulgar y el índice- hizo un giro sobre su eje, usando el propio impulso del proyectil para redirigirlo y hacerlo chocar contra sus pares. La consecuencia sin embargo fue que las tres cosas explotaron, liberando un fino polvo que invadio su nariz y le provocó un brote de estornudos. -...chu.- Espetó, saliendo de la nube con los ojos cerrados y unos cuantos mocos cayendo. A la vez, unas cuantas esquirlas se habían alojado en su ropa.

Una parte de su cerebro se dijo que debía dejar de imitar a su papá cuando aun no estaba del todo listo para aplicar sus mismas estrategias.

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HP: 7500 - 2200 = 5300

Los primeros cortes que merodearon a su oponente no fallaron en velocidad pero lo impresionante de la escena fue el de ser testigo de cómo él había logrado sujetar una ojiva para utilizar la misma destruyendo las otras dos. Digno de admirar Hisami se ruborizó exaltada, esta vez mostrando placer por el encuentro contorneó su lengua sobre el labio superior con un absoluto deseo. – Me impresionas.

Elevando sus brazos realizaba el choque entre sus manos en dos llanos aplausos, el público estupefacto no comprendía porque la joven no seguía atacando más todo eso cambió cuando en el tercer golpe volvía a ejercer el sello consecutivo para activar la misma técnica que la vez primera, sin embargo su cansancio por haber utilizado gran parte de su energía mermaba poniéndola vulnerable, era una especie de maldición cuando trataba de manipular la voluntad de otro cuerpo y ese chico en particular representaba un enorme reto. – Esta vez déjame abrazarte. – Reprendiéndole la rubia enviaba la extensión de su sombra solo que en vez de sujetarle con fervor trepaba a través de la fisonomía contraria como si le masajeara, elevándose por el muslo izquierdo, contorneando la entrepierna hasta sujetar su cadera y acariciar su prominente vientre… poco a poco en una sugerencia que pocos eran afortunados de ganar. [/color]

Manteniendo sus estornudos el otro se detuvo aun con los ojos cerrados. Sin tiempo para limpiarse la mucosa dio un paso adelante para detener la sombra antes de que se le acercara más allá de la pantorrilla, atrapando la punta para así halar y aplicar muchísima más fuerza que antes.

Primero analiza al objetivo. Después neutraliza sus vias de escape y acorralala. Prevee sus movimientos y luego ejecutalo.

La lección dada por su papá de inmediato resonó en su cabeza, justo cuando ya tenía de frente a su contrincante. Aun con los ojos cerrados y aplicando su sensor removio los dedos de su mano derecha para de un solo movimiento enterrar los cinco directo en el pecho de la rubia. La sutileza del embate, inusitada en alguien de su porte y rostro, fue exorbitante.

-...atrapado.- Dijo aquel clavando las uñas en alguno de los órganos internos de aquella. Con un solo jalón, su intención fue arrancar lo que fuera que hubiera asido y aun si no lo lograba, la herida sería suficiente como para obligarla a bajar el ritmo.

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Daño Jutsu S: 3750

HP: 5300

Entrar en contacto directo no serviría de nada si neciamente volvía a emplear su sombra para acorralarle. Como si se repitiera una escena en la cual ambos se debatían por sobresalir simplemente la rubia fue halada hacia la dirección opuesta para caer finalmente en las garras de ese chico. Interrumpiendo su técnica apoyó sin dudarlo sus manos en el torso contrario, quiso empujar lo máximo que podía pero sus dedos se incrustaban entre la masa flácida de los pectorales. Forcejeando aquel no demoró en impactar su diestra sobre el pecho de la joven, sonrojada por ser tocada de esa manera experimentaba a la vez el dolor de impacto… – ¡ Shōton! – Extendiéndose desde el centro hasta los lados florecía para reducir el daño más la fuerza bruta aplicada por el contrario resquebrajaba el mineral tratando de hundir sus garras sobre un punto vital de su fisonomía. Mirándose en problemas Hisami cubrió de cristal cada dedo formando en la punta de dichos extremos una afilada punta de la cual felinamente arañó tratando de buscar algo de su libertad.

Malherida su vista seguía nublándose, la sangre discurría de la herida manchando su precioso kimono blanco a carmesí. El público enmudecía ya que si el combate continuaba entonces el evento cobraría su primera vida.

La había atrapado - clavando sus dedos en el pecho. Aunque no había podido asir efectivamente un órgano para acabar con el problema de una vez, por lo menos podía decir que la había ralentizado lo suficiente como para prevenir más ataques exagerados como el que lo golpeara anteriormente. Y fue entonces que su contrincante manifestara de nuevo aquellos vidrios por sobre su pecho, agregando parte en los dedos y así atacar en aras de cortarlo.

Por suerte, había detectado aquel movimiento cuando sus aletillas se agitaron.

Levantando su pierna derecha dio un patadón frontal mientras suavizaba los músculos en la mano, alejando a aquel monstruo para que no pudiera rozarlo. Ahora el principal problema que se le venía era el como poder acercarse de nuevo para acabarla, idealmente rompiendo algo importante como para que no pudiera abrir mas la diferencia propiciada por su puntapie. Los hombros eran una buena opción, puesto que enardecería el dolor sentido en el pecho aunque la cadera y las rodillas servirían para aletargarle y darle mejor chance de una apertura. Fue entonces que estornudó, dejando caer un hilo de moco directo a su camisa.

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HP: 5300