W vs Satoshi

Era uno de esos tantos pueblos de paso, con una comunidad limitada a un  puñado de personas, las cuales habían vivido en el mismo lugar generación tras generación. Planeó quedare el menor tiempo posible, limitándose a descansar lo necesario. Aunque algo llamó su atención, aquel lugar estaba celebrando su festival anual, por lo que en esta ocasión la monotonía fue desquebrajada, para dar paso a una algarabía que suscitaba solamente una vez al año.

Lo primero que pensó fue no inmiscuirse en todo aquello, pero no pudo evitar que sus ojos se pasaran en el tablón de anuncios de uno de loes eventos estelares, un  pequeño torneo, limitado a unas cuantas rondas que dependían del número de participantes y como pasaba en estos casos, existía una compensación monetaria para el ganador. Algo tentador, sabiendo del limitado capital de sus arcas en ese momento.

Considerando su situación actual, no pudo desdeñar la oportunidad de ingresos que se le presentó. Por tal motivo tomo parte de ese acto y espero el turno de su combate. Después de ver algunos participantes, comprendió que la mayoría se trataba de hombres de campo, muy lejos delas habilidades de un shinobi de media tabla. Así fue como llegó su turno en todo aquello, entrando a la arena y esperando que hiciera acto de aparición su contrincante.

Otro pueblo en medio del viaje, otro lugar en que se le requería probar las habilidades físicas que su papá le enseñaba. Inscrito en una de las divisiones en que no se pedía mucho y que por cambio, tampoco implicaba mucha ganancia si de hecho escalaba hasta la victoria, el chico de pecho y barriga bulbosa esperó en las sombras con las manos una sobre otra por encima del regazo.

El clima era, afortunadamente, propicio para su piel. Como alguien que no resistía mucho el sol agradecia sobremanera que amplias nubes cubrieran la bóveda celestial, impidiendo que los rayos le llegaran y lo escocieran hasta dejar sus brazos y cara rojos e hinchados. Asi mismo que todo estuviera seco le dejaba limpia la nariz, un factor que cualquier persona que sufriera de sinusitis sabía apreciar.

Todas esas dilaciones lo distrajeron, lo distrajeron hasta que el toque de la campana atrajo su atención en un preambulo completado cuando el anunciante lo llamo al leer su nombre de la lista que llevaba asida en su mano derecha. Un instante después caminó hasta la arena que, tan agraciada como el clima estaba desprovista de arena y polvo, liberando su nariz de peores males que la humedad. Tras un espacio de diez segundos la campana mas aguda fue golpeada con un mazo, indicando que la contienda iniciaria. Sin volver la mirada, el de pecho y barriga bulbosa metio sus manos en los bolsillos, dejando los pulgares afuera sin perder cualquier posible movimiento de lo que pudiera hacer su contrario - un ente que tenía presente en su radar.

Y terminado todos los preparativos el combate dio inicio, a primera vista su oponente no parecía ser alguien de aquel pueblo, no tenía  el aspecto de un campesino o trabajador de campo. Probablemente se trataba de un viajero como él y ahí radicaba lo interesante del encuentro, bien podría ser alguien con habilidades que sirvieran para entretenerlo. –Entonces empecemos de una vez con esto…–palabras que se perdieron entre el bullicio de los espectadores, quienes veían a los dos extraños con mucha expectativa.

Tomó su arco y flecha listo, armas que no eran muy usuales verlas en combate de este tipo, mas aunado lo cerrado del espacio para enfrentarse y que en esta ocasión estaría en la primera línea. Como sea, sería un tiro de ensayo, para saber la velocidad de reacción de aquel sujeto de robusta complexión. No había demasiada humedad, ni viento,  perfecto para tiros  certeros, las flechas eran caprichosas, el más mínimo cambio milimétrico en su trayecto y podían terminar varios metros alejados de su objetivo.

No utilizó una flecha común, sino una cuya punta fue sumergida en veneno con anterioridad, carente de fuerza para matar al contacto, pero lo suficiente para alentar a quien fuera víctima del ataque. Tensó el arco y la flecha salió disparada hacia el tipo que tenía enfrente.

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Jutsu:   12 (Efectivo Justu C)

Chakra: 35 (+15 Daño)

Daño Final: 1000 + 150 = 1150

Abriendo sus fosas nasales y dejando que sus aletillas actuaran por si solas, el chico de pecho y panza bulsosos detectó todos y cada uno de los movimientos de aquel con que lo habían pareado para el combate. De brazos rápidos, dedos certeros y una facilidad de preparación, el otro enarboló madera al final de su extremidad. ¿Arce? Quizá cedro, o una de esas que eran flexibles. Fuera como fuera, de inmediato se prendió la alarma en su cerebro - puesto que era una de las cosas que su papá le había metido mas a fuerza en la cabeza.

"Evita las flechas."

Lástima que él, contrario a su papá, no era veloz. Por lo que ese "evita las flechas" se había convertido más en un "bloquea las flechas".

En aquel caso y aprovechando que su detección estaba en la mejor de las condiciones al no verse presa de la sinusitis, ese "bloquea las flechas" se convertía en un "atrapa las flechas".

Apenas el silbido del proyectil cortando el aire se dejó escuchar levantó la izquierda y atrapó el cuerpo delgado, ladeando la cabeza para evitar que la punta lo rozara siquiera -dado que no pasó por alto la aguda esencia del veneno que le llegó apenas el otro la sacó el carjaq- y finalmente partiéndola en dos.

Primer ataque, cancelado.

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HP: 7500

Ahora sabía que su oponente tenía la suficiente habilidad para poder atrapar una flecha en el aire. No podía fiarse de que por su complexión, sus movimientos fueran lentos y torpes, tanto como para que caminar fuera un esfuerzo insufrible. –Con que tienes una buena  coordinación ojo-mano– musitó sin demasiada euforia en su tono de voz. No le gustaba fallar, mas considerando que contaba con un número limitado de flechas, por lo que no se podía dar el lujo de tener una pésima pericia.

De nuevo con un movimiento de mano, armo su arco con una nueva flecha el proyectil parecía una repica exacta al anterior, pero un ojo educado podría distinguir una ligeros cambios en su diseño, aunque el verdadero secreto era que en esta ocasión su punta carecía de veneno. Debía evitar utilizar todas su cartas en una sola mano, por lo tanto los mejores proyectiles los guardaría para las instancias más avanzadas.

–Pie, mano, hombro, mano, brazo ..– en forma de susurró repitió varios puntos donde seria de mayor utilidad hacer un daño, decidiéndose al final por la rótula derecha, primero se encargaría de retrasar sus movimientos de pies, para que se volviera un blanco fijo. As fu como un segundo proyectil salió disparada hacia el chico gordo.

Apenas partió en dos la flecha se dispuso a avanzar, flexionando cada uno de los dedos de las manos. Con un espacio tan reducido entre los dos, la ventaja que debía presionar era la de acortar la distancia - más si tomaba en cuenta que el otro requería por ley de armas el apartarse lo más posible.

Con grandes zancadas recorrió unos cuantos metros en cuestión de unos instantes, instantes que a su vez le dieron el tiempo suficiente a su contrincante de preparar otra flecha - una que según constató carecía de veneno. Cuando el proyectil atravesó el espacio el de pecho y estómago bulbosos lo atrapó al vuelo, partiendo la madera y lanzando los pedazos a un lado.

En ese pequeño lapso terminó de alcanzar al arquero, extendiendo el brazo en medio de una zancada frontal. El movimiento que efectuó poco después fue sutil y rápido - dirigido a uno de los hombros del sujeto; brazos en equis, dedos entrelazados y un movimiento de jalón después más un acertamiento directo y podría aseverar, sin falta, que le dislocaría por completo la mencionada coyuntura.

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Daño Jutsu A: 3000

HP: 7500

Dio un paso hacia atrás intentando retroceder de la masa que se abalanzó encima, pero sus movimientos los hizo demasiado tarde, en cuestión de segundos el sujeto el que combatía acortó la distancia a tal punto que entro en el umbral de vulnerabilidad de Satoshi, percatándose que las posibilidades de evitar recibir daño se redujeron a cero. –Una embestida…– fue impactado por aquella tacleada, haciendo que retrocediera varios metros para  terminar cayendo y golpeando fuertemente en el suelo.  Todo fue demasiado rápido, que la mayoría de lo ocurrido no alcanzo a verlo realmente, aunque supo que sería problemático si no conseguía frenar los movimientos del adversario.

No paso demasiado tiempo en el suelo, reincorporándose poco des después. Una vez de pie, procedió a sacudirse el polvo de su ropa y fijar su mirada en el sujeto de complexión robusta, sabiendo que era más rápido que lo que aparentaba. –Con que no solo es hábil esquivando flechas–  ahora sabia con que estaba tratando y lo que tendría que idear en esa pelea.

HP: 7500 - 3000 = 4500

Inhalando y exhalando sonoramente, el chico de pecho y estóago bulboso resintio esa pequeña corrida. Aunque el ambiente estaba seco y propicio para su persona no pudo evitar sentir como la mucosa le inundaba la nariz, tras lo cual dio un estornudo profuso y luego otro y luego otro más. Agitando la cabeza metio de vuelta las manos en los bolsillos, dejando los pulgares afuera, estirando lo poco de cuello que era visible en su persona.

Rojo en rojo. Reagrupación.

Dando dos pasos hacia atrás las aletillas de su nariz se agitaron, señalando el final de la interrupción en su sensor interno y por el mismo hecho, del instante que su oponente habría tenido para atacarlo. Con los ojos cerrados hizo una mueca con la boca, inflando los cachetes mientras zapateaba. Aunque todavía respirando agitadamente ya estaba controlado y en medio del control, su mentalización estaba completa. Ahora solo faltaba dilucidar una maniobra que le sirviera para no ejercer tanto problema en si mismo para atrapar al otro y eso, más que nada, se daría en la apertura creada cuando el otro atacara y fallara. Simple táctica de combate.

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HP: 7500

Una risa casi se escapó de su boca al observar la reacción de su oponente tras esa tacleada, aparentemente tenía problemas para respirar, haciendo una secuencia inusual de estornudos, pareciendo que sus vías respiratorias la estaban pasando mal. –Pareces agitado amigo, no me digas que eres de esos que tras un leve esfuerzo físico, prácticamente caen al piso completamente agotados– dijo sin pensarlo demasiado. Ahora estaba molesto, como fue posible que alguien con tan pésima resistencia lo hubiera golpeado de esa forma.

Rápidamente replanteó su estrategia, para ver si hostigando a su oponente podría hacer que el agotamiento le jugara en favor, aunque esto podría ser un error de cálculo y el tipo gordo que tenía enfrente, solamente tuviera una alergia o se resfriara al menor contacto con el aire, de igual eso bastaría para tener una leve ventaja táctica.

–Sigamos– dio un salto hacia atrás, poniendo distancia de por medio, el área de combate era demasiado cerrada, en extremo para alguien que basaba su estrategia en el combate a larga distancia y el tipo que enfrentar parecía depender de golpes y manotazos, aunque la agilidad y velocidad estaban casi descartadas como una amenaza de que preocuparse.–Tsk… debo de frenarlo y hacer que se vuelva un blanco fijo, esta será la tercera flecha que utilizo, no puedo seguir desperdiciándolas– y de nuevo dispara un nuevo proyectil, que salió volando  en dirección a un muslo de su robusto rival.

Aunque con su nariz algo recuperada, el chico de pecho y estómago bulbosos seguía sintiendo la presión en sus lagrimales - por lo cual mantuvo los ojos cerrados. Sin embargo eso no lo sacaba del juego, sintiendo el cambio de la posición de su contrincante apenas este preparó su proyectil. Ladeando muy ligeramente su estancia aquel hizo sonar los huesos de su pulgar derecho en preámbulo.

Entonces la flecha voló y las venas alrededor de su nariz vibraron para indicarle a su cerebro la trayectoria, posición y eventual incidencia por lo que inclino la pierna y doblo la diestra, atrapando la varita en un movimiento inusualmente veloz. Menos de un segundo después ya había dado un salto en horizontal que lo lanzó directamente contra el arquero; estirando el antebrazo ejecutó un lariat para intentar quebrar al otro mientras daba una moción de apuñalamiento usando la flecha que apenas había capturado. Al menos una habría de dar en el blanco.

Daño Jutsu B: 1800
HP: 7500

Fue golpeado por el lariat de aquel chico gordo, el cual lo estaba apaleando de una forma vergonzosa, aunque parta el joven arquero una derrota sin importar las circunstancias era una humillación, ser golpeado en  varias ocasiones  por el sujeto al que estaba enfrentando, que parecía más una bola de grasa que un shinobi hecho y derecho,  representaba una deshonra de proporciones épicas para su orgullo.  Después de ser impulsado por el impacto, cayo directamente al suelo y rodo por la arena varios metros hasta terminar a pocos centrípetos de los límites del campo de combate.

Tosió sangre, estaba herido, tanto en físico como ego, el gordo en todo el encuentro lo había hecho comer polvo y  sin ni si quiera recibir el más insignificante rasguño. –Bien, bien … Créeme de una u otra forma este día terminaras como alfiletero … No te creas la gran cosa– vocifero al momento de comenzar a reponerse. Aunque en esta ocasión no pudo ponerse de pie de golpe, frenando unos instantes en el suelo sobre una de sus rodillas, se sentía aturdido, su cuerpo le pesaba y sus movimientos eran torpes. Ese golpe si lo dejó en peores condiciones de las que hubiera imaginado. Hizo una mueca de disgusto antes de poderse reincorporar al cien y esperar la siguiente embestida de su oponente.

HP: 4500 - 1800 = 2700

De nuevo había acertado y con ello, podían ya verse los resultados de su esfuerzo – el arquero estaba empezando a colapsar por todo el daño recibido. El principal problema sin embargo, era que el mismo se sentía agotado; moverse tanto era contraproducente, al menos con su contextura, y era en esos momentos en que entendía lo que tanto remarcaba su papá. Aunque en esos instantes daba lo mismo. El cierre estaba tan solo a un tiro de piedra de distancia: la postura y reacción del arquero le daba la oportunidad perfecta.

Inhalando hondo y llevando consigo una buena dosis de moco y flema, cerró los ojos, dejando que su nariz hiciera todo el trabajo. Con el burbujeo acostumbrado en sus aletillas y cartílagos, notó la expansión y contracción de la caja torácica del arquero – punto medio en que se movió con rapidez mediante la táctica de explotar su energía bajo los pies. En cuestión de un momento se encontró detrás de su contrincante, lanzando una estocada con la cual hundiría su mano en su cuerpo, intentando sacar algo con la técnica que su papá denominaba como “destripar”.

Jutsu S: 3750
HP: 7500

En un solo movimiento el sujeto gordo salió fuera de su rango visual, para acortar distancia, lo suficiente para que se ubique justo a su lado y lo siguiente fue un golpe seco, la extremidad del joven robusto se hundió en el cuerpo de Satoshi, dando un impacto brutal. El arquero salió disparado producto de aquel ataque y su cuerpo rodo varios metros hasta salir de los límites predispuestos para el combate. La gente que observó todo el encuentro hasta ese punto, se puso de pie ovacionando al chico de huesos gruesos. Estaba claro que aquel combate había llegado a su final, viendo un claro vencedor.

Satoshi escucho el ruido de la gente, sabía que no tenía fuerzas ni siquiera para ponerse de pie, de su frente corría sangre, al haberse abierto al rodar por toda la arena, además sentía que por lo menos alguna de sus costillas termino fracturada por esa última embestida. Pero aun así hizo un último esfuerzo para reincorporarse, pero fue en vano, tan pronto se recargo en uno de sus  brazos para levantarse, volvió a caer boca abajo contra el suelo. Maldijo al gordo, maldijo  su suerte, se maldijo a sí mismo, fue todo para el en ese encuentro, las fuerzas abandonaron su ser y ahí mismo perdió el conocimiento, no supo nada mas de aquel torneo de pueblo.

HP: 0