Groxidad VS Anciana

La fría mañana comenzaba a despuntar entre el rocío y la niebla que cubrían los valles del País del Agua, donde una aldea creciente comenzaba a vislumbrarse una blanca silueta se abrió paso a través de uno de los terrenos que aún permanecían baldíos, hacia los bosques aledaños que resguardaban el naciente poblado que la albina ahora llamaba hogar. Algunas de las personas que comenzando sus labores matinales la veían pasar, la confundían con la yukionna de los cuentos, otros más ya le conocían y se habían acostumbrado a que aquella mujer malhumorada, era devota guardiana al servicio del líder que los había reunido, organizado y ahora les guiaba. Precisamente a ese respecto, Hyo Yuki, había acordado reunirse al alba con Udono Takatsuka, para un entrenamiento matinal, antes de partir  a cumplir la misión que le había sido encomendada de reclutar guerreros del País del Agua que pudieran ser útiles a la causa, sin embargo, no estaba por demás aprovechar la oportunidad para hacer algo de ejercicio y con un poco de suerte, quizá hasta aprender algo de aquel que la derrotó sin un solo golpe cuando se conocieron.

– Buenos días Takatsuka-dono. – Le saludó con cortesía, al verlo, cosa poco común en ella y reservada para muy pocas personas. Justo en ese momento, el primer rayo de sol de la mañana, alcanzó la tierra de aquel Valle Neblinoso.

Detestaba tener que despertarse en las mañanas temprano, la verdad que sí, pero aquella era tan solo una evaluación más de sus habilidades personales y por supuesto, de lo que era capaz de hacer la mujer. Aunque no le gustara precisamente aquel método, presumía que era el mejor modo de actuar o al menos, se quería convencer de ello. Si tuviera a su hermano disponible...

-Complacencia gordito, complacencia. No olvidemos que es momento de dejar de depender tanto y empezar a valerte por ti mismo. Veamos veamos, despierta.- Le dijo Lugo aplaudiendo en su mente justo en el momento en que el pelinegro cerrara momentáneamente los ojos, quedando en peligro de dormirse. Abriendo los párpados finalmente bostezó sin intenciones de disimular, observando a su interlocutora para así hacer un gesto desinteresado con su mano.

-Deja la formalidad.- Declaró, rascándose la base de la espalda mientras intentaba terminar de despabilarse para no empezar con mal pie la "sesión" que estaba a punto de empezar contra aquella fémina de probada ferocidad y suficiente capacidad destructiva como para reducirlo a tiritas si dejaba que se acercara a su posición. -Tan solo empecemos, quiero ver que tan bien situada estás en el puesto de guardiana de los muros de la villa.- Declaró el aludido, bajándose de la rama en la que hubiera estado sentado y quedar a unos pocos metros de distancia de la chica, esperando su reacción. Aquello probaría ser didáctico, sin duda alguna.

– Me alegra que lo digas Heika, pero de algún modo debo llamarte… ¿cómo prefieres que lo haga? – Respondió con una voz más suave que demostraba la sinceridad de sus palabras, pues realmente todas aquellas formalidades le resultaban una pérdida de tiempo y se le antojaban como una expresión de falta de confianza, así que estiró un poco los brazos hacia arriba mientras inspiraba profundamente el frescor de la mañana. Luego extendió la diestra frente a ella, con la palma hacia arriba y doblando los dedos, para hacer un ademán indicativo de que cedía el inicio a su líder. – Pruébame entonces. – Fue la frase que acompañó tal movimiento, con aquel temple cotidiano que develaba la enorme autoconfianza de la albina que a pesar de la experiencia que se llevó al conocer a Udono, seguía sintiéndose capaz de poder contra lo que fuera, mención aparte de que ésta ocasión no se trataba de ganar o perder, si no del combate en sí mismo y la habilidad que pudiera demostrar en él, lo que eliminaba el estrés de la situación y dejaba solo la parte divertida que Hyo adoraba.

-Lo que sea. Simplemente detesto esa formalidad.- Dijo Takatsuka mientras se sentaba en el pasto bañado con vapor para así cruzar las piernas, estirando los hombros lo más que podía sin pensarlo demasiado, sintiendo el cansancio recorrer cada parte de su torso superior. Despertarse a esa hora probaba ser de nuevo contraproducente a sus propósitos, por lo cual buscaría estar al mínimo de esfuerzo o al menos, al mínimo de peligro; incluso siendo una inocente sesión de entrenamiento, sabía que esa mujer era un monstruo al enfrentarla directamente. A la mínima oportunidad buscaría ocultarse y atacar por la espalda y los flancos desprotegidos, tal cual era su experticia en batalla.

-Deberías dejármelo a mi, yo podría hacer todo más fácil.- Se ofreció Lugo levantando una de sus manos con uñas azules extendidas, sonriendo con su usual hilera de dientes de tiburón mientras que su interlocutor tan solo lo miró con ligero fastidio.

-Complacencia ¿recuerdas?- Dijo Udono con tono sardónico, encarando de nueva cuenta a Hyo para así hacer dos simples sellos de mano frente a si mismo, invocando diez kunais hechos con agua que instantáneamente clavó en el suelo, creando un círculo de armas que estaban al alcance de su mano. -Empecemos por lo básico.- Comentó el aludido tomando el primero de los objetos apenas formados, girándolo una sola vez para así tirarlo sin señal alguna en contra del rostro de su oponente, sabiendo que no era la gran cosa evadir un embate tan directo. -Reflejos.- Murmuró, esperando el resultado con su ya usual tono de monotonía perpetua.

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Daño Jutsu D: 1350
Efecto Jutsu D: -50 HP, aumentando 25 por turno hasta el final de la batalla.

HP: 5400

– Ya pensaré en algo entonces. – Respondió con tranquilidad la albina, observando atentamente los movimientos de Udono, creyendo en un principio que le atacaría con todos los kunais, por lo que se apresuró a hacer sellos de manos preparando su propio jutsu, sin embargo, al escucharle y ver la primera de las armas dirigirse a su rostro, entendió que su Comandante en Jefe planeaba probar minuciosamente cada una de sus aptitudes, por lo que ladeó el torso y movió su rostro lo suficiente para esquivar la cuchilla que se dirigía justo al punto entre sus ojos. Al mismo tiempo, un par de serpientes de agua se levantaron a los costados del shinobi con la intensión de inmovilizarlo mientras la mujer fijaba en él sus gélidos ojos azules, para no perder detalle alguno, pues si algo había aprendido Hyo el día en que conoció a Takatsuka, fue que el más mínimo descuido podía resultarle fatal incluso sin que él se acercara, peor aún, podía resultarle humillante pues para ella no había nada más vergonzoso que la debilidad de dejarse llevar por emociones infructuosas.

- Siguiente. – Pidió sin ocultar el dejo de emoción que la embargaba en cada batalla, aún si se trataba solo de un entrenamiento.
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Defensa = 30 (Efectiva)
Jutsu = 9 (Efectivo)
Chakra = 26 – 2 (Samehada) = 24 (-10% Daño Final)
Objeto = 1 (No Efectivo)

Jutsu:

Daño Final = 1200 - 120 (Chakra) = 1080

HP = 4800 [/color]

Y justo cuando estaba a punto de impactar en medio del rostro de la mujer esta lograba evadir el ataque, muy para la sorpresa de Lugo y la indiferencia de Udono quien de nueva cuenta, se encontraba bostezando.

-Aquí viene el siguiente ataque, muévete de una vez gordito.- Comentó Lugo dándole un cachetón figurativo mientras el otro, abriendo los ojos de par en par tan solo observó hacia la izquierda para notar las serpientes de agua sin lucir impresionado. Y justo antes de que lo atraparan ya había desaparecido de ahí, reemplazando su robusta existencia con un simple tronco podrido que antes hubiera estado al otro lado del campo de batalla, dejando en el suelo todos y cada uno de los kunais acuáticos, todavía preparados para ser lanzados si era que volvía a acercarse a esa zona particular.

-No tienes que ser tan rudo, Lugo.- Dijo Takatsuka, observando la figura de la mujer a unos cuantos metros de distancia, acuclillado sobre una gruesa y fuerte rama ataviada con una espesa mata de hojas paliduchas. -Aunque sí, fue una buena señal para moverme.- Murmuró, quedándose estático. -¿Sugerencias?-

-Déjala colgando por un rato. Nuestro estilo es la decepción y los ataques rastreros. Preparemos algo así.- Respondió el otro, encogiéndose de hombros.

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Defensa: 21 + 10 (Kawarimi no Jutsu) = 31
Jutsu E: "Kawarimi no Jutsu" activado.
Efecto Jutsu E: +10 Defensa por el actual turno.

HP: 5400

Hyo soltó un pequeño gruñido al ver el tronco que era estrujado por sus serpientes, las cuales terminaron por destrozarlo debido a la humedad y la podredumbre que lo corroían, en un país como Mizukuni, era fácil que la madera se echara a perder si no tenía el cuidado adecuado ni estaba viva, aún cuando las especies que abundaban estaban acostumbradas para tal clima, una pieza separada y abandonada, fácilmente perdía su fortaleza.

Sin moverse ni un poco de su lugar, la kunoichi miró en todas direcciones tratando de encontrar a su superior, sin embargo no era tan sencillo, en especial si el ninja hacía acopio de su sigilo y sus ataques a distancia, por lo que descartó la posibilidad de esperar a que él se moviera para lanzarle algunos shurikens, por otro lado, ocultarse en la niebla para ganar una mejor posición y buscar a Udono u obligarlo a salir, sería por completo infructuoso si él había podido encontrarla y atacarla como lo hizo el día en que se conocieron, así que decidió mover sus serpientes dragón, que alimentadas por la constante humedad del aire, crecieron considerablemente y la ojiazul les envió a buscar a Udono-san, con una señal de sus manos y como un segundo intento de atraparlo.
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Jutsu = 20 (Efectivo)
Chakra = 40 – 2 (Samehada) = 38 (+25% Daño Final)

Jutsu:

Daño Final = 1350 + 337 (Chakra) = 1687

HP = 5400

-Esta mujer es demasiado insistente.- Declaró Lugo mientras se rascaba el trasero, observando la manera en que el oponente de ambos usaba de nueva cuenta aquellas serpientes de agua que inmediatamente se lanzaron al aire y reptaron en el suelo que cubría la ligera niebla del ambiente en pos del árbol donde se encontraban apostados, preparadas para lanzar una nueva ofensiva en su contra abriendo sus enormes fauces con una furia desmedida. -Encárgate de esas serpientes, no nos sirve que sigan andando.- Murmuró el azulino, mirando la manera en que el otro ejecutaba dos simple sellos de mano.

-Estoy en eso.- Dijo Udono creando dos kunais que con dos mandobles envió contra los reptiles acuáticos, rebanandolos sin mucho problema para invocar a su vez diez shurikens simples que girados entre sus dedos fueron disparados contra la posición de Hyo, procediendo además a ejecutar otro intercambio de posición, esta vez dejando en la primera rama una simple hoja mientras se rematerializaba al otro lado del campo de batalla, observando con detenimiento la manera en que sus proyectiles se aceraron a su oponente, esperando que dieran en el blanco o bien, que la otra mostrara más de sus habilidades en combate.

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Daño Jutsu D: 1530
Efecto Jutsu D: -50 HP, aumentando en 25 hasta el final del combate.

HP: 7200

La albino mujer vio sus serpientes degolladas y supo a dónde dirigir su siguiente ataque, sin embargo, Udono resultó ser mucho más rápido de lo que ella sinceramente esperaba y aunque arrojó un par de los kunais sacados de entre su obi, pudo ver como el que hacía blanco, simplemente atravesaba una hoja y se clavaba en el tronco, mientras que el otro seguía de largo, tan solo un instante después, pudo escuchar un silbido en el aire que le erizó los vellos de la nuca y se giró haciendo flotar en el aire las largas mangas blancas de la mujer que en la bruma matinal realmente pareció el espíritu Yukionna, sin embargo, solo logró esquivar las primeras cuchillas pues habían sido lanzadas desde su punto ciego y su velocidad no fue suficiente, cosa que se reprochó a si misma cuando sintió las formaciones de agua clavarse en distintas partes de su cuerpo, alcanzando apenas a cubrirse la cara y aunque no emitió señal alguna de dolor, ni sonora ni por gesto en su cara, sus níveas vestimentas comenzaron a teñirse con el carmesí de su sangre tibia. Por supuesto, Hyo Yuki se recriminó muy duramente en su mente por su torpeza, pero luego de recibir el ataque, bajó los brazos, dejando ver una sutil pero deleitada sonrisa en su rostro. – Excelente Heika… - Murmuró en dirección a donde se había originado el ataque y usó la manga de su diestra para limpiarse la sangre que le había salpicado la cara. – Admito que estoy sorprendida. – Completó, pero en su voz se podía notar lo mucho que estaba disfrutando.
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HP = 5400 – 1530 = 3870

-Masoquista la muchachita. Se parece al montón de zorras con las que se acostó papá en casa.- Declaró Lugo con una sonrisa mientras observaba la manera en que la albina sonreía bajo la presión y el dolor causados por los kunais clavados en su tez, volteándose para encarar a Udono tras localizarlo por el ángulo de ataque de los proyectiles, así como de la sustitución hecha con anterioridad. -Deberías darle algo especial, a ver que tal se desempeña en esa situación.-

-Error, Lugo. Las prostitutas de papá no tenían el pelo blanco... o eran tan jóvenes y masculinas.- Comentó Udono dando un salto al frente, quedando a unos cinco metros de Hyo. -Pero acepto tu premisa, le daré algo interesante con lo que trabajar.- Aceptó, haciendo un nuevo sello con sus manos, aquel que se correspondía con el kanji de la serpiente.

-Cierto. Si papá quería tirarse a un hombre solo lo hacía y ya. "La putas son putas y los putos son machos", eso decía.-

-Correcto.- Terminó Udono, fijando sus ojos en Hyo. -Segunda parte: condiciones adversas.- Fue lo único que le dijo a la kunoichi liberando su chakra mientras ejecutaba una técnica de alto nivel, haciendo que de su sombra surgiera un chorro de agua que inundó inmediatamente toda la zona en la que combatían, tiñéndola de negro. Aquel mundo incoloro, inodoro e insípido, así como extremadamente difícil de sortear era comparable a la misma nada. -Shizukana Umi no Jutsu.- Murmuró, sabiendo que la otra sería incapaz de oirlo. En esos momentos, estaba aislada del mundo por completo.

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Jutsu B: "Suiton - Shizukana Umi no Jutsu" activado.
Efecto Jutsu B: -10 Defensa. -4 Jutsu (Técnicas de Fuego/Agua).
Efecto Activo en Hyo: -75 HP.
Habilidad Activada: Manipulación de sentimientos. Emoción forzada en Hyo - Risa.

HP: 7200

– Parece que tendré que cambiarme antes de salir a la misión. – Fue la tranquila respuesta de Hyo a la segunda prueba impuesta por su comandante, viéndose rodeada por aquel líquido oscuro que en cierta forma se le antojaba repugnante al pensar en el modo en que mancharía la seda de su furisode, pues parte del estilo de la albina era su pulcro atuendo color nieve que la mimetizaba con el paisaje de Mizukuni, mas sin poder evitarlo comenzó a reír, primero suavemente, como si tratara de contener aquella expresión y luego, poco a poco aquella risa macabra que solía ser su risa natural y sincera, aumentó de intensidad y volumen, al mismo tiempo que la joven volteaba a todos lados y aguzaba la mirada, tratando de percibir algo, sin embargo, sus sentidos no se encontraban con absolutamente nada más que con el tacto del líquido que la rodeaba y la impenetrable oscuridad. – Así que a Heika le gusta jugar a las escondidas… entonces… – Pensó la kunoichi y concentró su chakra, y luego llevó los dedos índice y corazón de su diestra frente a sus labios, tras lo cual lanzó tres chorros de agua a gran presión, en distintas direcciones, mismos que tomaron la forma de pequeños tiburones. – Busquen a Heika. – Les ordenó en un susurro solo audible para ella y sus creaciones de chakra que impulsados por la fuerza con la que fueron disparados, avanzaron por el campo de batalla en busca de Udono.
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Jutsu = 15 – 4 = 11 (Jutsu Rango C Efectivo)
Chakra = 38 – 2 (Samehada) = 36 (+25% Daño Final)

Jutsu:

Daño Final = 1550 + 387 (Chakra) = 1937

HP = 3870 – 75 = 3795

Tal como lo imaginaba Takatsuka, la chica procedía como indicaba el protocolo de guerra estandarizado para todos los guerreros en esa situación: atacó. Levantándose por sobre el agua al poder caminar sobre esta tan solo dio una zancada hacia atrás, uniendo las manos para formar el sello de la serpiente y hacer que una ola negra que levantara y consumiera al instante los disparos en forma de tiburón, una técnica que había visto antes y que por demás, no lo sorprendía.

-Jaja. Jajajaja, es interesante ver como esta chica es un reemplazo sumamente barato de papá cuando usaba esa puta espada.- Se rió Lugo con sorna, levantando ambas cejas mientras mostraba sus dientes de tiburón. -Su madre debió ser una completa zorra demente como para forzarla a ser tan poco original. Me pregunto que tan poca vida tendrá... osea, si te sigue a ti, es que debe tener serios problemas emocionales.- Musitó el azulino, todavía riendo para sus adentros al tiempo que su contraparte tan solo bajaba los brazos, acuclillándose en un punto indeterminado de la laguna oscura para seguir escaneando los patrones mentales de su oponente, a la espera del momento apropiado para hacer un contraataque. De algo estaba seguro: no recibir una respuesta en aquel ambiente sellado sería una completa incertidumbre en Hyo, lo que la obligaría a cometer un error a futuro que por su parte, aprovecharía en grande.

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Efectos Activos: -10 Defensa. -4 Jutsu (Técnicas de Fuego/Agua)
Efectos Activos en Hyo: -100 HP.

HP: 7200

Hyo no pudo escuchar absolutamente nada, ni ver, ni percibir ninguna alteración de ninguna clase en su situación o en el ambiente, a lo mucho un movimiento en el agua oscura, como si se encontrara en el mar calmo y llegase hasta ella el suave vaivén de las olas, lo cual, en este caso, no era bueno, pues solo podía significar que su ataque había fallado y eso no le gustaba. Por un momento pensó en lanzar otro y otro y otro más hasta que alguno alcanzara a Udono, pero de inmediato desechó la idea pues eso sería solo un desperdicio absurdo de energía, por lo que respiró profundamente, sacando de su cabeza la trivial preocupación por la pulcritud de su vestimenta y cerró sus ojos, que en aquellas circunstancias, de nada le servía mantenerlos abiertos y luego comenzó a entonar una canción con su bella voz, una canción que hablaba sobre el regreso de la luz en el momento más oscuro de una vida, y al mismo tiempo, entre estrofa y estrofa, salía a relucir la plena intención de que Udono abandonara su escondite y se presentara ante la albina, que para ese momento, estaba completamente cubierta de aguas negras y solo su cabello daba un aspecto diverso a aquel mundo hundido en la negrura.

Así pues, mientras hacía esto, la joven Yuki usó su chakra y el de Samehada que en un destello azul que pareció ser consumido por aquellas tinieblas, la cubrió sanando muchas de las heridas recibidas aquella mañana hasta dejarla con apenas unos rasguños.
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Chakra = 47 – 2 (Samehada) = 45
Objeto = 6 (Efectivo)

HP = 3795 – 100 + 540 (Objeto - Samehada) + 1080 (Solo por portar collar) = 5315

Objetos: