Dô VS Rivaille

Y como acción predispuesta por el escuadrón de reconocimiento del País del Rayo para establecer relaciones con otros Países, así como entre sus propios miembros, la ronda de usuales combates amistosos habían sido dadas. Aquel día a Dô Ono le tocaba practicar en el claro apisonado de los bosques del Rayo, además de esperar a su contrincante del día con quien se suponía debía entablar algún tipo de entendimiento a través de una batalla respetuosa y de esa forma dejar en alto el nombre de la región nubosa y plagada de montañas. Con un traje de color rojo vinotinto y decorados en plata conformado por una chaqueta gruesa con cuello terminado en puntas de sierra y mangas largas que llegaban un poco más allá de las muñecas, además de un pantalón bombacho que se ajustaba perfectamente a unas sandalias que más bien parecían botas por lo alto y ancho de sus suelas, el rubio se encontraba haciendo su calentamiento de rutina: extendiendo los brazos, girando los hombros y doblando las rodillas una y otra vez.

Con un último doblamiento de su cuello para dejar crujir aquella zona y sentir que estaba preparado, finalmente soltó un bufido. Estaba listo para aquella escaramuza amistosa, ni más ni menos.

El Nara había sido asignado en una nueva misión de entrenamiento. En esta ocasión, lo que debía era encontrarse con un shinobi del país del rayo y hacer una exhibición de sus habilidades con la espada, de tal manera de poder demostrar el perfecto control de su kenjutsu y así, quizás, ganar el respeto o atención de alguno de los feudales o de algún señor adinerado que pudiese contar con sus servicios.

En cualquier caso, a Levi le parecía todo una pérdida de tiempo y sólo iba para poder conseguir salir del país del fuego y dar un paseo por un lugar al que nunca había ido; su curiosidad era muy grande en ciertos días del mes y en este caso, quería saber qué tal era el país del rayo y sus shinobis. Después de todo, en alguna parte de su ascendencia existían ninjas de ese lugar, de lo contrario no se justificaría el hecho de que su principal chakra fuese de tipo Raiton.

De cualquier modo, nada de eso importó en el momento en que estuvo cara a cara con su rival. Se inclinó para darle un saludo y en silencio, aguardó por su respuesta. 

Y mientras terminaba su sesión de calentamiento el shinobi rubio con barba de chivo finalmente oyó ls hojas de los arbustos cercanos revolverse, dejando que la figura de quien suponía era su nuevo oponente aparecer y saludarlo con un simple movimiento de cabeza. Levantando ambas cejas mientras sonreía de oreja a oreja, el mayor tan solo atravesó la distancia para tomar la mano del otro y estrecharla de manera cordial, sin perder aquella expresión que tanto lo caracterizaba.

-Me presento: Dô Ono, su compañero de entrenamiento y soldado de la tropa de reconocimiento de la milicia del País del Rayo. Es un honor y un gusto conocerlo, espero que sea una experiencia instructiva para ambas partes.- Declaró para finalmente separarse diez metros de su nuevo oponente quien al parecer, era del tipo estoico. Terminando de sacudirse el pantalón al nivel de las rodillas, se colocó en posición. -Si no le molesta, tomaré el primer movimiento.- Expresó, reuniendo chakra de rayo en sus manos y pies para así salir disparado en movimientos de zigzag de un lado al otro, quemando el césped en puntos fijos y de esa forma llegar a donde estaba el otro, lanzando una palmada directamente al hombro izquierdo del chico de ojeras y cabello oscuro.

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Daño Jutsu D: 862
Efecto Jutsu D: -100 HP hasta el final de la batalla.

HP: 3500

- Buenas tardes, Do Ono del país del rayo. Mi nombre es Levi, del clan Nara y formo parte de los escuadrones de estrategia y reconocimiento del país del fuego - Respondió ante sus palabras aún “curioso” por el hecho de tener que haber contestado a un apretón de manos. No era precisamente una persona que fuese apegada a los gestos corporales, más no rechazó el gesto ya que, dentro del mundo shinobi, era muy raro el encontrarse con alguien que fuese amable y educado.

Una vez concluido eso, el Nara respondió ante sus peticiones y le cedió el turno. Fue así cómo observó atentamente su movimiento y, sin respuesta, fue que recibió el golpe… no obstante, antes de poder ser totalmente capturado, un palo de madera fue arrojado lejos con electricidad mientras que el original aparecía cayendo desde el cielo, dispuesto a darle una fuerte patada en la cara a Do Ono.

-Ouch.- Dijo el rubio una vez sus dedos cerrados golpearon contra aquel pedazo de madera, enviándolo lejos por la mera acción de su chakra de rayo. Y justo allí fue que vio la sombra que se acercaba a él desde las alturas - obligandolo a levantar la cabeza y de esa forma, cubrirse la cara de la patada con el antebrazo derecho donde había acumulado la energía de antes. -Lo siento señor Levi, pero tengo alguien a quien le gusta mucho mi cara como para dejar que la pisen.- Comentó con una ligera y adolorida sonrisa, escapando de allí por una zancada directa de sus pies. Mobilizandose al otro lado del campo de batalla finalmente se mantuvo quieto, agitando ligeramente la mano antes de volver a fijar la vista en su enemigo quien por cierto, parecía ser más que capaz de evadirlo por completo... un hecho que no era tan descabellado, al final de todo él no era la gran cosa. Pasando una sola vez su mano por la cabeza finalmente reunió más energía en sus pies para salir disparado una segunda vez y levantando el puño tirar un golpe dirigido a lo más próximo que tuviera de su contrincante.

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Chakra: 39 + 4 = 43
Daño Jutsu D: 937
Efecto Jutsu D: -100 HP por turno hasta el final de la batalla.

HP: 3500 - 250 = 3250

En primera instancia el Nara no dijo nada y simplemente retrocedió unos cuantos pasos mientras que su oponente se alistaba a continuar con la contienda. Su primer golpe había sido un éxito remitido, por lo que no perdió de vista los movimientos de Do Ono mientras, a su vez, se preparaba para lanzar otro golpe que equilibrase la contienda a su favor. Fue entonces cuando notó que su técnica se basaba en una especie de combinación de elemento raiton - que él también poseía - junto con un Taijutsu simple pero concreto, de los que solían llamarse “engañosos”.

- Interesante movimiento, shinobi del país del rayo, Do Ono - Pronunció con calma el Nara aguardando hasta el último instante en el que su guardia estuvo baja y casi a punto de recibir el impacto del rubio, desapareció y apareció atrás de él con sus dos espadas desenfundadas dispuesto a lastimarle en ambos hombros - Es mi turno.

Levantando ambas cejas y manteniendo una cara ciertamente perpleja una vez la velocidad de Rivaille quedó demostrada, el shinobi del País del Rayo tan solo abrió más los ojos una vez sintió la presencia del Nara a sus espaldas.

-No tan bueno, creo que yo.- Contestó un instante, justo cuando las cuchillas fueron enarboladas y agitadas, cortando u piel a nivel de los omoplatos, obligándolo a trastabillar en dirección opuesta a Rivaille mientras intentaba evaluar los daños que en si mismos, no eran del todo graves. Lo único de verdadera consideración eran las hebras de la chaqueta que habían quedado enterradas en su carne, algo que debería de sacarse al momento de curar los boquetes... proceso que debía apurar si pretendía quedar libre de cicatrices. -Urgh... ¿podemos detenernos aquí? Creo que ya puede considerarse que ganó, señor Rivaille.- Dijo Dô resintiendo el fuerte escozor en su espalda, a la vez que la sangre se impregnaba en su ropa mucho más rápido de lo que hubiera podido prever. -Además, tendré que ocuparme de esto. Buen golpe... y eso que dudo sea todo lo que puede hacer.- Agregó tirándose en el suelo, quitándose rápidamente la chaqueta para empezar con aquel trabajo particular. -Si me da un momento, se lo agradecería.-

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HP: 0

- No tiene de qué preocuparse, Do Ono del país del rayo - Complemento el Nara con voz baja y una tranquilidad abrumadora, envainando sus espadas en sus fundas y sosteniendo la mirada para continuar observando los movimientos de su contrincante. Sabía que ya la contienda estaba acabada porque el mismo rubio había declarado que así fuese, no obstante no tenía el por qué bajar su guardia…. ; sólo por precaución, continuó con las defensas altas y espero un buen tiempo antes de finalmente entender que lo mejor sería retirarse o bien, aguardar por un nuevo asalto que por lo visto, sería una nueva ocasión. Siendo así las cosas, dio media vuelta y para no ser maleducado, caminó hacia la salida mientras levantaba una de sus manos y se despedía del rubio.

- Nos veremos en la próxima, Do Ono del país del rayo - Dijo para concluir la batalla y, sin dar tiempo a que el hombre se despidiese o ejecutase una acción más, se impulsó para dar un salto y desaparecer entre los bosques y las montañas.