Ficha de Madara Uchiha

Aspecto Físico:

Spoiler:

Altura: 1, 80 m.

Peso: 78 kg.




Personalidad: Con una imponente presencia e imperturbable temperamento Madara presenta la imagen de un hombre confiado y orgulloso. Se trata de una persona prudente y analítica que siempre espera el momento preciso para actuar; convencido de sus ideales y decidido cuando se trata de alcanzar sus objetivos.

Escasas son las cosas que logran alterar su comportamiento y una de ellas es la batalla, donde por lo general se muestra más emocional si el contrincante logra superar sus espectativas. No tiene piedad con el enemigo y suele menospreciar a sus rivales al menos hasta que encuentra en éstos un motivo para no hacerlo.

Con el transcurso del tiempo los sucesos de su vida y la influencia de su amada esposa lograron moldear sus personalidad, volviéndolo alguien más tolerante que busca la paz y el bienestar de los inocentes. Gracias a Hotaru Senju y a sus hijos Madara logró entender el significado de lo que es amar a otra persona y sólo con ellos muestra su lado más amable y afectuoso.


Relación o Parentesco:
·Hermano mayor de Judal Uchiha.
·Esposo de Hotaru Senju.
·Padre de Sora, Seishiro, Nakoruru, Naomi, Hattori, Shisui, Mikoto y Minto Uchiha.
·Cuñado de Akemi Uchiha.
·Tío de Izuna y Neko Uchiha.


Habilidades:
Madara es reconocido por poseer un Chakra particularmente poderoso que desde que nació incluso ha superado los estándares del clan Uchiha. Gracias a ello es capaz de realizar variedad de jutsus con mucha más facilidad que cualquier otro Ninja sin gastar demasiada energía, sea cual sea la complejidad de la técnica. Esta particularidad que posee le da una gran ventaja especialmente en la batalla.

Además tiene un enorme poder de presencia, una actitud que decidió adoptar al tomar el liderazgo del clan Uchiha. Es habilidoso cuando se trata de utilizar las palabras y se hace respetar con una simple mirada, ya sea para conseguir algo que desea o convencer a otros de la certeza de sus propias ideas. Es directo, serio y convincente cuando siente que lo necesita, pudiendo persuadir a quien sea y meter cualquier clase de ideas en la cabeza de otros sin que le cueste demasiado.

Durante el transcurso de diez años Madara decidió perfeccionar su ninjutsu con el fin de buscar una mejor forma de proteger la aldea y a su familia. Fue así que leyendo numerosos pergaminos de jutsus adquirió conocimientos sobre el Kekkai Ninjutsu. De este modo ha sido capaz de realizar Técnicas de Barrera de todos los rangos y niveles, desde pequeños escudos de chakra para protegerse a sí mismo hasta enormes barreras que cubren kilómetros de distancia capaces de bloquear cualquier área o disminuir el poder de los intrusos. 

• Habilidad para crear Kekkai ninjutsu de cualquier rango)


HISTORIA
Madara nació como hijo del líder del clan Uchiha. A muy temprana edad él perdió a sus padres y al resto de su familia como consecuencia de la interminable guerra entre los clanes, quedando como únicos sobrevivientes él y su hermano menor, Judal. Ambos crecieron en Sala del Cielo —el refugio del clan Uchiha—, al cuidado de Nekobaa-sama, quien les enseñó todo lo que debían saber sobre la historia del clan y el motivo por el cual los Senju eran sus enemigos. Con ella obtuvieron además los conocimientos básicos que requerían para convertirse en shinobis.

Desde pequeños ambos tuvieron que aprender a cuidarse por su propia cuenta. Madara, siendo el mayor, se encargaba de su hermano que era un joven atrevido quien no tenía límites en sus actos, sin embargo él siempre lo defendó aun contra el resto del clan. Desde la muerte de sus padres Madara siempre sostuvo que sólo se tenían el uno al otro, y solía recordárselo continuamente a Judal. Por lo mismo su relación al crecer se volvió muy estrecha, llegando a confiar sólo el uno en el otro.

Con el tiempo Madara se convirtió en uno de los shiobis más destacados entre los Uchiha, reconocido especialmente por poseer un chakra notablemente poderoso que incluso sobrepasaba los estándares del clan. Junto con su hermano, se ganaron el respeto de mucho de sus compañeros. No había un día en que los hermanos dejaran de entrenar, siempre compitiendo entre ellos y demostrando una y otra vez sus habilidades en combate.

Con diecisiete años, Madara derrocó a quienes en aquel tiempo eran los líderes del clan, tomando dicho lugar con el apoyo de sus hermanos Uchiha. Y así, su nombre fue grandemente reconocido alrededor del País del Fuego y otras naciones a través de las conquistas, victorias y logros que realizaba en nombre de su clan.

Un día Madara tuvo que acudir a la ayuda de su hermano que había decidido enfrentar al líder del clan Senju por su propia cuenta y sin refuerzos. La situación casi terminaba de manera trágica, pero ambos lograron salir de los problemas antes que el resultado acabara con la muerte de alguno de ellos. Sin embargo el asunto no terminó ahí, pues Madara sabía que Judal no se iba a quedar de brazos cruzados. Fue así que al tiempo que recibió la noticia de una emboscada fallida que había organizado Judal, en donde una gran cantidad de soldados Uchiha terminaron muertos y otros envenenados. Madara supo de inmediato que tenía que hacer algo al respecto.

Aquellas circunstancias llevaron al líder de los Uchiha a actuar de inmediato, y decidió secuestrar a Hotaru Senju, una joven princesa del clan Senju, quien era sobrina del líder del clan y reconocida como una de las más talentosas médicos ninja del País del Fuego. Sus conocimientos eran necesarios para solucionar el dilema que envolvía a los soldados Uchiha.

Sin embargo las cosas no salieron del todo como habían sido planeadas. O quizás sí, pues los soldados fueron sanados, pero algo más sucedió, algo que no había estado en los planes del líder de los Uchiha y que cambiaría por completo su pensamiento: Madara se enamoró de la joven princesa Senju, y en un punto escondido del mundo decidió hacerla su mujer. Desde ese instante se convirtieron en amantes, y él se prometió que no la dejaría ir, y Hotaru, tampoco lo abandonaría.

Dicha relación entre ambos se mantuvo oculta durante un tiempo en el cual ellos secretamente decidieron casarse, pero todo se complicó cuando aquella información llegó a oídos de la familia de la princesa. Pero no era sólo eso, sino que había algo más grave, un niño crecía en el vientre de la joven producto de aquel romance prohibido que habían mantenido oculto durante semanas. Madara sabía que estaba metiéndose en problemas, pero continuó insistiendo pues quería estar con ella y deseaba proteger a su hijo de las garras de los Senju. Pero finalmente todo fue en vano ya que los padres de Hotaru la enviaron al País del Remolino para alejar a los amantes y que todo aquello quedara en el olvido.

Cerca de un mes paso desde aquel suceso, y Madara nunca se detuvo en su búsqueda. Finalmente consiguió la información que estaba buscando y supo a dónde debía dirigirse para encontrar a la mujer que amaba. Sin aviso emprendió su viaje algunos días después, esfumándose del País del Fuego como si nada.

Cinco años pasaron desde entonces, tiempo en el cual Madara y Hotaru vivieron una vida pacífica en el País del Remolino formando una familia juntos.

En el País del Fuego nada más se supo de ellos. Los Uchiha creen que Madara murió hace tiempo en batalla —esa es la versión que ha esparcido su hermano alrededor del país. Sin embargo Judal conoce sobre su historia con Hotaru Senju y sabe que Madara está vivo en alguna parte del mundo junto a ella.

Ante preocupantes rumores que crecían acerca del clan Uchiha, quienes liderados por su hermano estaban causando caos y terror en el País del Fuego, Madara decide regresar a su hogar junto a su esposa e hijos para retomar el control de aquello que hubo dejado atrás con la intención de ponerle fin a esa situación.

Sin embargo, temiendo por la seguridad de su familia y cauteloso ante la posible reacción de Judal, Madara decide asentarse en las afueras de la villa Uchiha, en donde construyó una hermosa casa para su esposa y sus hijos tal y como Hotaru lo había deseado, con todos los detalles que ella hubiera imaginado para su hogar. En aquel sitio vivieron tiempos pacíficos mientras Madara se ocupaba de poner orden en el clan Uchiha, retomando su deber como líder del mismo y poniendo fin a las constantes batallas y muertes sin sentido con que su hermano mantenía aterrorizado al país y a los mismos Uchiha.

Aquello a Judal no le había agradado. Pero todo empeoró cuando el rumor acerca de su relación con Hotaru Senju comenzó a circular por ambos clanes enemigos. Y la preocupación de Madara crecía con cada día que transcurría al haber experimentado numerosos ataques a su hogar y su familia. No deseaba que su esposa tuviera que temer por su seguridad y la de sus hijos cada vez que él no estaba en la casa, por lo mismo decidió que era hora de buscar una solución al conflicto de odio que había entre Uchihas y Senju, buscando así negociar con el clan del bosque por un acuerdo para dar fin a esa situación.

Fueron muchos y agotadores los intentos, pero la compañía y el apoyo de Hotaru le daba fuerzas para continuar intentándolo. Fue así que después de un largo tiempo finalmente ambos clanes llegaron a un acuerdo y finalizaron con las constantes batallas y el odio de siglos.

Pero los problemas no terminaron con eso. Obviamente la reacción de Judal ante todo el asunto no fue para nada positiva y no estuvo de acuerdo con la forma en que se estaba llevando la situación. Pronto Madara se enteró de la muerte del líder del clan Senju a manos de su hermano. Aquello llevó a que ambos hermanos discutieran intensamente, pelea en la cual Judal expresó su odio hacia Hotaru y hacia los Senju y su desacuerdo en las decisiones de Madara. Éste por su parte le hizo saber lo decepcionado que estaba por su actuar y todo acabó cuando finalmente le exigió que se marchara y que no quería volver a verlo. Poco tiempo después Judal decidió marcharse de la aldea, prometiendo que cuando volviesen a encontrarse, uno de los dos moriría.

Habiendo finalizado todos los conflictos aquella alianza del clan Senju y Uchiha pudo progresar, decidiendo así crear una gran aldea en donde ambas familias pudieran vivir en armonía, sitio al cual llamaron Konohagakure. La noticia no tardó en esparcirse por el País del Fuego y así otros clanes que dentro del territorio habitaban se unieron, comenzando así un era de paz donde ya no había batallas sin sentido ni guerras en el país.

Todo parecía marchar por buen camino y la aldea progresaba con cada día que pasaba. Madara ya no debía ocultarse junto a su familia pues su relación con Hotaru fue aceptada por ambos clanes y junto a su esposa y ocho hijos pudo finalmente vivir una vida pacífica, sin conflictos y con mucha gente que los apreciara.

Jutsus: