Hyo vs Madara

La albina muchacha se había tenido que adentrar en el país del Fuego, cosa que no era muy de su agrado, pues era uno de los sitio donde mayor conflicto y fuerza bélica había, y en esta peculiar ocasión, no tenía la instrucción de pelear y matar, solo transitaba para salir de él, así que había optado por "caminos" entre bosques y montañas, lejos de la gente. Se detuvo ya muy adentrada en un bosque para elegir donde instalar su campamento y pasar la noche, cuando escuchó un ruido entre los árboles, cosa que la hizo mirar en todas direcciones, aunque la vegetación era demasiado espesa para que lograra ver algo, por lo que simplemente permaneció alerta, atenta a cualquier movimiento o anomalía que se pudiera presentar mientras bajaba su bolsa de viaje y comenzaba a sacar la pequeña tienda de lona y las estacas para colocarla, pero de nuevo, un par de ruidos entre el follaje, le hizo ponerse de pie y buscar la fuente de aquel sonido, mientras sutilmente deslizaba su mano hacia su muslo derecho y sacaba un kunai

El sonido de llamas crepitantes y el olor a quemado, sirvió de alarma para que la joven se girara y mirara las luces que revelaron varias bolas de fuego dirigiéndose a ella, que no pudo más que saltar, tratando de esquivar la mayoría y usando un pequeño jutsu sencillo de agua para apagar las que no tuvo tiempo de evadir, antes de que la alcanzaran, apagando así el ataque que pretendía alcanzarla, mientras que una voz masculina entre la oscuridad le ordenaba mostrarse.

- Ven a buscarme si tanto te interesa. - Respondió con voz firme y retadora, mirando en la dirección de la que habían venido aquellas esferas ígneas, logrando percibir una silueta, que si bien, aún no distinguía bien, al menos ya había logrado ubicar, por lo que se movió, cubriéndose ella misma entre los gruesos y altos árboles de aquel bosque, mirando de soslayo, sin salir del todo, buscando un ángulo de tiro para sus armas y susurrando hacia su espada. - Prepárate. - Por si acaso tuviese la necesidad de liberarla. - Lo cortés es que te identifiques, antes de exigirle a alguien más que lo haga. - Vociferaría, no porque le interesaran las normas de etiqueta, si no para saber con quién se enfrentaba y ganar un momento para fijar su blanco.
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Defensa efectiva
HP = 3000

- No soy yo la que se oculta. – Respondió con la mayor de las tranquilidades, tratando de divisar nuevamente entre las sombras nocturnas, la silueta del hombre que le hablaba y la atacaba, pero el sonido de la voz era escondido por la espesa vegetación, sin embargo, no tardó en encontrar la dirección correcta, no por el sonido, si no por otra tanda de fuego que se acercaba a ella, quemando parte del follaje a su paso, sin embargo, la joven de blancos cabellos y pálida piel, no estaba dispuesta a simplemente cruzarse de brazos y recibir los ataques a los que sabía estaría expuesta en aquel país hostil para ella.

Llevó ambas manos hacia su espalda, la que pasó por sobre su hombro se aferró a la empuñadura de una enorme espada, la que fue por detrás de su cintura, tiró de la venda que envolvía aquella arma peculiar, liberando a un tesoro oculto del clan que la había visto nacer, la cual usó para bloquear el ataque, que se desvaneció como si hubiese sido absorbido, tras lo cual la joven devolvió su arma a su espalda y realizó sellos de manos que tras una maliciosa sonrisa, creo un par de serpientes de agua que se elevaron desde la tierra, con la clara intención de apresar al que se hizo llamar Madara. – Solo soy alguien que va de paso. – Respondió, con tranquilidad, esperando a que el sujeto cayera presa de los líquidos reptiles.