Hayato vs Madara

Era de noche aun, pero las tinieblas durarían poco dominando el panorama, en poco tiempo el astro rey gobernaría de nuevo los cielos, dando paso a que la luz inundara todo, relegando a las sombras a espacios limitados. Como era costumbre en Hayato y Tsume, ese día decidieron despertarse temprano e iniciar sus rutinas, buscar algo que comer y alistarse para continuar una misión que recientemente se le había asignado al shinobi.

Una ligera brisa se dejaba sentir y transportaba los últimos rumores nocturnos. Decidieron que sería bueno cazar algo para comer y preparar para el viaje. Tsume se adelantó para apartar a un ciervo de sus congéneres, mientras Hayato bloqueó su ruta de escape teniéndole una emboscada. La cacaería había dado resultado, tenían una buena presa, pero en eso algo inquieto al lobo, su olfato había detectado el olor de otra persona, de inmediato el joven Inuzuka se percató también de esa presencia. No estaban solos en ese valle, alguien más les hacía compañía.

Tomó su kusarigama y sin temor ni duda, salió al encuentro de aquella persona, le importaba poco quien se tratara, el lobo caminaba a su lado, ambos tenían un andar tranquilo, demasiado tranquilo pero decidido en lo que harían.

Ni siquiera había llegado hasta el otro sujeto, solo sabía por su olfato donde se ubicaba cuando Hayato se percató de que las hostilidades habían iniciado, un sin número de brazas de fuego se dirigían hacia él y su compañero, tenía que pensar rápido, en un medio para defenderse y al mismo tiempo contraatacar, no había tiempo que perder. – Tsume a esto se le llama no perder el tiempo, ¿Tu qué opinas? – exclamo algo emocionado por ver que ante él estaba un combate, de forma vacilante e imprudente comenzó a abrirse paso entre el fuego, mientras que el lobo hacía lo propio. Valiéndose de su instinto nato y la habilidad con la que contaba, no fue problema evadir cualquier daño.

Dio un gran salto y viendo hacia abajo noto a su oponente –Hey buen ataque, pero necesitas ser un experto en velocidad de combate si quieres seguirme el paso – exclamo mientras preparaba su chakra para crear una contraofensiva, al caer su aspecto había cambiado, su marcha comenzó a ser cuadrúpeda equiparando los pasos y movimientos del lobo que lo acompañaba. – Así que es mi turno…– no dijo nada más en forma rápida y cambiando los patrones de avance, el Inuzuka se lanzó a embestir al shinobi de cabellos oscuros, a escasos metros saco la kusarigama que portaba, su intención es usarla para complicar más la defensa de su oponente.

El ataque fue infructuoso. La kusarigama dio un golpe seco al abanico de guerra sin ocasionar daño alguno. El joven Inuzuka quedo algo sorprendido al ver todo eso, realmente su rival contaba con grandes habilidades y su arma no se quedaba atrás. Dio un salta hacia la derecha para no quedar de frente exponiéndose a un contraataque, su velocidad era su carta fuerte, pero no quería tomar riesgos innecesarios. —Primero trata de descifrar como lograras golpear a alguien que no puedes alcanzar —Exclamó con un tono de confianza, al observar que su oponente comenzó a formar la secuencia de sellos correspondientes de su Jutsu, comprendió que era la señal para volver a esquivar.

De nuevo fue capaz de hacerlo, esta vez la llamarada no se limitó a atacarlo, sino que también amenazaron al lobo, el cual no tuvo problemas en ponerse a salvo. —Te lo dije, tu fuego es fácil de evitar —Ahora era su turno de atacar, guardo su arma, esta ocasión no la utilizaría, vio al lobo y este comprendió el plan de su compañero. Aquel sujeto se mostró dispuesto a atacarlos a ambos, por lo tanto ahora le mostrarían lo que eran capaces de hacer trabajando en conjunto. Tomando de nuevo carrera los dos se lanzaron en contra del otro shinobi.

Sin importar la velocidad de los movimientos de Hayato, su oponente encontró de nuevo la manera de salir airoso y no resultar herido. En ese instante el Inuzuka comprendió en que terreno estaba y contra quien combatía. –Esos ojos, con razón, desgraciado eres un Uchiha– de inmediato se dio cuenta que no podía estar jugando por mucho tiempo, si no tomaba ventaja era cuestión de tiempo que el Sharingan de su oponente dictaminara el inevitable final.–Tsume guíate de tu olfato, no veas directo a sus ojos y por nada del mundo dejes de atacar– gritó para informarle a su compañero canino la estrategia a seguir.

Mientras el Uchiha atacó de nuevo con su jutsu de fuego. Tanto el lobo como el shinobi, dieron un gran salto para evadir las abrazadoras llamas, en el aire tomo su kusarigama y se dio cuenta de un detalle, atrás de aquel hombre había un frondoso árbol el cual podía ser de utilidad. Usando la fuerza de su brazo le arrojo el arma, con la intención de enredarlo contra el tronco.

En el momento que su pie tocaron el suelo, de nuevo tomo impulso, para asestar un golpe, mientras que el canido, seguía sus pasos. –Si no lo has entendido, tu eres la presa y nosotros los cazadores– el combate se prolongaba sin mostrar a un claro ganador.

– Solo un Uchiha, o ¿Hay algo que más que debería de saber?Aunque he de admitir que me interesa poco tu respuesta, no habrá diferencia si lo sé o no – sin importar los ímpetus del joven su ataque no fue lo que él hubiera deseado. El Uchiha fue capaz de bloquear su kusarigama defendiéndose con su abanico de guerra. El impacto provoco un sonido hueco y el arma del Inuzuka termino cayendo al suelo. Lo siguiente que hizo aquel que portaba el Sharingan fue dar un salto hacia atrás y terminar en la rama del árbol que se encontraba atrás de él.

Después de poder esquivar el golpe de Hayato, el Uchiha comenzó a hacer los mismos seños para poder realizar su jutu, quiso la suerte que esta vez el shiobi fuera más veloz o el Inuzuka más lento, no pudo visualizar la trayectoria de las flamas y termino rodeado por el fuego. Incluso Tsume se vio gravemente herido, el fuego ocasionó severas quemaduras que les afectara a la larga.

Como pude se mantuvo en pie, la situación cambió drásticamente,ahora la balanza se inclinaba a favor del Uchiha, la suerte era extraña e impredecible y había abandonado en ese momento a Hayato.

Hayato resultó gravemente herido tras recibir ese jutsu, las quemaduras limitaban sus movimientos y provocaron que sintiera terribles dolores. Sin muchas fuerzas y un estado deplorable, el Inuzuka tenía limitadas opciones para hacerse con la victoria. Fue un error menos preciar al Uchiha, no por nada eran temidos por sus habilidades ofensivas y para empeorar las cosas Tsume también fue alcanzado por las llamas, su aspecto era lamentable. Hayato no podía apartar de su mente que todo esto era su culpa, no logro asestarle un golpe antes a su oponente y ahora tanto el, como su compañero pagaban ese error.

– Si he de morir en este combate, venderá cara mi muerte, de eso debes de estar seguro maldito Uchiha – gritó a lo los cuatro vientos, era una amenaza que cumpliría cabalmente, demostrando que no todo estaba escrito. Observó cada uno de los movimientos de su oponente e instintivamente avanzó unos pasos tratando de calcular el lugar donde caería después de su salto.

En el momento que el Uchiha aterrizo y lanzo su jutsu, Hayato estaba preparado para contraatacar, de un veloz movimiento esquivo todo el fuego, junto a su compañero. – Tsume demostrémosle que tan "inútil" somos en combate – cerro su puño y lo dirigió al cuerpo del rival, mientras que por su costado el lobo salto para embestirlo.