Hulka VS Flacucho

–Ahí está de nuevo, dice más de lo que piensa o no piensa lo que dice, es difícil saber  cuál de las dos opciones es–  la albina siguió vociferando todas sus amonestaciones contra la actitud de Ishiro, cada una de sus palabras paso desapercibida por su interlocutor. Pero una en especial capto su atención. No por su significado, sino porque era contrastante a lo que afirmaba. –¿Dar tu vida en vano? Si el que estaría muerto seria yo, realmente hay momentos que es difícil entender lo que quieres decir– escucho el reclamó sobre que merecía mas respetos por ser una guerra valiosa y que él no tenía derecho a ser mediocre.–Si pudiera ordenar mejor sus ideas, lograría explicar mejor, es  difícil no perderse entre sus palabras y no detectar el mensaje– per  hizo odio sordos a lo siguiente que le dijo, comprendió que trataba de despertar su enojo, decirle “Ishiro Yuki” era una provocación, demasiado obvia como para caer en ese juego.

–¿Interesada en mi pasado? Lo siento pero estas en un error y temo decirte que ese linaje no culmina conmigo, simplemente soy un error en el registro de los Yukis. Y no  tengo ni la más remota idea de quién eres– de inmediato apartó su mano de la herida de la mujer, era desesperante su actitud. Incluso para él era difícil no perder la cabeza.– Estas en un error, no puedo creer que te contradigas de esa forma, se consecuente con lo que profesas, hace un instante te jateaste orgullosa por ser una guerrera valiosa y  ahora te degradas a una miserable puta. Eso provoca lastima. ¿Cuál es tu punto? ¿Qué deseas demostrar? ¿Por qué sigues aferrada a ese pasado? Es triste, demasiado triste oir que dices esas palabras, Tiburon Blanco portadora de Samehada, que tu sola te degrades de esa forma es ridículo– señaló a su interlocutora. – No, no me odio a mí mismo, odio los preceptos y los principios que rigen al clan Yuki, de eso es lo que reniego– se preparó para esquivar la ventisca de la kunoichi, aunque estaba herido, nunca perdió la atención a los movimientos de la albina, por lo que pudo evitar ese ataque.

–Te lo dije hace un momento, quiero conocerte y entenderte mejor y si para eso tengo que poner mi vida en juego, que así sea. De todas formas, sé que ganas no te sobran para usar esa espada y arrancarme la vida de un tajo, o…. ¿Todas tus palabras en el fondo son huecas y la que esta pérdida es otra?– clavo ambas espadas en el terreno y quedaron sus manos libres para poder formar sellos.–Lo mismo que prevaleció en aquel encuentro efectuado el mismo dia de la inaguracion de Kirigakure no Sato y de nuevo no tomes atributos que no te corresponden, en ningún momento dije que quería que fueras mi sensei, aunque no lo creas, una parte de ti tiene un ego demasiado grande y que inconscientemente quieres saciar– tomó una espada y hizo un corte en línea recta en el suelo.–Esas dos clases de personas no nacen, se hacen. Cada uno elige de qué parte de la línea quiere estar, por sus acciones y como balancean sus capacidades y sus debilidades. A lo largo de la vida se acomodan de acuerdo al lugar donde se sientan más a gusto. Nadie les asigna un lugar, no necesitan ayuda para hacerlo. Dime ¿De qué lado de la línea, se encuentras tu valiente guerrera, que nunca olvidara que es una triste prostituta?–  volvio a clavar las espadas, para hacer una secuencia de sellos y de un movimiento rápido ponerse  en una posición ofensiva, mostrándose decidido en atacar. – Antes de que se me olvide, ¿Por qué me comparaste con un lago helado? ¿Que punto es el que realmente quiere demostrar?– guardó silencio, no sabía exactamente qué pasaría, pero no podía parar más tiempo ese encuentro. Ejecuto su jutsu y valiéndose de su kenjutsu, ataco con ambas armas.

 

Hyo sintió que le hervía la sangre al escuchar la pregunta de Ishiro – ¿En serio? – Musitó entre dientes y al borde de la histeria, pero antes de irse a golpes sobre él, se obligó a escucharlo, concediéndole la razón en que era difícil entender sus palabras, las cuales eran un tropel desordenado de ideas, lo sabía, no era elocuente, a decir verdad, esta era la conversación más larga de toda su vida, porque sus silencios y frases confusas se inteligían con el contexto de sus acciones, tal como le ocurría con Kaido, pero el muchacho frente a ella no creció con los Yuki, no tuvo una estricta vida shinobi, eso debía tenerlo en cuenta, por lo que respiró profundo, entendiendo al fin el que él le pidiera paciencia (cosa que lamentablemente tampoco se encontraba entre sus virtudes), Ishiro era la clase de persona que necesitaba palabras, la clase de persona que ella evitaba, pues carecía de discursos, sin embargo, hizo un gran esfuerzo por contener sus puños y cerró sus ojos para calmarse, además de que no quería alargar aquello mucho más, estaba demasiado herida, no solo por cuanto hace a su cuerpo cortado y golpeado, ni por la ingente cantidad de sangre que estaba perdiendo, si no porque incluso para un témpano como ella, la interrogante del pelinegro le pesaba en el alma. – Debería ser obvio… – Respondió con melancolía y voz apenas audible y es que por una parte su propio orgullo entraba en conflicto por tener que expresar algo así en voz “alta”. – ¿Crees que cualquiera puede llegar simplemente y matarte? Si alguien quisiera dañarte aunque sea un solo cabello, a ti o cualquier persona de la aldea, tendría que pasar por sobre mi cadáver primero, porque moriré antes de permitir que un enemigo entre a Kirigakure no sato. –

A la albina no le era posible seguir el rumbo que había tomado la conversación, no sin despertar sus fantasmas. – Somos dos caras de la misma moneda. – Susurró, pues si bien estaba dispuesta a decirle quién era, ahora no le parecía que él pudiera comprenderlo, mucho menos sobrellevarlo, motivo por el cual no podía responderle sin contarle su historia, sin explicarle su pasado y su esencia, cosa que no había hecho con nadie y ciertamente no planeaba hacer en un entrenamiento con un mocoso y de hecho, si se tratara de una persona sentimental, las palabras de Ishiro la habrían lastimado profundamente, pero Hyo estaba tan acostumbrada a ser tratada como basura, que realmente le dio igual, a excepción de tres palabras, una frase que la hizo perder el control y la enfureció como hacía mucho nada la encolerizaba. – ¡Basta! – Gritó con los ojos desencajados, las venas saltadas, los orbes rojos de ira y de no haber perdido tanta sangre, seguramente sus mejillas también habrían adquirido una tonalidad rojiza por la ira. – Jamás te atrevas a sentir lástima por mí, puedes odiarme e insultarme todo lo que quieras, pero no merezco tu lástima ni la de nadie, porque jamás me he dejado derrotar, yo no renuncio y no falto a mi palabra, tan es así que estoy aquí tratando de ayudarte a dejar de ser un chiquillo ingenuo y a convertirte en un hombre, en un shinobi, aunque no dejes de humillarme. – Aquella mujer recibió una vez más los ataques sin inmutarse, aún lo miraba con algo muy parecido al odio. – Si eso es todo lo que puedes hacer, necesitas más práctica. Si no pretendes que sea tu sensei, entonces tu reclamo por mi actitud ha estado fuera de lugar; mi ego es cuestión que no te interesa ni te afecta; en cuanto a lo que pasó el día de la inauguración, Kaido y yo no necesitamos palabras, no era nuestro primer encuentro y no será nuestra última pelea, pero ya que soy una triste prostituta ridícula, entonces me ahorraré mis palabras y mis lecciones, hazte fuerte como puedas y punto, así que en cuanto me des un golpe más, serás libre de largarte a chuparle las bolas a Kaido, encuentra solo las respuestas que buscas. -
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HP = 2955 – 100 (Efecto) - 2000 = 855 [/color]

Algo pasó en ese momento por la mente de la kunoichi, aunque era imposible para el Yuki determinar que era.  Era notorio, incluso hizo un esfuerzo para contenerse y calmarse, acción que sorprendió a Ishiro.  La mujer de blanca test, continuo hablando y su interlocutor no la interrumpió en ningún momento. –Y ahí está de nuevo, anteponiendo su vida a la de los demás. Realmente eres una noble guerrera– pensó al oír las razones que expresaba la albina.–Si no te guardaras tantas cosas, entenderte sería más fácil– solo interrumpió a aquella mujer para decir esas cuantas palabras.

– ¿Con que la misma moneda?– susurró al escuchar esa frase, realmente le causo interés saber más acerca de ese punto. Continuo el asunto hasta llegar a un punto de quiebre, en ese momento, aquella mujer  reacciono violentamente a las palabras dichas por el portador de las katanas gemelas. El cambio fue notorio y no existía poder humano que pudiera detener su expresión de enojo.–De nuevo el sentimiento de Ira– sin mostrar preocupación o alguna grado de sentimiento de culpa, Ishiro terminó su ataque causando nuevas heridas en  el cuerpo ya de por si herido de Hakusame.

–Ahí radica el problema de nosotros, confirma mis sospechas e ideas previas. Aunque el precio que pagare por haberlo hecho será alto, realmente puedo ser un estúpido al hablar con las personas– era claro una cosa. Realmente, era claro ahora que la kunoichi podía soportar todo, menos que sintieran lastima por ella. Algo que el espadachín se lo dijo tajantemente, además de que fue el quien detuvo la espada de Kaido, su teoría estaba confirmada. Ese fue el detonante de su complicada relación.

–¿Eso es todo? ¿Algo mas que quieras anexar? No fui yo quien te degrado de ser “Una valiosa guerrera” a “una triste prostituta”, si no puedes superar eso entonces nunca podras avanzar, aunque no lo parezcas parece ser que tu pasado te acongoja a tal grado, que ese capitulo de tu vida no la has cerrado– retiro las espadas del lacerado cuerpo de su compañera. Era algo que comenzaba a desagradarle, debido a los multiples cortes que efectuó ese día. A decir verdad tenía mucho que no las veía tan bañadas de sangre.

–¿Te has dado por vencida? ¿Has renunciado a tu meta propuesta? Supongo que ese pensamiento que tienes le gano a lo que eres. Solo te recuerdo que hace un momento me recriminaste que no tenía permitido tenerte lástima, porque jamás te has abandonado una meta y un chiquillo ingenuo e inmaduro consiguió que lo hicieras. ¿Entonces tengo que respetar tu palabra, la cual tu misma has quebrantado?– sin expresar más volvió a tomar una actitud de ofensiva en la forma que sostenía ambas armas. –Una vez que de el último golpe y no te queden más fuerzas, abras fallado por en una meta que te propusiste ya que abandonaste tu objetivo de enseñarme una lección de vida. Tiburón Blanco portadora de Samehad ha fallado en la meta que se propuso– de inmediato un nuevo proyectil de agua a presión se dirigió contra la albina y ambas katanas gemelas se dirigieron a cortar su piel.

Las cosas habían cambiado, esta vez la albina estaba realmente enfurecida y cualquier buena voluntad que hubiese tenido alguna vez por el muchacho, había desaparecido por completo. – Esta ofensa no te la perdonaré tan fácil. – Pensó, hubiera preferido decir “nunca” pero era consciente de que su deber le obligaría tarde o temprano, si no a perdonar, al menos a dejar de lado, cada palabra, cada burla, cada reto de aquel flacucho no hacían sino encolerizarla cada vez más, revelando en parte la cara oculta del niño bonito de Kirigakure. – Así que eres un arrogante socarrón, pero era de esperarse de alguien que consigue las cosas a cuatro patas… – Tanta era su ira, que finalmente apareció la Yukionna, el Tiburón Blanco, Jikkōhime… aquella letal kunoichi miembro de los Shinobigatana Nananin Shū, no la joven explosiva que había visto hasta ahora. Hyo se quedó de pie, totalmente erguida, con una postura señorial digna de su noble cuna, totalmente serena, había recuperado su inexpresivo rostro de hielo y sus ojos más que nunca parecieron dos pequeños témpanos, sus venas se aplacaron, toda ella volvió a ser una estatua nevada de dureza, incluso su voz sonó como la de un espectro de los glaciares. – Sí, si tengo más que agregar porque aún cuando te intentes justificar, fuiste tú quien me llamó “ridícula” y “triste prostituta” porque eres un estúpido cerrado incapaz de ver más allá de tu nariz, todo un Yuki hecho y derecho a la hora de los prejuicios y las críticas, eres exactamente eso que dices odiar porque así como Kusari no atendió razones al momento de exiliar a tu padre por engendrar un media casta, tú no has dudado un momento en sobajarme como si fuera un simple desperdicio, porque en el fondo no puedes tomar en serio como guerrera a una mujer. Mi deber es protegerte y asegurarme que seas capaz de mantenerte con vida si yo caigo, no por ti, tú importas un comino pese a lo que creas, no eres más que un mediocre que se cree espadachín, pero aún así tienes una responsabilidad con la gente de Kiri. Ha sido un estúpido momento de gentileza el que me llevó a tratar de hacer algo por tu persona, como dije antes, yo no me rindo, pero no tengo porqué volver a mostrar amabilidad hacia ti, si quieres dejar o no tu mundo de fantasía es asunto tuyo pequeño hipócrita mojigato. – Refirió como si fuese alguna clase de ente de hielo, sin rastro de enfado en su voz, en una actitud completamente nihilista. – Y para que lo tengas claro, si he dicho que esto termina con un golpe más no es porque se acaben mis fuerzas ¿o acaso has visto que me haya preocupado uno solo de tus golpes? ¿has obtenido alguna queja o muestra de dolor de mi parte? Tus ataque no son nada, – hizo énfasis en esa última palabra. – ¿crees que me has hecho daño? El que esté sangrando, no quiere decir que me hayas mermado, mírate, uno solo de mis golpes produjo más daño que todos los tuyos, lo que me cansa es que eres un tartufo. – Sentenció justo cuando el muchacho había dirigido hacia ella un intento de terminar con el entrenamiento, ella no se movió, pero para probar su dicho y dejar claro que si recibió los anteriores ataques fue porque no le significaban peligro y no porque no pudiera defenderlos, simplemente esperó a que el disparo de agua estuviera suficientemente cerca y de un manotazo lo desvió y proyectó contra el suelo, con tanta fuerza que se desintegró en un simple charco, acto seguido atrapó la hoja de una de las katanas entre las palmas de sus manos al tiempo que giraba para evadir la segunda y su agarre tenía tal poder que provocó que ambas armas chocaran, se bloquearan y luego empujó a Ishiro a unos metros de ella, tras lo cual simplemente disipó la niebla, usando la propia. – ¿Lo ves? – Le restregó sin cambiar su tono plano y espectral ni su rostro inexpresivo, aunque sus palabras eran un claro menosprecio al mestizo que la había insultado y para hacerlo más contundente, un destello azul como sus fríos ojos la cubrió extendiéndose desde su pecho y al desaparecer, casi la mitad del daño había desaparecido, dando una pequeña muestra del poder de la kunoichi que no había tenido motivo para mostrar y aún ahora se reservaba al mínimo, pues no había caso en desperdiciar sus habilidades en un espectáculo burdo.

- Si tanto te molestó lo ocurrido el día de la inauguración ¿porqué dejaste que pasara? Si cumplías tu deber al detenernos ¿por qué no lo evitaste desde un principio? Si no era correcto que los Kirisenjin pelearan entre sí, ¿por qué no me detuviste cuando estaba usando a Kaido-san de pelota? ¿por qué no evitaste que yo lo lastimara a él? ¿por qué no lo defendiste? ¿por qué nunca te preocupó que yo pudiera matarlo? Es simple, porque eres un farsante, tu cabeza no concebía que esta triste prostituta le pudiera hacer daño a un gran shinobi y no, no soy yo quien se degrada, yo solo dije que no me gusta que me llamen así, pero es parte de mi pasado, nunca dije que aún lo fuera o que me considerara tal cosa, pero de inmediato como el Yuki que eres, me etiquetaste igual que todos, porque de todo lo que se ha dicho de mí, es lo único que se te quedó en la cabeza y lo único a lo que le diste valor para definirme, más aún, quien mencionó palabras como “ridícula” “triste” y “miserable” fuiste tú, pero en cualquier caso y volviendo al tema, no interviniste antes, por la simple y sencilla razón de que no te importó lo que nos pasara a ninguno de los dos hasta que caíste en la cuenta de que tu posición como Jefe de Policía se veía comprometida si nos terminábamos asesinando, no lo hiciste por ayudarme y no lo hiciste por él, lo detuviste únicamente por tu propio beneficio, tú no sirves para ser un shinobi, ves todo en blanco y negro, en un mundo lleno de colores y en un camino construido sobre matices de gris, por eso no logras entender las cosas, por eso eres un mediocre, un media casta que carece de derecho para llevar el nombre de uno de los clanes ninja más poderosos de Mizukuni, pero hecho a sus paradigmas absurdos, tienes todo lo malo de los Yuki, quizá por eso los odias, porque representan todo lo que tratas de esconder de ti mismo, por eso no puedes entender mi metáfora y por eso crees tontamente que yo deseo matarte, pero mi reputación de asesina es fruto de muchos años de trabajo, cortando cabezas que tenían un alto precio, por la tuya no ganaría ni dos centavos ¿de qué me serviría? – Su discurso fue largo y quizá hasta monótono por el hecho de que no dio ninguna clase de expresividad durante todo el tiempo que habló.

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Defensa: 89 – 10 (Kirigakure) = 79 (Efectiva)
Jutsu = 8 – 2 (Kirigakure) = 6 (C – Efectivo)
Chakra = 44 – 2 (Samehada) = 42 (+25% Daño Final)
Objeto = 8 (Efectivo)

Efectos sobre Hyo:
• -100 HP por el resto del combate.
• -3 Chakra por el resto del combate.
• +3 Chakra por el resto del combate. (Habilidad: Si su HP baja a la mitad, los puntos de chakra subirán en  3.

HP = 855 – 100 (Efecto) + 1560 + 780 = 3095

Técnica:

Objetos:

 Las palabras del shinobi provocaron un cambio en la actitud de la kunoichi. Mostrándose más serie, inexpresiva, era como si fuera realmente un témpano de hielo. Dejando atrás el rastro de agresividad y explosividad que  hasta ese momento la habían  caracterizado. Para después exponer sus ideas y refutar todo lo que Ishiro había dicho hasta ese momento. –Con que ella sabe acerca de lo sucedido aquel día– era algo que deseó preguntarle, pero se dio cuenta que era demasiado tarde para abordar el tema, por lo menos en ese entrenamiento Continuaron los razonamientos, enfatizados en enmarcar cada uno de los defectos que ella veia en el shinobi, sin guardarse nada, ni intentar suavizar sus palabras.

–¿Quién quiere amabilidad? ¿O tu protección? Hasta ahora no quise contradecirte en tu noble visión de las cosas, pero te equivocas, cierto tengo una responsabilidad con las personas de Kirigakure, pero no por eso depende de tu protección. Eso es algo que te formulaste por ti sola. Mas orgullosa no puedes ser. Si yo herede los vicios y perjuicios de los Yukis, tu heredaste toda la arrogancia y soberbia  que los caracterizan–aunque se veía exaltado, no reflejó preocupación en la forma que todo se desarrollaba. Pero si le molesto en el fondo, fue la manera de como la portadora de Samehada, se recuperó de parte de las heridas recibidas y anuló la neblina de su jutsu de ocultamiento. No por la acción, si no la manera en que lo enfatizó.

–¿Terminaste? A decir verdad espero que sí, esto es una farsa y tanto tú como yo lo sabemos. Me has llamado hipócrita hasta el cansancio, así que evitare andarme con rodeos. Si tanto poder tienen tus ataques y  los míos son insignificantes. No alarguemos aún más todo esto y pongámosle punto final. Está claro que de nada sirvió toda este “entrenamiento”. ¿O deseas seguirme recriminando de todo lo que hago, como lo hago y cuando lo hago? ¿Mostrando a superioridad de tus jutsus, pensamientos, ideales? ¿Sigo insultándote y pisoteándote?– no deseaba alargar más ese momento. No había manera de rescatar y solucionar sus problemas en ese instante, después de todo lo dicho.

–¿Me has dado tus razones? Por lo menos el si, falsas o no se prestó hacerlo. Tu solo huiste, si huiste después de la paliza que recibiste. Solo agachaste la cabeza, distes una falsa disculpa y te retiraste. Sin ni siquiera ver a los ojos, del inútil que evito que te decapitara. Hipócrita eso es lo que eres, acepta que ese fue el detonante de todo. Tu orgullo no acepta, que una basura te apartara de tu honorable muerte. Y antes de que me digas algo, olvídalo, no me importa ni espero que me digas nada al respecto. Si h e aprendido algo, es que eres hábil para usar  lo que la gente dice en su contra.Primera respuesta, querían pelear, adelante lo hicieron. Seunda respuesta, bromeas el sujeto barrio el lugar prácticamente contigo. Ni tú te crees las últimas dos preguntas, sabiendo el resultado de ese enfrentamiento. Nunca pensé que fueran tan cortos, por no decir idiotas de mente para matarse mutuamente. ¿Con que yo ahora soy el que tomo la postura incorrecta? Te lo dije desde el primer dia que nos vimos cerca de la villa del clan yuki, no hago las cosas para ganar fama o respeto. Además no fue porque fueras una “triste prostituta” en ese instante ni me hubiera pasado esa idea por la cabeza, quisieron pelear adelante y no lo hice por ego, pero eso reafirma mi idea. Incluso en o eso intentas desprestigiarme, para que tu orgullo no se vea empañado.– guardo asilencio, respiro profundo y continuo hablando.–¿Es todo lo que tienes que argumentar?–  molesto y hastiado por  todo lo sucedido, simplemente se limito a atacar.

La albina permaneció totalmente inmóvil e inalterable como estatua, observando como el joven que todos conocían como estoico, había perdido todo rastro de paciencia y serenidad, y ahora era él quien se esforzaba por mantenerse a raya. Hyo escuchó cada palabra, lo dejó desahogarse y hablar sin interrumpir, sin dejar de mirarlo con sus fríos ojos y sin ningún tipo de expresión que dejara adivinar lo que pensaba respecto de sus manifestaciones y una vez que Ishiro hubo terminado, ella se limitó a detener una vez más su katana y a desvíar el ataque de agua que le lanzó. No dijo nada, no tenía caso, el moreno acababa de dejar muy en claro que no quería escuchar otra más de sus palabras ni estaba interesado en ellas, por lo que se reprochó a sí misma, tal vez si no fuera tan explosiva y tan directa, podría hacerle entender a aquel joven ingenuo que ambos eran como el ying y el yang, idénticos y totalmente opuestos al mismo tiempo, como dijera antes, dos caras de la misma moneda, dos extremos de una línea, sin embargo ella no sabía expresarse de otro modo, las artes marciales eran su forma de comunicación, las palabras duras su sinceridad y el tropel de ideas revueltas su maldición, al menos en el plano interpersonal pero debía admitir que nunca le interesó corregirlo porque hasta ahora no había sido alguien que tuviese que tratar con la gente, muy por el contrario, era simplemente una ejecutora, así que se guardó cualquier otra cosa que hubiese pensado en aclarar o hacerle saber, dejó por la paz aquella discusión que tal como él decía, no los llevaba a ningún lado. – Lo que sigue sin quedar claro es que aquí lo que importa no somos ni tú ni yo, no es porque alguien dependa de mí, es mi deber ser el muro que detenga a los enemigos de Kiri, ese es el camino que elegí y acepté. – Pensó al tiempo que realizó sus propios sellos de manos para enviar las serpientes dragón en contra del Jefe de Policía, tal como le había solicitado y estaba en su derecho y sin importarle lo que él pensara al respecto, ella tenía claro que no era una rendición, lo haría entender algún día, pero no hoy.
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Defensa: 76 (Efectiva)
Jutsu = 8 – 2 (Kirigakure) = 6 (D – Efectivo)
Chakra = 9 – 2 (Samehada) = 7 (-50% Daño Final)
Objeto = 1 (No Efectivo)

Efectos sobre Hyo:
• -100 HP por el resto del combate.
• -2 Jutsu por el resto del combate.
• -3 Chakra por el resto del combate.
• +3 Chakra por el resto del combate. (Habilidad: Si su HP baja a la mitad, los puntos de chakra subirán en  3.

Daño Final: 2250 – 1125 (Chakra) = 1125

HP = 3095 – 100 (Efecto) = 2995

Técnica:

–Muchas veces el silencio es la mejor opción– no quería seguir esa discusión sin sentido. Ver que la kunoichi guardó silencio absoluto significaba que la conversación entre ambos llego a su fin. Al final solo hablaron de más y no llegaron a ningún punto de acuerdo. En su mente seguían las ideas de forma caótica, la calma y serenidad las perdió desde hacía mucho y no la recuperaría hasta mucho después. Cual fuera el caso, no sería provechoso el resultado final de todo lo dicho y actuado. Siguiendo una senda equivocada se dejó consumir por esa idea, la de no prestar atención y no intentar sacar algo de provecho a todo lo que le dijeron. Cerrándose a esa actitud continúo en silencio para finiquitar ese encuentro. Visualizo los sellos de la albina, identificándolos como el jutsu que formaba sus serpientes de agua. Pero no estaba atento, no lo suficiente como para reaccionar a tiempo y pronto se vio rodeado de las serpentinas figuras. Así que solo se limitó a sustituirse por un tronco, cuando ambos reptiles se lanzaron a atacarlo.

 

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Defensa: 24 + 10 = 34 (Efectiva)

HP: 2415 – 220 = 2195

Sin decir nada y decepcionada de que él huyera como cualquier miserable rata, la albina se limitó a redirigir sus serpientes que atraídas por el agua en el cuerpo de Ishiro, reptaron en su busca, mientras el chakra del muchacho era un aliciente para que Samehada hiciera su propio intento de apresarlo y tener un buen postre luego de haber soportado toda la palabrería de Hyo y del niño, mientras que Hakusame esperaba ese supuesto golpe que terminaría con todo y no entendía cómo y porqué si tanto quería deshacerse de ella, no podía darle un simple golpe para poder largarse a llorarle a Kaido-san por lo “malvada” que había sido Hakusame con él, tras lo cual seguramente Kaido le daría otra golpiza a ella, pero estaba bien, Kaido tenía el derecho, Ishiro… Ishiro solo era lo que ella habría sido sin razones para levantarse, para ser fuerte, sin que alguien la guiara y le enseñara a sobrevivir, pero ya lo haría entender algún día, por la buena o por la mala, así que se limitó a ver cómo evadía el ataque esta vez, si es que podía.
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Jutsu = 8 – 2 (Kirigakure) = 6 (D – Efectivo)
Chakra = 32 – 2 (Samehada)  = 30 (+10% Daño Final)
Objeto = 6 (Efectivo)

Efectos sobre Hyo:
• -100 HP por el resto del combate.
• -2 Jutsu por el resto del combate.
• -3 Chakra por el resto del combate.
• +3 Chakra por el resto del combate. (Habilidad: Si su HP baja a la mitad, los puntos de chakra subirán en  3.

Daño Final: 2400  + 240 (Chakra) + 350 (Samehada) = 2990

HP = 2995 – 100 (Efecto) = 2895

Técnica:

Objeto:

Dejó alado la actitud con honorable en un combate y se fue por la salida fácil. Escapar como un cobarde. Su mente en ese momento demostraba lo inmadura que podía ser, al mostrar nula capacidad de sostener lo que profesaba. Ahora actuando de forma completamente distinta y demostrando muchos de los vicios que le señalo la albina, su actitud era la de todo un Yuki. Fue así que junto sus manos y formó los tres sellos de su propio jutsu. Sin prestar mucho atención a los demás movimientos de la kunoichi, un grave error, que ya había hecho y seguía sin aprender la lección. Disparo el proyectil de agua, que intercepto a las serpientes liquidas y siguió de largo en dirección de la albina. Pero casi instantáneamente su brazo fue alcanzado por la legendaria espada de los siete espadachines de la niebla. –Samehada– en el primer combate entre ellos, se mostró pendiente de aquella formidable arma, sabiendo lo que significaba su mordida. Pero ahora ni siquiera la vio venir, siendo un blanco fijo para sus fauces. Aunque en ese momento no lo reconoció, su inmadurez lo llevo a cometer un terrible erro, dejando de lado enseñanzas y lecciones que se le fueron impartidas, mucho antes de que aprendiera a sujetar una espada.

 

Daño final: 1500  - 225 = 1275

Aunque el rostro de Hyo no cambió, su decepción era casi palpable para quien la conociera, por supuesto Ishiro jamás podría notarlo. La albina trataba de tomar una decisión mientras veía al joven disparar la bala de agua, si él no quería escucharla, había otros modos de hacerlo aprender la lección, cada uno más desagradable que el otro y como les quedaba poco tiempo de aquel entrenamiento tedioso, decidió ser arriesgada, aunque esa sería tal vez la única forma de hacerlo abrir los ojos de una vez por todas y enfrentar sus demonios y la cruda realidad, también estaba segura de que le ganaría el odio del muchacho… uno demasiado profundo que podría incluso resultar contrario a los intereses de Kirigakure, por lo que se limitó a atrapar la esfera de agua con una de sus manos y aplastarla, mirando fijamente al pelilargo, mientras se tomaba otro momento para volver a pensar su siguiente movimiento. En tanto, se quedó de pie frente a él, mirándolo fijamente y esperando a ver qué decidía y si por fin terminaba con aquello, si actuaba como un guerrero o continuaba siendo un conejito.
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Defensa = 67 (Efectiva)
Jutsu = 1 – 2 (Kirigakure) + 1 (Samehada) = 0 (No Efectivo)
Chakra = 4 – 2 (Samehada)  = 2 (-50% Daño Final)
Objeto = 3 (Efectivo)

Efectos sobre Hyo:
• -100 HP por el resto del combate.
• -2 Jutsu por el resto del combate.
• -3 Chakra por el resto del combate.
• +3 Chakra por el resto del combate. (Habilidad: Si su HP baja a la mitad, los puntos de chakra subirán en  3.

HP = 2895 – 100 (Efecto) = 2795

Aunque la bala de agua logró atravesar a las serpientes, no tuvo el menor efecto sobre la kunoichi, quien solo se limitó a apresarla con una de sus manos y con un fuerte movimiento  la aplastó por completó. La respiración del shinobi, denotaba fatiga, no solo su mente estaba cansada, si no que su cuerpo comenzaba a reflejar ese mismo estado. –No creo que dure demasiado esto, aunque su rostro no lo refleje, no es posible que no esté resintiendo sus heridas– dijo para sus adentros. Intentando descifrar cual era el mejor movimiento, no solo para evitar los movimientos de la Yuki, si no también evitar la palabrería que venía manejando desde un principio. Realmente la fortaleza de la testadura mujer, era algo que impresionaba. Contra eso Ishiro tenía poco recursos y el problema radicaba que eso poco con lo que disponía ya lo había utilizado. – ¿Qué está planeando? Por qué no continúa con sus ataques– trataba de descifrar la frialdad de sus expresiones, pero era imposible saber que pasaba por su cabeza o reconocer algo en sus fríos ojos.  Siguió en una pose defensiva, a la expectativa de lo que ocurriera.

Tras haber exterminado el ataque de Ishiro con sus propias manos, la joven de cabello color de nieve avanzó un par de pasos en dirección al muchacho, mirándolo fijamente a los ojos como si lo retara, extendió los brazos, mostrándose sin guardia y esperando el famoso golpe que terminaría aquel encuentro que estaba segura que él catalogaría como uno de los más desagradables de su vida, en cuanto a ella, todo lo que podía decir era “decepcionante”. Mirándolo aún y preguntándose qué demonios estaba esperando para atacarla y al no ver ningún intento de movimiento en el flacucho, la joven empuñó una vez más su arma y la lanzó directo a la cara de Ishiro, más con el afán de “desarmarlo” y azuzarlo, que de herirlo, más aún, le notaba tan cansado, que se vio seriamente tentada a soplar a ver si lo derribaba y por esa misma razón, se negó a atacar, ella no tenía nada que demostrar, tenía algo que enseñar, pero según parecía, su discípulo no estaba listo para aprender y ella por mucha experiencia que tuviera en el tema, realmente no tenía idea de cómo tratar con la gente y sobre todo, odiaba tratar con princesitas mimadas que nunca tenían que esforzarse por nada e Ishiro, se le antojaba demasiado parecido a ellas.

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Jutsu = 1 – 2 (Kirigakure) = -1 (No Efectivo)
Chakra = 16 + 5 (Samehada) = 21 (-10% Daño Final)
Objeto = 8 (Efectivo)

Daño Final = 500

Efecto sobre Hyo:
• -100 HP por el resto del combate.
• -2 Jutsu por el resto del combate.
• -3 Chakra por el resto del combate.
• +3 Chakra por el resto del combate. (Habilidad: Si su HP baja a la mitad, los puntos de chakra subirán en  3.

HP = 2795 – 100 = 2695

Objeto:

En esta nueva ocasión no se dejó influenciar por el reto de Hakusame. Recordando que era mala estrategia, atacar de frente cuando un oponente lo ofreciera a hacer. Eso solo significaba dos cosas: Fanfarronear para ocultar su agotamiento o  presión psicológica para tender una trampa. Por lo que decidió no acompañar a la albina en su ofrecimiento de bajar la guardia. Era mejor mantener cierto grado de cautela.

–Tengo que poner atención a su espada–  se dijo así mismo el joven, al ver como la kunoichi empuñó su arma para disponerla a utilizar. Al poner atención en esta ocasión a esa arma infernal, consiguió bloquearla con sus aceros. Ya había probado su mordida y era algo que no quería repetir. Aunque no era una posición ventajosa y teniendo que efectuar un contraataque. Efectuó su siguiente movimiento. Realizó los tan conocidos tres sellos manuales, para preparar sus jutsu. Sabía que después de tantas veces que utilizó la misma estrategia, era más que suficiente para que la albina comprendiera y reconociera la lógica de ese ataque. Pero no había mucho que pudiera hacer. Por lo que reforzó esa maniobra, con un corte con una de sus katanas.