Dô VS Karura

Y como acción predispuesta por el escuadrón de reconocimiento del País del Rayo para establecer relaciones con otros Países, así como entre sus propios miembros, la ronda de usuales combates amistosos habían sido dadas. Aquel día a Dô Ono le tocaba practicar en el claro apisonado de los bosques del Rayo, además de esperar a su contrincante del día con quien se suponía debía entablar algún tipo de entendimiento a través de una batalla respetuosa y de esa forma dejar en alto el nombre de la región nubosa y plagada de montañas. Con un traje de color rojo vinotinto y decorados en plata conformado por una chaqueta gruesa con cuello terminado en puntas de sierra y mangas largas que llegaban un poco más allá de las muñecas, además de un pantalón bombacho que se ajustaba perfectamente a unas sandalias que más bien parecían botas por lo alto y ancho de sus suelas, el rubio se encontraba haciendo su calentamiento de rutina: extendiendo los brazos, girando los hombros y doblando las rodillas una y otra vez.

Con un último doblamiento de su cuello para dejar crujir aquella zona y sentir que estaba preparado, finalmente soltó un bufido. Estaba listo para aquella escaramuza amistosa, ni más ni menos.

Mientras terminaba con sus ejercicios de rigor en pos de no estirar un ligamento de mala manera, el shinobi del País del Rayo pudo ver como frente a él se presentaba la figura de una muchacha con cabello negro y atuendo acorde, saludando con cortesía y un tanto más del decoro necesario en esa situación. Ladeando minimamente la cabeza mientras giraba los hombros se acercó a la posición de la recién llegada, tomándola de la mano para estrechar en una presentación de sus propio modales, sonriendo de oreja a oreja con su usual gesto afable de siempre.

-Buenos días señorita. Dô Ono a su servicio, espero que esta experiencia sea edificante tanto para usted como creo lo será para mi.- Comentó el rubio con suavidad, finalmente separándose unos diez metros de su oponente para sacudirse las rodillas y finalmente, agitar la cabeza. Ya estaba listo y según lo que pensaba, su rival de entonces también compartía aquella posición. -Y tiene usted el primer movimiento, señorita.- Agregó sin dejar de sonreír, esperando a que la fémina diera el inicio en aquella contienda particular.

-Oh, por supuesto que no, no se preocupe señorita.- Contestó el rubio con su usual sonrisa, desestimando lo dicho por la muchacha por una simple razón. -La verdad es que estoy desligado de la política. Mentiría si dijera que se quien es el dirigente del País. Me refiero, es demasiado grande y los nobles de por aquí intentan no presentar mucho sus caras; y si los aristócratas ricos no quieren dejarse ver mucho, los regentes feudales aún menos.- Comentó el de barba de chivo con tono expositivo, peinándose ligeramente los vellos de esa zona con la mano derecha. -Y creo que... si menciona algo de esa manera, sus razones debe tener. En este lugar la política es un tanto sombría y de poca confianza.- Agregó finalmente mientras se encogía de hombros, preparándose para el inicio de la pelea una vez vio los ojos de la mujer cambiando de tono. -Ooh.- Murmuró reuniendo chakra de rayo en sus manos y pies, dando una zancada hacia atrás mientras evadía de manera precaria uno que otro embate y sablazo ejecutado con la espada de la mujer, finalmente sintiendo un escozor en bicep izquierdo que lo hizo retroceder unos veinte metros. -...ouch.- Murmuró, limpiándose con una manga la sangre que chorreó por la abertura, pasando el chakra eléctrico por ahí en aras de cauterizar la herida. -Si no le molesta que le pregunte, ¿ese es un Sharingan, verdad? ¿acaso es miembro de los Uchiha?- Inquirió mientras daba un paso adelante, desapareciendo en un parpadeo mientras dejaba marcas en zigzag por el cesped, finalmente materializándose frente a la pelinegra mientras daba una ligerísima palmada frontal - tan solo para empujar el hombro de la fémina. La electricidad haría el resto.

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Daño Jutsu D: 825
Efecto Jutsu D: -100 HP por turno hasta el final de la batalla.

HP: 3500 - 200 = 3300

-Haha, no hay problema señorita Karura. A veces a mi también se me va el protocolo por las ramas, así que no se preocupe por eso y comparto su sentimiento: usted igualmente me cae bien.- Dijo el rubio con su usual sonrisa, intentando evadir el segundo embate de espada de la mujer para así fracasar y sentir como su carne era cortada de nueva cuenta en el antebrazo. -Y... tiene razón. Menos mal que tengo nociones de ninjutsu médico para sobrellevar este tipo de cosas - no le mentiré, no me gustaría estar cicatrizado de por vida con rayas y todo eso.- Comentó encogiéndose de hombros para hacer un gesto ligeramente adusto con la cabeza y el rostro, finalmente recolocándose en posición a unos veinte metros de la fémina de cabellos negros como el azabache. -Ahí voy de nuevo, señorita Karura.- Expresó mientras pisaba con fuerza y de un solo movimiento se lanzaba al frente con velocidad de vértigo, quemando la hierba que apenas si pisaba para levantar la mano y dar una palmada en dirección a su contrincante.

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Daño Jutsu D: 937
Efecto Jutsu D: -100 HP por turno hasta el final de la batalla.

HP: 3300 - 200 = 3100

-Es que hay que ser educado, señorita Karura. Digo, no es tanto por la dicotomía entre un hombre o una mujer que suele haber, sino por concepto de... educación, osea, ¿qué nos diferenciaría de los animales si todos nos insultamos o nos mostramos como unos imbéciles? Es algo de sentido común. Si quieres que te traten bien, trata a los demás de esa forma, así es como veo el mundo.- Declaró Ono encogiéndose de hombros para moverse de nuevo, evadiendo por poco el filo de la espada de la mujer pero sin embargo, incapaz de impedir que el corte rebanara parte de su ropa. -Y... creo que me dejará sin una buena muda de ropa.- Comentó, dando una vuelta para así lanzarse frente a un árbol y dar una vuelta súbita gracias a su cinturón que al instante se despidió y regresó, colocándolo frente a la pelinegra cara a cara. -Bien... voy a intentarlo de nuevo. Ahí voy.- Murmuró disparándose nuevamente con una fuerte zancada, atravesando todo el claro en un solo momento para lanzar un golpe directo al pecho de la fémina, intentando empujarla y sacarla de balance lo más pronto posible. Si algo había quedado claro: estaba en mucha desventaja.

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Daño Jutsu D: 862
Efecto Jutsu D: -100 HP hasta el final de la batalla.

HP: 3100 - 200 = 2900

-Jaja, no es ni tan así, señorita Karura. No soy un catedrático ni nada así, es tan solo cosas de la experiencia en la vida; osea, vivir veinte y tantos años más el resto de cosas hace que uno sepa unas pocas cosas... pero para nada soy un experto. Es solo cosa de crecer y avanzar en la vida - de eso me di cuenta, ser tan agresivo o grosero no lleva a nada.- Declaró el otro mientras veía como la mujer se preparaba para su siguiente golpe tras haber evadido su jutsu básico de ataque, obligándolo a tomar una postura más defensiva mientras enviaba su chakra hacia el cinturón del rey que vestía en esa ocasión. Tras un segundo de interludio en que la espada ígnea de la mujer se lanzó, el cinturó se alargó y ató a un árbol cercano, sacándolo a tiempo - haciendo que apenas un rasguño de la fémina fuera lo que lo golpeara en el antebrazo, una llama que si bien era potente no era nada del otro mundo. -Creo que... ya ganó.- Declaró el rubio con tono factual. Era más que claro: estaba superado por mucho en esa batalla en cuanto a habilidad de pelea se trataba. -Ahora... a ver, ¿le interesa ir a comer algo?- Preguntó el otro, moviendo la mano de un lado a otro para ahogar la llama mediante su propio chakra de rayo.

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HP: 0