MS 10 - MERCADO DE KONOHA

Algunos mercaderes eran más confiables que otros y eso quedó demostrado al encontrarse con uno que le vendió el producto que realmente necesitaba. Un kilo de zanahorias, faltaba bastante, pero un avance era un avance y eso no le podía ocasionar un disgusto. Las zanahorias tenían un buen color, aspecto, tamaño y contextura y el precio fue algo razonable, cero quejas en esa compra, realmente le hubiera gustado encontrarse con mercaderes como ese. Sí, eso evitaría tanto enredo con los precios, pesos, conversiones, productos que hacían que un extranjero, se terminara enredando y confundiendo. –Gracias– atino al decir cuando se retiró a buscar otros productos que comprar. Había un mar de posibilidades, para hacerse de más de uno y avanzar en la lista.

 

 

El siguiente producto que consiguió fue un kilo de nueces, mismo caso con el anterior, el mercader que lo atendió fue una persona demasiado amable y honesta como para estafar a un extranjero, que estaba claro que no estaba familiarizado con un mercado como ese. Por lo que le dio no solo las nueces, si no que uno que otro consejo de cuál era la mejor forma de moverse entre tanto locales y lo importante no terminar siendo estafado. Por lo que quedo realmente agradecido, si continuaba esa manera, notaria un avance más claro y podría continuar sin ningún problema. Solo necesitaba eso. Por lo tanto guardo sus recientes compras y continuo preguntando entre locatarios, y vendedores. Analizando los productos y comparando las ofertas. Estaba claro que no deseaba despilfarrar su dinero.

 

 

 

Aunque se podría encontrar diversos productos, el bullicio era demasiado, no podía soportar tanta  gente ir y venir, por lo que el último producto que compro fue solo un pastes, ahora no deseaba seguir entre tanta gente. Eso lo comenzó a inquietar y sentía que no estaba avanzando tanto como era de esperarse. Así que decidió regresar al punto anterior de donde se encontraba. La granja. Tomando en cuenta que después de algunas horas, podría retomar el camino desde el último punto donde termino, así que guardó el ultimo articulo y continuo su camino hacia otro sitio, menos atestado de comerciantes y compradores, donde no solo tenía que preocuparse de encontrar lo que quería, si no de no ser robado o asaltado. Por lo que  aunque las ventajas eran muchas, decidió que no era la mejor estrategia.