Ficha de Akemi Uchiha

Aspecto Físico:

Spoiler:

Altura: 1, 60 m.

Peso: 46 kg.





Personalidad: Tierna, pacifica, inocente y soñadora, Akemi suele ser una persona tranquila y agradable, disfruta de las cosas sencillas y no le gusta ocasionar molestias a las personas, posee una gran paciencia, pero tiene un limite, y cuando este se traspasa se vuelve sádica y cruel, suele soltarse el cabello al ocurrir esto.

Relación o Parentesco:

• Hija de Umiko y Balmunk Uchiha.

• Media hermana de Karura Uchiha.

• Esposa de Judal Uchiha.

• Madre de Izuna y Neko Uchiha.

• Cuñada de Madara Uchiha. 

Habilidades:
Akemi es poseedora de una gran cantidad de chakra, producto de unas alteraciones que sufrió su madre durante su embarazo,  por lo que los ninjutsus médicos se le facilitan, a muy temprana edad comenzó a emanar chakra curativo de sus manos para cerrar sus heridas o las de otros miembros del Clan y tiene la capacidad de regenerar el chakra perdido de otras personas durante batallas, transfiriéndoles el suyo. Además que su proceso de sanación es mas rápido de lo normal por la cantidad de chakra que tiene.

Por la estructura física que tiene es ágil esquivando ataques y es bastante escurridiza, lo que la hace buena para huir de los lugares donde se siente en peligro.

Al sentir la necesidad de proteger a su familia, Akemi recolectó una gran cantidad de pergaminos de jutsus de barrera, los cuales estudio y practicó hasta perfeccionar su habilidad para la creación de barreras de cualquier nivel, creando desde las mas sencillas hasta complicadas barreras capaz de dañar a quien quede dentro o protegerse en ellas e impedir que cualquier ser entre. Perfeccionó esta habilidad hasta el punto que barreras de alto nivel creadas por ella son completamente impenetrables.
(• +2 de Chakra permanentemente.
• Habilidad para poder crear ninjutsu médico.
• Habilidad para crear jutsus de regeneración de chakra en otros y así aumentar su chakra permanentemente en batalla de forma asistiva.
• Sana 5% de su HP por turno si lanza chakra 30+
• Puede huir de una batalla sin la necesidad de tirar dado huida.
•Habilidad para crear jutsus de barrera de todos los rangos.) 

HISTORIA
Akemi tiene una historia familiar muy triste ya que es una hija fuera del matrimonio, su madre era una Uchiha sin mucha afinidad para los jutsus de fuego, sin embargo una gran ninja médico que creaba píldoras que aumentaban el chakra. Su padre era un habilidoso shinobi casado con la hermana de su madre, con la que tenía una hija, Karura. Sin embargo, Balmunk tenía un problema, le encantaban las mujeres, por lo que termino metiendose con Umiko una noche y dejándola embarazada.

Umiko al conocer su estado intentó suicidarse, pero Balmunk la detuvo, convenciéndola de que tuviera el hijo que esperaban, solo que no la reconocería como hija frente a su otra familia. Umiko acepto a medias eso, ya que siguio asistiendo a misiones a pesar de su condición de embarazada, sin embargo notaba que se fatigaba mas de lo normal, por lo que empezó a consumir las píldoras que ella creaba en exceso, lo que provocaría en el futuro la gran cantidad de chakra de su hija.

Siete meses después de la noche que compartieron Umiko y Balmunk nació Akemi, ella se crió viendo a Umiko como su madre y padre, ya que esta le decía que su padre había muerto antes de que naciera y ella no preguntó más. Hasta que años después en una batalla murió el padre de su "prima" Karura, y ahi fue cuando su madre le confesó toda la verdad, ella tenía 8 años en ese entonces.

Un año después su madre murió a manos de su Clan, quienes abusaron de sus habilidades médicas hasta el punto de dejarla sin chakra y llevarla a su muerte. Akemi no tuvo mas opción que refugiarse con su tía y Karura, a la cuál seguía sin decirle que era su hermana, por miedo a que la rechazara o intentara matar.

Y así creció escondiendo la verdad a todos, aunque algunos del clan sospechaban por su gran parecido con Karura, pudo engañarlos diciendo que sus madres eran hermanas y todos creyeron eso, menos uno, Judal. Quién en un momento de debilidad le termino confesando todo y quebrándose por completo delante del hermano menor de Madara. Desde ese momento comenzó a apreciar y respetar a Judal, mostrando un apego similar al que sentía su hermana por Madara y aguantando todas sus niñerías.

Akemi se entrenó como ninja médico, aunque a diferencia de su madre, ella si puede realizar jutsus de fuego, decidió especializarse en lo primero para ayudar a su Clan, pero como Umiko, corrió la misma suerte, ya que empezaron a abusar de su chakra a tal grado que ha perdido el conocimiento varias veces.

Con la llegada de Judal después de tanto tiempo a la villa Akemi pensó que su vida mejoraría, no obstante, tiempo después no tardó en regresar Madara con su familia, provocando la furia de su esposo y acabando por completo la casi inexistente estabilidad de su familia respecto a Judal.

Constantes discusiones, muchas peleas dentro del clan, conflictos con los Senju fueron factores para que su familia perdiera a un miembro, pero todo llegó a su fin cuando Madara hizo una alianza con los Senju y eventualmente todos se vieran envueltos en la creación de una villa al integrarse más clanes ninja. Como esperó su esposo se opuso, provocando que fuera exiliado y desapareciera de sus vidas de un día para otro sin dejar rastro.

En ese momento Akemi comprendió dos cosas, la primera fue que no podía confiar en nadie nunca más excepto en su familia y la segunda que debía cambiar si quería mantener a sus hijos con vida. Nunca volverían a respetarla solo por ser la esposa de Judal Uchiha, Judal había desaparecido... era como su estuviera muerto y un muerto no podía protegerlos. Su clan le había dado la espalda desde el inicio, todos argumentaban que no querían más muertes y culpaban a Judal, olvidando que si Judal nunca hubiese causado terror cuando se hizo cargo de los Uchiha, los otros clanes los habrían masacrado, porque para Akemi cualquiera que viese como un líder a Madara Uchiha le causaba desconfianza y al estar tantos con él dejó de creer en los Uchiha. Nunca negó la gran habilidad ninja del hermano mayor de su esposo, pero no podía olvidar que cuando lo necesitaron, él decidió que una mujer que acababa de conocer era más importante y los abandonó por años dejándolos a su suerte. Madara podía ser el mejor esposo, padre y shinobi, no obstante, jamás lo consideraría un líder digno de seguir. Sin embargo, por seguridad de sus hijos no podía marcharse de esa villa, por ellos soportó seguir viendo a Madara día tras día en la aldea, al menos ese lugar les proporcionaba la seguridad que no obtendrían en ninguna otra parte, solo debía quedarse en silencio y no actuar hasta ser lo suficientemente fuerte.

Relativamente vivían seguros en la villa, ya no temía de los asaltos nocturnos de otros clanes, pero un nuevo enemigo se había creado para ellos 3 en ese lugar, los propios habitantes de la aldea se encargaban intentar hacer su vida miserable día tras día, desde agresiones verbales hasta incluso ataques a su hogar. Era normal para ella regresar a su casa del mercado y encontrar una ventana rota o que en la noche apedrearan su techo. Más de uno intentó intimidarla, pero no les daba el placer de conseguirlo. Si la insultaban los ignoraba, si intentaban agredirla físicamente activaba su sharingan al instante y fragmentaba ligeramente el suelo con el pie al concentrar su chakra en ese punto. Eso lo aprendió con el paso de los años, en un inicio todo era terrible para ella, se despertaba sobresaltada al escuchar las piedras golpear su puerta o sus ventanas durante la noche, se sentía humillada cuando la insultaban e impotente cuando llegaban a sus oídos los comentarios negativos de las personas hacia sus hijos, no podía hacer demasiado, si lo hacía terminaría asesinando a alguien y eso le traería problemas mayores que le harían correr con la misma suerte que Judal, y no debía ser así o sus hijos no sobrevivirían.

Asustada por cualquier intento de los habitantes de la aldea o de los propios Uchiha, Akemi estudió hasta perfeccionar los jutsus de barrera, al principio no conseguía algo mayor a una pequeña barrera que protegía media habitación, procuraba hacerla sobre su futon para meterse con sus hijos y que nadie pudiese tocarlos mientras dormían. En un inicio no conseguía mantener la barrera y dormir, pasaba las noches en vela y los días dormía a ratos, hasta que con el paso del tiempo y constante práctica creaba barreras mucho más grandes consiguiendo proteger su casa y dormir con la tranquilidad de saber que cuando despertara, la barrera seguiría ahí.

Su relación con sus hijos mejoró increíblemente, en especial con Neko. Los 3 parecían saber que solo contaban con ellos mismos y se volvieron unidos. Si bien Akemi era una persona completamente distinta en la calle, dentro de su casa podía ser la misma madre consentidora y dulce que siempre había sido y sólo ahí se permitía mostrar esa gran tristeza que la embargaba por el exilio de su esposo.

El tiempo comenzó a pasar y a cerrar las heridas, después de algunos años Akemi dejó de llorar por su esposo, todos los sentimientos que tenía por él los guardó en algún lugar de su corazón por su propia salud y la de sus hijos, no podía seguir dándoles una imagen así, debía ser fuerte. Se enfocó por completo en su educación y bienestar, les enseñó las técnicas que sabía, enseñó a Neko a hacer ninjutsu médico y a Izuna desarrollar al máximo sus técnicas de taijutsu.

Sus hijos crecían y ella se volvía más fuerte, las personas ya consideraban dos veces antes de meterse directamente con Akemi y con unos niños Uchiha que desarrollaban un poder increíble.

Akemi comenzó a trabajar mucho tiempo después del exilio de su esposo, pudo sobrevivir bien con el dinero que tenía ahorrado y lo dejado por Judal, pero no fue eterno, así que se dedicó a atender a algunos ninjas que se herían de gravedad entrenando o regresaban de alguna misión. Por alguna razón Akemi comenzó a tratar solo a shinobis con lesiones graves o a punto de morir. No trataba enfermos, no era una doctora que deseara estar con una persona demasiado tiempo observando si mejoraba o empeoraba. Ganó popularidad entre los shinobis de alto nivel como una ninja médico confiable a la cual podían acudir siempre y sin necesidad de dar demasiadas explicaciones, por lo que recibía generosas cantidades de dinero cada que atendía un herido, logrando así solventar todos los gastos y que sus hijos nunca obtuvieran un "no" por respuesta si querían comprar algo. Vivían una vida desahogada, pero no lo demostraban, ni Neko o Izuna eran ambiciosos, así que compraban lo necesario y de vez en cuando se daban algunos gustos caros.