Re: Campos de Entrenamiento

por Neko Uchiha Lun Ene 11, 2016 3:07 am

Neko pensó entonces que el único lugar en que se sentiría segura sería en los brazos de su padre. Pero eso era imposible ahora, pues no sabía nada de él por años. Por mucho que hubiese intentado averiguar la locación de su exilio, nadie en la Villa parecía querer decirselo, aduciendo que no sabían. Extrañamente, que Sora la tomara no la encrespó tanto como su presencia o sus palabras. De hecho, se sintió levemente avergonzada de ese contacto tan inadecuado entre ambos, pues ella lo consideraba un enemigo, un bastardo, una aberración. En su mente él y todos sus primos eran lo peor que había sucedido en el clan Uchiha. Y aún así, tocarlo no se sentía repugnante ni extraño, más bien era cálido y familiar. Supuso que esa era la sensación que se experimentaba cuando la familia se preocupa uno por otro.

-No hay lugar seguro para mí -le dijo secándose las lágrimas con fuerza, sintiéndose humillada de que él la viera en ese estado, pidiéndole a los dioses que hubiese confundido su llanto con las gotas de lluvia- Ya suéltame. No recuerdo haberte permitido nada de esto Sora.

Lo empujó entonces, alejándose de él mientras volvió a su posición, abrazándose las rodillas.

-Estoy bien -repetía mientras su voz se quebraba. Su miedo a la lluvia y el agua era casi irracional y había un motivo atrás de ello, claramente, pero no era algo que compartiría con Sora o con nadie- La lluvia es horrible. Se oscurece todo... todo se vuelve penumbras debajo de las nubes y no puedo ver el sol... no puedo verlo... y ellos... ellos me ven. Ellos me ven entonces.

Debes irte. Vete. Dejame en paz. Si no te vas le diré a Izuna que intentaste toquetearme y te matará.

por Sora Uchiha Vie Ene 15, 2016 10:54 pm

Sora se vio sorprendido ante la reacción de Neko, que de pronto se soltaba de sus brazos y volvía a buscar refugio bajo un árbol. Él le dedicó una mirada compasiva al ver su expresión. Las lágrimas podían estar ocultas bajo las gotas de lluvia, pero a los ojos de él no era invisible ese miedo y angustia que embargaban a su prima.

Ella decía estar bien, pero sus ojos no demostraban lo mismo. No obstante, Sora creía entender ese comportamiento; Neko era una joven orgullosa que no habría aceptado que él, alguien a quien decía odiar tanto, la viese en ese estado tan vulnerable.

—¿De qué hablas, Neko? —preguntó Sora alzando las cejas confundido. No quiso decir nada más, pero pensó que debía haber algo mucho más profundo detrás de ese terror que su prima le tenía al agua, algo que él desconocía. Pues alguien simplemente no se aterraba de las tormentas sin razón, sin que hubiera experimentado un hecho en su vida que lo causara—. Es sólo lluvia, no te hará daño.

Pero entonces Neko continuó hablando y Sora se vio aún más confundido. Él observó a su alrededor extrañado, logrando ver sólo árboles, agua y soledad.

—¿Qué? ¿Quienes te ven? —preguntó finalmente curioso. Pero tras reflexionar un momento sobre las palabras de la joven llegó a la conclusión de que no había estado equivocado; alguien había le provocado ese trauma a Neko—. No creo que haya nadie más por aquí. Estamos sólo tú y yo —hizo una pausa y observó fijamente a su prima—. Neko, puedes encontrar seguridad en cualquier lugar donde haya personas que se preocupen por tu bienestar y busquen protegerte. No estás sola.

No le preocupó ni le asustó que ella lo amenazara. Si bien no tenía nada contra Izuna, en ese instante había preocupaciones más importantes en su mente que estar pensando en su primo.

—No soy ningún tonto, ¿sabes? Aunque tú no lo creas así. Puedo ver que no luces tan bien como afirmas. Y no puedo dejarte aquí sola en medio del bosque en una situación como esta —declaró Sora con seriedad. No estaba bromeando y tampoco creía una tonta a su prima por mostrarse de ese modo ante él. Sólo sabía que quería ayudarla—. Tampoco voy a juzgarte por esto, simplemente me preocupa tu seguridad y es por eso que insisto tanto. No soy la clase de persona que le niega una mano a sus compañeros cuando lo necesitan —dijo acercándose a ella, extendiendo una mano en su dirección—. Permíteme ayudarte. Nadie tiene que enterarse de esto si eso te incomoda, pero no puedo dejarte sola aquí.

Tampoco intentaba presumir ni nada parecido, así no era él. Sus intenciones de ayudarla eran genuinas y no pedía nada a cambio, sólo quizás la aceptación de Neko. Sora era una persona gentil que se preocupaba por el bienestar de otros, así lo habían criado.

por Neko Uchiha Vie Ene 22, 2016 12:50 am

-¿Por qué sigues aquí? -la voz del gato interrumpió en la escena, parándose entre Sora y Neko, y la mano que él extendía- Es claro que no logras comprender a Neko-sama. Sus ojos son más fuertes que los tuyos y si tu hubieses visto la mitad, no, un cuarto, no, un infimo, de lo que ella ha visto, no estarías parado con tu galante sonrisa intentando hacerte el valiente.

Neko continuaba en su posición, sentada contra la corteza del árbol, abrazando sus rodillas, incapaz de levantar el rostro entre las gotas de agua que caían a su alrededor que se filtraban por las hojas de los árboles. Estaba asustada, eso era claro, pero de seguro lo que más la irritaba era que Sora la viese en ese estado.

-Mi señora no quiere tener tratos contigo, Senju -dijo el gato molesto, zizeando con desdén en dirección al pelirrojo-. Aléjate de ella de inmediato o volveré tu rostro un tablero de damas con mis uñas.

-Silencio Melocotón -susurró Neko en un hilo de voz-. Escucha eso -pero no se oía nada-. La lluvia... la lluvia dejo de caer.

Se sentó derecha entonces, estilando, temblando levemente pero con la misma frialdad y compostura de antes. Estaba helando, pero Neko no parecía importar que su ropa oscura dejaba poco para la imaginación de Sora al encontrarse mojada. Entonces miró a su primo un largo momento, sin palabras, sin emociones, con la mirada vacía y perdida.

-Cuando supe que el legendario Madara Uchiha, el mismo tío del que había escuchado tantas historias, había vuelto a la aldea, quise verlo por mi misma. Lo admiré en silencio preguntándome qué era lo que lo hacía tan fuerte para que incluso mi padre le temiera.

Quería volverme tan fuerte como él, para que así mi padre me reconociera como algo más que un intento fallido de tener dos hijos varones

Le dio la espalda a Sora entonces, secándose el rostro con el dorso de sus mangas. Su pequeño cuerpo se acentuaba con la ropa apegada a ella, mostrando su cintura de avispa, sus piernas largas, sus cabellera negra y su tersa piel pálida. Parecía demasiado pequeña para tener dieciseis años, pero si se le veía directamente a los ojos, lucía incluso mayor que Sora.

-Esa fue la primera vez que te vi. Estabas entrenando en medio del bosque junto a tu hermano menor, enseñándole a sostener un shuriken, mientras Madara Uchiha los observaba. Y entonces... paso algo... yo... -rió por lo bajo, casi con burla- Ya no continué mirando a Madara.

Pensé de inmediato que eras el niño más atractivo que hubiese visto en mi vida y quise tocar tu cabellera roja. Nunca había visto nada tan lindo como tu pelo rojo, que ardía con el sol, brillando como un kunai nuevo. Me escondí ahí entre los árboles, demasiado nerviosa para saludar, demasiado avergonzada para si quiera hablarte. Sólo admirándote de lejos, pensando que algún día sería lo suficientemente valiente para acercarme a decirte, "Hola, soy Neko, ¿Quieres entrenar?".

Juntó su cabello entre las manos y comenzó a estrujarlo, descubriendo sus hombros en el proceso. Parecía ajena a Sora mientras se sacaba la camiseta para estrujarla tambien, revelando su espalda desnuda hacia él.

-Esa misma noche le dije a mi padre y madre mientras cenabamos que te había visto junto al tío Madara.

Fue la primera y única vez que mi padre me golpeó.

Dijo que no podía nunca acercarme a ti o que lo lamentaría. Al día siguiente, Izuna comenzó a entrenar junto a él y me dejaron atrás, como solían hacer, pues una mujer era demasiado inútil para aprender ninjutsu junto a ellos. Oka-san me demostró lo contrario, y me entrenó en secreto mientras ellos estaban fuera. Y mientras lanzaba shurikens en un blanco en el patio, no comprendía por qué no podía ver a mis primos. Siempre había querido tener primos con quien entrenar, jugar, correr por el bosque... ¿Por qué no podía? ¿Acaso tenías alguna enfermedad que podías contagiarme? ¿Tendrías piojos en ese cabello largo y rojizo? ¿Nunca podría decirte que te amaba con todo mi corazón?

Oka-san me explicó entonces que tú y tus hermanos no sólo eran hijos de Madara, sino que también de una joven Senju. Y entonces comprendí la ira de mi padre y el odio que sentía por ustedes. Comprendí que jamás me acercaría a ti nuevamente y que ese amor no era más que estupidez, pues nada bueno puede venir de un sentimiento como ese. Mi padre me enseñó eso.

Creo que lo que quiero decir con toda esta historia es que, no soy la inútil niña que se enamoró a primera vista de ti hace diez años. No me veas como tu prima ni alguien con quien tienes que hablar. No me interesa estar cerca de ti ni nadie de tu familia. Mi única familia son Oka-san, Izuna y Tou-san, donde quiera que esté. No quiero tener nada que ver con la familia del hombre que arruinó a la mía. Respeta mi decisión y márchate para que pueda terminar de vestirme.

por Sora Uchiha Jue Ene 28, 2016 9:01 am

Sora frunció el ceño al verse insultado. Si ya había comenzado a sentirse frustrado y molesto por la actitud de Neko, la intervención de su compañero felino lo empeoró. Ya tenía suficiente con que su prima se negara a escucharlo, no iba a tolerar los sermones de un gato; no iba a tolerar que nadie le dijera cuánto había visto y cuánto no, sin conocer ni un poco de su vida.

Pero antes de que Sora pudiera decir algo al respecto Neko silenció al animal. El pelirrojo ni siquiera pareció notar que había dejado de llover; no era como si le hubiera importado mojarse tampoco. Sus facciones se suavizaron levemente cuando la joven empezó a hablar. No dijo nada y tan sólo la observaba con atención desde su posición, ignorando que quizás lo correcto hubiera sido cerrar los ojos o voltearse cuando ella se sacaba la camiseta. Pero aquello ni siquiera se le pasó por la cabeza ante su concentración.

A medida que el relato avanzaba las cosas comenzaban a tener un poco más de sentido para él.

Neko no era así con él porque simplemente lo odiara. Ella se convirtió en esa persona porque sus sueños habían sido destruidos hacía tiempo. Y el causante no fue otro que el padre de ella, el mismo ser despiadado y egoísta que atentó contra su familia, que intentó arruinar el hogar que con tanto esfuerzo Madara y Hotaru habían construido.

Sora no podía creer que hubiera tanto odio en una persona hasta el punto de hacerle algo como eso a su propia hija. Aquello logró enfurecerlo, tanto que no pudo estarse quieto. Volvió a endurecer sus facciones y cerró los puños con fuerza. Y por primera vez sintió pena por ella, por lo que había sucedido en el pasado y porque amara tanto a un ser que sólo conocía el odio.

Se supone que la familia debe proteger a uno, se decía Sora, que si alguien realmente ama a las personas que le rodean hará lo que sea por su felicidad y bienestar. ¿Cómo podía Neko considerar su familia, a un sujeto como Judal Uchiha?

Deseaba gritarle que abriera los ojos, que se diera cuenta que esa persona no la amaba. Quería soltar todo lo que estaba pensando. Pero lo sabía; él no era quien para inmiscuirse en esos asuntos pues no conocía realmente la relación que había tenido Neko con su padre y comprendía que ella lo apreciaba por algún motivo. Sin embargo tampoco podía quedarse callado y permitir que su prima siguiera enfrascada en una mentira, influenciada por un odio ajeno y ciega a todo lo que le rodeaba, a la realidad.

—¿Me odias sólo por tener sangre Senju? —preguntó incrédulo, pues no podía creer que el solo hecho de conocer su procedencia hubiera cambiado tanto el pensamiento de Neko, que pasara de apreciarlo tanto a odiarlo como lo hacía por algo como eso—. Eso es ridículo. Es tan ridículo como que sigas culpando a mi padre de las decisiones que otra persona tomó —declaró con dureza, harto de que su prima culpara a su familia de sus propias desgracias cuando no habían tenido nada que ver en ello. Si Judal Uchiha había condenado a su familia a causa de su propio odio, había sido decisión suya y sólo suya—. Él no le ha hecho daño a nadie, simplemente se enamoró de una mujer, aceptándola aun cuando pertenecía al clan que había aprendido a odiar tanto —se tomó una ligera pausa intentando no perder la compostura, de mantenerse calmo aunque le resultara difícil—. Lo que realmente arruinó todo y te ha condenado de esa forma, ha sido el odio y la incomprensión, no mi padre. Esos sentimientos negativos no llevan a ninguna parte, sólo provocan desgracias y sufrimiento a las personas.

Eso fue todo lo que dijo acerca del tema, pues no tenía sentido seguir gastando la voz e intentando hacer que Neko lo comprendiera, pues era obvio que no quería oír su opinión. Pero en vez de retirarse del lugar Sora avanzó algunos pasos más hacia su prima. Quizás ella no deseaba escucharlo, pero él iba a insistir porque quería demostrarle que no todo era como ella pensaba, que él y su familia no eran quienes ella creía.

—¿Sabes algo, Neko? Quizás yo no he vivido tu vida, pero también he vivido lo suficiente para imaginar cuánto has aprendido a odiar el nombre Senju en las épocas de guerra en este país —dijo Sora, con una seriedad que bien podía verse reflejada en sus ojos rojos, una que en escasas ocasiones sacaba a relucir. Era cierto que no estaba en la mente de su prima y no sabía cuánto había sufrido a manos de los enemigos de su clan, pero él también había vivido en el país del Fuego en los años en que existía esa enemistad entre el clan Uchiha y Senju y también había sido víctima del odio y la violencia que podía habitar en las personas. Él también era Uchiha, y sus ojos escondían mucho más de lo que Neko podía ver a simple vista. Comprendía a su prima, de algún modo podía hacerlo aunque ella y su gato lo negaran—. Y sólo quiero que sepas algo, y escúchalo bien porque te lo dirá alguien que conoce muy bien a su familia: ni mi madre, ni mis hermanos, ni yo, somos esas personas que en el pasado te han hecho daño. Y estás muy equivocada si piensas que sólo por llevar sangre Senju somos iguales a aquellos a quienes te han enseñado a odiar. ¿Alguna vez te has acercado siquiera para intentar comprobarlo? No. Nunca lo has hecho, sólo nos juzgas sin saber.

¿Acaso no lo ves? ¿No me ves a mí a tu lado intentando acercarme? —continuó avanzando hacia ella. Rodeó su posición y se acercó al árbol donde ella había estado acurrucada momentos atrás, reposando una mano sobre la corteza de este y buscando mirar al rostro de Neko—. Míranos, estamos los dos aquí y no hay ninguna barrera que nos impida comunicarnos. Tú misma lo dijiste; hubo un tiempo en que me apreciaste, cuando ignorabas mi procedencia. ¿Por qué algo tan simple como el que seamos diferentes tendría que alejarnos así, entonces? No tiene ningún sentido.

A Sora le dolía todo aquello, y sentía pena por el hecho de que Neko pensara que el que fueran diferentes les impidiera acercarse o comunicarse. Deseaba que ella abriera los ojos de una vez y viera más allá de las mentiras. Que viera que ella a él le importaba de verdad y que no tenía sentido el obligarse a distanciarse sólo porque en el pasado hubiera existido odio entre sus ancestros.

—No estoy pidiéndote que me veas como parte de tu familia, me da igual si me llamas primo o no. Simplemente busco que me des una oportunidad para demostrarte que no soy la clase de persona que te han hecho creer que soy. ¿Acaso no dijiste que eso harías, que me permitirías acompañarte a esa misión para comprobarlo?

por Neko Uchiha Vie Ene 29, 2016 2:39 am

-He soportado que me digas que soy ridícula, y has llamado mi forma de ver el mundo incompresiva y llena de odio. Te he escuchado decirme prejuiciosa y darme lecciones sobre lo que debo o no sentir -mantenía su mirada inalterable, con una inexpresión que hacía dificil comprender qué era lo que pasaba por su cabeza en ese momento - ¿Quién te crees que eres para decirme cómo debo sentirme hacia ti? Eso es asunto mío. No tienes derecho a decirme que cambie mi forma de ser sólo para que podamos acercarnos. No deseo tu cercanía, ¿No lo entiendes? No tienes nada que ofrecerme que podría cambiar mi opinión. Si aún así quieres ir conmigo al País del Agua mañana, puedes hacerlo. Me es indiferente.

Y realmente era así. Ella no odiaba a Sora, no sentia nada por él, a quienes odiaba era a los Senju y sobre todo a su tío Madara. Detestaba a su familia y ver lo felices que parecían ser mientras ella, Izuna y Akemi comían mierda. Y aún así, no estaba segura que lo que sentía por Sora fuese odio, sino más bien era desprecio hacia todo lo que representaba con sus palabras llenas de falsa comprensión e interés. Había algo que él quería de ella y lo averiguaría. Ninguna persona era tan amable con otra sin un motivo importante por detrás.

-¿Y a qué se debe todo esto de cualquier forma? -le preguntó extrañada cuando lo notó observándole el rostro. Estaba sin su polera de entrenamiento y en vez de haber actuado como un chico de su edad intentando espiarla, la miraba directamente a los ojos ignorando el resto de su piel desnuda-. En años nunca tuviste interés de acercarte a mí y de la nada quieres ser mi mejor amigo. ¿Es que acaso quieres algo además de conversar y aburrirme? Quizás estamos uno al lado del otro, pero la verdad es que hay mucha, demasiada, distancia entre los dos.

Y lo creía así, porque Sora nunca lograría comprenderla y ella nunca dejaría de verlo como un Senju. Ella era una Uchiha de verdad, no una tonta cegada por el amor, igual que su tío. Los siglos y siglos en que los Uchiha fueron perseguidos por los Senju no se borrarían de su memoria facilmente y no le importaba cuantas alianzas hicieran o cuantas mujeres Senju follaran con los Uchiha, siempre los vería como basura que debía ser eliminada. Era la única manera de que algún día se encontrara paz para los Uchiha. Hasta entonces, sólo conocerían muerte y guerra... era sólo cuestión de tiempo para que la frágil alianza se quebrara. Era sólo cuestion de que Madara muriera para que el resto del clan volviera a sus cabales, sabiendo que nunca podrían confiar en los Senju.

-Ya veo lo que pasa -dijo finalmente, sacandose el pequeño short que tenía para estrujarlo también, mostrándose desnuda frente a él, sólo protegida por unas pequeñas y semi transparentes bragas blancas-. Quieres que te ayude a conquistar a Izuna.

Y realmente esa era la única explicación que le daba a la falta de interés que mostraba Sora ante su desnudes y la manera en que no parecía incómodo o avergonzado, sino que sumamente indiferente a ello. Pensó que sacarse la ropa para estrujarla lo haría voltearse al menos para marcharse, pero ni si quiera eso había logrado.

-Lo siento, pero creo que a mi hermano le gustan las mujeres. Si eso es todo, debo irme ahora.

por Sora Uchiha Jue Mar 03, 2016 11:16 am

—Olvídalo. No llegaremos a ningún lado con esta discusión. —Sora resopló con fastidio decidiendo que hasta ahí llegaría su pelea, pues en verdad sentía que el discutir sobre asuntos de los cuales ellos no habían sido responsables no los llevaría a ningún lado.

Sin embargo, el percibir tanto desprecio de parte de su prima lo hacía sentir frustrado y apenado, pero tampoco se rendiría y dejaría todo como estaba; Neko en algún momento lo había apreciado lo suficiente para desear acercarse a él y Sora creía firmemente que al menos una pequeña porción de esos sentimientos que Judal Uchiha había intentado destruir, aún quedaban en algún lugar de su corazón.

Sora suspiró ligeramente. Se sentía molesto por la forma en que Neko le hablaba y el hecho de que quisiera encontrar un motivo detrás de cada una de sus acciones. Y él no era alguien que se callara lo que pensaba, por lo que casi sin quererlo expuso su inconformidad.

—Deberías relajarte un poco Neko, deja de sobre analizar mis actitudes —le sugirió. Pero al acabar de hablar recordó el hecho de que a ella no le gustaba que él le dijera qué hacer, entonces añadió:— Es sólo una sugerencia, no te lo tomes a mal. Me refiero a que... bueno, ya te lo he dicho, mi intención no es otra que acercarme a ti. No busco nada a cambio. ¿Acaso uno no puede querer acercarse a alguien sólo por puro interés desinteresado?

Y hablaba enserio. No le interesaba otra cosa más que la propia Neko. No creía querer nada a cambio de su cercanía y el simple deseo de conocerla mejor. Ese día se había enterado de algo que nunca imaginó en su vida, y aquella historia de su prima extrañamente le dio un poco de esperanzas con ella.

—No lo hice antes porque...

Se quedó pensativo un momento y de inmedito bajó la vista con pesar. Pero se guardó para sí la verdadera razón y prefirió no seguir hablando de ello. Había sido a causa del padre de Neko. Ese monstruo había intentado asesinarlos, a él y a su familia, y el hecho de saber que si se acercaba a su prima iba a tener a esa persona cerca, le causaba temor.

Entonces volvió a subir el rostro fingiendo que ese pensamiento no lo había afectado.

—No importa... Lo importantes es que, nunca es tarde para intentarlo.

Neko le cuestionaba una vez más su razón para acercarse a ella y de pronto mencionó a Izuna. Sora alzó una ceja y pensó con disgusto en su primo. ¿Qué estaba insinuando Neko? Izuna no le atraía de esa forma y nunca lo haría. Sora estaba muy seguro de sí mismo y de sus gustos; podía decir con seguridad que sólo le atraían las mujeres.

—Ja, muy graciosa.

Soltó con una risa sin gracia. No estaba muy seguro de si Neko hablaba enserio o estaba bromeando, ya que no había nada en su expresión que le indicara emoción alguna, y por un momento se sintió un tanto incómodo.

Pero todo pensamiento pronto escapó de su mente cuando observó impresionado la forma en que Neko continuaba desnudándose enfrente de él como si realmente no estuviese ahí. Sora se preguntaba si en verdad lo hacía desinteresadamente o qué estaba pasando en ese instante por la mente de ella.

—No es Izuna quien me interesa...

Un comentario se le escapó sin siquiera haberlo pensado y junto a éste una hábil sonrisa. Casi involuntariamente su mirada se había movido hacia abajo para apreciar la delgada y torneada figura de Neko con más detenimiento del que debería. Se sorprendió de sí mismo por tal atrevimiento cuando pensó Neko estaba distraída con sus ropas, pero en realidad no estaba pensando. Toda su atención se encontraba centrada en esa piel blanca y húmeda que había quedado expuesta y que le resultó encantadoramente atractiva.

Su mente le decía a gritos que apartara la vista, que si seguía mirándola de esa forma no terminaría nada bien y que no debería estar haciéndolo. Pero, ¿cómo podía evitarlo si Neko se exponía así frente a él? Tragó saliva intentando relajarse y alzó la vista de inmediato esperando que ella no lo hubiese notado.

—Eres bonita. ¿Te lo han dicho ya? —comentó tras un ligero carraspeo para romper el silencio.

por Neko Uchiha Jue Mar 03, 2016 7:48 pm

El fresco de la tarde comenzaba a golpear su piel mojada. Sintió un leve escalofrío cuando la brisa comenzó a soplar con suavidad contra ellos. Miró hacia el cielo y notó que las nubes aún no se iban del todo y que aún los amenazaba una lluvia. Quería irse de ahí antes que eso sucediera porque le resultaba humillante que Sora viera el miedo que el agua producía en ella, en especial cuando caía del cielo.

Sentía los ojos de Sora sobre ella cuando las palabras cesaron y por un momento se sintió un tanto incómoda. No por estar desnuda, claro, pues eso no le interesaba para nada. Sora era su primo, eran familia, la desnudez con él era o debió ser tan ordinario como desnudarse frente a Izuna o caminar en ropa interior por su casa, como usualmente hacía. Se sintió incómoda precisamente porque comenzó a preguntarse si estaría bien estar haciendo algo así frente a él, a pesar de ser primos, y preguntarse aquello la hizo cuestionarse la naturaleza de su relación con el pelirrojo. Eran primos, sí, pero se sentía distinto cambiarse ropa frente a él de lo que se sentía hacerlo frente a Izuna.

Entonces la voz de Sora diciendo que ella era bonita, preguntándole si alguien se lo había dicho antes provocó que un escalofrío recorriera su espalda. Se paró derecha entonces, encogiéndose de hombros. De espalda con él, se preguntó si Sora tendría otro tipo de intensiones con ella y si ese era el verdadero motivo para habersele acercado en ese momento. Movió lentamente el rostro y lo miró sobre su hombro, sintiendo una profunda vergüenza embargarla, lo cual se evidenció en sus mejillas sonrojadas.

-¿Crees que soy bonita? -ni si quiera sabía si lo había oido bien. Quizás se lo había imaginado- ¿Estás jugando conmigo o es un tipo de broma? Si lo es, no es graciosa.

Nunca pensó que escucharía algo así de parte de su primo. Cuando Izuna se enojaba con ella lo primero que le decía era que era una chica fea, por lo cual había crecido pensando que así era. Quizás ese era uno de los principales motivos para mostrarse tan huraña con la idea del contacto con otros, aunque no le interesaba realmente como lucía, sino que quería convertirse en una kunoichi respetable que estuviera a la altura de una Uchiha. No obstante, no dejó de sorprenderle lo mucho que ese tipo de comentario la había afectado, descubriendo una faceta nueva en ella, una que sentía pudor frente a ese tipo de cosas.

Terminó de estrujar sus shorts negros y los pasó con rapidez por sus piernas, repitiendo lo mismo con una polera. Sintió frío al tener ropa mojada contra su cuerpo, pero ni si quiera eso lograba calmar el calor de sus pómulos.

-¿Por qué habría alguien de decirme algo así? -preguntó de nuevo- Es inapropiado que alguien en la aldea se acerque a mi y diga una cosa tan imprudente como esa. De cualquier forma debo irme -se agachó a recoger su bolso entonces y comenzó a caminar rápidamente sintiendo su corazón golpear con fuerza su pecho, escuchando una y otra vez las palabras de Sora repetirse en su cabeza, sintiendo más vergüenza con cada paso que daba.

por Sora Uchiha Sáb Mar 05, 2016 2:49 pm

La reacción de Neko sorprendió a Sora de sobremanera y se vio reflejado en su rostro. Debía admitir que no esperaba algo así. Él pensó que su prima iba a ignorarlo o actuar como si no le importara su opinión, pero lejos de eso le dio la impresión de que ella intentaba escapar de su mirada, como si se sintiera... ¿avergonzada, quizás? Sí, eso le pareció.

El hecho de que Neko se mostrara de ese modo por su comentario no dejaba de sorprenderle. Pero el saber que había algo que lograba quebrar la indiferencia y frialdad con que su prima solía actuar le agradaba más de lo que pensó posible. Quizás eso era lo que buscaba: conocer más allá de esa inexpresiva mirada.

—E-Espera, ¿tan pronto te vas?

Comentó Sora entonces, justo cuando Neko comenzaba a alejarse. Él no tenía un motivo por el cual mentirle; ella realmente era una chica bonita.

—Hablaba enserio. ¿Por qué iba a mentirte? Sólo me pareció que debías saberlo —se refería al hecho de que él pensaba que era bonita aunque ella creyera que era inapropiado que se lo mencionara—. De cualquier modo no me arrepiento de haberlo dicho. Y, de hecho, podría repetirlo.

Formó una ligera sonrisa ante lo dicho. Pero no podía permitir que Neko se marchara así como si nada sin obtener una respuesta de su parte.

Con un rápido y casi imperceptible movimiento el pelirrojo pronto se apareció frente a la joven, no pudiendo evitar el mirarla fijamente cuando notó un rubor en sus mejillas que le resultó atractivo, y se sonrojó ligeramente al verlo de ese modo. Entonces parpadeó un par de veces, sorprendido y un tanto nervioso. No encontraba palabras y dijo lo primero que se le ocurrió.

—¿Te... sientes bien? Tu cara está roja —quiso hacérselo notar con un comentario que en su mente no sonó del todo listo. Pero no es como si no supiera el motivo de esa reacción; de hecho lo sabía perfectamente, sólo tal vez buscaba una excusa para estar un poco más de tiempo con ella—. Puedo acompañarte si quieres.

por Neko Uchiha Dom Mar 06, 2016 2:49 am

Intentó apresurarse aún más cuando Sora se acercó a ella, pero sus palabras la ponían incluso más nerviosa. Un tanto ofuscada, se detuvo cuando él la confrontó por el rubor de sus mejillas, sin saber realmente qué decir respecto a eso. Odiaba mostrarse de esa manera frente a alguien que le desagradaba, pero no podía evitarlo, pues nunca nadie le había dicho que era bonita y escucharlo la tomó desprevenida.

-De pronto sentí calor, debe ser el clima, ya que la tuya también está roja -le respondió apuntando lo evidente, que el joven estaba sonrojado-. Y ya te dije que no quiero que me acompañes, lo único que quiero es que me dejes en paz. Que molesto eres, Sora.

Tuvo deseos de utilizar el jutsu del cuerpo parpadeante para dejarlo atrás. No le gustaba que alguien viera que había ciertas cosas que la hacían sentir vulnerable. Menos Sora. Sobre todo Sora. No sentía que las cosas que le hubiese dicho ese día fuesen mentira, y creía que su interés de conocerla era sincero... pero le hubiese gustado saber la razón de ello.

No era normal que de un momento a otro Sora hubiese despertado un interés que no había estado ahí por tantos años. Pero cuando su primo le decía que no había un interés en particular no mentía, y aún así, Neko no lo creía. Pensaba que sí había un motivo para que quisiera acercarse a ella, pero que ni si quiera Sora conocía o lograba identificar aún. Y comenzaba a presentir de un modo extraño la verdadera razón para que Sora estuviera tan interesado en conocerla y estar cerca de ella. El problema, claro, era que no podía enfrentarlo con eso porque la avergonzaba profundamente decirle a su primo que el único motivo por el cual parecía querer seguirla era que se sentía atraído sexualmente a ella.

Su madre le había explicado que la mente de los chicos era bastante diferente al de las mujeres y que en cierta edad, comenzaban a perder la razón debido a sus hormonas. Eso les provocaba hacer tonterías y que por lo mismo debía cuidarse cuando estaba a solas con un joven.

-Hay muchas chicas en la aldea, ¿sabes? -le dijo finalmente obligando a sus piernas a caminar más rápido- ¿Por qué no molestas a una que no sea tu prima? Muchas se mueren por ser tu novia. Es sólo cuestión que les preguntes si quieren salir contigo y podrás decirles lo bonita que son todo lo que quieras y dejarme a mi tranquila.

por Sora Uchiha Lun Mar 07, 2016 10:17 am

Sora apresuró su paso tan pronto como Neko lo hizo; no quería perderla de vista. No era sólo el hecho de que su prima fuese bonita, ella además era lista, hábil y fuerte. Y todo eso a él siempre le llamó la atención. Había estado tras de ella mucho tiempo, la seguía al bosque y la espiaba al entrenar, contemplando impresionado la maestría con que Neko manejaba los jutsus y las herramientas ninja.

Siempre había deseado acercarse a su prima y decirle lo grandiosa que era, pero el temor que Sora sentía hacia el padre de ella, jamás se lo había permitido. Y habiéndose atrevido finalmente, iba a hacer hasta lo imposible por sorprenderla para que ella lo aceptara y dejara de pensar que su cercanía era molesta.

—Las otras chicas de la aldea son tontas... Y unas debiluchas. No me interesan. —dijo el pelirrojo haciendo una mueca de disgusto.

Era cierto que Sora era popular entre las chicas de la aldea, no sólo por su atractivo aspecto exótico, sino por su sobresaliente personalidad. Pero a él realmente no le llamaban la atención las jovencitas tontas que hubieran hecho cualquier cosa con tal de conseguir una cita con él, las consideraba exageradas y molestas. Él no era una celebridad ni nada por el estilo, aunque fuese hijo de uno de los shinobis más fuertes de Konoha.

Además, lo único que ocupaba su mente en ese instante era Neko. No había espacio para pensar en otra cosa. Hacia ella sentía un genuino interés y no era fácil que Sora se fascinara tanto por alguna cosa o persona, no sucedía todos los días.

—Además, no hay nadie como tú —volvió a hablar después de una pausa—. ¡Tú eres grandiosa! ¿Te lo he dicho alguna vez?

Por supuesto que nunca se lo había dicho, ya que era la primera vez que realmente se comunicaban más de un par de palabras. Pero era lo que Sora siempre había creído; Neko no sólo era bonita, sino que también era talentosa. Y esa combinación la hacía perfecta.

—Te he visto varias veces en el bosque por casualidad —No era del todo cierto, en realidad no había sido casualidad, sino que la había seguido a propósito—. Y siempre he querido acercarme a ti para decírtelo, y quizás decirte que si gustas podríamos entrenar juntos. Aunque nunca me atreví a hacerlo... hasta ahora. Tal vez podríamos intentarlo alguna vez, ¿no te parece? Y venir más seguido a este lugar. Si me das una oportunidad te mostraré que no sólo puedo ser molesto, sino que hay más de mí que no conoces.

por Neko Uchiha Lun Mar 07, 2016 2:35 pm

Parecía no importar cuando apresurara su paso, Sora no dejaba de seguirla y aquello la exasperaba. Cada palabra que salía de su boca la hacía sentir más vergüenza y pronto comenzó a frustrarse. Escuchar que el decía que era grandiosa, que no había nadie como ella, que a veces la seguía... ¿Cuál era el punto de todo aquello, si es que iba a llegar a un punto?

-Ya basta -dijo perdiendo la paciencia, parándose y volteándose- ¿Es que nunca paras de hablar? -suspiró pesadamente acomodando su mochila contra la espalda- Ya que no dejas de seguirme te daré una única oportunidad para contestar mi pregunta, y luego quiero que me dejes en paz. Tengo mucho que hacer aún y no puedo seguir perdiendo el tiempo contigo.

Era verdad que no deseaba seguir hablándole, que de hecho quería llegar a su hogar y preparar las cosas para la misión que tenía al día siguiente. Aún así, Sora no dejaba de seguirla y aquello era un problema. No porque le importara la presencia de alguien con ella, sino porque le molestaba Sora. Además, comenzaba a presentir cada vez con más pesar que su interés era más que simplemente platónico, y si sus sospechas estaban en lo cierto podría rechazar sus absurdas intenciones de una vez sin que se imaginara que algo podría suceder entre ambos.

-¿Qué es lo que quieres conmigo? Y no digas que es entrenar o llegar a conocerme mejor, porque de ser así lo habrías propuesto hace años y no ahora. No eres el tipo de persona que se avergüenza de pedirle al resto ese tipo de cosas.

por Sora Uchiha Mar Mar 08, 2016 12:07 pm

Neko se detuvo exigiéndole que le respondiera una pregunta que él creía haber respondido ya. Y comenzaba a preguntarse qué era lo que estaba buscando escuchar su prima. ¿Por qué quería un motivo para explicar su deseo de estar cerca de ella? Comprendía que no entendiera por qué lo hacía hasta ahora y no lo había intentado antes, pero él no creía que fuese capaz de decírselo. ¿Cómo reaccionaría Neko si le decía que no se había acercado a ella antes por miedo a que su padre lo matara? Sabía que ella, por algún motivo que él aún no comprendía, admiraba a Judal Uchiha, por muy desgraciado que Sora pensara que era.

Había muchas dudas que rondaban la mente del pelirrojo y no quería arruinarlo. No deseaba que los dilemas que había entre su padre y su tío siguieran alejando a Neko y no quería volver a hablar del tema. Después de todo, ellos no tenían nada que ver con eso. Pero según había logrado comprender, para ella iba mucho más allá de un dilema entre sus padres, para ella además se trataba de algo sobre el orgullo de ser parte de un clan, y sobre eso él pensaba de manera muy distinta.

—¿Qué es lo que quieres escuchar de mí, Neko? Ya te he respondido esa pregunta —le dijo con seriedad. Iba a ser más específico con us motivos si era necesario—. Sólo busco acercarme a ti. Desearía que pudiéramos conocernos como hubiéramos podido hacerlo hace tiempo pero no fue posible —pues los sucesos pasados los había alejado incluso contra su voluntad—. Siempre desee acercarme a ti como ahora, ¿sabes? Pasar tiempo contigo, entrenar contigo, saber más acerca de ti... Si no lo hice hace años fue porque no me atreví a hacerlo. No es que me avergonzara, por supuesto que no, sino que... tenía miedo, porque, bueno... créeme, la situación me superaba.

Había sido difícil incluso para alguien como él que no se avergonzaba de nada y difícilmente sentía miedo por alguna cosa. Pero hace años, Sora era apenas un niño inocente. Era débil y no tenía la fuerza para haber podido defenderse de un monstruo como Judal Uchiha. Pero no creía que Neko necesitase saber los detalles, le apenaba incluso pensar en decírselo siquiera.

—Pero nunca es tarde para intentarlo, ¿verdad? Al menos eso creo yo. No iba a quedarme con el deseo de conocerte y preguntándome que habría sucedido si me hubiera atrevido a acercarme a ti. Y por eso estoy aquí ahora. Si me dieras una oportunidad podrías comprobar que no hay ninguna otra intención detrás de mi deseo de acercarme a ti. Verás que no miento.

Era simplemente eso; Neko le interesaba de verdad y ese era el motivo por el cual quería acercarse a ella. No intentaba engañarla, no había una intención indigna por la cual quisiera conocerla. Sora admiraba a su prima y siempre había deseado atreverse a conocerla mejor.

por Neko Uchiha Jue Mar 10, 2016 11:42 pm

Ya hacía bastante había perdido la paciencia, pero escuchar el mismo discurso sobre llegar a conocerse la estaba hastiando. Bufó molesta sin entender del todo porque ese chico era tan insistente cuando claramente sólo le había mostrado lo mucho que le desagradaba. Cualquier otro se habría mostrado ofendido y habría entendido su punto de que no deseaba tener ningún contacto con él, en cambio Sora no la dejaba de seguir y seguía hablándole como si fuesen grandes amigos.

-Lo que realmente quiero escuchar de ti, ya que la verdad es mucho pedir, es que me dejarás en paz -dijo con un tonto bastante neutro mirándolo directamente a los ojos-. No sé cuantas veces debo decir que no tengo interés en eso que propones de llegar a conocernos mejor. No quiero acercarme a ti más de lo necesario al ser shinobis de esta aldea, y estoy comenzando a arrepentirme de haber dejado que vinieras conmigo al país del agua en mi misión. Intenta ponerte en mi lugar un momento y dime, ¿Por qué querría llegar a conocer a un chico que en toda su vida no hizo nada por tener una relación conmigo, sólo porque "sentía miedo"? A mis ojos eres sólo un cobarde sin agallas y no quiero perder mi tiempo con alguien así. Se supone que somos primos y aún así preferiste vivir en tu pequeño mundo maravilloso mientras yo y mi familia vivíamos en un infierno por culpa de tu padre -suspiró rodando los ojos mientras miraba el cielo, pues sentía que pronto llovería nuevamente-. Aún así, no estoy aquí juzgandote sólo por ser hijo de Madara Uchiha. Aunque no lo fueras, tampoco querría acercarme a ti.

Y quizás se debía a que realmente le había molestado escucharlo decir que no había hecho nada por acercarse a ella sólo porque tenía miedo. Sabía que las relaciones entre sus padres eran horrible, y ella también había tenido prohibido acercarse a Sora y el resto de sus hermanos, pero había cumplido esa orden no por miedo, sino porque entendió a la perfección los motivos de su padre. Ellos eran Senju. Ella era una Uchiha, y aunque Sora no entendiese lo importante que era para ella el orgullo de su clan, continuaría pensando que había cosas que no podían mezclarse en ese mundo. El odio y el dolor que había causado la guerra contra los Senju aún estaba latente en ella, las memorias de las tristes noches sin su padre, la muerte, la desesperación; no iba a olvidarlo simplemente porque Sora pensara que su punto de vista era errado. Y mucho menos ahora que sabía que el motivo de su primo para nunca haberse acercado a ella era algo tan cobarde y deshonroso como el miedo.

-Ahora que ya mataste tu deseo y curiosidad de conocerme, déjame en paz. No soy una persona agradable, ni alegre, ni sociable. Me gusta estar sola, entrenar y valerme por mí misma. No hay nada en mí que pueda ser atrayente para formar una amistad y lo prefiero así. Aunque no fueras un Senju, no tendría interés en llegar a conocerte -y aunque sentía que Sora no le había dicho el verdadero motivo por el cual quería conocerla, ya no insistiría mas en el tema. No le importaba de cualquier manera, podía ahogarse por siempre en sus falsedades- ¿Me podrías dejar en paz ahora? Tengo que llegar a casa y no quiero caminar todo el camino de vuelta a la Aldea contigo atrás de mí.

por Sora Uchiha Jue Mar 17, 2016 1:27 pm

A Sora el hecho de que Neko le llamara cobarde no le afectaba en lo más mínimo, pues para él, el miedo era algo completamente natural. Y más en una situación como la que vivió hacía tantos años, donde había sentido que aún con todas sus fuerzas, no habría podido pelear contra el mal que le amenazaba a su familia.

—Vamos, no seas tan dura, Neko. ¿O me dirás que tú nunca sentiste miedo? Es algo completamente natural si tienes un poco de sentido común.

Y si ella le decía que no, le mentiría, pues él mismo la había visto temblar como un gatito asustado bajo la lluvia, y no de frío precisamente. Pudo ver el terror en los ojos de Neko cuando se abrazaba a él buscando protección. Y estaba seguro de que su prima había experimentado la misma sensación de desesperación que él sintió cuando se vio en peligro, cuando pensó que perdería a su familia siendo sólo un niño indefenso.

—Sé que debía haber intentado acercarme a ti antes y que quizás te moleste que lo haya hecho sólo hasta ahora. Pero para mí no ha sido tan simple como suena. No he vivido siempre en un "mundo maravilloso" como piensas.

Él había sufrido por los problemas que había entre sus padres y pudo experimentar el odio de su tío por sí mismo. Y creía que su prima también había experimentado las consecuencias de ello. Pero él no se consideraba culpable de las desgracias de Neko, así como tampoco la culpaba a ella de que el monstruo de su padre hubiera intentado matarlos, a él y a sus hermanos, cuando apenas eran unos niños que no podían defenderse.

—Mi miedo se debía a un asunto demasiado complicado con el cual aunque quisiera no podía lidiar solo. No ha sido por ti, si es lo que piensas. A mi familia también la han afectado las consecuencias que generaron los problemas entre nuestros padres. Pero mis padres nunca me han prohibido acercarme a ti, y no guardo ningún rencor hacia ti por todo lo sucedido.

Quizás ella no sabía lo que la familia de Sora había tenido que pasar en aquellos tiempos, por eso podía entender que ella sintiera rencor hacia él y lo viera con desconfianza, sin embargo, él no la juzgaba del mismo modo. Él no veía en ella a la imagen de su padre, para él, ella era Neko, una persona diferente, y con otros sentimientos quería creer.

—Pero lo que cuenta es que finalmente estoy aquí, ¿no? —no se refería al bosque precisamente, sino a ese sitio, al lado de ella—. Aunque un poco tarde, sí, pero no por eso creas que no me importas. Si fuera de ese modo no habría tenido ni la más mínima intención de acercarme a ti, ¿no lo crees?

Sin embargo, Sora creía que Neko no estaba siendo del todo sincera y se sentía un poco confundido al escucharla decir que no estaba juzgándolo por ser hijo de Madara Uchiha. Pues ella misma lo había despreciado antes por esa cuestión. Pero quizás había algo más detrás de ese rencor y Sora lo sospechó cuando ella cuestionó su estilo de vida.

A Sora no le importaba que Neko no se considerase una persona agradable, ni sociable, ni alegre, ni amistosa; él había visto más que sólo frialdad en ella y eso lo hacía sentir curiosidad y desear poder arreglar eso que la había apartado de todos. Él no pensaba que su prima hubiera sido siempre así, de hecho, había comprobado que se debió a la influencia de los pensamientos de alguien más.

—Yo te quiero así como eres. No pienso que seas alguien desagradable. —confesó en un tono casual, después de un largo silencio, con una ligera sonrisa y adelantándose para caminar al lado de Neko.

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