Mamara Uchiha vs Levi

Por lo que podía dilucidar dicho sujeto tenía bastante confianza y arrogancia en sí mismo, cuestión que dentro de todo no le parecía raro. Era Jonin, líder de clan y poseía una reputación envidiable, o al menos eso decían los informes que había leído antes de aproximarse al particular encuentro. No difería mucho respecto del líder del clan Nara, ciertamente, y su porte era el estándar del de todos los líderes de distintos clanes que había podido divisar antes en su vida.

Asintió cuando el sujeto le dio la chance de atacar y, suponiendo que cualquier movimiento sería inútil, decidió optar por lo básico. Ni siquiera uso sus habilidades corrientes, sino que simplemente comenzó a correr a velocidad estándar de un shonibo para luego, estando a unos metros de él, intentar asestarle una fuerte patada en el rostro.  De seguro el tal Madara, como todo líder de clan, era tan poderoso que hasta recibiendo el golpe ni se inmutaría… por lo que la pregunta que intrigaba al menor de los Nara era si se iba a molestar en moverse o dejaría que tocara su mángame rostro.

 

No esperaba otra cosa. Después de todo, su rival era el famoso líder del clan Uchiha y además un jonin, no es que tuviera muchas posibilidades contra él. El jutsu y el arma lo golpearon, más logró salir vivo de ello gracias a su velocidad. No obstante, sabía que aquello no sería demasiado largo puesto rápidamente se había visto afectado por la técnica. Se quedó tirado en el piso, seguramente el mismo Madara ya sabía que había ganado y no tenía mucho caso el tomarse demasiado trabajo en ello. La diferencia de poderes y niveles era notable, pero no estaba preocupado. Mal que mal, era un simple gennin, no podía esperar el poder hacer algo frente al líder de uno de los clanes más poderosos de todos. Simplemente suspiró, se quedó tirado ahí y cerró los ojos. Tenía algo de sueño, y en cierta forma fue un alivio el que eso acabase rápido. Ahora por fin podría descansar de todo y sacarse una gran molestia de encima.

Rivaille sabía que no tenía mucho más que hacer en esa pelea y el daño que había recibido era la prueba de ello. Todo su cuerpo estaba destruido y podía sentir como sus órganos vitales, si bien todavía le respondían, terminarían por dejar de funcionar si no se curaba o hacía algo para salvarse. Por mucho que fuera un entrenamiento, por lo visto el señor Madara Uchiha estaba por sobre el nivel del resto de shinobis que existiesen en el mundo actual. Salvo tal vez uno que había conocido en el pasado, pero aun así, dudaba de qué podría salir realmente de una pelea entre ellos…

- Meh…  qué flojera…. Ugh….

Su voz sonaba claramente afectada por el golpe de tierra de su rival, más todavía era audible por él mismo a pesar de su bajo volumen. Cómo pudo, se reincorporó y fijó sus ojos en su rival, el cual ya había realizado los sellos de mano pertinentes y le arrojaba un potente jutsu de fuego que amenazaba por acabarle de una vez y por todas. Ya era el fin de todo, seguramente su cuerpo caería vencido…. pero aún no.

Desapareció justo en el momento en el que el ataque impactó el suelo y apareció a un costado del legendario shinobi, dispuesto a darle una fuerte patada en el rostro cargada con una poderosa cantidad de chakra eléctrico. Sabía que no lo mataría con eso, pero quería poder dejarle una marca de por vida al Uchiha, marca que quedaría impregnada en su piel si lograba asestarle el golpe…

Rivaille se quedó de pie mientras veía levantarse al poderoso líder del clan Uchiha, que dentro de todo, se notaba todavía tenía energías para rato. No le extrañó; después de todo, se suponía era el ninja más fuerte de su país y un rango mucho más alto que él, era normal que tuviese más resistencia y fortaleza que el Nara, que dentro de todo, seguía sufriendo las incapacidades de estarse desarrollando y ser un joven en “crecimiento”. Suspiró, sabía que era cuestión de tiempo… pero quería comprobar una cosa antes que sus energías se terminasen.

- Je…. - Exclamó mientras las sombras tanto de Madara Uchiha como de Rivaille Nara se alzaban al cielo de forma estrepitosa; por su parte Levi, concentrado, cambiaba el color de sus ojos a unos brillantes a la vez que sus manos realizaban rápidamente tres sellos característicos de su clan, concluyendo con la aparición de un potente relámpago que impactó de lleno en el menor de su estirpe y sólo dejó ver humo por todas partes. Fue entonces que las sombras de ambos se unieron en dentro del humo y cuando este se disipó, una enorme figura de más de sesenta metros, con gran musculatura, alas y cuernos, sumado a una mirada asesina y penetrante, observaba desde los cielos al Uchiha invencible.

- No creo durar mucho más, a diferencia de un monstruo como tú, los humanos tenemos algo que se llama energía… y la mía se está acabando - Pronunció justo debajo del enorme titán de trueno que yacía justo detrás de él. - Pero antes… quiero ver qué tanto puedo fastidiar al supuesto shinobi más fuerte del mundo.

Dicho eso, la bestia alzó uno de sus brazos gigantes y le lanzó un potente puñetazo cargado de chakra eléctrico a Madara, acompañado de una potente ráfaga de viento electrificado.

Ya había logrado golpear dos veces al gran y poderoso Madara Uchiha. Ya podía darse por satisfecho y que su misión había concluido. Por lo mismo, fue que en el minuto en que el Uchiha le comentó que le demostrase que más podía hacer, fue que el Nara se sentó en el suelo, sacó una pequeña cantimplora y se sirvió tranquilamente un delicioso trago de té helado. Luego, sin mirar directamente a los ojos del jefe del líder sólo espetó en total calma, suspirando….

- Ya es suficiente, Uchiha Madara - Respondió ante sus palabras - Ya te he golpeado dos veces y puedo sentirme satisfecho… después de todo, eres Uchiha Madara. El Shinobi más poderoso de todo el mundo. Yo… sólo soy un equis - bebió otro poco y finalmente levantó la vista.

- Acaba con esto,  ya no quiero pelear más. 

Dicho eso, siguió bebiendo tranquilamente de su contenido sin esperar respuesta o extender la conversación. Su última palabra estaba dicha y no había más que hacerle. Estaba satisfecho, listo y dispuesto.

 

El shinobi del clan Nara bebió tranquilo a la espera de su final, sabía que la diferencia de poder entre los dos era muy grande y por lo mismo, no estaba decepcionado ni mucho menos afectado. Ya le había golpeado dos veces y supuso que con ello sería suficiente, no obstante en el minuto en que sintió que el ataque del Uchiha se aproximaba no supo cómo, puede que por instinto, de inmediato invocó sus ganchos de sombra y se impulsó hacia un costado para evitar el potente ataque del jefe del clan más criminal de todos los del país del fuego.

- Oh… eso estuvo cerca, señor Madara - Contestó de manera calma el del clan Nara a la vez que sus ojos volvían a abrirse para posarse en los del Uchiha - Karura tenía razón en defenderlo tanto… pocas veces en la vida se ve un ser humano con semejante poder. Si es que se le puede considerar humano a usted… ¿Podría ver esa técnica de nuevo? Ugh… de cualquier modo, ya mis piernas no funcionan.

Luego de eso, volvió a beber un poco de té y, acto seguido, le tiró la cantimplora al Uchiha como una muestra de respeto.