Piscina Calavera

Justo en el momento en que sintió que pasaría a mejor vida, un hombre… o cosa, blanca por completo y de muchos músculos, lo levantó del suelo y lo tiró hasta la alberca para que despertase; luego, le dio una bebida caliente y lo llevó hasta una de las alcobas en donde le contó una historia acerca de un niño que nunca aseaba su cuarto ni tampoco se lavaba los dientes o las orejas antes de ir a dormir. Por supuesto, Rivaille quedó aterrorizado - y muy asqueado - después del relato, tanto como para “despabilar” y presentarse con su particular nuevo y paranormal amigo.

- Mi nombre es Skips - Contestó el de pelo blanco y pantalones azules, mientras daba saltitos hasta posarse al lado de una de las rejas del segundo piso que colindaban con una de las salidas.

- Bueno… supongo que es mi turno de contarte una historia, esta se llama….

- Esa ya me la sé - Interrumpió el gran yeti con voz cansada y algo rasposa, para luego volver a beber un sorbo de su cosa azul - Es la de la prostituta que no podía tener hijos porque los mataba al tener el útero contaminado… sí sí, cuenta otra cosa.

- Esa fue la peor historia que he oído en mi vida. Y soy un puto Yeti inmortal que da saltitos.  

- Meh… no me culpes. Me dejaron plantado y tenía que desquitarme con alguien. Ahora tú deberás extender la leyenda de ese par de idiotas… así nacen los cuentos buenos.

Ya con la historia contada, le pidió unos dulces a su nuevo amigo y se marchó de ahí. 

Off: Leyenda contada 

Ya estaba cansado de andar de un lado para otro, por lo que decidido a hacer algo distinto, el menor de los Nara se acercó hasta una especie de competencia de manzanas en la que se aglutinó mucha gente y sin esperar nada a cambio, ni tampoco pedir permiso, se interrumpió a todos a la vez que tomaba dulces por doquier para, finalmente, sumergir la cabeza dentro de un recipiente con agua fría y manzanas, hurgando con la boca en los distintos parajes del fondo de madera hasta que finalmente pudo sentir cómo sus dientes se clavaron en una de las deliciosas (o no) frutas que estaban con su cáscara y flotaban sobre el agua en medio de toda la gente que intentaba atraparlas. En ese instante, sintió un poco de su jugo antes de que finalmente se alzó con su cabeza por sobre la superficie y, jadeando, sacó lo que fue la primera de todas las que pretendía sacar en ese minuto. De paso, aprovechó de quitarle los dulces a un tipo que se había ahogado en una cubeta de al lado. 

1era: lista. 

Rivaille Nara no era un sujeto que gustase de comunicarse. En realidad, evitaba a toda costa hablar con aquellos a los que no tenía nada que decir y por lo mismo, es que muchas veces solía entrenar con gente que apenas y podía escuchar su tono de voz. Después de todo, era un hombre reservado y de pocas palabras, carente de entablar relaciones sociales o bien, de demostrar algún tipo de empatía aunque fuese por “contexto social” para con sus compañeros de misión o entrenamiento. Fue por ello que, ateniéndose a su comportamiento habitual y observando que no era necesario pronunciar palabra alguna, omitió sus comentarios para con los demás participantes del concurso y se dedicó a lo suyo; no obstante y a pesar de su gasto de energía, no fue capaz de tomar una segunda manzana y  tuvo que conformarse con ver cómo otro de los sujetos agarraba a la que le había echado un ojo. En represalia, lo empujó y le quitó sus dulces, para luego ir a tomar un respiro y volver luego a seguir probando suerte. 

Objeto: falla.