Cuidando del pequeño Shin [Misión D]

Konohagakure, o conocida como la aldea oculta de la hoja, era el lugar a donde debía dirigirse y ahí estaba en el puerto mercante perteneciente a dicha villa. Después de un ajetreado viaje marítimo, la pelinegra había logrado su primer objetivo, llegar a su destino. El lugar a diferencia de Kirigakure era bien luminoso comparado con la leve neblina que siempre cubría como un manto de protección a sus ciudadanos por los cuales estos presentaban una tonalidad de piel más lechosa que cualquier otra persona.

Descendió último para evitar el tráfico con la descarga de mercadería destinada a favorecer su nación, no sin antes despedirse del inhóspito capitán y su tripulación aunque al final recibió otro griterío de parte del primero sobre puntualidad, empatía y cosas por el estilo que lograron incomodar ahora si a la joven Yuki. ¿Sería acaso que sus viejos hábitos estaban volviendo?

Una vez en tierra, se quitó la chaqueta depositándola en su pequeña bolsa tras su espalda, el calor la obligaba a hacer aquel acto, aunque a pesar de ello no decidiera quitarse  la bufanda roja que siempre cuidaba como su más grande pieza de valor. Así que caminando entre las diferentes calles logro ubicarse entre, para ella, la gran colorida Konoha para llegar a la casa de Yuriko, la clienta.

-Buenos días. Soy Mikasa Yuki, enviada para cuidar a su hijo- se presentó ante una mujer joven quizás de unos  25 años no más de edad, con un  pequeño niño tras ella pegado como una lapa a sus piernas y con unas pequeñas lagrimas mantenidas aún en sus ojos.

Día 1

La señora Yuriko acababa de salir de casa dejando a la Yuki con el pequeño Shin, quien se está negando a conversar con ella luego de la salida de su madre hace una hora exactamente, Mikasa siendo la niñera entrenada que era desde sus inicios en el país de la niebla, esperó pacientemente a que el niño se calmara, y cuando sucedió luego de una media hora... sabía que tenía que actuar con sigilo, no asustarle, sino lo contrario para crear un vínculo entre ellos.

-Shin. Mi nombre es Mikasa, estaré aquí solo por una semana para cuidarte. Tu madre volverá pronto- Hablo con voz suave acercándose al pequeño, quien le vio con desconfianza pero no se alejó de ella, más bien le refuto. –No quiero esto, quería ir con mamá- Mikasa solo logró reír de lado mas no por burla sino por el cariño del niño.  –Lo sé, pero no ha sido posible. Ahora, sé que es diferente pero pasaremos una semana juntos, hay algo que deseas hacer… Ya sabes, son vacaciones, puede ser una semana llena de juegos… ¿no, Shin?- le respondió con una sonrisa cómplice en los labios que alentó al niño a seguirle en su jugarreta a la joven Yuki.

-¡Vamos de pesca!- gritó con alegría el pequeño, los niños siempre eran así, lloran un momento y luego están normal, como si nada hubiese pasado. –Pues vamos, no perdamos tiempo… Alista tus cosas, ¿tienes equipo de pesca o tendremos que alquilar un par?- la tan alegría del pequeño se vio minimizada al notar su error ante lo cual Mikasa desestimó la idea de no ir y con firmeza expresó –Bien, tendremos que alquilar el equipo. Ve alístate… Prepararé algo de comer para el viaje-

En dos horas los preparativos habían sido hechos, el equipo alquilado, y ambos joven y niño estaban en un pequeño bote en medio del lago. Cubiertos por grandes sombreros y ropa casual, pescaron entre risas, anécdotas y asuntos que alegraron el primer día de cuidados. Al regreso del viaje, con un balde con dos pescados algo cansados pero felices, volvieron a casa donde cenaron lo que habían capturado y terminando así un día agotador para el par.

Día 2

Se despertaron temprano a pesar del agotador día anterior, pero al parecer a Shin le había gustado mucho la aventura vivida que sin duda en sus emocionados ojitos oscuros y brillantes se apreciaba que el pequeño buscaba otra hoy. Como pescar había sido el sueño del infante de realizarlo con su padre y ya que este no estaba con ellos, por culpa del abandono, la madre del niño nunca tuvo el tiempo ni tampoco era tan participaria de ese tipo de actividades.

Ahora junto a Mikasa la idea era otra, y así fue bien recibida por la Yuki que estaba ahora sentada en el tronco de un árbol recostando su cuerpo en la dura corteza de este mientras  Shin cargaba una malla en busca de los insectos que tanto había visto en los libros y que ahora con la participación de Mikasa, era capaz de realizar dicha acción.

Habían partido temprano, tomando un desayuno simple para que no se les hiciera pesado al subir la montaña hacia el bosque de Konoha, cubiertos con mallas, sombreros y repelentes de insectos para cuidarse de alguno que otro peligroso, y además un gran almuerzo comprado esta vez en una de las tiendas favoritas de Shin, que ambos se emprendieron en este nuevo viaje.

Diferentes tipos de insectos como gusanos, mariposas, escarabajos, mantis, hormigas algunas hormigas, y variedades que antes la joven Yuki nunca antes había visto sino en el libro de insectos y biología que había leído en los libros del niño.

La noche llegó rápido y con ello, sin duda el regreso a casa aunque de nueva cuenta ambos regresaban a casa felices, esto no parecía un trabajo para ella... era más unas vacaciones que había logrado obtener con un hiperactivo niño.

Día 3

Tercer día de aquella nueva aventura, primero la pesca, la caza de insectos.. hoy Shin había decidido algo más ligero según él, aunque Mikasa tuviera sus dudas... Quizás se trataba de un día de caminata, o salir a comer, o jugar un juego en casa... bueno realmente no había esperado que tuvieran que ir al nuevo parque de atracciones que habían construido en la ciudad para que los niños pudieran ser eso niños, antes de que comenzarán sus habilidades ninjas.. y aunque los tres años de Shin podían ser un problema sus emociones no lo era... Por eso mismo, si estaba en las manos de Mikasa, ayudaría al pequeño a cumplir los objetivos que todo niño tiene a su edad.

-Me parece bien- hablo luego de unos segundos, logrando iluminar la cara del pequeño. -Pero debemos prepararnos, o se nos hará tarde... Como es una inauguración, habrá mucha gente y prefiero evitar colas enormes.. ¿Bien?-


-Bien, voy a alistarme. .. ¿Mikasa, debo lavarme los dientes?- replicó el niño un tanto molesto por la higiene. -Sabes que sí, así que si quieres ir... te lavas los dientes- hablo de forma autoritaria la de Kiri pero sin realmente regañarle con dureza, simplemente no podía con aquel niño. -Ok... Ya regresó. Tú también Mikasa, apúrate- sonrió plenamente a las ocurrencias de Shin.

Como en estos últimos tres días, la diversión había sido garantizada y ahora mismo estaban en esa casa del terror, aunque Shin se estaba sosteniendo fuertemente a las piernas de Mikasa, pero muy aparte de eso siendo la última atracción del día, todo había estado perfecto. Ahora ya con menos miedo, el pequeño comía un algodón de azúcar que le ensuciaba toda la cara. -Es hora de ir a casa Shin... Mañana será un gran día y debemos prepararnos- 

-Mañana, juguemos en casa... Hay algunos juegos y vídeos que quiero mostrarte, onee-chan-

Día 4

El cuarto día cuidando a Shin, y hoy se había decidido quedar en casa, jugar algunos juegos, simplemente descansar de los ajetreados tres días anteriores, disfrutando de una velada en casa. Y allí estaban, reunidos en la sala mientras instalaban aquella nueva consola que había sido un regalo de su madre la navidad pasada pero que no había tenido la oportunidad de probar por los viajes de su madre. –Este cable va aquí, este otro va por este lado… Creo que está listo- anunció Mikasa a la vez que se alejaba de la consola y verificaba las salidas de audio y vídeo de la tele. –Mmm… si está bien- dijo mientras se alejó aún más dejando al pequeño conectar los controles y escoger el juego que quería jugar, ya sea de una o dos personas… no importaba mientras el niño estuviera tranquilo sería mejor para ella.

Sirviendo un poco de jugo de la jarra que colocó en la mesa de estar así como un par de galletas para el consumo de ambos. Juegos de arcade, aventura, carreras y de peleas fue lo que más disfruto el pequeño mientras la Yuki observaba en un inicio y luego se dispuso a ordenar, limpiar un poco la sala, hacer los quehaceres en lo que tanto era buena.

Luego de un par de horas, los juegos de consolas acabaron… dando paso a los juegos de mesa, monopoly que solo jugaron una apartida corta, luego clue y demás mientras tomaban un descanso para el almuerzo y retomaban de nuevo su partida en pausa. Y como siempre, el día daba paso a  la noche y ahora ambos ya en sus respectivas camas aguardaban el inicio de un nuevo día.

Día 5

Iniciaron el día yendo de compras por verduras, frutas, carnes y alguna que otra golosina que podrían devorar antes del almuerzo, no se había planeado nada para este día solo hacer las compras pero una llamada a la casa de Shin de parte del jardín escolar, los obligó a salir después del almuerzo  aun encuentro con los amigos del pequeño para celebrar la fiesta de cumpleaños de uno de los niños.

-Shin, vamos a llegar tarde. Debemos salir ahora o no querrás perderte los dulces, juegos y torta de la fiesta- con ello, la joven Yuki alistó, peino, y salieron una hora de adelanto a la fiesta y no era porque el lugar estaba lejos  sino que enterándose a última hora, Shin no tenía un presente que regalar y por eso llegaron a allí, a comprar uno para Takahiro, amigo de Shin y cumpleañero.

-A él le va a gustar este, lo sé porque a mí me gusta y él es mi amigo- hablo con firmeza el de tres años. –Hahaha… Ok, pequeño, llevemos esto… si a ti te gusta a él le va a gustar- pagó por el juguete nuevo de un vaquero con cuerda, bueno es algo distinto para los ninjas, fue empaquetado y salió de la tienda justo a tiempo para llegar a la fiesta.

Fue una fiesta a lo grande, bien colorido y con muchos juegos dejando a todos los niños cansados hasta tal punto que las madres tuvieron que cargar a sus niños después de la fiesta. En este caso, Mikasa cargó al pequeño, mientras en su bolsa llevaba su pedazo de torta, su cajita de dulces, y el recuerdo de haber asistido a la fiesta. Y con esa fiesta inesperada, el quinto día junto a Shin había terminado.

Post 6/7

Día 6 y 7

Los dos últimos días se la pasaron haciendo diferentes cosas, entre paseos, juegos, visitas a parques, amigos y yendo a lugares de comida como “Ichiraku ramen”, y con todo por hacer, el trabajo de Mikasa Yuki estaba llegando a su fin, mañana en la mañana regresaría la madre quien ya debía estar en camino a la aldea de la hoja. Con todo en mente, la niñera se dedicó en la noche a ordenar todo, lavar los trastes, limpiar el piso, bañar a Shin, prepararle la merienda, la cena, limpiar su nueva colección de insectos, que ojala le guste a su madre, y demás quehaceres en los que era buena.

-Shin, lávate bien… y duerme temprano que mañana, mamá esta regresando- le advirtió mientras sacaba su pijama y lo colocaba sobre la cama para cuando regresara del baño. –Mikasa, volverás algún día  a visitarme- la pregunta le sorprendió bastante pero antes de que pudiera decirle que en verdad no podía, se animó a asentir y asegurarle que si. –No contaré con mucho tiempo, pero si lo tengo vendré a verte-

-Es una promesa, así que no te olvides de cumplirla- aquello provocó risas en la pelinegra que alistando todo, dio paso a que la noche terminara y así su misión de cuidado terminada.

A la mañana siguiente, la señora estaba ya en casa a eso de las 10 de la mañana mientras su hijo tomaba su desayuno, al verla llegar el pequeño fue corriendo hacia ella para darle un gran abrazo. –Mikasa, está todo bien- pregunto la señora. –Si, todo perfecto, Ha sido una semana divertida- despidiéndose de ambos, Mikasa Yuki salió de ese hogar sin rumbo, hacia donde el viento la llevara, por ahora podía decir claramente; misión completada.

Post 7/7