Takatsuka Dono vs Levi Nara

Definitivamente Takatsuk Dono era impresionante, y Rivaille muy estúpido. Lamentablemente para él, las enseñan zas otorgadas por su clan esta ve z le habían jugado una mala pasada, otorgando la mala fortuna de que su “caridad” fuese la chance necesaria que necesitaba el proveniente del país del agua para ejecutar su movida. Más aún, en su estado actual, Levi debió prevenir qué era lo que estaría por pasar. Sin embargo, su sentido del deber fue más fuerte que su sentido del combate y, en realidad, se dio cuenta que al intentar curarlo ya no estaba combatiendo y por lo mismo, es que ahora se encontraba con uno de sus brazos totalmente dañado mientras sangraba por las tres heridas provocadas por el gordo Udono. Ante ello, tan sólo se alejó un poco mientras reformulaba los conceptos de la batalla. Sabía que no podía volver a atacar a Udono con mucha potencia, puesto que podría matarlo y de paso, matarse él mismo, ya que tampoco es que le quedase mucho chakra. Por otro lado, si se descuidaba probablemente el Takatsuka no tendría la misma consideración para con él… así que no le quedó más opción. Simplemente, desapareció y volvió a aparecer detrás de Udono, dispuesto a golpearle con una fiera patada directo a la nuca.

Sintiendo la manera en que el cerebro de Rivaille se movía en el campo de batalla, el shinobi del País del Agua tan solo se volteó, recibiendo la patada respectiva en su rostro en lugar de la nuca. Sin embargo, ese embate tan solo lo tiró al suelo, donde se quedó quieto y a la vez, consciente, mirando directamente a las alturas.

-Ha...hahaha... ya... no me puedo...mover... ha...divertido, sí... divertido.- Declaró cerrando poco a poco los ojos, sintiendo como todo empezaba a dispersarse. Pasado el efecto de la adrenalina y de aquello que le pudría poco a poco los brazos, el heredero del clan Takatsuka dejó que la inconsciencia se lo llevara poco a poco, satisfecho con el desempeño que había tenido en aquella batalla particular. Sentir, dejarse llevar, todo había sido sumamente agradable, placentero y sin igual. Lo amaba, sí, amaba sentir las cosas dado que de ese modo se sentía como un pez en el agua. Era algo sin igual. -...sigh...- Susurró por lo bajo, finalmente rindiéndose al sueño. En esos instantes, lo único que quería hacer era dormir por un largo rato y después levantarse y comer un sendo plato de carne a medio cocer con los pies metidos en agua caliente. Sí, eso haría. Sus impulsos lo dominaban, incluso ya perdido en la negrura de su mente...

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HP: 0

Por fin ya todo había acabado. Luego de un buen rato esquivándose mutuamente, saltándose sus ofensivas y evitándose el uno con el otro, finalmente Udono Takatsuka había caído al mismo tiempo que Rivaille se sostenía con su mano derecha su dañado brazo izquierdo. Sabía que por poco podría haber perdido, por lo que aún le daba vueltas en la cabeza el hecho de que se había descuidado sin tener a su enemigo completamente vencido. No era un error fácil de olvidar, y tendría que meditar qué tanto necesitaría el seguir conservando sus enseñan zas de Nara ahora que el mundo se estaba pudriendo cada vez más y más. 

Suspiró, estaba cansado y sucio, necesitaría darse un buen baño y ojalá, poder dormir por un par de días. A pesar de no haber estado mucho tiempo peleando, el entrenamiento había resultado demasiado exhaustivo y problemático, especialmente para alguien como él. Ahora lo único que quería era dejar de sentirse como un puerco y descansar, por lo que simplemente desactivó todos los jutsus y sacó una pequeña botella desde uno de sus bolsillos. Contenía una especie de brebaje que ayudaba a reanimarse, a recuperar un poco las energías y darle lo necesario como para poder llegar hasta su villa. Antes de irse, volteó la cabeza y miró por última vez a su contrincante. 

- Nos vemos, Takatsuka Dono. 

Dicho eso, desapareció entremedio de los bosques.