Sakura Mala vs Levi

La chica suspiro levemente mientras se colocaba de nuevo en posición al ver que la espada no había acertado en nada ya que el pelinegro se movió lo suficientemente rápido como para estar sin problemas de nuevo ante ella y con los ojos cerrados. Esto le daba una nueva perspectiva respecto a los combates o entrenamientos, por que se dio cuenta de la veracidad que tenían las palabras de Udono, las cuales se resumían a tres simples pero muy descriptivos adjetivos calificativos, rápido, eficaz y sosegado.

Sus ojos se dedicaron a observarlo y mirarlo fijamente, demostrándole que aun haba muchas cosas por delante que demostrarle en cuanto su resistencia ya que no quería dejar que el entrenamiento terminara tan fácil y mas cuando el Nara estaba consciente de la persistencia de los Uzumaki.

 Segundos después se percato del rápido movimiento que había hecho y que la pierna del ojinegro se dirigía a su rostro, una media sonrisa salio pues concentrando chakra en sus pies comenzó a saltar dando algunas vueltas de carro, pues amaba como sentía el viento en su rostro de esa forma.

Se posiciono defensivamente y con su mano derecha lo incito a que el realizara el siguiente movimiento.

La chica parecía estar más contenta al ver el hecho de que Rivaille se tomase un poco más en serio el asunto, cuestión que el Nara no entendió más lo aceptó como muchas otras tantas cosas de la sociedad que ignoraba por completo. Sabía que la gente era extraña, rara, diferente de lo que estaba acostumbrado a apreciar… pero debía soportarlo, era una de las variables que implicaba el ser un shinobi. Por ello, fue que no le molestó en absoluto que la muchachita se alejara como si estuviera jugando mientras saltaba de un lado para otro. 

Al contrario, simplemente suspiró y aún sin abrir los ojos, implemente lanzó uno de los ganchos de sombra de su cadera para clavarlo directamente en el árbol más cercano a la Uzumaki. Acto seguido, provocó que la sombra se apretara en su propia forma provocando que lo atrajera velozmente hasta donde estaba la niña de cabello rosado. Y sólo como agregado adicional y demostrando que no estaba jugando para nada, por primera vez se había decidido en desenvainar ambas espadas e iba girando con ellas como una especie de trompo en el aire que además adquiría una notoria figura azulina con cada uno de los cientos de giro por segundo que daba, todo con un único fin bastante concreto…

… el cortarle los muslos a la muchacha de nombre Sakura. Ya por fin, se había decidido a darle lo que tanto quería la proveniente del clan de los naranjos: Un ataque en serio.

 

 

Sakura por primera vez en su vida vio que esto superaba por mucho los entrenamientos que le hacían realizar en el Clan. Udono tenia razón en que con el Nara podría darse cuenta del nivel que tenia y que podría mejorar. Muchas cosas le pasaban por la cabeza, nuevas perspectivas, nuevas ideas cuando se sorprendió de la rapidez con el pelinegro se acercaba a ella y con sus espadas desenvainadas. 

Un mar de emociones revoluciono el corazón de la pelirosada, que latía rápidamente por que la dirección que tenían las armas eran sus piernas. Sus ojos se abrieron desmesuradamente por que a pesar de saber el peligro que corría, todo lo veía en cámara lenta y no podía moverse. Aquello solo hizo que se frustara y sintiera temor por que su cuerpo no le respondía.

- Agggh!!!!!!!....- Un grito ahogado fue lo único que se escucho por parte de la chica de mirada jade ante el corte hecho por el Nara en sus muslos. Sangre por doquier se regó y cayo la figura de la fémina de un solo golpe. Sakura miro con horror la sangre que corría y de un momento a su vista se fue nublando, lo ultimo que alcanzo a ver fue la sombra del pelinegro.

Todo había acabado. Justo en el momento en que la niña perdió la conciencia, Rivaille apareció justo de pie sobre ella, con las piernas abiertas para evitar pisar su cuerpo. Suspiró, tenía las espadas con algo de sangre pero aun así el corte no había sido precisamente de gravedad, por lo que supuso la muchacha más bien se impresionó de ver su propia sangre y por eso se desmayó. Volvió a suspirar, pensando en que los burócratas realmente eran muy…. especiales. Dejo sus espadas a un lado y aplicando jutsu de médico, se apresuró a cerrar las heridas de la muchacha antes de que esta pudiese sufrir una infección o algo por el estilo. No tardó mucho, sólo lo suficiente como para que la chica despertase, más se sorprendió de ver que seguía intacta en el piso. Por lo visto, era la primera vez que la herían en toda su vida.

Ladeó un poco el rostro cuando terminó de limpiar sus espadas y las guardó, dejando el trapo sucio a un costado de la chica y viéndola por última ocasión. No le cabían dudas de que tenía capacidades, pero le faltaba controlar más sus impulsos y estudiar mejor a su rival. No obstante… no dudaba de que llegaría a ser muy buena. Sabía que Udono la entrenaría bien.