Udono vs Hiroki

Nuevamente la necesidad llamaba a atender una misión en el horrible País del Fuego y como tal, el viaje había sido pésimo para el heredero de la familia Takatsuka. A pesar de la recompensa obtenida tras haber concluido el trabajo acordado de una manera poco ortodoxa, la verdadera molestia recaía en tener que devolverse y pasar nuevamente por terrenos agobiantes bajo un clima incluso peor. Todas esas razones, más su reticencia a moverse durante el día, hicieron que Udono descansara en el interludio de la tarde y se dispusiera a atravesar el paupérrimo trayecto durante la noche bajo la luz de la luna. Pisando ramitas, hojas caídas y raices sobrecrecidas unas tras otras al tiempo que su figura rechoncha saltaba poco más y poco menos según la zona en que estuviera andando, Takatsuka parecía disfrutar la velada - no por la zona, país o territorio, sino por el tiempo. Adoraba la noche y más que la noche, adoraba la luna. Dentro de la monotonía que lo caracterizaba, era algo capaz de romperla y sacarle más de una mirada llena de añoranza.

Y en medio de aquello, oyó algo que lo hizo girar la cabeza un simple instante: una figura desconocida con cabello rojo que lo miraba tras unos matorrales, apuntándole con una espada.

-...- Volteando la cabeza nuevamente, no le prestó mayor atención. Todavía tenía mucho que recorrer.

Aún avanzando en medio de los árboles tras haber visto a aquel muchacho y de paso, ignorarlo por completo, el shinobi del País del Agua tan solo escuchó el rumor de las hojas al removerse mientras el chico se acercaba y lanzaba directamente un kunai en su dirección. Tras sentir como se movía todo dio una vuelta para formar dos simples sellos de manos y con un solo ademán materializar con un escupitajo una simple película de agua que bloqueó el embate del cuchillo en pleno, absorbiéndolo en su superficie para así dejar que cayera el suelo con suavidad.

-Espero que no haya problema con mi paso por aquí.- Comentó levantando una sola ceja mientras deshacía el jutsu frente a él, sin verdaderos ánimos de iniciar una confrontación puesto que en esos momentos, solo quería deshilarse de todo y llegar lo más pronto posible al puerto para acudir cuanto antes a su País. -Si hay algo que acotar, sería aconsejable que lo dijera ahora mismo. Tengo algo de prisa, espero me comprenda.- Murmuró el pelinegro con su usual monótono, suspirando mientras se sacudía el trasero del pantalón, esperando una respuesta de su ahora interlocutor en tan inesperada situación.

No le parecía nada rara la aclaración de aquel chiquillo. Y de hecho, apenas notaba que el terreno aledaño era la ridícula villa de los Senju, mil veces destruida y mil veces reparada y limpiada por gente de su País. Levantando apenas la vista mientras el otro se ocupaba de atacarlo apenas entrecerró sus ojos con cierto fastidio, girando la cabeza para así posar su mirada sobre la luna y en el último instante desaparecer antes de que el golpe del chiquillo de cabello rosado lo tocara siquiera. Justamente eso era lo que quería evitar, justamente eso era lo que menos ansiaba, justamente eso era lo que no quería, bajo ningún concepto, tener que hacer - desperdiciar su tiempo de poder mirar la luna batallando contra un ser de tan bajas capacidades mentales según sus movimientos de fluidos cerebrales era, tan solo, deshonroso y por demás, desagradable. Ya fastidiado y sin mostrar más expresión que su usual monótono y aburrimientos perpetuos, el heredero de los Takatsuka lanzó un simple kunai de agua contra el mocoso.

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Daño Jutsu D: 2970
Efecto Jutsu D: -50 HP, aumentando 25 por turno hasta el final de la batalla.

HP: 10800

Aunque no lo quisiera, el chiquillo seguía molestando. Insistiendo con su jutsu de agua, un nuevo ataque se cernía contra él de manera nada inesperada, obligandolo a realizar otro movimiento de evasión en la forma de una sustitución más. Su nueva posición en el otro caso se presentó como otra simple rama de árbol, desde la cual tenía plena visión de todo lo que acontecía más abajo y por ende, de todos y cada uno de los movimientos de su oponente. Y sin embargo, no dejaba de resultar molesto tener que enfrentar a alguien cuando ni siquiera se encontraba en la propiedad de los oriundos del bosque, mucho menos estático o esperando algo. Era simplemente, una estupidez total por la que al final daba igual; todo daba igual en aquel momento - y de querer salir para llegar a su País, tendría que acabar con tan decadente y molesto espectáculo cuanto antes, ni más ni menos. Entonces, tras formar el sello de la serpiente llevó sus dedos a las manos, silbando de manera fuerte y atacando el cerebro de su forzado contrincante.

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Daño Jutsu C: 1450
Efecto Jutsu C: -200 HP por turno hasta el final de la batalla.

HP: 10800

Y de manera un tanto inesperada, puesto que el chiquillo Senju tenía toda la apariencia de un conejo - chiquito, rastrero y enano - su víctima recibía de pronto el ataque, quedando de rodillas mientras se sujetaba la cabeza y era presa de un dolor superficial que no tardaría mucho en pasar. En ese interludio que esta aprovechable sin embargo, el shinobi del País del Agua a su vez esbozó el sello del caballo seguido del de la serpiente para materializar en sus manos cinco kunais que se quedaron girando entre sus dedos, listos para atacar y cercenar la piel del chiquillo pelirrojo en cuestión de meros segundos. Lanzando hacia arriba los primeros dos los atrapó al vuelo en un último instante, procediendo a tirarlos contra su oponente forzado al igual que los otros tres en secuencia y apuntando a lugar distintos uno del otro: el primero iba contra su cuello para intentar callarlo y que no pudiera decir nada más, el segundo a su pecho para hacerlo retroceder, el tercero y cuarto a sus hombros para impedir que los pudiera mover durante un tiempo y finalmente el quinto a su entrepierna, disparado erróneamente cuando el objetivo original era golpear su estómago. Al final, daba igual, solo quería salir de allí.

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Daño Jutsu D: 2700
Descueston Activos - Hiroki: -200 HP.

HP: 10800

Ahorrándose los comentarios al respecto del chiquillo de cabello rojo, el shinobi del País del Agua finalmente levantó una ceja al ver un movimiento tan paupérrimo de combate con espada. Estaba seguro de ello puesto que había cosas menos cuidadas que eran más capaces de parte de su padre. Saltando en el último instante para evadir el embate sin embargo sintió un ligerísimo escozor en la parte lateral de su brazo - un pequeñísimo corte que si bien no era la gran cosa resultaba ser una molestia bastante considerable. Salir herido como si nada y luego tener que encargarse de eso... lo molestaba, aunque por lo bajo. Él no era alguien precisamente de sentir o quedarse relegado a dejarse dominar por tonterías como los sentimientos, así que tan solo hizo varios sellos de manos para formar un simplísimo senbon que con un lanzamiento veloz tiró contra la parte baja del cuello del chiquillo. Si lo encajaba, lo asesinaría ahí en un solo golpe y por ende, escaparía a la inquisición, pudiendo continuar con su camino libremente.

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Chakra: 6 + 5 (Zaude) = 11
Daño Jutsu A: 2475

HP: 10800 - 350 = 10450