Kaido VS Hakusame

Todo marchaba bien en Kirigakure, a Hakusame no le iba bien estar rodeada de gente y como su deber era proteger el exterior de la Aldea, vivía en un pequeño puesto de vigilancia en el puente de la entrada, visitando el interior solo lo indispensable, necesitaba reencontrarse a sí misma y poner en orden sus ideas y en especial, no quería tener que encontrarse con Sôken a menos que fuera cuestión de vida o muerte.

Su rutina era simple: hacía rondas por los muros varias veces al día y luego cruzaba el puente para explorar los bosques y asegurarse de que no hubiese en ellos amenaza alguna para la paz y seguridad de la Villa; cuando no hacía eso, entrenaba arduamente, tanto como su cuerpo se lo permitía. Entrenaba también por las mañanas con el cuerpo de guardias que se le había asignado para proteger las murallas y de vez en cuando, tenía la oportunidad de medir su progreso con shinobis de verdad, hoy era uno de esos días, hoy tenía la oportunidad de entrenar con Kaido, a quien ella veía como su líder más que al consejo de ancianos, al que nunca había podido ganarle, de hecho, ni siquiera había podido sostenerle una verdadera batalla, pero no se daba por vencida, pues sabía que cada vez que peleaba con él, se volvía más fuerte pese a las apabullantes derrotas que solía llevarse. – Buenas tardes Kaido-san. – Saludó cuando llegó al campo de entrenamiento, aún faltaban unos quince minutos para la hora pactada, pero no le gustaba llegar tarde y a él menos que nadie lo haría esperar.

Aunque se encontrara en el distrito suroeste más afamado de Kirigakure y a pesar de que se suponía que esperaba encontrarse con la llamada Hakusame, Udono Takatsuka alias Tamanegi, alias Kaido permanecía comiendo su milésimo plato del día. Y no lo podía evitar ya que al poco tiempo de engullir lo que fuera lo atosigaba el hambre, más si se aplicaba en cualquier tipo de actividad... y a decir verdad, sus días no eran precisamente libres. Ya que no tenía que tratar mucho con el consejo de ancianos al encargarse Enbun de todo eso, sus mañanas y tardes se iban en escribir cosas y ordenar información que fueran útiles para cumplir su siguiente objetivo - y con los diversos entrenamientos y peticiones especiales de los Kirisenjin, a veces se sentía demasiado agotado como para levantarse de la cama en todo el día. Mordisqueando con salvajismo pronunciado un inmenso muslo de pollo, el azulino oyó los pasos enormes e imperdible de Hakusame, quien llegaba al otro lado del vasto campo de entrenamiento.

-Llegas demasiado temprano.- Le dijo mientras escupía pedacitos de pollo de entre sus dientes afilados, cerrando los ojos momentáneamente para bostezar. -Pero supongo que no está mal. Dame un minuto.- Pidió, llegando hasta el hueso con sus meros colmillos.

- Y aún así, te me has adelantado, como siempre Kaido-san – Respondió con calma y educación. – No te apresures por mí- – Agregó, esperando a que el azulado terminara sus alimentos y sí, tal vez se comportaba extraña, pero después de todo estaba ante su superior, que había reafirmado su dominio sobre ella y quien tenía su lealtad desde hace tiempo ya, aunque también era justo admitir que aún se encontraba algo desorientada respecto a sí misma. La albina esperó en silencio a que él terminara sus alimentos y se preparara para el combate, sin insistirle, ni presionarle y no fue hasta que le pareció que él estaba listo que musitó un cordial – ¿Comenzamos? – Palabra que pronunció al tiempo que descubría a Samehada, al fin y al cabo ya había comprobado más de una ocasión que no tenía sentido contenerse con él, ni andarse por las ramas o la volvería a pulverizar antes de que se diera cuenta.

Fue así que Hakusame corrió para lanzar el golpe de su espada, que como cada vez que lo enfrentaba, estaba más que ansiosa por degustar un chakra de cierto modo conocido y añorado.

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Jutsu = 5 (No Efectivo)
Chakra = 7 – 2 (Samehada) = 5
Objeto = 8 (Efectivo)

Daño Final: 500

HP = 7800

-Odio esa maldita espada.- Declaró Takatsuka con evidente molestia, afilando la mirada mientras dejaba de lado el último hueso de pollo ya desprovisto de carne. Justo cuando la enorme arma se abalanzó sobre él, desapareció al sustituirse con un tronco cercano, un trozo de madera que se partió al instante por la fuerza imbuida por tan monstruoso y brutal ataque, sin contar lo destructivo de las escamas de la Piel de Tiburón. Apareciendo del otro lado del campo de batalla mientras removía los brazos de un lado la otro, el heredero del clan que vivía en la parte más recóndita del valle neblinoso y que ahora se había mudado a la tan llamada Kirigakure finalmente dio un paso adelante, esbozando rápidamente el sello que era la firma de su estilo caústico y rastrero de pelear: el sello de la serpiente.

-Inton: Mienai Kyôfu no Jutsu.- Declaró el shinobi de piel azulina, creando un campo ilusorio totalmente diferente al del claro donde se habían encontrado. Con un ambiente caleidoscópico y cinco pirámides colocadas en un cuadrado con la última al centro, el suelo estaba marcado por un círculo de luz fosforecente. El "cielo" era negro y en las lejanías se podía observar llamas y otros fenómenos nada normales. Y en lugar de Udono la figura de la madre de Hyo se levantó, enarbolando una Piel de Tiburón de tonos un tanto distintos; con un solo cambio de posición finalmente se lanzó contra su "hija", dispuesta a arrancarle de cuajo medio torso de un solo golpe contundente.

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Chakra: 45 + 5 (Zaude) = 50
Daño Jutsu C: 4575
Efecto Jutsu C: -200 HP por turno hasta el final de la batalla. Se defiende con Defensa +70 al obtener Chakra +48. +5 Dificultad al manipular los sentimientos de Hyo.
Habilidad Activada: Manipulación de sentimientos. Emoción forzada en Hyo - Victoria.

HP: 11400

- ¿Porqué? – Preguntó la kunoichi sin poder entender el porqué de semejante aversión a un arma que de cierta forma provenía de su familia, aunque en esa misma interrogante encontró una teoría al recordar el profundo desprecio que tenía ella por los Yuki, sin embargo, parte del sonido de su voz se perdió en el crujido del tronco que se hizo pedazos y voló en miles de astillas al recibir el golpe directo de Samehada, mientras que su portadora cerró los ojos y ladeó al cara para evitar que las astillas terminaran en un lugar incómodo de su rostro, acto seguido sus azules y fríos orbes recorrieron todo el lugar en busca de Kaido-san, mas el drástico y extraño cambio de la escena incluso le mareó un poco ante los chirriantes colores de la fluorescencia en el piso, acentuada por la oscuridad del cielo. – ¿Qué demonios se supone que es esto? – Preguntó sin estar segura de querer saber de qué sueño enfermo provenía aquella ilusión. Cuando al fin logró divisar una silueta en aquel extravagante paraje, la mujer se abalanzó en su contra, aunque sus pasos titubearon y se tambalearon en el preciso instante que logró percibir bien la figura. – ¡¿Kurai?! – Exclamó con emoción y tratando de que no se le quebrara la voz. A punto estuvo de soltar su arma pero aquella mujer se dirigía a atacarla empuñando otra Samehada, en silencio… - Reacciona estúpida, Kurai está muerta. – Se autorregañó desde lo más profundo de su subconsciente obligándose a no caer en el genjutsu, no podía permitirlo, aunque admitía que era casi reconfortante ver aquel rostro. – ¡No! – Gritó con todas sus fuerzas lanzando los misiles líquidos con forma de escualo, directo a la pelirroja que le amenazaba y una estocada con su espada que mostraba los colmillos sin reparos, sintiéndose orgullosa de sí misma como si hubiera ganado el combate, pues creía haberse sobrepuesto a su mayor debilidad y a uno de los poderosos genjutsus de Kaido-san.

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Defensa: 121 (Efectiva)
Jutsu = 12 (Efectivo)
Chakra = 12 – 2 (Samehada) = 10 (-50% Daño Final)
Objeto = 7 (Efectivo)

Daño Final:2150 – 1075(Chakra)  + 350 (Samehada) = 1425

HP = 7800

Jutsu:

Objeto:

-Tsk, que molesta.- Declaró el shinobi del País del Agua mientras afilaba la mirada y fruncía aún más el ceño. En definitiva no le gustaba para nada aquella arma, mucho menos replicarla en su ilusión. Sin embargo, si quería que fuera efectiva no le quedaba más opción que tener que propiciar su forma para mantener a la albina en aquella posición arrinconada. Dejando que la madre falsa de Hyo alias Hakusame se volteara, girara y finalmente cayera a un lado tras evadir el golpe y bloqueado la pistola de tiburón, Takatsuka mantuvo el genjutsu activo. No era que no quisiera enfrentar a la mujer, o mejor dicho, estaba lleno por la comida y en esos instantes, no se sentía de ánimos como para entrar el mismo a la contienda. Esa batalla, esa trifulca y combate sería llevado a cabo por las bondades de la memoria de la misma albina, por lo cual tan solo debía aplicar el chakra suficiente como para no romper el enlace. Posándose sobre una rama mientras se acostaba y rascaba la parte baja del vientre, el heredero de los Takatsuka tan solo movió la mano de un lado al otro, dándole la indicación a la Kurai falsa de que continuara con el baile. Girando sobre su eje y abriendo la boca, la dama de las nieves escupió una neblina helada que sin embargo no ocultó el ambiente caótico y caleidoscópico del Mienai Kyôfu no Jutsu; en esos instante, "Kurai" solo estaba ganando tiempo.

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Defensa: 45 + 10 (Kawarimi no Jutsu) = 55

HP: 11400

La albina dejó escapar un rugido bestial al observar como su jutsu era esquivado y realmente le hubiera gustado destrozar esa ilusión porque le era difícil y hasta doloroso tener que enfrentar algo que lucía igual que su madre, la única persona en el mundo que le mostró un atisbo de cariño sincero, pero al mismo tiempo, Kurai no tenía un lado maternal por lo que el ver su rostro silencioso era lo que la hacía aferrarse al resquicio de consciencia que le recordaba que no era realmente Kurai, aunque se moviera tan rápido como ella, no tenía el porte ni la personalidad de su madre. – No eres ella, no eres ella, ¡No eres ella! – Repetía rápidamente subiendo cada vez más el volumen de su voz hasta que se convirtieron en gritos desesperados que precedieron un nuevo intento de ofensiva, fúrico y casi desesperado, con un nudo en la garganta pues si bien quería gritarle a Kaido que eso era un golpe bajo, la verdad es que debía admitir que la estaba obligando a enfrentar su mayor debilidad, pues si no es capaz de sobreponerse a las pocas emociones que le quedan, no podría cumplir exitosamente con su deber, así que sin mediar más palabra, se trató de convencer de atacar hasta destruirla, después de todo era una ilusión.

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Jutsu = 16 (Efectivo)
Chakra = 12 – 2 (Samehada) = 10 (-50% Daño Final)
Objeto = 3 (No Efectivo)

Daño Final:2150 – 1075(Chakra) = 1075

HP = 7800

Jutsu:

Sentándose sobre sus posaderas completamente mientras unía sus manos en el sello de la serpiente, el shinobi de Kirigakure tan solo ladeó la cabeza, haciendo crujir su cuello una sola vez. Tras eso y asegurarse de que la ilusión siguiera en funcionamiento tras comprobar el estado de los fluidos de la mujer que simulaba ser una Yuki-onna bastante desmedida, el azulino enarcó las cejas para así fruncir el entrecejo, volviendo a manipular la ilusión una vez más: en aquel caso, hizo que la falsa Kurai girara una sola vez sobre sus tabis preciosos, saltando como una ballerina y tras un movimientos gracil evitar la pistola de tiburones como si no fuera la gran cosa. Enarbolando a la Piel de Tiburón entre sus manos a la vez que la giraba y balanceaba su peso una y otra y otra vez, se acercó a su "hija", sin dejar que aquella ventisca creada mediante el mismo genjutsu dejara de soplar en dirección a la menor de las dos figuras ahí.

-Te tengo.- Declaró Takatsuka fuera de la ilusión, liberando su chakra para hacer que "Kurai" atacara. Tras acercarse lo suficiente y lanzar un sablazo con su propia arma capaz de despedazar en un solo golpe, la figura se desvaneció, apareciendo prontamente por detrás de Hyo y ejecutar el mismo golpe - dejando en claro que la primera de aquellas imágenes era una falsa, creada por la reflexión irregular de la luz por acción de los copos de nieve escupidos por su "madre".

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Daño Jutsu C: 3355
Efecto Jutsu C: -200 HP.

HP: 11400

La albina estaba cada vez más enfadada y se repetía lo mucho que odiaba los genjutsus de Kaido, sin embargo, aquella ilusión que había creado era por demás extraña, lo cual por lo menos le permitía discernir que se encontraba mirando cosas que no eran. – ¿Acaso estás perdiendo tu dominio sobre mi mente Kaido-san? Ese puede ser el rostro de mi madre… pero ella jamás lució así, andaría descalza sobre vidrios rotos antes que usar unos tabis… ella no era como yo… – Gritó con sorna, aunque la última frase fue apenas un murmullo para sí misma, al mismo tiempo que evadió el golpe que le lanzaba la pelirroja que se esfumó, solo para dejarse caer y rodar a un lado de manera casi instintiva, lo cual le permitió evadir el ataque a sus espaldas y aprovechó sus giros para lanzar otra tercia de líquidos tiburones en contra de la falsa aparición de Kurai, tras lo cual saltó sobre ella con toda la intensión de asestarle un potente puñetazo en plena cara, porque después de todo, era solo una de las creaciones del azulino General del escuadrón fantasma de Kirigakure no sato.

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Defensa: 66 (Efectiva)
Jutsu = 12 (Efectivo)
Chakra = 6 – 2 (Samehada) = 4 (-50% Daño Final)
Objeto = 2 (No Efectivo)

Daño Final:2300 – 1150(Chakra) = 1150

HP = 8400

Jutsu:

Arqueando las cejas mientras formulaba una expresión nada agradable, el azulino finalmente suspiró por lo bajo mientras reformulaba el sello de la serpiente. Si la mujer tenía ganas de jugar, entonces le daría en el gusto. Con un solo crujido de su cuello, enfocó el chakra para seguir con la ilusión.

Deteniéndose en el último instante mientras giraba con una sola mano su Piel de Tiburón falsa, las balas de la chica se vieron bloqueadas al instante y tras un pequeño interludio que no duró demasiado, la falsa Kurai terminaba abriendo su boca, mostrando algo que parecían ser enormes patas, alargándose más y más hasta mostrar cuatro extremidades insectoides que se levantaron y salieron cada vez más presurosas de su cavidad en medio de chasquidos, golpes y torsiones desagradables. Llegado un punto, sin embargo, aquello se detuvo - el enorme monstruo que ahora se mantenía con la boca de Kurai (peludo, negro y con varios ojos que colgaban inertes y giraban de lado a lado mientras intentaban localizar a su presa) como centro avanzó, lanzando un zarpazo con la pata más cercana a donde estaba su enemiga, intentando empalarla de un golpe bien medido y centrado.

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Daño Jutsu D: 3705
Efecto Jutsu D: -50 HP, aumentando en 25 por turno.

HP: 11400

La albina enarcó una ceja y miró a la falsa Kurai de cuya boca empezaba a emerger un arácnido y luego levantó el rostro como si le hablara a alguien que estuviera observando. – ¿En serio? – Preguntó al aire y se puso de pie, mirando la escena que solo le pareció grotesca, tras lo cual lanzó una fuerte patada alta, hacia la mandíbula de la pelirroja con toda la intensión de hacerla tragarse aquella alimaña rastrera, al tiempo que evadía el zarpazo sin molestarse en demostrar repulsión por la escena.  – Puaj… realmente tienes un pésimo gusto Kaido-san, comprendo que tengas cierto agrado por tener cosas negras y peludas en la boca, lo cual no critico, solo trata de respetar el recuerdo de mi madre, es lo único bueno en mi pasado y preferiría que usaras cualquier otra de las mil opciones que tienes para irritarme y humillarme. – Pronunció educadamente aunque con cierto tono de indiferencia mientras lanzaba otra tercia de misiles de agua como si quisiera lavar algo que lo único que le provocaba era asco, es decir, las arañas peludas eran normales en la montaña y no tenía problemas con ellas, pero una a medio salir de una boca y a la que le colgaban los ojos, era demasiado grotesco hasta para Gosenjin.
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Defensa: 53 (Efectiva)
Jutsu = 19 (Efectivo)
Chakra = 15 – 2 (Samehada) = 13 (-25% Daño Final)
Objeto = 1 (No Efectivo)

Daño Final:2300 – 575 (Chakra) = 1725

HP = 8400

Jutsu:

-Débil.- Declaró el shinobi del País del Agua al sentir como momentáneamente su control ilusorio se debilitaba. Incluso si estaba bajo la influencia de su hipnosis, percibió como Hakusame era capaz de aplicar su propio jutsu y forzar a la falsa Kurai a desaparecer - haciéndola estallar en cientos de pedazos bañados en pus que al instante se expandieron por todo el campo de batalla, apagando las luces fosforecentes mientras se dejaba un único negro permanente, siendo la única fuente de color la mismísima Hyo. -Si quieres algo de verdad, empecemos por el terror más... común.- Murmuró Takatsuka, consciente de la que otra no lo podía oír más sin embargo incapaz de evitar el señalar aquello. Reformulando el sello de la serpiente también aplicó su típico control de fluídos mentales, enviándolos todos en una sola dirección del cerebro de la mujer - aquella que era capaz de controlar sus impulsos sexuales latentes - para así forzar su mano. Al mismo tiempo una figura se formó tras la fémina, abrazándola y colocando sus manos a los costados de su rostro, pasando las yemas de sus dedos por sus pálidas y firmes mejillas.

-¿A ti si te gustan las cosas negras y bien peludas verdad nieta? Maldita zorra, no has cambiado en nada.- Declaró la voz del abuelo de Hakusame en su oído, baja y susurrante como la de una serpiente.

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Habilidad Activada: Manipulación de sentimientos. Emoción forzada en Hyo - Atracción Sexual.

HP: 11400 - 1725 = 9675

- Asco… – Se quejó con una mueca la albina mientras usaba sus manos para cubrir su rostro de la viscosidad y la purulencia que volaron por todo el lugar. Cuando aquello hubo pasado se descubrió para hallarse inmersa en una profunda oscuridad y por un momento pensó que la había vuelto a encerrar en aquella burbuja que la privaba de los sentidos y la realidad pero no, no había agua turbia ensuciándola y aún tenía percepción… solo que no había nada que percibir. Se quedó quieta, esperando ver que nueva aberración le lanzaría el misterioso regordete, cosa que por desgracia no tardó en averiguar.

Una extraña sensación totalmente desconocida para ella hasta ese momento le hizo sentir un extraño bochorno y le sonrojó las mejillas, no tenía la más remota idea de qué le estaba sucediendo y casi sin darse cuenta su mano izquierda se deslizó un poco por su vientre. La piel se le erizó y un extraño escozor recorrió su columna vertebral, como un pequeño choque eléctrico al sentir unas manos en su rostro y sin saber porqué una imagen que había pasado las últimas semanas detestando, apareció en su mente, aquel cabello oscuro y el atuendo blanco, le hicieron hervir la sangre, aunque no precisamente del modo iracundo de siempre, pero algo no estaba bien, aquellas manos eran demasiado rasposas y la voz que sonó junto a su oído le hizo entender el porqué. – Kusari… – Susurró y su voz casi pareció un ahogado gemido, no era quien ella había creído en un principio, pero eso era bueno a decir verdad. – Gracias. – Musitó, no para aquel que tenía sus arrugadas manos sobre sus mejillas, si no para el ilusionista que de cierto modo le cumplía una fantasía, no del modo en que ella hubiera deseado, pero podía funcionar y se preguntó si Kaido había investigado lo suficiente de su labor como golfa de los Yuki.

Hyo recordó el sello que sus enemigos aprendieron a reconocer y el porqué le llamaban Shiroishi cuando era adolescente, nunca jamás sintió nada más que asco cuando un hombre la tocaba desde que fue vendida a sus doce años, excepto tal vez una urgente necesidad de matar al bastardo que le había puesto la mano encima y cada una de las veces lo hizo, lo único que encontraban los esbirros era una clara escena con intensiones sexuales y el cadáver desmembrado y descuartizado del sujeto que pretendía llevarla a cabo, así pues, aunque no sabía qué artilugio estaba empleando Udono para hacerla sentir interés, su furia y la reacción natural de su cuerpo fueron más grandes que cualquier atracción y al fin y al cabo, ella solo conocía una forma de relación sexual, por lo que realizó los correspondientes sellos de manos y se volvió a mirar al hombre que más odiaba en todo el mundo. – También disfrutarás Kusari… te dejaré seco… – Habló con voz incitante mientras el par de serpientes dragón aparecían por detrás de aquella silueta vetusta, dispuestas a extraer hasta la última gota de agua en su ser y luego despedazar el cuerpo disecado.
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Jutsu = 23 (Efectivo)
Chakra = 15 – 2 (Samehada) = 13 (-25% Daño Final)
Objeto = 1 (No Efectivo)

Daño Final:2100 – 525 (Chakra) = 1575

Efecto sobre Udono:
- 200 HP el resto del combate.

HP = 8400

Jutsu: