Rey Udono el puto vs Levi (4)

Sentado en la punta de aquel risco con las piernas entrecruzadas y mirando el horizonte por sobre el cual se levantaba una luna llena como ninguna otra, el tan llamado "Kaido" por los bajos fondos de Kirigakure permaneció con el mentón sobre la mano derecha, dejando que sus uñas rasparan su mejilla al tiempo que oía el oleaje bajo el acantilado chocar una y otra vez contra la pared negra que caracterizaba esa zona de la isla. Sintiendo además la manera en que la actividad cerebral de su oponente designado del día se aproximaba a su posición, finalmente tomó el kunai que estaba apostado a un lado, levantándose con suma pereza y cansancio denotado en su rostro mientras giraba el cuchillo y lo colocaba en paralelo a su antebrazo.

-Tarde... por un minuto.- Dijo el de los bigotes mientras veía la figura de Rivaille saltar, caer y quedar erguido frente a él. Con una separación de al menos veinte metros entre uno y otro, el regordete finalmente suspiró, preparado para lo que venía: lo precoz del Nara siempre salía a relucir en aquellos casos y por lo mismo, estaba consciente de que daría el primer golpe contra él. -Empieza, siempre lo haces.- Agregó, enarcando muy ligeramente las cejas.

La verdad es que según mi reloj, estoy en la hora. Tienes un extraño gusto por intentar hacer sentir fastidio a la gente, Takatsuka Dono - Respondió Levi a las palabras de su compañero a la vez que se cruzaba de brazos y caminaba hasta posarse lentamente a su lado, mirando al horizonte con el regordete y respirando el cálido aire que emanaba de aquella noche tan tranquila.

- Ya estoy al  tanto - Comentó de la misma forma, iniciando así una conversación para con su interlocutor, el rey de todos, Udono - Sé que planeas convertir al mundo en un ejército de vampiros… ¿Es viable? - Preguntó de pronto, a la vez que posaba ambas manos en los mangos de sus espadas y seguía con los orbes pegados en el horizonte - Tengo entendido que para eso usarás un Kinjutsu, pero usarlo puede traerte peores consecuencias… ¿Vale la pena? - Prosiguió con sus interrogantes mientras sacaba a relucir el equipo 3D de sombras en su espalda. Sabía que estaba tocando un asunto profundo y debía estar preparado para la respuesta del gordo.

-En realidad es solo un uso. Convierto a un sujeto X en un no-muerto y de ahí le ordeno a ese que convierta a los demás en entes similares.- Respondió el otro mientras apostaba en la posición correcta su kunai, preparado para cualquier ataque que el Nara pudiera disparar en su contra. -Es como una enfermedad... que tendré bajo mi control absoluto. Parte de la magia de haber sido instruido en Genjutsu por un maestro de estas cosas.- Expresó el regordete mientras se relamía los labios con las cejas levantadas, flexionando apenas los músculos de su espalda teñida de azul. -Quien lo diría... suenas incluso preocupado por las implicaciones de soltar algo así en el mundo. ¿No eras nihilista acaso?- Preguntó a su vez el de cabello parado de punta, separado exactamente diez metros de su interlocutor quien por su parte ya había invocado su equipo de movimiento en tres dimensiones - una técnica con la que realmente, debía tener sumo cuidado. -Y veo que estamos siendo cuidadosos... lo cual es estúpido; ya antes me volviste nada ¿recuerdas?-

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HP: 12000

- No es mi culpa que la idea sea poco confiable; ni tampoco que no confíes en mí ni yo confíe en ti, por supuesto - Respondió el Nara sin problemas ni rodeos. Si bien, en realidad, Udono era quizás una de las dos personas en las que “siempre” podría esperar algo bueno, algo parecido a confianza si se deseaba… seguía siendo un shinobi peligroso. Muy peligroso, y con ideas tan retorcidas como sus arranques de mal humor típicos. Al terminar sus palabras, fue que caminó un poco más y dio la distancia suficiente a su compañero.

- Me da flojera estar hablando sin hacer nada, tengo ganas de estirar las piernas… ¿Te apuntas? - Sin esperar respuesta, accionó su equipo y empezó a saltar por doquier a modo de precalentamiento. No sabía exactamente si Udono estaba de humor o no, pero ciertamente poco le importaba. Para con él, y en su presencia, Levi adquiría comportamientos más “humanos” que con el resto de los mortales. Buena o mala idea, no es que fuese algo que siempre pudiese controlar.

Una vez estuvo terminada su entrada en calor, cayó de nuevo frente a Udono y esta vez le miró directamente a los ojos. Estaban separados por 12 metros de distancia y sus ojos eran fijos en los orbes del de anteojos.

- Jamás he declarado serlo, tú asumiste lo que yo era - Luego de eso, levantó una palma y la cargó con tanto chakra que su brazo entero se volvió azul - Pero ya que sabes que mi vida se ha vuelto interesante… no sé si me hará gracia ser un muerto de tu ejército. Y por mucho que te quiera, no sé si Karura se quede tranquila si intentas volverme más animado de lo que ya soy

Sin explicar sus palabras, le tiró una onda de choque de viento lo suficientemente fuerte como para, al menos, “hacerlo moverse” e iniciar un nuevo combate.

-¿Te han dicho que hablas muy bajo. y que apenas se te escucha? Porque creeme, es así. Apenas soy capaz de oír todas las estupideces que te la pasas diciendo, ugh.- Dijo Takatsuka mientras levantaba una de sus cejas con aburrimiento, metiéndose en la oreja uno de sus meñiques para así suspirar y sacar algo de cera -Como sea... nos estamos saliendo del verdadero tema de conversación acá.- Agregó para así girar una sola vez su kunai azul.

Entonces fue que la onda de viento llegó contra él, chocando con fuerza para así levantar una humareda poco convencional que además dejó a oscuras la visión frente al mirador.

-Supongo que sabes que fallaste.- Dijo Takatsuka apareciendo detrás de Rivaille mientras levantaba ambas cejas con aburrimiento desbordando de todas y cada una de sus palabras. -Para ser un ninja que me ha pateado el trasero nosecuantas veces, fallaste en algo tan simple. Tsk Tsk. Intenta de nuevo, niño feito.- Agregó, encogiéndose de hombros al tiempo que se relamía los bigotes.

- Te quejas demasiado, Udono - Contestó Rivaille a las palabras del Takatsuka menor - Para ser alguien que proviene del padre que proviene, eres bastante… poco parecido.

Dicho eso, lentamente acumuló chakra en su mano derecha a la vez que se volteaba lentamente hasta ver a los ojos de su compañero de entrenamiento. Ya le conocía de sobra, pero nunca dejaba de sorprenderle que siempre, siempre, tuviese algún nuevo motivo para quejarse a pesar de que todo pareciese ir bien y en orden. No obstante y a pesar de que le fastidiaba esa personalidad suya, el Nara tan sólo pestañeó levemente a la vez que continuaba con sus palabras.

- De cualquier modo, no quiero desviarme del tema - En ese instante el chirrido fue más fuerte y le indicó al Takatsuka que el Nara se preparaba para atacar - ¿Vas a seguir adelante con lo de volver vampiro a la gente o no?

Dicho eso, sencillamente se tiró en contra del Takatsuka. 

-Hablas como si conocieras a mi papá. Osea, ese cerdo se queja muchísimo más que yo y todavía tienes los testículos de decir que me quejo demasiado, en serio, en serio ¿¡EN SERIO!? Ugh, que decepcionante.- Dijo el otro mientras arrugaba el rostro una vez oyó el murmullo exasperante de la técnica más reconocida de Rivaille Nara - el Chidori, aquella porquería que servía para irritar más que para cualquier otra cosa. -Y respondiendo a tu otra pregunta: sí. Todo rey necesita drones para que le hagan el trabajo sucio. Incluso te serviría para que te hagan de mucama y no tengas que perder el tiempo en tonterías como esa de ir a buscar lechita, cacao y otras frivolidades... porque déjame decirte, tienes un muy mal gusto en cuanto a eso se trata.- Referenció el de bigotes mientras levantaba la mano y atrapaba el brazo afinado con chakra de rayo con la diestra, sintiendo los corrientazos recorrer su cuerpo así como la piel de sus dedos cocinándose poco a poco como efecto de tan alta temperatura centrada en un solo punto particular. -Y... en serio, odio ese maldito berrido de técnica que acabas de utilizar.- Agregó, utilizando el kawarimi para desaparecer y resguardarse en medio de los árboles cercanos al mirador.

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HP: 13200 - 2890 - 500 = 9810

Definitivamente el estar con Udono era una de las cosas que más le desagradaba al Nara. Si bien consideraba muy valiosas sus capacidades para convencer gente y reunir a sus súbditos, y ciertamente, no podía negar su talento para desconfiar de ciertos especímenes tremendamente odiables y repugnantes que provenían, principalmente, del país de origen del Nara…. y pensando en eso, es que luego volvía a reconsiderar las cosas y, al final, recordaba el por qué prefería estar con su mejor amigo azulino más que nadie ni nada.

- …. sí… - Comentó escuetamente y en voz baja en medio de todo el balbuceo idiota de Udobo Takatsuka, escuchando atenta y lamentablemente todas y cada una de sus palabras. Ya cuando finalmente hubo terminado de hablar, fue que prosiguió a contestarle.  Para ello, le siguió con su jutsu de cuerpo parpadeante y apareció detrás suyo como si nada.

- Honestamente, no creo que sea adecuado seguir el gusto de alguien que en vez de mejorar su velocidad o aprender el parpadeante o similares, usa el Kawarimi como si de un jutsu de teletransportación se tratase - Agregó en referencia a la manía del azul por el usar el jutsu que, origianlmente, se usaba para defenderse de ataques simples - Es repetitivo… y no hay nada más de mal gusto que ser repetitivo.

Dicho eso, y en clara alusión a “repetir” su ataque anterior,  fue que volvió a intentar clavar su chidori en el pecho del gordinflón que tenía como amigo.

-Honestamente no creo que sea bueno seguir el gusto de alguien que ni siquiera se sabe vestir sin parecer una perra travestida, así que cortesmente puedes ir a chuparle las bolas a un sastre para ver si puede hacer algo con tu armario de mierda, putito.- Le dijo el otro a su interlocutor, levantando la mano y de esa forma, atrapando en última instancia el Chidori para así, sentir como la electricidad le recorría el brazo y empezaba a quemar su piel, más sin embargo no lo suficiente como para causar daño permanente. -Además, ser un palillo que se dobla cuando lo golpean es tú puesto, no me gustaría quitarte el honor de ser el señorito dardo.- Agregó al tiempo qe empezaba a empujar a Rivaille en dirección contraria con la poca fuerza que sabía era capaz de proyectar. Por lo menos debía admitir que si bien no era demasiado potente en lo físico, el Nara lo era menos y si lograba atraparlo, esa era una de las mejores formas de poder contrarrestarlo. -Además ¿por qué mierda te molestaría? Digo, no es que no hubiera gente más imbécil por ahí afuera haciendo cosas que no parecen ninjutsu y bla bla bla, no me importa, en serio, ve a chupársela a un sastre.- Terminó, desvirtuándose totalmente del tema. Tras un interludio corto, finalmente terminó por agitar a su oponente, lanzándolo en los aires mientras formulaba el sello del caballo, acumlando chakra vaporoso en su boca y tras una simple inhalación, lanzarlo como un chorro en dirección al otro que todavía se mantenía por sobre su cabeza.

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Daño Jutsu A: 1950
Efecto Jutsu A: -450 HP por turno hasta el final de la batalla.

HP: 9810 - 300 = 9510

Después de haber estado hablando un el famoso Udono Takatsuka, Rivaille entendió que nunca llegarían a un buen puerto y por lo mismo, fue que simplemente suspiró con cansancio y mientras se mantenía cercano al azulino, simplemente comentó con desgano y algo de flojera.

- No tiene caso, Udono - Su voz sonaba relativamente fría y distante, a sabiendas de que ya continuar hablando era innecesario - Mejor cerraré la boca.

Fue en ese instante que el ataque del gordo le vino de sorpresa y, al instante, le dio una patada en el rostro para soltarse y así evitar que el golpe fuese mayúsculo. De inmediato, dio un salto hacia atrás y posó sus antebrazos en su rostro para evitar que las quemaduras fuesen a llegar a puntos vitales. No evitó que le hiriesen en el cuerpo, pero ya podría sobrellevar ello a medida que la lucha continuase.

Finalmente, cayó unos cuantos metros más atrás posando ambos ojos en sus quemaduras, observándolas y analizando sus probables implicaciones. No eran tan terribles después de todo, pero tendría que tener más cuidado porque no siempre contaría con tanta suerte. Siendo así las cosas, sacó un shuriken y se lo lanzó al gordo mientras se inmiscuía entre los árboles. 

-Si cierras la boca el sastre no tendrá por donde meterte el pene, cuanta maldad Revi Nara.- Dijo Takatsuka con aburrimiento mientras formulaba dos sellos de manos para crear un simple kunai de agua que agitó al momento que el shuriken de su oponente se le acercó, rompiéndolo en dos y de esa forma evitando que se clavara en su piel. Según tenía constancia, ya era bastante molesto el haber sufrido una penetración por parte del ruidoso Chidori como para darse a la tarea de ser cortado por un instrumento de maricas. -Como sea - lo que necesitaba, tener que pelear en el maldito bosque como una puta ardillita de mierda, así o más putazo.- Declaró el pelinegro mientras deshacía el kunai básico de agua y de esa forma sustituirse con uno de los troncos más cercanos que hubiera en las ramas de los árboles por donde su oponente hubo entrado. Ya ahí y por más que pudiera sentir la presencia de su enemigo, no tenía muchas opciones en como atacar. Si no estaba mal, se remitía a tener que pelear a distancia, lo cual lo cansaba por tener que pensar en rutas y considerar los árboles para que sus proyectiles no se clavaran en donde no debían de. Suspirando con resignación, formó varios kunais azules que de un solo movimiento lanzó al azar por la zona generalizada por donde sentía se encontraba el Nara, sabiendo además que al moverse como un pajarito, algo debía de golpearlo. Más que nada, era un todo o nada en aquel punto hasta encontrar una mejor forma de tomar la ofensiva.

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Daño Jutsu D: 3630
Efecto Jutsu D: -50 HP aumentando en 25 por turno hasta el final de la batalla.

HP: 9510 - 300 = 9210

Ignoró por completo las palabras del Takatsuka y tan sólo se enfocó en su ataque: una lluvia de Kunais azules de agua en todas direcciones, un movimiento clásico y hasta de “salón” por parte del que poseía el mismo color de sus armas.

Posó sus pies por sobre la corteza de un árbol y evaluó un poco sus heridas. No eran graves, podría seguir luchando siempre y cuando no tuviese que preocuparse por el hecho de estar cuidando de sus partes afectadas; o en otras palabras, tenía que evitar el ser dañado nuevamente en esas zonas. Siendo así, buscó al gordo ya habiendo esquivado con su movimiento anterior los Kunais y se guío por uno que estaba clavado justo en el árbol en el cual se había “escondido”.

- Después de todo, sí tiene una puntería aceptable. - Comentó y de inmediato, buscó con su Kage Fukku la posición exacta y el punto ciego del gordo. Para ello volvió a cerrar sus ojos y dejó que las sombras lo guiasen, ayudándose por las hojas que el campo producía y a través delas cuales se generaba sombra, mucha, algo que realmente le favorecía. - Muy bien, allí vamos… 

Una vez encontrado su oponente, desapareció de su lugar y usando los ganchos, pasó al lado de él y los “ajustó” justo frente a los orbes del de lentes, clavándolos en dos robles grandes que estaban posados detrás del Takatsuka. Luego, se devolvió usando el impulso y con sus dos espadas, de dispuso a cortarle las manos a Udono.

-Sí, el sastre se va a poner triste si no dejas que te meta su pene en la boo--- Antes de completar la idiotez que estaba por decir, sin embargo, la velocidad de su oponente se sobrevino a su propia capacidad de reaccionar. Tras un milisegundo de interludio finalmente sintió un gran escozor en su mano derecha - siendo que la izquierda se había salvado por poco tras el movimiento involuntario con el cual la había bajado sin pensarlo demasiado. Aquel hecho, junto con su particular manera de moverse, hicieron que cayera al suelo con presteza, finalmente golpeando el cesped mientras se levantaba y observaba la manera en que un costado de su brazo afectado tenía un gran corte que sin embargo, no parecía sangrar. -Si me arruinas las uñas vas a tener que hacerme tu la manicura, grandísimo maricón recatado con ínfulas de ser super-duper limpio. En serio, ya ni hay respeto por las manos de otras personas, esto llega a ser bastante indignante.- Comentó mientras fruncía el entrecejo e intentaba no enojarse más de lo que debía. Después de todo, empezaba a notar que cada vez que se enojaba y perdía la frialdad supuestamente enseñada para que no lo mataran, era cuando más se veía afectado por los ataques del enemigo. Y todo eso sin contar que rara vez lograba golpear a aquel grillito saltarín llamado Rivaille Revi Nara.

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HP: 4473