Don Tsume y Hayato vs Levi (2)

En esa noche unas figuras surcaban al amparo de las sombras.  Aunque había iluminación por parte de las estrellas y la luna. Aquella luz palidecía en las partes profundas, donde los arboles más frondosos eran lo suficientemente espesos en vegetación, que la bloqueaban por completo. –No te preocupes, aún recuerdo nuestro último enfrentamiento–  la vos del Inuzuka interrumpió el silencio de esos prados, corriendo hacia al punto de encuentro, acompañado del lobo gris.

Aquella noche no andaban de casería, tampoco de emboscada o en una misión. Se les fue asignado un entrenamiento por parte de un intermediario. Por un momento estuvo a punto de declinar la invitación, pero al ver que se trataba de cierto Nara. No dudó ni un segundo en aceptarla.

Un gruñido de Tsume le advirtió que no continuara la marcha –Nos está esperando en las ramas cercanas– dijo deteniéndose a unos metros de distancia del lugar donde tenían que llegar. Por tal razón, decidieron no seguir de frente, conocía bien las habilidades de Rivaille y una vez que pusieran pie en el perímetro adyacente al árbol donde se encontraba, se lanzaría al ataque. Intercambiaron miradas y decidieron que lo mejor era aprovechar la ventaja numérica que podían tener. Hizo un seño especial de clonación y coloco sus manos sobre el pelaje del lobo y acto seguido aparecieron tres réplicas exactas. Aunque con cierta diferencia en su actitud.

Tsume dio la orden y todos se dispersaron. Dejando a Hayato enfrente del árbol que tenía como objetivo. El shinobi tomó su Kusarigama y la lanzo en dirección del Nara, la estrategia no era solo cortarlo con el arma, si no enredarlo con la cadena y así restringir sus movimientos por un corto periodo.

 

Rivaille estaba sentado en una rama a la espera de Inuzuka Hayato y su fiel compañero guardián, Tsume. Ya antes había tenido la oportunidad de entrenar con ambos y sabía de lo que eran capaces, no obstante se había quedado con las ganas de pelear contra su lobo ya que el shinobi prefirió no utilizarle en la contienda. Algo curioso, era cierto, pero podía comprender el porqué de la determinación del Inuzuka: cuidar a su compañero.

- Ciertamente, dudo que eso dure mucho… - Meditó en silencio y dentro de su cabeza aguardando por la llegada de los dos caninos que mejor le caían dentro de un mundo tan inhóspito y guerrero como el país del fuego - Tarde o temprano ambos pelearan y sufrirán… ganarán y perderán…. y en ese momento…. se convertirá en un rival aún más temible.

Fue entonces cuando pudo divisar, en medio de su trance, un arma que se dirigía hacia él con gran velocidad y precisión - Llegaron - Susurró y antes de que la Kusarigama de Hayato pudiese golpearle, Rivaille hizo empleo de su jutsu de cuerpo parpadeante para desaparecer y correr a través de los árboles, buscando posicionarse en una buena ubicación para luego, pasados unos segundos, dejarse caer con una fuerte patada en contra del Inuzuka.

–Jutsu de Cuerpo Parpadeante… tan rápido como siempre– expresó al ver como su Kusarigama siguió de largo y se perdió en medio del denso follaje. Reconocía la velocidad de aquel shinobi, ya que de entre todos los oponentes a los que se había enfrentado, solo Rivaille tenía el puesto de superarle en rapidez. Ahora venía lo complicado de la situación que era evitar el contraataque.  fue en ese momento que desde las alturas se desarrolló el ataque del Nara, teniendo una ubicación privilegiada.

La patada del Nara fue demasiado rápida para tratar de esquivarla, el Inuzuka solo atino a cruzar sus brazos, para evitar sufrir más daños de los necesarios pero aun así, recibió toda la fuerza del impacto. Por el golpe retrocedió algunos metros, pero no perdió el equilibrio. Casi de inmediato un lobo salió de entre los follajes del bosque. –Denkou ….–  uno de los clones de Tsume hizo acto de presencia. El canido se le acerco a Hayato para inspeccionar su condición.  El Inuzuka intercambio miradas y le dio a entender que no había sido nada serio. Aún tenía los tres clones activos y la ayuda de Tsume, por lo que tenía que aprovechar esa carta y no usarla tan pronto.

HP Hayato: 9000 – 3300 = 5700

El Nara asintió ante el hecho de que Hayato recurriese su lobo y agradeció que el can se uniese a la contienda. Después de todo, un Inuzuka sin su compañero de dientes filudos no es Inuzuka completo, por lo que no se iba a sentir cómodo luchando contra el vendado por todo el cuerpo si es que este no requería de los servicios de Tsume. Siendo así y ya con la satisfacción de verlos a los dos juntos, fue que desenvainó sus dos espadas, las ya conocidas  Yamato y Rebellión, y se preparó para atacarlos con otro tipo de Ninjutsu; esta vez, sería uno de viento.

- Me agrada que incluyeras a tu compañero en la contienda - Exclamó con calma cargando chakra Futon en sus sables - Puedes estar tranquilo que evitaré las heridas fatales…. no debes resguardarte como en el pasado.

Terminadas sus oraciones, el pelinegro tan sólo giró ambas filudas y delgadas espadas en sus manos por un rato y ya estando preparado, las sostuvo con fuerza frente a sus ojos y finalmente lanzó dos potentes estocadas al viento, provocando que dos grandes corrientes de ráfaga cortante se dirigiesen al estómago de Hayato.

No obstante y no contento con eso, le tiró dos shurikens a Tsume, buscando herir sus patas.

–No se ha percatado que se trata de un clon y que no es en verdad Tsume– pensó al ver la forma en que Levi se dirigía hacia Denkou. Dando por sentado que se trataba del lobo gris. En medio de las espesuras del bosque, aquel canido analizo cada parte del encuentro. Tsume posiciono a los clones en el lugar idóneo para rodear al Nara. Haciendo usó de las tácticas de cacería de las manadas de lobos. El Ookami bunshin, movió ligeramente la cabeza y señalo un arbusto cercano, indicándole a Hayato que buscara en esa dirección.

Pero eso tuvo que esperar, primero tenía que deshacerse del ataque de Rivaille.–Él sabe en qué momento intervenir, no es algo que este en mis manos– usando la velocidad de reacción y los reflejos de su cuerpo pudo evitar ser alcanzado por el viento cortante que provocaron los sables del Nara. Aunque tuvo que usar su brazo como escudo para evitar la trayectoria de los shurikens que se dirigían al canido. –Tengo que hacer algo para evitar ser alcanzado por sus técnicas– pensó juntando ambas manos. En el combate anterior solo logró mostrar su habilidad para el taijutsu. Dejando fuera cualquier intento de ninjutsu, velo formar el sello de Inu era una novedad esta vez. – Doubutsu no hon'noo– liberó chakra por todo su cuerpo para mejorar notablemente su capacidad de reacción.  Mientras esto ocurrió el canido se dirigió al arbusto y regreso al shinobi, llevando la kusarigana en su hocico.

Despues de tomarla, la lanzó de nuevo en contra de Levi, de nuevo siguiendo el angulo preciso para aprisionar su cuerpo con la cadena.