MS 5 - Villa de Descanso Nikko

-Mavis-chan, sigue así en la recolección de tus ingredientes, si necesitas más galletas solo avísame y te daré una mano, o si necesitas donde comprar las carnes conozco a alguien que te hará un buen precio. A continuar para que termines de completar todo, hazlo por tu gente y tu clan- Dijo la anciana que con aceptación miraba las cosas de la pequeña, por ahora ya no tenía galletas que darle por su arduo trabajo pues las había completado todas pero si necesitaba le ayudaría con gusto, por ser de gran ayuda en un día de producción pero al ver que también recolectaba arroz, le entrego otro de los saco que guardaba en su dispensa que tenía en sus almacenes pues a Mavis le serviría mejor que a ella que nunca usaba dicho ingrediente a menos que sea para su uso personal. -Ya me dio uno, no es necesario- -Adelante pequeña, si no me sirve de mucho, así que puedes quedártelo- Inclino la cabeza mientras le indicaba a uno de los panaderos que trajeran el segundo saco de arroz y lo colocaran en el carrito de recolección de Mikasa. 

-Bien hecho Mavis-chan, colócalas ahí y por ese favor te has ganado otro kilo  de galletas de jengibre que serán para ti solamente y tus amigos. Has sido de gran ayuda hoy día y te lo mereces por tu arduo trabajo- Sonrió ante el cumplido pero aún faltaba mucho como para celebrar que había triunfado en una misión de rango "S" pues ni bien llevaba la mitad en su carrito como para ir en busca de Lady Tsunade y darle lo que necesitaba. -Es amable conmigo pero debo seguir trabajando en lo que pueda, además sus recomendaciones me ayudaran mucho para completar mi tarea Mito-san, ya me ayudo con los Miyazawa, ahora con lo de la carne cuando vaya, le estaría debiendo mucho ya...- Respondió la Yuki agachando la cabeza en señal de reconocimiento por toda la ayuda que recibía. -Hahahaha... Pero nada es gratis, todo te lo has ganado a pulso pequeña, date cuneta de eso-

El día terminaba de nuevo y lo mejor era terminarlo bien para que después tomara una buena siesta  además de comer unas cuantas galletas que ahora eran suyas pues las que debía entregar estaba muy bien empaquetadas para dárselas a Lady Tsunade del país del fuego. Este era su tercer kilo de galletas que se quedaban con ella y para los huérfanos de kirigakure y por consiguiente debía seguir ayudando a Mito-san. Se quitó el mandil con gracia, y que hacia juego con su ropa se lavó las manos y luego se acostó de nuevo en la cama para ella sintiendo al tique el cansancio en su cuerpo y como sus orbes ámbar se cerraban de golpe sin dejar tiempo para sus pensamientos. Morfeo, se la había llevado y no la devolvería esperaba ella, en un par de horas más tarde cuando tuviera que regresar al trabajo del arroz, los bombones y de los caramelos que aun debía conseguir. 

Un nuevo día empezó y la sacerdotisa se levantó con ánimos de seguir ayudando y puesto que aún le faltaban algunos bombones, la Yuki se dirigió de frente a dicha tienda, donde hallo al señor vendedor dormido a pesar de que ya era bien temprano, le despertó con calma y el le había explicado que últimamente no dormía bien pero que debía trabajar, entonces la sacerdotisa viendo su oportunidad se ofreció para trabajar y atender la tienda pero por cada diez cajas que vendiera ella se quedaría con una como pago por su tiempo. Ademas solo cuidaría la tienda un par de horas y quizás ganaría solo una caja pero no importaba, si fuera una nada más. Eso ayudaba un montón,  empezó y en dos horas ya había venido unas doce cajas, por lo cual ya había reclamado unca de esas cajas como suya, para su misión.  

-Bastones de caramelo, bastones...- Pensó la sacerdotisa caminando con carrito en mano levemente repleto por las calles de la villa principal del país del fuego hasta llegar donde la tienda de caramelos que había ayudado ayer, de nueva cuenta parecía ser que necesitaban ayuda con alguna preparación a lo que la Yuki se ofreció como voluntaria para poder terminar con esa tarea, y al terminar recibió de nuevo una caja de dichos caramelos y al ver su lista se dio cuenta que ya tenía todos los bastones que necesitaba, por lo cual tacho de su lista dichos dulces. -Uno menos, ahora falta conseguir el resto y partiré hacia los bosques del país del fuego a conseguir la carne y las verduras... Solo un poco más, un poco más- Hablo mientras tomaba otra dirección para buscar lo que le faltaba de su lista y seguir con la recolección. 

Sin querer de nuevo Mavis Yuki había regresado a la tienda de dulces, pues parecía que quería llevar al menos unos cuantos para ella y amigos allá en kirigakure, y así lo hizo cuando llego a la tienda y por pedido compro bastones de distintos colores y de tamaños distintos para que sea más variado y los niños no se aburran demasiado en algo sencillo y simple. Compró lo necesario y al terminar salio de nuevo de la tienda para buscar por donde ir, mientras comía uno de los bastones con sabor a limón y meta, extraña combinación pero decidió que le gustaba lo suficiente y de esa forma siguió con su carrito tras ella, esperaba terminar rápido todo para continuar su viaje. -Bastones, galletas listos... Falta algo de arroz, unos cuantos pasteles y bombones-

Tras la buena fortuna en la recolección de los bastones donde ganó uno más para su lista Mikasa regresó a la tienda donde ahora residía por un breve tiempo para encontrarse con la anciana de avanzada edad y sus empleados que le habían tratado de maravilla todo este tiempo, y que ademas le habían brindado una gran variada información de muchos dulces y sus historias,  escuchando ella las explicaciones de Mito-san, además de ayudar con unos cuantos sacos de harina que aún quedaban por ahí regados y que ella misma se ofreció a ayudar sin pago aunque Mito-san se negó y de neuva cuenta recibió más galletas.   Y ahora que lo recordaba quizás debía visitar a algunos amigos que había hecho en su anterior visita al país del fuego, pues el le daría grandes consejos de donde conseguir los ingredientes restantes pero por ahora debía concentrarse en que le faltaba y que podía ir a buscar primero y que no.

Se encargó de recoger los últimos sacos y cuando lo hizo estaba ya realmente cansada, si que era agotador recolectar cosas de distintos lugares y estar recogiendo uno por uno era un peligro para la Yuki que se sentó en una silla y observaba el proceso de elaboración de las galletas, como las cortaban para luego colocares sus accesorios como si fuera un muñeco, aunque en forma se parecía. -Mavis-chan, descansa algo... Luces agotada, no terminaras la misión si te sobre esfuerces demasiado y no descansas ni te alimentas lo suficiente- Lo sé Mito-san pero no debo bajar la guardia o perderé el hilo y para recuperar-lo sufriré de vuelta- anunció la Yuki recostándose sobre una mesa libre y estirar la espalda de tanto peso que estaba cargando en estos últimos dos días. 

Como parte de esta misión la joven Yuki había recibido una notificación de parte de la aldea del fuego, para buscar los ingredientes que necesitaba Lady Tsunade, representante de la casa de los Senju, para su fiesta de navidad bien conocida por todos en el país del fuego y fuera de este. -Ahí vamos de nuevo- dijo la Yuki con calma y una sonrisa en el rostro mientras tomaba entre sus manos la lista de ingredientes y la revisaba de nueva cuenta, sin duda era bastante pero ya tenía algunas cosas listas y lo mejor sería de una vez empaquetarlo y alquila un almacén donde pudiera llevar todo y para cuando completara todo sería capaz de entregarlo sin problemas. –Sigo sola y no hay problema, vamos a ello- Se dijo alzando los hombros, y observando de nuevo los ingredientes, y de  inmediato su vista viajo hasta donde decían “10 kilos de galleta de Jengibre navideñas” y yacía con una marca encima, lo que significaba que ya tenía los diez kilos… 

Se dejo caer tendida en la silla a tiempo que veía el atardecer caer en el país del fuego a la vez que sus orbes viajaban hasta el carrito casi repleto, ya no se sentía de humor para continuar  quizás lo mejor era descansar un rato y olvidarse de la misión ara recapacitar, recuperar fuerzas y salir mañana con un mejor ánimo, aún así la Yuki no podía evitar saber que a pesar de todo el trabajo realizado podría ser capaz de no completar toda la misión, y eso realmente le molestaba pues no era de esas personas que abandonan las cosas así por así y menos cuando se trataba de dulces, algo que realmente amaba. -Suficiente por hoy, mañana será un mejor día y continuaremos con más ganas. hora de dormir- Se regaño a si misma, cubriéndose con una manta y entregándose al sueño.    

Amaneció de nuevo y era momento de seguir con la recolección de los demás ingredientes, verdaderamente le preocupaba sobre la obtención del arroz pues aún le faltaban como unos once kilos de arroz si es que lograba conseguir otro de esos sacos de una vez y así le faltaría solo la mitad de estos y de esa forma estaría más cerca de terminar la primera parte de su lista. Mavis Yuki la sacerdotisa del clan Yuki, salio de su hospedaje en dirección ala tienda de arroz, ya había sido suficiente de los obsequios lo mejor era que comprara una que otras cosas y un kilo de arroz ayudaría mucho a su objetivo. -Puedo comprar un kilo de arroz y luego comprar otro más tarde mientras guardo este en la tienda de galletas-

La sacerdotisa de Kirigakure había aprtido hacia el país del fuego, ya era su tercer día ahí en los lugares aledaños a la mansión de los Senju donde vivía Lady Tsunade, la dueña de la misión que pedía completar una lista sobre ingrediente necesarios para su fiesta navideña con familiares  y amigos. Regresó hasta la tienda de galletas donde ayudo a recoger mas costales de harina, recibiendo más de estas galletas en su haber, ya teniendo suficientes para la misión y de paso para muchas cosas más, la representante de la casa de los Senju pedía calidad en sus productos. -Hora de seguir de nuevo- dijo la Yuki con calma y una sonrisa en el rostro mientras tomaba entre sus manos la lista de ingredientes y la revisaba de nueva cuenta, sin duda era bastante pero ya tenía algunas cosas listas y lo mejor sería de una vez empaquetarlo y alquila un almacén donde pudiera llevar todo y para cuando completara todo sería capaz de entregarlo sin problemas, una vez completado todo lo que era hecho a base de harinas.