MS 6 - ISLA NANAKUSA

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Así pues, ya estando arriba, la joven se apresuró a ayudar con las redes, para lanzar al menos una de ellas sobre el alborotado banco de colores que aún se agitaba cerca de ellos, buscando la presa que habían perdido de repente, mientras el otro pescador también volvía al barco y dos de los que habían estado subiendo redes, se lanzaban ahora al agua, como si se tratase de una carrera de relevos. Unas horas después, la luz de día comenzó a escaparse, recogieron todo y fue hora de volver al pueblo, aún faltaba algo de merluza y de peces nórdicos, pero el pequeño la animó prometiéndole llevarla a una parte del mercado en la que incluso a esa hora encontrarían buena mercancía y seguro conseguirían todo lo que le hacía falta, para completar su lista. Tan pronto como todas las redes y boyas estuvieron de vuelta en el barco, emprendieron el viaje de vuelta, mientras la albina ayudaba a los marineros a limpiar la pesca del día y prepararla para vender lo que no era de ella, tan pronto como hicieran puerto.
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Progreso:

Al desembarcar, los marineros se despidieron de la extraña albina, entregándole todo lo que había pescado y comprado para su misión de conseguir ingredientes e incluso le pusieron un extra de peces arcoíris, que habían conseguido en mayor medida aquel día, que había sido extraño, pero provechoso y confortable para todos. Hyo no era un ser sociable, pero había requerido de sonreír y mostrarse interesada en la conversación para conseguir que la dejaran ir en el barco y la verdad es que no se arrepentía, aquellas eran personas sencillas, agradables y que disfrutaban su estilo de vida, por tanto, compartían lo mejor de él con viajeras ocasionales como ella. Estaba dispuesta a retirarse con su carga, cuando el pequeño la alcanzó y la tomó de la mano, sorprendiéndola por completo, pero el chico no había olvidado su promesa y la llevaría a conseguir lo que le faltaba.
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Progreso:

La mujer agradeció al chico, realmente le ahorraría mucho trabajo ir acompañada de alguien que conocía el lugar, los precios y demás. No habían caminado ni cinco minutos por los muelles cuando llegaron a un pequeño mercadillo que estaba muy animado, a pesar de que ya la noche había caído sobre ellos. A simple vista, parecía que se trataba específicamente de un mercado nocturno y al adentrarse Hyo se dio cuenta que no solo era eso, sino que también era uno de esos sitios donde te enseñan a preparar platillos con la carne que venden, un peculiar negocio donde compras el pescado, tú mismo lo preparas y pagas por hacerlo, algo por demás extraño y extravagante para ella, pero en vez de pensar en eso, escuchó atentamente las instrucciones que le daba el chiquillo sobre cómo poder elegir el mejor pescado y el más fresco, cuando ya estaba limpio en el mercado, entre los hielos.
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Progreso: