Hayato vs Levi

Hayato tenía que aceptarlo, el razonamiento del Nara era lo correcto, mientras Tsume estuviera en la jugada no había garantía que pasaran de largo en atacarlo. El lobo lo sabía y solo se limitó a gruñir para amonestar a su compañero y que perdiera la cabeza tan rápido. Por lo que guardó silencio ante las preguntas del Nara.  Otro gruñido de Tsume se escuchó indicando que algo no andaba bien, algo traía entre manos Rivaille.

En ese instante las sombras del bosque se aglomeraron, para dar forma a un ente gigantesco de aspecto sombrío. –Tsss … no espere que tuviéramos que enfrentar un monstro como ese–  exclamó al ver como la criatura se preparaba para dar un golpe y varios rayos destruían todo a su paso. Instintivamente esquivaron los proyectiles que se formaron como resultado del choque eléctrico. Piedras, astillas, electricidad y el mismo impacto del golpe.

Al ver que su velocidad normal no bastaría para poder librarse de todo ello, ambos decidieron hacer algo al respecto. –No queda más alternativa…. ¡Gatsuga!– al unisono un grito y un aullido se escucharon. Girando a grandes velocidades y tomando impulso de esa forma, tanto el shinobi como el lobo lograron evadir cada uno de los embates.

Ambos torbellino continuaron en movimiento aunque el embate habia terminado. De inmediato se lanzaron al aire, buscando alcanzar a Rivaille y de esta forma golpearlo con la fuerza formada por los veloces giros. Era un ataque coordinado, donde Tsume no se quedaba solo a la expectativa.

 

 

Rivaille no pudo evitar sentirse asombrado de la astucia del Inuzuka y en su mente, dentro de sus más profundos pensamientos, aplaudió su jugada y hasta casi le dieron ganas de dejarse pegar para así premiar el perfecto jutsu que había ejecutado su contrincante para defenderse de su bestia; no obstante, estaban en un entrenamiento y no quería ensuciarse más de la cuenta, por lo que tan sólo hizo que su enorme invocación elemental cubriese su cuerpo con chakra eléctrico, el cual de inmediato causó un rechazo y protegió al Nara del embate del enorme monstruo.

- Eso estuvo cerca… muy buen movimiento, Inuzuka Hayato - Pronunció en tono tranquilo y sin  rencores por el enfrentamiento anterior; dentro de todo, tenía en estima al domador de canes por el hecho de poder lograr tal conexión con el lobo - … aunque me ha parecido que ha sido el lobo quién te ha guiado, ¿No es así?.

Luego de esas palabras, Obelisk volvió a flexionar su brazo para aprestarse a lanzar un nuevo golpe, sólo que en este a diferencia del anterior, se podía ver como todo el chakra raiton de la bestia brillaba en su mano mientras Levi proseguía con la vista firme en Hayato.

- Veamos si pueden con otro golpe….

Acto seguido, la enorme bestia liberó una nueva y más potente descarga de ola bestial la cual llevaba una enorme presión de chakra, viento y rayos todo en un mismo conjunto que se mostraba como un pilar de luz cegadora el cual se dirigía a toda velocidad contra Hayato y Tsume.

En efecto, el lobo fui quien guió en esa movida magistral a Hayato. Ambos se miraron sin dar respuesta a esa pregunta, denotando con su silencio quien fue el que pensó en esa estrategia. –Cerca, Tsume eso estuvo demasiado cerca– dijo al ver la ola de destrucción causada por el impacto eléctrico. Era verdad los jutsus del Nara estaban a un nivel superior del Inuzuka y además la estrategia que era capaz de desarrollar en cuestión de segundos.–Y Levi tú ya sabes la respuesta a tu pregunta– aunque el giro rápido les ayudo a escapar, no pudieron golpear al Nara, quien pudo ponerse a salvo.

El combate continúo y de inmediato el gigante ente eléctrico lanzo otro golpe, liberando así su feroz poder destructivo. Hayato trono los dientes en señal de frustración, el problema con el Gatsuga era que necesitaba tiempo e impulso para poder ejecutarlo a la perfección. Algo que no pudo conseguir a tiempo.

El golpe fue devastador volviendo a barrer todo su paso, lo poco que quedaba en pie fue prácticamente derribado. La energía liberada fue lo suficientemente fuerte como para provocar un estruendo que se escuchó a cientos de metros de distancia. De entre los escombros pudo salir ileso el lobo gris, pero su compañero no conto con tanta suerte.

El canido como pudo logro retirar un  tronco que aprisionó el cuerpo de Hayato. Las heridas del Inuzuka eran de consideración, algo que no se podía dejar a la ligera y que seguro le causarían graves problemas y mermarían sus capacidades.

HP: 7200 – 4725 = 2475

Por fin había logrado darle un golpe a Hayato y sabía que faltaba poco para concluir la lucha. No era sencillo luchar con semejante daño y, si bien pudo notar que el lobo estaba a salvo, dudaba de que el joven del clan Inuzuka le permitiese a Rivaille luchar mano a mano contra el canino de ese clan. Aguardó por varios segundos a que se levantase, y cuando pudo fijarse en el hecho de que Hayato parecía continuar querer luchando, fue que simplemente inició el proceso de recargar chakra y traspasarlo a Obelisk. Era un procedimiento algo agotador, pero por suerte, muy rápido. Estaba unido a través de un flujo de chakra invisible a su invocación elemental y era aquello lo que le permitía el poder controlarle y alimentarle, y esa clase de cosas eran como si estuviese uno dentro del cuerpo del otro: automáticos, simples y directos, además de dependientes, por supuesto. Una vez que ya estaba listo, entrecerró los ojos y buscó con ellos una última vez al shinobi de ese clan, aguardando por una posible reacción…

- Ahí… - Fue lo único que pronunció en un tono prácticamente inaudible y de inmediato, Obelisk volvió a reclinar su brazo y lanzar un poderoso golpe de trueno a Hayato.

–Tsume aléjate, no creo poder seguir en pie mucho tiempo y lo último que quiero es que te vea como su siguiente objetivo– susurró el shinobi del clan Inuzuka mientras se ponía de pie. Estaba gravemente herido y su cuerpo casi no le respondía, sabía que sus fuerzas estaban por llegar a su límite, pero jamás permitirá que Tsume se arriesgue para protegerlo. Con un paso algo errático se acercó al Nara, sin mostrar temor o duda.  Tosió y escupió un cumulo de sangre pero no se detuvo. Cuando se dio cuenta que de nuevo la criatura formada a partir de electricidad se preparaba a atacar comprendió que todo estaba terminado.

Pero estaba tranquilo, al ver que en esta ocasión el lobo no estaba a su lado como siempre lo acostumbraba. El golpe solo iba dirigido a él y no al animal. Además  su instinto le decía que una vez   derrotado,  Rivaille no se ensañaría al atacar a Tsume. –Listo, todo terminó…– un nuevo estruendor se escuchó al instante que el golpe fue liberado.  Sin oportunidad de defenderse, Hayato recibió todo el daño de ese ataque.

Una vez que Hayato estuvo inconsciente, tanto Rivaille como Tsume se acercaron a él y lo observaron por unos minutos. Pudo ver que el lobo se mantenía bastante tranquilo y sereno, por lo que elogió en silencio el hecho de que pudiese notar tan rápido que el shinobi no estaba muerto. Aun así, se soltó las espadas de las caderas y las dejó en el piso para posteriormente hacer la clásica postura de reclinarse hacia adelante y “entregar el cuello”, todo esto a modo de que el compañero del Inuzuka no sospechase de las actividades o movimientos del Nara. Pasado un par de momentos, sintió una especie de aullido breve que provenía del can y levantó de nuevo la vista… y no dudó: se acercó para curar las heridas primordiales de Hayato y así,  tras un par de segundos, ya el Inuzuka estaba en condiciones de estar de pie y repuesto apenas se despertase.

Volvió a mirar a Tsume antes de irse y le regaló su almuerzo, el cual el lobo aceptó y comió a la vez que Rivaille se enganchó de unos árboles y se marchó….