Aiko Uzumaki vs Levi

Seguía el baile y Levi pudo notar como, si bien la mujer recibió su descarga, lo único que efectivamente se podía ver que salió dañado fue ese extraño amuleto que colgaba desde su cuello. No lo expresó ni nada, pero estaba sorprendido más se limitó a continuar con los pasos mientras escuchaba a la mujer que, burlonamente, le confesaba por debajo de la mesa que efectivamente sabía de su ataque, más todo había quedado en nada producto de su collar. En ese momento, lo entendió y por ello fue que empujó suavemente a la mujer hacia atrás sólo para atajarla entre sus brazos a la vez que posaba su rostro justo a un costado de su cuello, observando detenidamente dicho amuleto y luego, subió lentamente su mirada por el cuello de la pelirroja hasta llegar a sus ojos, permaneciendo así por un par de segundos que, en ese preciso instante en que intercambiaban miradas, podía sentir que tanto él como ella se entendían perfectamente y contaban con poder dar con las intenciones del otro. - En un baile, las palabras sobran... - Respondió en un tono suave y relajado, casi susurrándole entre el oído y el cuello. Pero no contento con ello, decidió romper su propia regla y ya, con los labos más cerca de su pómulo, continuó. - Deja que nuestros cuerpos hablen, ma pétite cherie... 

El Nara no se sorprendió por la repentina forma de atacar de la mujer Uzumaki, sino que todo lo contrario, lo agradeció y sin problema alguno, dio un salto con voltereta hacia atrás para poder esquivar su ataque y de paso, ponerse a salvo de ese molesto “polvo dorado” que ya había intentado usar anteriormente contra él la señora del país del viento. Sabía que si esa cosa lo alcanzaba estaría en problemas, por lo que procuraba mantenerse lo suficientemente alejado de esos ataques.

 - Mala elección, mujer - Comentó con tono tranquilo al mismo tiempo que acumulaba chakra raiton en sus espadas y, ya con el objetivo en mente, se disponía a volver a iniciar sus ataques contra la Uzumaki; ya conocía un poco más de ella y de paso, había obtenido los datos que según sus cálculos deberían de ser suficientes como para poder darle caza a la pelirroja. Fue así como, sin decir nada más, blandió uno de sus sables esta vez con mucha fuerza por sobre el objetivo, destruyendo la pared de polvo de su contrincante y esperando, por fin, poder darle aunque sea con un golpe.

- Actúas pésimo - Comentó en voz baja mientras veía lo que su Jutsu había provocado: por fin había herido a la mujer, sin embargo, esta no sangraba ni por un centímetro… pero Levi no se sorprendió; al contrario, tan sólo se le vino a la mente un simple pero preciso comentario: - Oh…. ¿Así que no sangras? Veo que eres un monstruo… eso explica muchas cosas.

Dicho eso, se separó un poco de la mujer con la que estaba luchando y de inmediato, inició el proceso de realización de sellos para así poder invocar un jutsu. Pero no cualquier Jutsu, sino uno que esperaba, le asegurase el poder concluir pronto con dicho enfrentamiento y ya poder largarse de ahí. Con cada segundo que pasaba, más podía estar seguro de que esa mujer le caía mal y no quería tener mucho que ver con ella. Una vez que ya estuvo terminado el proceso, cerró todo con el sello de la rata y miró fijamente a Aiko Uzumaki.

- Raisentôshin

Luego de pronunciar en voz baja el nombre de su jutsu, la sombra de la mujer Uzumaki bailó con fuerza alrededor de ella antes de saltar al cielo y, justo por encima de Levi, se formó un gigante de más de 50 metros, con gran musculatura, alas y ojos rojos; era el titán dios obelisco relámpago el cual apenas apareció, irguió su brazo y trato de darle un fuerte puñetazo electrificado con muchos relámpagos a la pelirroja.

- Oh… veo que el monstruo se niega a dormir - Comentó el Nara con tranquilidad luego de escuchar a la Uzumaki. Sus palabras carecían de fundamento, puesto que el propio shinobi del clan criador de ciervos había observado a la mujer sufrir por su ataque eléctrico; por mucho que hubiese intentado mantener la compostura, sus ojos y su voz le delataban. Ante ello, se limitó a guardar sus espadas y observar detenidamente a la mujer Uzumaki. Ya era momento de acabar con esa contienda y de paso, concluir la tortura que significaba escuchar su molesta voz.

- Entiendo - Exclamó de forma más seria y ya dejando de lado la charlatanería; estaba decidido a que los siguientes movimientos del combate serían decisivos y por lo mismo, fue que concentró mucho chakra en una de sus piernas y apunto directamente a la quijada, esperando poder concretar una fuerte patada que acabase de una vez con la contienda. Por ello y ya sin más que pensar, dio una fuerte zancada que le permitió estar cerca de la Uzumaki, giró un poco su cuerpo en el aire y tomando impulso en el acto, realizó el movimiento con su pierna de tal manera que ahora sólo faltaría ver si Aiko sería capaz de esquivarle o no.

Recargué mi espalda en un árbol en busca de apoyo - SAKIN KYOJIN BUNSHIN NO JUTSU-  formé cuatro simples sellos, invocando una gran cantidad de polvo dorado, creando un clon gigante con el, no tenía expresión amigable y media mas de cinco metros - Taijutsu - le ordené señalando con la mirada al Nara, provocando que mi gigante empezara a correr en su dirección preparando un combo de puñetazos y patadas que estaba segura, dolerían. Suspiré aguantando el dolor y me paré como si no sintiera nada, poniendo la misma mirada de superioridad sobre el castaño, aun cuando sabía que no era mas que actuación.

Uzumaki Aiko había sido capaz de esquivar su ataque, para después invocar una especie de clon gigante de unos cinco o seis metros el cual amenazó de inmediato la integridad del Nara; no obstante, si una de las cualidades presentaba el joven shinobi era que además de no ser precisamente alto ni robusto, es que además poseía una agilidad innata para poder sobrellevar a oponentes que fuesen mucho más grandes y con movilidad reducida; y es que, cuando se trataba de luchar contra Rivaille, prácticamente todo el resto de oponentes eran grandes objetivos los cuales mostraban ante él una infinidad de zonas que cortar, rebanar y por supuesto, atravesar.

- Y el monstruo sigue llamando a sus amigos monstruos… - Comentó de forma “casual” preparando sus dos espadas y observando los movimientos de los clones gigantes, analizando sus formas y tratando de buscar la mejor forma de perforar su defensa - Ahí….

Dicho eso, sacó sus ganchos de sombra y los clavo en una rama para impulsarse hacia arriba a más altura que el clon… y luego, gracias al mismo “enganche”, devolverse girando sobre su eje y cargando chakra de viento en sus espadas de tal manera de acabar con él de un solo corte en la nuca.

Rivaille miró a la mujer caer al piso e intentar cubrirse con ese extraño polvo pegajoso al mismo tiempo que el gigante al que había cortado la nuca se derrumbaba en la nada. Dio una media vuelta en el aire y cayó justo al lado de la pelirroja, como era habitual sin sonreír y aguardando por una respuesta o algo… pero nada. La mujer estaba noqueada y con ello, supuso que la pelea ya había concluido. Guardo sus sables, y de inmediato, se acercó a la mujer para así curar sus heridas fatales y procurar que no muriese…. ; a pesar de lo que había dicho anteriormente, el shinobi del clan Nara no seguía la línea de matar y nunca había asesinado en su vida, y esta no sería la excepción. Fue entonces que notó que la mujer despertó y se apresuró a darle un golpe en la sien con el mango de una de sus espadas, de tal manera de que siguiese inconsciente y así evitar el tener que escucharla de nuevo. Tras hacer eso, la dejó ahí tirada y se fue lo más lejos posible… 

Definitivamente, no tenía ganas de verla de nuevo por un buen tiempo. 

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Objeto 2: 5 más 1 (habilidad) =  6. 

HP: 9900 más 2160 (20 HP dado objeto más chakra sobre 40) = 12060.