Aiko vs Ishiro

Una misión le fue asignada a Ishiro, la cual tenía como principal objetivo conseguir información respecto a las habilidades de los diferentes clanes del País del Viento. Las circunstancias tenían que ser precisas. Que no pareciera una acción emprendida por un shinobi del País del Agua. Así que su identidad tenía que permanecer en completo anonimato. Por lo que tenía que aparentar ser solo un shinobi errante, el cual solo buscaba combates aleatoriamente. El problema radicaba, que a diferencia del País del Fuego, donde inicio su misión, el País del Viento, carecía de poderío militar. Los shinobis eran escasos y la gran mayoría incompetentes para el combate.

–Con que la información dicha por el maestro de la caravana era cierta, en medio de estas dunas, verse atrapado por una tormenta es prácticamente una sentencia de muerte– expresó algo serio, pero sin llegar a un tono de preocupación. Tenía que caminar por aquel desierto mortal. Donde las esperanzas de supervivencia eran mininas, caminó prácticamente a ciegas. El vieto y la arena, impedían la visión, pero eso le importo poco acostumbrado a los bancos de niebla de su tierra natal, Ishiro aprendió a poder andar prácticamente a ciegas, sin la necesidad de emplear su visión.

Dejó de avanzar hasta llegar a un oasis cercano, a la lejanía se podía apreciar lo que parecía ser un castillo. Si lo que le dijo el viejo mercader era cierto, esa era la residencia de la familia gobernante. –Algún centinela ya debió de haber notado mi presencia. Por lo tanto es tiempo de poner en práctica el consejo de ese viejo mercader– los mercaderes le aconsejaron una sola cosa. “Cierra tus ojos y antes de que la lasciva hechicera, atrape tu mente con el embrujo de su cuerpo no entendió muy bien esa amenaza. Pero no quiso arriesgarse. Por lo que siguió con los ojos cerrados, abanando por esos parajes desolados.

–Solo quiero saber una cosa, porque es tan irresponsable como para traer un niño a este sitio, no sabe que está exponiendo su integridad– dijo en modo de sermón, pero con un tono de voz calmado, demasiado calmado, que parecía conocer de años a la joven.–Y discúlpeme, no tengo en mis planes contestar preguntas, sé que con eso demuestro mi falta de cortesía, pero usted comprende, hay cosas que se tienen que hacer– exclamo elocuentemente, mientras juntaba sus dos manos.

Hizo una rápida secuencia de tres seños manuales y lanzó un chorro de agua a precion en contra de la joven, debido a las condiciones climáticas, los escases del líquido era notable y su fuerza se vio disminuida. Sin perder tiempo tomó una de sus espadas gemelas y dirigio su filo en contra de la kunoichi.

 

–Interesante joya, una reliquia de ese tipo no se puede ver todos los días– realmente le sorprendió mucho ver como su jutsu y su espada fueron detenidos por ese extraño artilugio,  pero le molesto la actitud de la dama y la falta de cuidado al exponer a su hijo a ese peligro. –Es usted muy joven para ser madre de ese niño y demasiado inmadura…. – dijo en un tono serio sin ocultar lo que realmente opinaba a todo eso. Guardó ambos aceros y formo un sello sencillo. –Kirigakure No Jutsu–  al pronunciar esas palabras, una densa niebla inundo todo el lugar, reduciendo al mínimo la visibilidad. Soló el shinobie oriundo del País del Agua tenía la capacidad de combatir en esas condiciones.

 

De un veloz movimiento, sirviéndose del sigilo y la agilidad que poseía, cambió su ubicación sin ser notado, logrando así llegar a una palmera cercana al oasis. Dio un salto y se colocó en la parte más alta y se fijó que la barrera que defendía al niño no cubría la parte superior. –No me agrada hacerlo, pero alguien tiene que darle una lección de vida– dio otro salto aprovechando el tronco de la palmera para tomar impulso y logro aterrizar atrás del pequeño. Para después desenfundar ambas espadas y colocarlas de forma cruzada alrededor de su cuello. –Lección del día, quítele un segundo la vista a su hijo y puede ser que este a milímetros de ser degollado –  dijo tajantemente ignorando los sollozos del pequeño.

 

–Un Jutsu de Sustitución, pensaste rápido en un momento crítico como ese, nada mal…– dijo sin mostrar molestia por lo sucedido. Guardó de nuevo ambas espadas y se quedó observando como la arena protegía al pequeño infante.–¿Haru, no? Te felicito  actuaste bien, tienes madera para ser shinobi– exclamó de tal manera que el pequeño lo pudiera escuchar. Realmente era contradictorio ver como el niño tenía más sentido común que su madre. –Brillante usa una defensa que puede ser contraproducente… no es correcto que lo trajeras contigo– en ese momento el polvo dorado comenzó a juntarse y formar una figura humanoide.

–La ira ….. Siempre igual de efectiva– el clon logró dar una patada al shinobi de Kirigakure, el cual rodó unos metros hasta terminar en unas dunas. Poniendo una mano sobre la arena, pudo reincorporarse de nuevo. Sangre comenzó a escurrir por su frente, demostrando que ese golpe le causa una herida profunda. Sabía que se lo merecía por haber asustado al chiquillo, pero no dijo nada por ello. Una vez de pie esperó el siguiente movimiento de la joven.

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HP:  4800 – 1312 = 3488

 

–Eso puede ser un problema grave… Si me permite darle un consejo señorita, consiga un tutor profesional para su hijo, tiene habilidad pero necesita a un verdadero sensei –  exclamó sin disimulo lo que pensaba. Le importaba poco hacer enojar más a la dama, pero desde su perspectiva no estaba capacitada para entrenar a su hijo. Era una gran kunoichi pero le faltaba camino que recorrer como para ser una maestra capaz.–Tener que enfrentar a una madre, enfrente de los ojos de su hijo. Hubiera preferido otro escenario– pensó al ver al infante quien seguía nervioso  por el combate de la joven.

–Contrario a lo que parece, no soy un simple asesino–  de inmediato guardo ambas katanas y pareció no importarle que estaba en medio de un encuentro. – Regrese a sus aposentos y arrope a su hijo, que descanse y recuperen sus fuerzas– no tenía intención de seguir combatiendo de esa forma.–No se preocupe la estaré esperando, sé que no se permitiría dejar escapar a un oponente de un combate–

–Entonces continuemos, fue una elección prudente la que acaba de hacer, la felicito por ello– ahora el escenario cambiaba. La kunoichi podía estar más atenta al combate, al perderse la distracción de que su hijo estuviera presente. Por otro lado Ishiro también dejaba de sentir la presión del infante. Combatir con una Kunoichi implicaba ciertos problemas, saber que era madre los amentaba y que si hijo observara como se desarrollaba el combate, era más que suficiente para completar la escena. Sin mucha dificultad y rápidamente efectuó los tres sellos necesarios para su jutsu de agua.  Ahora el lugar donde se encontraba era mas que suficiente para que sus reservas del vital líquido comenzaran a escasear. No había ninguna fuente cercana de agua a kilómetros de distancian, por lo que tenía que comenzar a racionarla, además que usarla a su máxima potencia requería mas chakra del necesario. Era claro que pelear en un desierto era extremadamente difícil, para alguien oriundo del País del Agua.–Suiton: Mizu no mō kōgeki no jutsu– dijo al momento de liberar un pequeño proyectil de agua.

–Veo que es despertado su lado oscuro, ¿No es asi señorita?– expreso sin montarse preocupado o cohibido por la expresión sádica en el rostro de la kunoichi. A decir verdad eso revelaba mucho de aquella mujer, más de lo que se podía imaginar.–Sea consecuente con lo que dice y sus acciones, la primera en amenazar su vida fue usted, ¿Quiere que si hijo sea un shinobi o que termine muerto por su imprudencia?– interrogó a la mujer mientras observaba como el polvo dorado que ella controlaba, comenzaba a moldear un nuevo clon gigante. –Adelante tome venganza por mis actos… pero tenga presente lo que le he dicho– de inmediato comenzó a retroceder y esquivar los embates de ambos clones. Su velocidad era desproporcionada a su tamaño. Ya que una criatura desgarbada debería de ser torpe y lenta, pero estos no seguían esa lógica. Al ver que no podria valerse de su velocidad, junto sus manos y utilizo el kawarimi, el golpe de uno de los clones golpeos a una piedra que sirvió de sustituto. El Yuki pudo evitar salir herido, pero comenzaba a entrar lentamente a un callejón sin salida.