Madara vs Mavis

Habían transcurrido unos días desde que había llegado al país del fuego y por el momento se hospedaba con los Akimichi mientras las celebraciones continuaban para sus miembros, pero entre ellos la sacerdotisa había decidido salir a tomar aire fresco hasta encontrarse con algunas personas un tanto llamativas, vestían de forma un tanto distinta del resto, sus miradas frías y color de cabellos azabaches daban una imagen imponente sobre el resto de la población que al parecer sabían y conocían bien pues buscaban alejarse de ellos  y no molestarlos.

Aquello llamó la atención de la Yuki, pues no estaba acostumbrada a esas cosas sobre ignorar a alguien y hacer algo así para con otros, en Kirigakure jamás lo permitiría pero ahora no estaba en Kiri y debía respetar las reglas de las otras naciones. Pero entre ese grupo que avanzaba la figura de un hombre de cabellos negros y largos, vestido con una armadura de color roja fue lo que mas llamaba la atención, di del resto de individuos despedían un aura misteriosa aquel hombre los superaba con creces. En ese instante Satoshi Akimichi apareció a su lado mirando al grupo y susurrando una sola palabra -Uchiha's-

En un transcurso de segundos todo cambio de tranquilidad a desorden en la villa Akimichi, aquel hombre de cabellera larga y negruzca parecía observar a todos con desdén y cierto odio que la joven Yuki no pudo evitar notar. De pronto la ciudad se vio envuelta en ataques tipo fuego, arrasando con todo las propiedades y puestos de venta. -Atrás sacerdotisa- Dijo el hombre Akimichi mientras usaba un par de jutsus para evitar que los daños sean mayores permitiendo el escape de los pobladores. -Satoshi-san, al frente- dijo la sacerdotisa a tiempo que el hombre era ligeramente golpeado por el fuego pero evitando algún daño en Mavis que suspiro aliviada de ver a la población tras ella a salvo. Aún habían heridos y algunos que huían a toda prisa, pero el pelinegro Uchiha parecía no importarle mucho la situación. -!Basta de esta matanza. Es suficiente¡- Ante tal perspectiva la peli azul no podía permitir que el mayor realizara cualquier movimiento y pensando en el resto la joven uso aquellos tres sellos que jamás había usado antes en un encuentro. De la nada una gran cuerda azulada hecha de agua fue forjada por un chorro potente proveniente de sus labios -Suiton: Keisaku no jutsu...- Dijo mientras las cuerdas se arremolinaban en el Uchiha, buscando atraparlo mientras Mavis optaba por una poso tranquila como si estuviera orando.   

El jutsu seguía de pie, si bien el Uchiha no podía moverse y sus movimientos estaban atrapados, la joven Mavis sabía bien que de esta forma el no podría seguir atacando y a la vez ser atacado por alguien pero aquello no importaba, una vez liberado se encargaría de él lo que le importaba a hora era ayudar al escape de todos los pobladores y que buscasen refugio dentro de la villa Akimichi o en otras villas cercanas que tenían recursos en situaciones similares. -¿Su trabajo?... discúlpeme, pero me niego a aceptar que su trabajo sea erradicar a todo este pueblo. Muchas personas de aquí son inocentes, no le han debido hacer nada y si le han ofendido le pido disculpas en nombre de ellos- aseveró la sacerdotisa con firmeza mientras mantenía el jutsu en pie, pero por cuanto más duraría en seguir dificultando los movimientos del pelinegro. claramente por su complexión y su fuerza la Yuki podía notar que se trataba de alguien de poder descomunal, quizás el líder de los Uchiha. Había escuchado poco de ellos pero sabía que eran poderoso en especial su líder quien yacía furioso contra Mavis por interferir en sus asuntos. Tras ella Satoshi Akimichi, cumplía su deber de seguir enfrentándose al resto de Uchiha evitando la masacre del pueblo.  -Porque hace esto, que ganara matando a toda esta gente- Hablo de pronto la sacerdotisa con tristeza en su voz.  

-¿Fácil?... Alguien tan fuerte como usted recurre a ejecutar situaciones fáciles. Matar gente inocente le parece una tarea sencilla señor Uchiha- Cuestionó la joven sacerdotisa, era por ese motivo por el cual habíad ejado su hogar Kirigakrue para partir hacia otros lugares dodne entendería el porque de las luchas y las matanzas, aun no lo entendía del todo pero vivir estas experiencias le ayduarían acontemplar una nueva visión del mundo. -Desde un inicio supuse eso señor Uchiha, y estare esperando cuando eso suceda, si de esa forma se logra ganar el tiempo suficiente como para que muchas vidas se salven- Respondiño la peli celeste al pelinegro quien seguía atado mientras la sacerdotisa aún mantenía su pose de rezo con ambas manos juntas a la vez que sus orbes ámbar veían al pelinegro mayor. -Mantén la calma Mavis, esto no durara mucho y cuando termine deberás enfrentarte a él y su enorme reserva de chakra- Pensó la sacerdotisa tratando de analizar las diferentes situaciones y posibles giros que podría causar apra al menos durar lo suficiente contra su oponente, esperaba que al menos durara un poco más, mientras Satoshi Akimichi seguía ayudando al escape de los aldeanos, pero en los ojos del hombre de complexión gruesa se veía la preocupación de que pudiera suceder lo peor, un Madara Uchiha liberado y enojado, no era un espectáculo del cual salir vivo era una opción.

-La facilidad no le conducirá a ningún camino señor Uchiha- Le respondió de forma inmediata la joven Yuki mientras seguía observando todo el desarrollo de la situación, al parecer la mayoría de la población estaba ya en buenos lugares donde estarían protegidos de los ataques de los pelinegros, mientras su líder seguía aún atrapado en las cuerdas hecha de agua por la sacerdotisa, pero de pronto varias bolas de fuego fueron expulsadas desde la zona este causando muchos gritos desesperados, al parecer los seguidores del pelinegro estaban haciendo de las suyas, así que con un poco de soltura y calma la joven realizó un movimiento ligero mientras su chakra aún seguía atado al Uchiha, una parte se transporto a sus manos y de la nada tres clones de Mavis fueron hechos a su imagen y semejanza. -Encárguense de ayudar al resto, mientras trato de aguantar lo suficiente- dijo a sus clones quienes asintieron y marcharon hasta encontrarse con el resto de los Uchiha.  -Puedo ser ingenua y demasiado en muchos ámbitos, pero no tan tonta para no darme cuenta que no tengo  oportunidad contra usted- 

-Sólo intervengo por esta gente, si causo su enojo es algo con lo cual veré después de que quede libre señor Uchiha- Admitió la sacerdotisa mientras sentía como sus clones ayudaban a las personas a evacuar más rápido de lo normal, pero mientras eso sucedía un movimiento mas bien de pupilas llamó la atención de la peli celeste cuando vio con intriga y cierto temor como los ojos del pelinegro se tornaban de un color rojo vivo demasiados atrayentes como si buscaran enfocarle dentro de una ilusión donde jamás podría salir. Pero de la nada la joven eligió desviar la mirada, no sabía porque pero su instinto le gritaba que hiciera caso y así lo hizo. -Vamos Mavis, puedes contrarrestar esos ojos- Se dijo mentalmente mientras la Yuki cerraba los suyos mientras pensaba en que hacer para no sentirse incomoda por aquella mirada escrutadora, y tras unos segundos su mente le respondió moviendo sus manos en un simple sello que causo que el ambiente se tornara húmedo y una espesa niebla se arremolinara entre ambos, dificultando  la vista del pelinegro mientras la Yuki ocultaba su presencia ante su oponente. -Kirigakure no Jutsu- 

-Es usted temerario señor Uchiha- respondió de forma inmediata la peli celeste mientras seguí cerniendo aún más las cuerdas sobre el pelinegro, esperando que no le dañara mucho pues ella era una mujer que seguía sus principios pero a la vez que lo sostuvieran lo suficiente como para mantenerlo ocupado unos instantes y de ahí seguir la batalla entre ambos, si es que se daba la situación obviamente tras el enojo leve del Uchiha. La niebla poco a poco rodeo a ambos de esa forma la vista de los dos fue diezmada pero aún así la Yuki podía claramente ver donde estaba ubicado el pelinegro y como podía seguir su presencia si fundía su presencia con la niebla. -Le agradezco sus palabras pero me temo que no aceptaría un encuentro a menos que toda la población este sana y salva... Si, a pesar de la diferencia de poderes, aceptaría un encuentro- Dijo la sacerdotisa aceptando la oferta si es que se daba, no era alguien que estaba acostumbrada a huir y por ese motivo había sido llamada tonta e ingenua por muchos de su propia nación, pero así con esa terquedad y curiosidad que trato de apaciguar para no enojar al hombre, eran las descripciones perfectas para Mavis Yuki.