Hyo "El macho" Yuki vs Levi (2)

Tarareando bajamente una vieja canción de la estrella veraniega, recostada en una de las ramas más altas de un fuerte árbol, más allá del espejo de agua y niebla que rodeaba Kirigakure, una albina mujer que vestía un sencillo traje ninja en tono azul claro, cerraba sus ojos disfrutando del fresco de la tarde y la suave caricia del sol en su cara mientras escuchaba el melodioso trinar de las aves y la sinfonía de los bosques fríos de su país natal mientras esperaba a que llegara el tiempo de afrontar la prueba de hoy. Kaido-san le había enviado a entrenar nuevamente y buena falta que le hacía, aún era demasiado lenta e inútil, o eso era lo que le había dicho, claro, con otros mil insultos que había descartado por no ser de trascendencia y para ello debería enfrentarse a su peor pesadilla en cuanto a velocidad, por lo que debía esperarlo, ya que esta vez les visitaría, probablemente para atender otros asuntos también con Gosenjin.

El graznido de un cuervo y el aleteo de otras avecillas que abandonaron las ramas ante la presencia de un forastero, hizo que la albina detuviera su entonación y se estirara en su rama, pero no fue hasta que lo escuchó llegar al claro, que se dejó caer a un costado del muchacho. –Buenas tardes joven Nara. Bienvenido. – Le saludó mirando el largo de las sombras y esbozando una sutilísima sonrisa. – Tan puntual como siempre –

Levi observó tranquilamente a la gran mujer que sería su rival y no pudo evitar recordar las dificultades que había tenido que afrontar en el pasado para poder vencerle. Era, de lejos, uno de los rivales más poderosos y temibles de entre todos los que había afrontado, constituyéndose hasta ese minuto como alguien que lo había llevado a peores aprietos que incluso el propio regente de la muchacha - el gordo y feo Takatsuka -, algo que desde luego, era digno de recordar por parte del shinobi proveniente del país del fuego. Saludó cortésmente inclinando su posición y “dando el cuello” en señal de respeto a la gran sobrehumana junto a él, y de inmediato, tomó cierta distancia.

- Supongo que hemos venido a lo mismo, así que iniciemos de inmediato - Dijo de pronto y justo en ese instante, acumuló una buena cantidad de chakra futon en sus espadas que de inmediato y sin rodeos, le tiró con una velocidad moderada a la de cabellos blancos. Dudaba poder hacerle algo con eso, pero tenía que ir probando opciones…

- Tengo curiosidad de saber si siempre eres así de directo y veloz para todo. – Preguntó con una expresión divertida la albina cuando su saludo fue respondido con la centelleante ofensiva de Rivaille que nuevamente la ponía en aprietos desde un principio, obligándola a bloquearlo con su enorme espada que se erizó al momento del impacto, aumentando su tamaño y mostrando sus colmillos ávidos de sangre para luego alargarse y curvarse con la intensión de deleitarse una vez más con el chakra de Rivaille, que dada su naturaleza elemental, le resultaba un platillo exótico y picante, como una golosina crocante que te deja esa extraña sensación de adormecimiento en la boca; mientras tanto, su portadora, se limitaba a mostrar su cínica sonrisa y a observar a su compañera emocionada como pocas veces. – Parece que los amigos de Kaido-san también le son de especial agrado a mi compañera. – Comentó entretenida, tras lo cual aprovechó el acecho de la Piel de Tiburón, sobre su contrincante, para lanzar sus misiles de agua con forma de tiburón.

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Defensa: 115 (Efectiva)
Jutsu = 23 (C Efectivo)
Chakra = 21 – 2 (Samehada) = 19 (-15% Daño Final)
Objeto = 7 (Efectivo)

Daño Final: 2150 – 322 + 350 = 2177

HP = 7800

Pudo ver cómo se acercaba tanto la espada como la técnica de la mujer, por lo que de inmediató desapareció de ese lugar y apareció parad en la copa de un árbol, guardando sus espadas y de inmediato, realizando unos sellos de mano los cuales terminaron en el de la rata. Justo en ese instante, la sombra de Hyo comenzó a bailar con fuerza a su alrededor hasta que finalmente se materializó en una especie de monstruo de más de 50 metros, con grandes músculos (como los de la Yuki), rostro siniestro, alas y recubierto por capas de sombra, ojos rojos y una ligera barrera de rayos que le  rodeaba por completo. Era la invocación elemental del Nara.

- No da tanto miedo como tú…. pero asumo que sabrán llevarse bien, al fin y al cabo, son un par de bestias…  - Dicho eso, el Nara tan sólo le apuntó con la mano a la de cabellos blancos y, de inmediato, la bestia le lanzó un poderoso puñetazo a la Yuki que consistía en una potente ráfaga de electricidad y viento recubierta con un centelleó tan fuerte que no dejaba ver nada, por lo que sólo se escuchó como todo el campo a 100 metros a la redonda retumbó cuando el golpe impactó de lleno en el lugar…

Hakusame chasqueó los labios molesta, aunque ya se esperaba el resultado, Rivaille era como una molesta cucaracha en combate, era demasiado pequeño, demasiado rápido y escurridizo, incluso comenzaba a creer que aún si le arrancaba la cabeza correría por ahí fastidiándola, peor aún, ese chakra eléctrico que tanto fascinaba a Samehada, para ella era un verdadero dolor de cabeza debido a su propia naturaleza. Iba a contestar el comentario de Rivaille, que más que ofensivo le parecía un halago cuando la piel en su nuca se erizó como si presintiera peligro y la misma Samehada volvió a girar para hacerla mirar detrás de ella. La albina levantó despacio sus ojos recorriendo de pies a cbeza la monstruosidad que el Nara había convocado y solo alcanzó a echar a un lado la Piel de Tiburón para protegerla del impacto, mientras que ella cruzaba los antebrazos frente a su rostro recibiendo de lleno el golpe de aquel gigante, resistiendo con todas sus fuerzas. En un principio, sus pies fueron deslizados y enterrados en el suelo, arrancando la hierba cuando de casi metro y medio hasta que finalmente el tremendo poderío del titán venció la resistencia en sus rodillas y la hizo volar casi siete metros hasta que la detuvo el grueso tronco de un fuerte roble de gran edad que resintió el choque pues parte de su corteza se desprendió y una grieta apareció en el epicentro del impacto. La espalda herida de Hakusame sangraba y algunas gotas del carmesí fluido cayeron sobre el pasto mientras que otros hilillos recorrían su cuerpo y estaba segura de que le había roto ambos brazos pues cayeron pesadamente a sus costados y no consiguió moverlos. – Pequeña sabandija… – Fue todo lo que musitó mientras escupía a un lado la sangre que se acumuló en su boca, sin lograr quitarse el gusto ferroso de los labios.
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Defensa: 41 (No Efectiva)
Jutsu = 20 (Anulado)
Chakra = 19 - 2 (Samehada) = 17 (-15% Daño Final)
Objeto = 1 (No Efectivo)

Efectos sobre Hyo:
• -400 HP por el resto del combate.
• -+3 Chakra por el resto del combate. (Habilidad: Si su HP baja a la mitad, los puntos de chakra subirán en 3.

HP = 7800 – 3937 = 3863

El menor de los Nara contempló la forma en que su ataque mandaba a volar al monstruo que era la Yuki y, en silencio, descendió del árbol en el que estaba y le ordenó a su bestia el replegarse por ahora; si fuese necesario, la usaría más tarde… pero por ahora, tenía otros objetivos en mente. Sus ojos estaban fijos en la mujer que se negaba a caer, mientras que por otro lado, mantenía la distancia porsiacaso. Sabía que, si bien, Obelisk podía ser muy devastador, hasta ese minuto de su vida no lo había usado a toda su potencia y no emplearía a su titán como un medio para causar muerte, sino como una defensa. Por lo mismo, el ataque había sido bastante “controlado” y por ello, sumado a la fuerte resistencia que representaba Yuki Hyo, Rivaille no se extrañó de los resultados y ya viendo que era oportunidad de seguir atacando, sacó una de sus espadas y se lanzó en busca de uno de los brazos de la mujer, buscando dar una precisa puñalada en el hombro para deshabilitarlo de la pelea.

La mujer de las nieves trató de usar su collar para sanarse pero no logró alcanzarlo, al igual que no estaba en condiciones de ir a buscar a Samehada para volver a empuñarla, no podía mover ninguno de sus brazos y difícilmente se podía mantener en pie, el estar recargada en el árbol le ayudaba un poco pero no se sentía capaz de avanzar todavía. – Patética… con un solo golpe me tiene contra las cuerdas. – Se reprochó por lo mal que iba aquel encuentro, el joven Nara había viajado desde el continente para un entrenamiento que bien había podido tener con un saco de arena… no, eso no se iba a quedar así, tal vez no podía empuñar una espada ni hacer sellos, pero eso no la iba a detener. Concentrando su chakra en sus labios, escupió tres chorros de agua en dirección al pequeño esperando que al menos uno hiciera blanco para alejarlo lo suficiente para poder curarse un poco, pelear sin usar las manos era molesto, en especial si colgaban inertes a su costado volviéndose estorbosas, mas su deplorable condición no fue suficiente para arrancarle un quejido o alguna mueca dolorida, más bien su expresión era de fastidio como si no supiera que hacer con sus brazos.
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Defensa: 51 (Efectiva contra el ataque, no contra el objeto)
Jutsu = 10  + 1 (Samehada) = 11 (Efectivo)
Chakra = 43 - 2 (Samehada) + 3 (Habilidad) = 44 (+25% Daño Final)
Objeto = 1 (No Efectivo)

Daño Final:1950 + 487 = 2437

Efectos sobre Hyo:
• -400 HP por el resto del combate.
• +3 Chakra por el resto del combate. (Habilidad: Si su HP baja a la mitad, los puntos de chakra subirán en  3.

HP = 3863 – 400 (Efecto) – 250 = 3213

Jutsu:

Vio venir el ataque acuático y de inmediato dio media vuelta y comenzó a correr en la dirección opuesta, a sabiendas de que esa técnica era muy molesta y necesitaría un mayor rango de espacio para poder maniobrar junto a sus espadas y atacarla de vuelta, pero primero debía deshacerse de esas serpientes de agua. Por ello fue que siguió corriendo en contra de los árboles y empezó a dar saltos en uno tras otro, esquivando sus embestidas y sacando en el intertanto las espadas. Ya había luchado antes contra ellas, por lo que sabía de lo que eran capaces y así mismo, entendía su lógica y podía darles peleas sin complicarse demasiado la existencia. Fue así como, entonces, dio un salto apoyándose en una rama y mientras estaba en el aire, giró con fuerza para asemejarse a una especie de torbellino o sierra y cortó de golpe a las tres que le perseguían, para después caer por sobre la copa de un árbol muy cerca de la Yuki. Acto seguido, y sin dejarle respirar, fue que volvió a hacer lo mismo pero esta vez con la clara intención de impactar a Yuki Hyo.

Antes de lanzar el ataque, había sido alcanzada por la espada de Rivaille que le perforó un hombro, lo cual era aún más molesto aunque también innecesario. – Yo habría atacado a las piernas para terminar de inmovilizar al enemigo. – Dijo medio en burla, medio en consejo con su sonrisa cínica en su rostro cansino por la dificultad para realizar cualquier movimiento combativo y soltó un bufido fastidiado por el hecho de una vez más haber fallado, aunque tampoco era que no se lo esperara, más aún aguardó hasta el momento final de la nueva ofensiva para transformarse en una serpiente y evadir el atroz golpe impulsado por el viento, pero para su infortunio, la velocidad del shinobi del País del Fuego, era demasiada y su katana volvió a alcanzarla, orillándola a recuperar su forma humana mientras rodaba y quedaba en cuclillas a unos metros del árbol en el que había estado apostada, mirando el profundo corte en su muslo izquierdo que sangraba profusamente, lo que le arrancó una risa. – Exactamente así -
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Defensa: 62 (Efectiva contra el ataque, no contra el objeto)
Jutsu = 1 + 1 (Samehada) = 2 (E – Efectivo)
Chakra = 8 - 2 (Samehada) + 3 (Habilidad) = 11 (-50% Daño Final)
Objeto = 1 (No Efectivo)

Efectos sobre Hyo:
• -400 HP por el resto del combate.
• +3 Chakra por el resto del combate. (Habilidad: Si su HP baja a la mitad, los puntos de chakra subirán en  3.

HP = 3213 – 400 (Efecto) – 250 = 2563

Levi observó a Hyo de cuclillas y sangrando y pensó en preguntarle si deseaba continuar… pero fue entonces que recordó la naturaleza hostil y vengativa, además de violenta y bestial, que poseía la mujer de cabellos blancos por lo cual desistió de esa idea y se preparó para atacar de nuevo. Por lo poco que conocía a la enorme bestia que Udono mantenía como una de sus ayudantes, es que era una mujer “no mujer” en todo el sentido de la palabra: poseía muchos músculos, vello corporal, aroma a sudor y su expresión era la de un guerrero de los antiguos textos de las guerras en donde el chakra todavía no era de conocimiento público. Incluso hasta su forma de hablar y moverse eran las de un varón…. ; por lo mismo, fue que cargó un Chidori en la punta de su pierna derecha y observó el mejor ángulo para golpear a la mujer Yuki.

- Entendido - Susurró ante su “recomendación” y apelando a ello, fue entonces que desapareció y apareció justo por sobre ella, buscando asestarle aquella patada eléctrica en toda la nuca y así, esperaba, dejarla fuera de combate.

La albina trató de levantarse sin mucho éxito, pero el ver a Rivaille dudar le dio el suficiente coraje para ponerse en pie, aún si su cuerpo no respondía del todo bien, el problema es que no logró dar ni dos pasos para cambiar su posición y la velocidad del Nara le jugaba en contra, no podía atacarlo con su arma porque no podía empuñarla, no podía golpearlo (en el supuesto de que lograra alcanzarlo) porque no podía mover los brazos, tampoco podía mandar a los dragones detrás de él porque no podía realizar sellos, no podía patearlo porque perdería el equilibrio y caería sin poder asestar un golpe con fuerza, era algo realmente molesto el encontrarse en tal situación, pero aún así, no pensaba rendirse. El panorama ya de por sí desesperanzador empeoró al momento de que la joven escuchó el chirrido del chakra eléctrico preparado para dar cuenta de ella, apenas y pudo girarse mientras echaba el cuerpo hacia atrás en un vano intento de esquivar aquel ataque, sin embargo, esa maldita velocidad que le crispaba los nervios no le permitió terminar su movimiento y fue alcanzada en pleno pecho por el jutsu que le adormeció todo el cuerpo y la hizo volar otros cuantos metros más allá, tal vez ya no pudiera hacer nada, pero no iba a sentarse a esperar su fin nada más. Por lo que como pudo se volvió a poner de pie tratando de reunir chakra para un último intento desesperado de responder en aquel entrenamiento.

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Defensa: 62 (Efectiva contra el ataque, no contra el objeto)
Jutsu = 1 + 1 (Samehada) = 2 (E – Efectivo)
Chakra = 8 - 2 (Samehada) + 3 (Habilidad) = 11 (-50% Daño Final)
Objeto = 1 (No Efectivo)

Efectos sobre Hyo:
• -700 HP por el resto del combate.
• +3 Chakra por el resto del combate. (Habilidad: Si su HP baja a la mitad, los puntos de chakra subirán en 3.

HP = 2563 – 400 (Efecto) – 250 - 1475= 238

Rivaille se quedó al lado de la mujer por un buen rato hasta que finalmente entendió que la peleaba estaba acabada. No tenía caso seguir peleando contra ella, no quería matarla ni mucho menos provocar que saliese gravemente lastimada. A final de cuentas, era sólo un entrenamiento y si no tenía ninguna opción para poder luchar, el Nara no haría nada más que eso. Por ello, fue que tras inspeccionar visualmente a la Yuki, se despidió sin decir nada mientras guardaba sus armas y daba un salto a un árbol alto. Por un minuto pensó en avisarle a Hyo que se marcharía, o despedirse, o incluso curarle… pero dado el orgullo de la mujer, entendía que lo mejor era marcharse en silencio y sin mirar atrás. Y eso hizo: empezó a andar rápidamente a través de las ramas bosque adentro hasta que finalmente se perdió varios metros más allá de lo que podía ser la vista de la Yuki. Con la pelea acabada, tenía que ir a dar aviso a Udono de que fuesen a buscar a su compañera y por su parte, ir a ducharse ya que se sentía sumamente sucio.

De ser por la albina, la pelea hubiera continuado, se negaba a rendirse y su orgullo se vio seriamente herido al notar como el extranjero la miraba sin atacarla y sin decir nada, por lo que fue más difícil para ella todavía el hecho de dar por terminado aquel entrenamiento, no sabía que decir y realmente hubiera preferido que Rivaille la dejara inconsciente, pero no era esa clase de sujeto, el verlo retroceder, le hizo separar los labios como si fuera a decir algo, pero no tuvo tiempo, el joven escapó entre los árboles y ella esperaba que se dirigiera con Kaido-san, sin embargo, tampoco pudo ir tras él para confirmarlo, trató de avanzar pero los efectos del golpe de electricidad aún afectaban su cuerpo, lo que sumado a la pérdida de sangre por los diversos cortes que el shinobi le había propinado la hicieron sentir mareada y desorientada, fue entonces que una sutil sonrisa divertida apareció en su rostro, aquel muchacho del clan Nara la había dejado fuera de combate, pero incluso en eso su reacción era lenta y había tardado en percatarse, su vista se nubló cuando dio un par de pasos y pronto todo se oscureció mientras ella caía pesadamente al suelo inconsciente.

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HP = 0