Mavis Yuki vs Levi

 

Suspiro fuertemente mientras se encaminaba a una reunión predispuesta por antelación por Takatsuka-dono, no entendió claramente que debía hacer o a quien debía conocer, tan solo había sido enviada por él a dicho lugar, donde al parecer ya había alguien que le esperaba y de cierta forma obligó a la sacerdotisa a aumentar el paso hasta estar a una distancia capaz de oírle pero a la vez manteniendo la suficiente separación entre ambos por precaución.  Ante el repentino hablar del joven que era un poco mas alto que ella y que poseía esos ojos tan severos, la joven saludo a su acompañante.

-Veo que Takatsuka-dono es alguien impredecible por referirse así de mi. Igualmente es un placer conocerlo, soy Mavis Yuki pero he de suponer que mi nombre ya es sabido por usted...- De inmediato la joven junto sus manos en forma de saludo mientras hacia una leve reverencia, para luego alzar su rostro y sonreír levemente por lo escuchado, que gratificante era oír que aquel hombre la consideraba luego que un sin fin de ocasiones trató de quedarse con su cabeza. -Sin embargo, puedo preguntar quien es la persona que me honra con su presencia...-

Ni bien obtuvo respuesta por parte del pelinegro, la joven Yuki divisó con sus orbes ámbar como él desenfundaba una de sus espadas con rapidez alertando a la muchacha de que algo no estaba bien, quizás Takatsuka-dono no le había explicado lo que realmente sucedía en aquel lugar, pero ya habría otro momento para preguntarle los sucesos que acontecían, por ahora lo importante y primordial era salvar su vida de las manos del Nara quien estoicamente estaba a punto de asestar de un solo golpe una cuchilla en su pierna derecha.

-Levi-san... Veo que no es alguien de expresarse mucho. Lamentablemente no puedo permitirme el recibir su ataque de forma amistosa...- Le dijo con calma y aún sonriente a la par que la joven esquivaba el ataque con un movimiento rápido enviando su cuerpo hacia atrás lo suficiente como para escapar del radio de ataque. Antes de que transcurriera más tiempo, la sacerdotisa alzó su diestra a tiempo que una esfera de agua se formaba entre ambos contrincantes, y que de forma rápida envío tras el Nara. 

Rivaille pudo ver cómo la muchacha esquivaba rápidamente su ataque, al mismo tiempo que se disponía a lanzar una contra ofensiva que se materializaba en una esfera de agua. Le llamó la atención la habilidad para moverse de la mujer de cabellos celestes, no era normal ver a alguien con tal delicadeza para “danzar” dentro de su propio eje. Por lo visto y para variar, Udono tenía razón al recomendarle que entrenase con la tal Mavis.

Sin decir nada más, tan sólo se limitó a desaparecer y luego aparecer en el mismo sitio, dejando pasar en ese segundo de teletransporte el ataque acuático de la muchacha. Acto seguido, desenfundó sólo una de sus armas con el objetivo claro de comenzar a debilitar a su contrincante. Para ello, es que tenía planeado el darle una estocada en una de sus manos, acción que no tardó en materializar y de la cual sólo bastaba ver la resolución final. Entonces, simplemente se dispuso a lanzar el ataque y prestar atención a una nueva contra ofensa por parte de la Yuki. El entrenamiento recién iniciaba, pero no por ello no iba a dar lo mejor de si mismo.

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Mavis observó con detalle como su ofensiva fallaba contra el Nara, al parecer necesitaba más que un ataque de suerte para hacerle algún daño significativo a su contrincante, de la misma forma que había luchado contra Takatsuka-dono hace tan solo un corto tiempo, aún así notó como el pelinegro retomaba su ataque esta vez con más agilidad y fiereza apuntando una de sus manos como objetivo específico. Ante tal repentina acción, la joven dudó de si podía esquivar aquel ataque, quizás si o quizás no pero... Lo más importante ahora y que su mente trataba de asimilar, era si lo hacía ¿sería capaz de atacar rápidamente contra alguien tan ágil?...

-"No, no hay tiempo para suposiciones... Es ahora o nunca"- Pensó la sacerdotisa alzando su mano izquierda impactando con la hoja afilada del pelinegro. De un momento a otro todo estuvo en silencio, mientras la sangre corría desde la mano perforada de la joven Yuki hasta su codo y de ahí caer a la tierra firme. En los ojos de la peli azul se podía apreciar el dolor que sentía, era un daño significativo que reduciría su ofensiva pero al menos le permitía una oportunidad... Probablemente fallaría pero aún así, aquel era su intento... -Levi-san... Me disculpo por la intromisión...- Aquella misma ofensiva se materializaba nuevamente pero esta ves tras el Nara.

Definitivamente esa muchacha tenía agallas, no le cabían dudas de ello al menor de los Nara cuando pudo notar que, eligiendo poder escapar y retrasar su ofensiva, prefirió simplemente el recibir el corte en su mano de manera paulatina a la vez que se disponía a lanzar de inmediato y casi sin pausas un nuevo embate de aquella curiosa técnica de agua. Levi tan sólo observó esto con indiferencia y, sin perder mucho tiempo, luego de dar el golpe dio un salto hacia atrás con voltereta para poder esquivar una vez más la embestida de la descendiente del linaje Yuki. Acto seguido, utilizó su agilidad para desplazarse rápidamente hasta la posición en donde había estado peleando con la descendiente de los jutsus del agua y el viento, sólo para observarle directamente a los ojos. Antes de atacarle, tenía una pequeña interrogante que responder.

- Estamos entrenando, mujer. - Dijo alzando una de sus hojas afiladas; esta vez, el objetivo sería una de sus piernas. - No aceptaré algo que no es debido, no son necesarias tus disculpas. - Luego de eso, simplemente dejó que su diestra bajase en dirección a la pierna zurda de Mavis.  

El joven Nara se retiró en cuanto pudo considerando que el ataque de la sacerdotisa podía ser efectivo esta vez, en el momento de la retirada la joven sintió aún mas dolor en su mano izquierda al ser retirada la espada, causando que la sangre escurriera más por su antebrazo y manchando ligeramente la manga de su traje que portaba. Instintivamente alzó su diestra y tocó su herida, manchando dicha extremidad y notando la pérdida de sangre, así con la sangre entre sus dedos la joven volvió a divisar al dueño de esos ojos serios quien en un movimiento rápido se posiciono cerca de ella.

-Es mi naturaleza Levi-san... No es algo que pueda cambiar tan fácil. Entrenamiento o no, es un código para una mujer como yo...- Se expresó la sacerdotisa justo antes de sentir como su pierna izquierda era perforada por las cuchillas del Nara, el dolor era mucho más intenso que el anterior pero se rehusaba a caer frente al pelinegro y mostrar algún síntoma de debilidad, no se lo perdonaría ella misma ni Takatsuka-dono, recordando sus palabras. aprovechando la cercanía del Nara la joven volví a reincidir su ataque, efectivo o no, el entrenamiento debía continuar.

El Nara se quedó quieto mientras se aproximaba el ataque de la mujer Yuki. Desde hacía mucho tiempo que no llamaban su atención de esa forma, pero en esta ocasión, dicho acontecimiento tan lejano por fin había sucedido. El desinteresado Levi se había logrado entusiasmar con algo, y por ello, es que no dudó un instante en que si aquella mujer era capaz de sortear el dolor de sus espadas sólo para poder mejorar, entonces debería darle una verdadera razón para probarse a si misma de lo que debería ser capaz. En cierta forma, le impresionó puesto que ese “sadismo por aprender” le recordaba a su hermana mayor, Gin, a quién siempre había tenido en una especie de alta estima por sobre las demás.

Está bien… si así son las cosas. - Dijo desapareciendo y apareciendo, esta vez, mucho más lejos de la Yuki que antes. En sus ojos se podía notar que había algo distinto: entusiasmo, indiferente como siempre, pero entusiasmo al fin y al cabo. - Haremos que valga la pena el entrenamiento.

Fue en ese momento que lanzó ambas espadas hacia arriba, intercambiándolas de lado, al mismo tiempo que las agarraba en el aire y empezaba a darle vueltas en su mismo eje a ambas, sólo moviendo su muñeca para hacerlas girar una y otra y otra vez en su mismo lugar, como si estuviera bloqueando algo y dándoles la apariencia de una hélice. Era un movimiento que por lo general, requería de bastante concentración y habilidad, pero el Nara había entrenado con espadas desde que tenía uso de la memoria gracias a su abuelo y por lo tanto, las sentía como una extensión más de su cuerpo, por lo que no le costaba para nada el poder ejecutar distintos tipos de movimientos o acrobacias con ellas. Por otro lado, sus ojos estaban puestos fijamente en la humanidad de la que ahora era su contrincante, buscando posibles reacciones o bien, intentando determinar cuál sería su próximo movimiento ya fuese de acción o simplemente respuesta. Justo en ese momento, comenzó a embutirles una gran cantidad de chakra a sus espadas, lo que se demostraba por el hecho de que estas poco a poco fueron iluminándose en un tenue y después, más fuerte color azul marino.

- Respeto a la gente que cuida sus códigos….

Tras decir esas palabras, dos fuertes ventiscas opuestas llegaron hasta donde se encontraba parado Rivaille y lo rodearon como dos dragones invisibles que danzaban a su lado a una gran velocidad, como si estuvieran hambrientas por poder degustar una nueva presa. Por su parte, el joven del clan Nara tan sólo continuaba observando fijamente a su contrincante, esperando alguna posible reacción. Sin embargo, no tuvo que aguardar demasiado ya que había decidido que sería él quién daría el siguiente paso. Los árboles a los costados se desgarraban de sus ramas poco a poco y tanto ellas como las hojas de las copas y las pierdas del suelo daban lugar a dos fuertes corrientes de viento formaron una especie de remolino en el que en su interior estaba el ninja del país del fuego, este continuaba girando las espadas acumulando más y más chakra en ellas, demostrando todo su potencial como un usuario del elemento viento y de paso, evidenciando que podía manejarlo casi a su antojo gracias a sus dos armas filosas.

- Recibe mi respeto….. - En eso, detuvo todo y un enorme silencio se manifestó en medio del campo de batalla. Todos los elementos que volaron por los aires ahora simplemente caían al suelo y destrozaban el lugar uno tras otro, a la vez que Rivaille cerraba los ojos y, a juzgar por su rostro, parecía disfrutar de la incipiente y repentina calma que los rodeaba. De pronto, poso sus dos sables bajo sus hombros de forma cruzada, pegados a su torso. - … Yuki Mavis….

Dicho eso, volvió a abrirlos y sin perder tiempo, las alzó por todo lo alto en forma de equis provocando que la energía contenida en ellas se liberase de golpe y casi en un segundo. Todo el bosque tembló ante tal arremetida y, a medida que avanzaba la “X” hacia la proveniente del país del agua, se formaba un remolino horizontal detrás de ella el cual iba arrasando, desgarrando y por supuesto, arrastrando consigo todo lo que se interponía en su paso. En poco tiempo la muchacha no sólo debería de esquivar el potente corte del Nara, sino que además tendría que lidiar con el remolino que le seguía justo detrás…

De sus suaves labios un suspiro como si se le extinguiera la vida escapó a tiempo que sus orbes ámbar se cerraban por tan solo unos segundos; algo estúpido realmente puesto que al estar en pleno encuentro con el miembro del clan Nara era como mostrarse ante él como un blanco demasiado fácil para ser golpeado; quien no parecía contenerse en sus ataques hacia la sacerdotisa del clan Yuki... Internamente se lo agradeció, se lo hubiera dicho pero concluyó que no era la mejor idea, aún así mientras ese suspiro escapó de sus labios no dudó en preguntarse si era consciente de todo el daño que recibiría muy aparte del ya recibido... E inesperadamente sintió miedo lo suficiente como para permanecer congelada en aquel lugar...

-¿Qué debo hacer?... - Se reprimió mentalmente, hace tan pocos días era tan sólo una sacerdotisa del clan Yuki y ahora buscaba una manera de dejar esa vida atrás, una nueva vida... Y como si aquello fuera una respuesta concisa, sus ojos ámbar se abrieron de golpe fijando su mirada en el pelinegro con determinación. Su maestría con las espadas era apremiante, movimientos perfectos y a la vez peligrosos que carecían de dicha emoción en su rostro pálido lograron que la joven Yuki pasará la saliva con dificultad... Debía ser precavida y cuidadosa o de lo contrario aquellas cuchillas de gran tamaño cortarían su piel como un trozo de carne...¿Miedo? Si aún sentía miedo y por ello mismo, arrancó un gran trozo de tela que cubría sus brazos y con rapidez amarró dicha prenda a su muslo izquierdo buscando detener el sangrado y a la vez ejercer presión en su herida causando que la joven soltará un ligero gemido de dolor... -La mejor forma de olvidarse del miedo es con el dolor... Verdad Takatsuka-dono-         

-¡Bien!- Se dijo mentalmente con su miedo ligeramente controlado, a la par que la ofensiva del Nara parecía estar lista para dar inicio a una secuencia de ataques mortales. Intempestivamente el silenció reino por una fracción de segundo lo suficiente como para que la joven escuchará aquellas palabras que lograron sacar una mueca divertida de sus labios. No por diversión ni mucho menos burla, tan simple como la sensación de saber que las cosas no iban a ir nada bien para ella a partir de ahora... ¿Ilógico? Quien en su sano juicio sonreiría antes tal verdad, de todas formas retomando a su realidad Mavis observó con vehemencia como la energía cargada en ambas espadas fueron desplegadas en su dirección, todo el bosque se estremeció provocando fuertes vientos que dificultaron la visión de la peli azul, causando que alzara su mano libre de heridas y cubriera gran parte de su rostro... Pero no pasó demasiado tiempo como para que notará tras ella como un remolino de proporciones inhumanas se dirigía hacia su persona por detrás...

La situación no podía ser mas complicada de lo que ya era, pero ante las pocas posibilidades de sobrevivir no le quedaba más que jugársela a todo o nada. Con la resolución dictaminada en su mirada la sacerdotisa dio un paso al frente, a la vez que daba otro y otro más, olvidándose del dolor que arremetía en su pierna; pasos que se tornaron zancadas y antes de que pudiera pensarlo, su cuerpo corría en dirección de donde provenía el corte mortal enfrentándose cara a cara a la muerte. Mas antes de que su cuerpo fuera rebanado, Mavis se deshizo de la capa que cubría sus ropajes, que en pocos segundos fue reducido a cuatro retazos de tela inservible a tiempo que frenaba sus pasos y alzaba ligeramente su pierna lastimada des-balanceando su cuerpo y obligándolo a que se ladeará a su izquierda evitando así la primera ofensiva.

Seguidamente y antes de que cayera al piso, giro su cuerpo usando como pivote su pierna derecha, a la par que su pierna izquierda tocaba suelo causando otro gemido de dolor pero que dejó de lado cuando divisó el remolino acercarse a ella. Otra vez la peli azul volvió a usar un juego de pies mientras veía acercarse aquel fenómeno giró sobre sus talones hasta evitar muy de cerca al remolino, tan cerca que pudo notar como sus cabellos largos eran sacudidos con violencia por las fuertes ráfagas... Terminado todo aquel espectáculo, Mavis tan sólo pudo atacar de nuevo.  

Por lo visto, aquella muchacha Yuki era más impresionante y resistente que lo que el mismo Nara se hubiese podido dar cuenta. Tenía bastantes agallas, demasiadas para lo que debería de ser una mujer, pero eso no hacía más que provocar que su respeto por ella aumentase. El joven vio todo su proceso para esquivar su ofensiva de viento, así como también su arremetida con el ataque de agua como diciéndole “La lucha aún no ha terminado..”

- Es cierto… - Exclamó en voz baja para él mismo, a sabiendas de que la lucha todavía no estaba para nada decidida y tenía que seguirse moviendo. Sin demora, guardo sus dos sables en sus fundas y se dispuso a pelear, esta vez, a mano limpia.

Lo primero que hizo fue correr en dirección a donde estaba la muchacha de cabellos celestes y sin perder ningún segundo, desapareció de su lugar en cuanto el ataque estuvo por golpearle sólo para aparecer de nuevo justo en el mismo sitio que había abandonado para defenderse, dando la impresión de que simplemente había “pestañeado” en su sitio con tal de poder evitar el ataque. Acto seguido, y ya estando a unos cuantos metros de la Yuki, fue que dio un enorme salto y girando en el aire, preparó su pierna derecha para poder darle una fuerte patada en todo el rostro por el lado de su mejilla izquierda, en caso de asestarle.

Jadeó ligeramente por los movimientos bruscos a las que fue obligada a desarrollar hace tan solo unos instantes mientras le devolvía el favor al joven Nara atacándole de nuevo pero como esperaba, él se defendió fácilmente de su ataque y con suma velocidad envainó sus espadas dejando sus manos libres, dejando una interrogante en la sacerdotisa del clan Yuki por lo próximo que iba a acontecer.

Le divisó correr hacia ella con rapidez desplegando su destreza en velocidad muy aparte del manejo de espadas, en su mirada podía detectar la seriedad en sus actos y ligera frialdad propia de él, cuando lo notó más cerca de ella alzo los brazos cubriendo su rostro pero un ligero parpadeo de parte de la Yuki, causo que perdiera la ubicación del Nara. Su rostro giró de un lado a otro consecutivamente buscando a su oponente, pero no llegaba a divisarlo por ningún lado sin embargo cuando parecía que la joven estaba pérdida completamente... Una sombra la cubrió, evitando el paso del sol hacia su persona, alzo la mirada al cielo y con sorpresa le vio.  

Antes de que el golpe diera en su rostro, la joven sacerdotisa usó su chakra para crear una pared de agua pequeña lo suficiente como para detener el ataque del pelinegro y la cantidad necesaria para convertir dicha agua en su próxima ofensiva, todo mientras el seguía en el aire. 

La velocidad de reacción de los Yuki nunca dejaba de sorprenderle. Desconocía de dónde Udono había sacado a tantos, pero definitivamente eran muy útiles y desde luego, compañeros que le serían valiosos a la hora de la batalla. No le sorprendió que la mujer lograra esquivar su ataque y devolverle de inmediato una de sus ofensivas de agua, por lo que tan sólo salto hacia atrás en una voltereta para poder esquivarle. Iba a atacar de nuevo, pero entonces se detuvo y contempló con más cuidado a la mujer de cabellos celestes. 

- Dime mujer… ¿Todos los Yuki sois tan parecidos?. - Preguntó con curiosidad al mismo tiempo que mucho chakra empezaba a concentrarse justo en todos su cuerpo, para luego de un minuto de estarse acumulando, el Nara cerró los ojos y lo liberó de inmediato, causando que su sombra se extendiera a la velocidad de la luz por todo el campo de batalla y luego, volviese a su punto original para retornar a su forma común y corriente. 

De pronto y sin la necesidad de abrirlos, el Nara desapareció en el acto de su posición. Acto seguido, apareció en el cielo al mismo tiempo que  dos disparos salieron desde las caderas del indiferente hombre sólo para clavarse ambos justo a los pies de la muchacha, dando la apariencia de ser dos ganchos hechos de sombra que,  de inmediato, provocaron que desde los cielos Rivaille tomara mucha más velocidad y con ello, se aproximase a atacar una vez más con sus espadas a las piernas de la mujer Yuki. La diferencia con los ataques anteriores estaba en que ahora, todo su cuerpo estaba cubierto por una fina pero notoria capa de oscuridad, así como también la forma en que atacaba era diferente: Giraba como una especie de trompo o remolino que cada vez iba tomando más y más velocidad.
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Rango D: Kage Fukku No jutsu. (Jutsu de sombras pasivo activado).
Efectos: Más 10 de defense por el resto del combate, más 3 en dado jutsu. Poder ver y saber la posición de absolutamente todo lo que posea sombra.
Objeto 1 y 2 efectivos.
Bufanda: Aumenta en 25 % el daño final si se usa con jutsu de manipulación de sombras.

Ataque final: 500 más 125 (25 %) = 625.