Mavis Yuki vs Levi

Levi sólo miró con tranquilidad a la muchacha mientras esta hablaba, sin sorprenderse del calibre y el tono expresado en sus respuestas. Al contrario, incluso parecía ser que “asintió” a sus dichos una vez que la proveniente del país del agua concluyó de hablar y lanzó su “reto” ante los ojos del Nara. Este se tomó su tiempo para contestar, dejando que el agua remojara todos sus cabellos en el proceso y apegando aún más su ropa a la contextura de su cuerpo.

- Tengo el problema de no saber cuándo cerrar la boca….lo curioso es que sólo me pasa en confianza.

Espetó con un tono que iba desde la indiferencia habitual hacia una especie de pregunta, lo que dejaba en evidencia el hecho de que ni él sabía realmente por qué se molestaba en hablar más de la cuenta. Tal vez se había entusiasmado más de lo debido con el hecho de conocer a alguien más que respetase "los" códigos, sobretodo en un mundo actual en el que primaba el interés propio antes de un pensamiento ancestral, como lo eran, al menos en el caso del Nara, sus códigos.

- Como sea…. - En eso, cambió su tono y en sus ojos se podía ver la determinación por volver a luchar. - Terminemos con esto…

Dicho eso, apareció (ni siquiera dio tiempo para que su localización se perdiese) frente a los ojos de la mujer y de inmediato, se dispuso a darle un profundo corte que tenía como fin el inmovilizar su pie izquierdo.  

No respondió ante sus palabras pues parecían ser frases que eran dirigidas hacia él mismo, así que un comentario de la sacerdotisa podría ser inapropiado para el humor del Nara y para el suyo propio, pues aquella sonrisa que adornaba siempre su rostro había desaparecido dando paso a una mirada muy distinta. Parpadeo un par de veces evitando que las gotas que escurrían de sus cabellos ya húmedos, trato de quitar los cabellos que se pegaban en su rostro pero lo único que logro, era que se manchara con su propia sangre producto de sus heridas.

no pasó mucho tiempo para que el ánimo que se había tornado tranquilo volviera a su punto de origen, siendo el pelinegro quien actuó con rapidez, que parecía ya no sorprender a la joven mas bien, era consciente ya de las habilidades de su rival. Quien con gran precisión y un corte limpio asestó en su pierna izquierda, la sangre manchó aún más lo poca limpieza de sus ropajes, mentiras su sangre se mezclaba con los charcos del suelo productos de la lluvia que parecía no tener fin. Contando la nueva herida, Mavis había sido restringida en su movilidad, -¿que voy hacer ahora?- Se preguntó internamente, a la vez que retrocedía unos cuantos pasos buscando mantener la distancia.

Levi se quedó de pie ante la mujer que sangraba, observando como su herida se hacía presente en su ropa. Ya tenía bastantes cortadas en distintas partes de su cuerpo y dentro de todo, el Nara podía más o menos hacerse una idea de lo que seguía…. siempre y cuando no curase sus heridas cuanto antes. No obstante, estaba seguro de que la muchacha no aceptaría una ayuda de parte de Rivaille, no a menos que estuviese totalmente derrotada. Ante ello, suspiró, pensando en cuál sería el movimiento más adecuado para continuar con el entrenamiento. Aquella mujer había demostrado poseer un orgullo lo bastante grande como para no detenerse a pesar de sus daños, por lo que tenía que ser cauteloso…. Una mala decisión podía implicar más problemas de lo debido.

No obstante, no dejó que la muchacha viese que estaba dudando sobre qué hacer y mostrándose tajante, se acercó corriendo rápidamente para darle un fuerte sablazo en el otro antebrazo.

Trato de dar unos cuantos pasos más hacia atrás creando más distancia entre ambos, pero su ya maltratado cuerpo se negaba a obedecerla con rapidez, aquella rapidez que le había salvado innumerables veces de los ataques del joven Nara quien arremetía hacia su persona con fuerza. Cuando notó como el hombre se acercaba blandiendo su espada contra su persona, no dudo en retroceder al menos la distancia suficiente para evitar un golpe mortal o uno que pudiera causar la pérdida de uno de sus miembros, aún así  la joven sacerdotisa no pudo evitar el golpe por completo.

Sus cabellos cubrían su mirada, mientras sus orbes ámbar divisaban la nueva herida en su antebrazo, viendo como la sangre se fundía con el agua que caía a cantaros, alzó la mirada buscando entre la lluvia al autor de sus heridas, quiso actuar, seguirle el ritmo de batalla pero con el pasar del tiempo aquello parecía ser imposible, pero aún así no lo demostraría exteriorizando sus emociones, al menos no hoy.  

Ya podía ver que a la mujer le iba quedando poco en su rango de estamina. No poseía un jutsu ni un dojutsu para poder ver sus reservas, pero sus movimientos eran cada vez más lentos y carentes de agilidad. No obstante, le asombraba la fuerte vitalidad y potencia física que demostraba al resistir uno tras otro todos los cortes provenientes del hijo menor de la familia Nara. Sin lugar a dudas esa muchacha prometía mucho, probablemente bajo la dirección de Udono iba a llegar a ser un shinobi incluso más fuerte que el mismo mencionado. O eso pensaba Rivaille desde el momento en que había dejado de atacar y dejaba que la lluvia recorriera por completo su cuerpo.

- Resistes bastante bien los cortes…. eso te servirá mucho en el campo de batalla. - Dicho eso, envainó sus espadas e hizo tronar fuerte sus dedos, como queriendo decir que estaba cansado de usarlas. - Veamos qué más puedes hacer…

-¿Resistir?... Es gratificante saber que puedo hacerlo pero aún así duele demasiado...- Respondió mas bien para ella que para él, mientras le veía guardar sus espadas y tronar sus dedos, como si le indicara que por ahora los cortes habían cesado pero ahora vendría algo más, quizás un combate cuerpo a cuerpo, con sellos y chakra... Suspiro con fatiga, su reserva de chakra estaba exhausta ya para esas alturas del encuentro, y un combate a puño limpio no le resultaba tan favorecedor con toda esa sangre encima.

De igual forma, no mostró debilidad ante el Nara, mientras seguía observándole con aquella mirada, esperando algún movimiento de su parte, no podía darse el lujo de empezar una sucesión de ataques en su estado, prefería almacenar la poca energía que le quedaba para cuando fuera necesario que tirar su vida al agua.   

No esperó demasiado y de inmediato, Rivaille se lanzó al ataque de la muchacha. Sabía que estaba débil y era el momento de acabar con todo antes de que ella pudiese sufrir daños mayores. Si bien, a juicio de Rivaille, era responsabilidad de cada shinobi el poder garantizar su propia seguridad tanto en misiones como peleas, incluso en entrenamientos, él no era de los que mataban y tampoco le gustaba verse envuelto en eso, por mucho que fuese por razones que podrían considerarse indirectas. Todo ello le parecía en extremo problemático, y de por sí ya detestaba el tener preocupaciones más allá del hecho de que estaba todo empapado y con cada movimiento, más tierra y lodo se apegaba a su cuerpo, además de la sangre de la propia muchacha; y definitivamente el estar sucio no era algo que le agradase mucho al guerrero del clan Nara.

Podía ver los ojos de la Yuki, podía sentir como en ella crecía un poder mayor…. era una de las cosas que le decía su sombra. Mientras pensaba en ello, se lanzó con una patada voladora cargada de chakra de viento que tenía como intención el dejarla volada, y quizás, volarle algún diente con la intensidad del golpe.

El cansancio parecía amedrentar más su cuerpo y su tiempo de reacción, tanto que no pudo ni siquiera notar el momento en el cual el joven de cabellos negros le había propinado tremendo golpe en el rostro, ocasionando que la mujer fuera impulsada en la dirección contraria de su atacante, cayendo al suelo mojado y lleno de barro con violencia... Sus cabellos azulados se mancharon de barro, al igual que sus brazos cubiertos de sangre se aferraban al suelo con fuerza, para de esa forma mantener su cabeza erguida, evitando que el contacto con el barro aumentara.

Su cuerpo temblaba ligeramente quizá por frío, por dolor o por la pérdida de sangre, aún así la joven se negaba a caer inconsciente frente a su oponente, aún quería seguir luchando a pesar de que ya no tenía nada que ofrecerle... De pronto una fuerte tos la atacó, revelando la sangre que caía por la comisura de sus labios y como un pequeño objeto de color blanquecino yacía al lado del charco de sangre... ¿Aquel pequeño objeto parecía ser un diente? SU diente... Alzó la mirada en dirección de Rivaille, sus ojos ámbar mostraban su tenacidad de querer seguir luchando, de continuar mas allá de sus límites.... Pero al parecer, su cuerpo no aceptaba aquella petición hecha por su cerebro, llevándola a la oscuridad de la inconsciencia.    

Y mientras veía caer a la muchacha Yuki inconsciente, Rivaille se quedó de pie ante su contrincante sin pronunciar ninguna palabra, no obstante estaba prestándole más atención que nunca. De inmediato lo primero que hizo fue revisar sus heridas, para después, proceder a curarlas usando para ello Ninjutsu médico básico el cual había aprendido a ejecutar gracias a ser un miembro del clan Nara, que como se sabía dentro del país del fuego, eran especialistas en la elaboración de curas y buenos miembros del cuerpo de medicina. Procuró cerrar todas las heridas que le había ocasionado con su espada, al mismo tiempo que vendaba y atendía los moretones más fuertes por haber contenido sus golpes. Lo único que no podría reparar era el diente, pero bueno…. eran algunos de los riesgos que se tenían al estar entrenando, un diente no era nada comparado a un brazo o una pierna.

Una vez que acabó con todo, la dejó ahí inconsciente y se limpió las manos con agua y paños. Ya se había hecho cargo de la mayoría, ahora sólo era cosa de ella el legar a casa.