Mavis Yuki vs Levi

Le escuchó hablar con curiosidad emitiendo unas cuantas palabras que provocaron que la joven Yuki ampliara sus orbes por sólo un segundo regresando a la normalidad nuevamente o más bien regresando a tragar la saliva cuando vio como una aura negruzca leve rodeaba al pelinegro otorgándole un aire mas siniestro del que ya de por sí sus ojos emitían cuando atacaba. Fue sólo una fracción de segundo la cual sintió como todo a su alrededor se tornaba de color negro, causando un ligero desequilibrio en la mente de la sacerdotisa quien se quedo de pie sin poder hacer nada, y así como había aparecido la sombra desapareció de la vista... ¿Había sido todo una alucinación por la pérdida de sangre? 

Una rápida mirada dirigida hacia su pierna izquierda mostró que la tela que cubría su herida estaba ya manchada de sangre casi en su totalidad, causando que la joven emitiera un suspiro de leve dolor antes de retomar su atención hacia el pelinegro quien a ojos cerrados libero dos ganchos desde sus caderas que se engancharon cerca de los pies de Mavis, logrando que los movimientos del Nara fueran más preciso y a la vez más rápidos con un objetivo ya fijo. 

-Esto no luce nada bien...- Susurró con un leve terror que trato de ignorar rápidamente, con su agilidad buscó esquivar el ataque del pelinegro pero parecía imposible el rivalizar con aquella velocidad y así como lo supuso, sus piernas recibieron varios cortes semi-profundos gracias al movimiento con forma de remolino. Yacía en el suelo por el daño en sus piernas pero aún así no se rendiría hasta que todo terminara... 

Rivaille apareció justo frente a la Yuki recién herida con sus espadas en ambas manos y la fina capa de sombra negra que esta vez sólo le llegaba hasta las caderas. Los ganchos que estaban cerca de la proveniente del país del agua desaparecieron en la sombra de los otros árboles, mientras que Levi sólo contempló a la mujer temporalmente incapacitada frente a sus ojos. Movió un poco el cuello haciéndolo sonar, a la ve z que envainaba sus dos sables y simplemente se quedaba quieto junto a la Yuki. De pronto, se escuchó un trueno y la lluvia arremetió de golpe en el lugar en el que estaban entrenando. El cabello y los ropajes de inmediato se le pegaron al cuerpo a Rivaille, que tan sólo permanecía inmóvil frente a su enemiga, de al menos, esta tarde.

- No debes quedarte en el piso, mujer. - Señaló con voz autoritaria al mismo tiempo que una gota de agua caía por sobre el cabello de Levi hasta su frente, para luego deslizarse suavemente a través de su nariz y finalmente, caer al piso. Se le veía serio, más serio que de costumbre.

Por alguna razón no estaba atacando. Con su velocidad, podría haber simplemente cortado a la mujer que ahora tenía más complicado el poder defenderse de sus embestidas. Sin embargo, sólo se mantenía quieto observándola tirada en el piso con sus piernas parcialmente cortadas. Las sombras debajo de él se movían extasiadas por la cantidad de gotas que de pronto llegaban hasta ellas, así como de la enorme sombra que provocaban las nubes por sobre sus coronillas. Era como si el día de pronto se hubiese tornado más oscuro, no obstante, Levi tenía muy en claro lo que tenía que hacer en dicho caso. La lógica le indicaba que simplemente desapareciera y apareciera frente a la cabe za de la muchacha con su dos cuchillas listas para rebanarle, pero sus movimientos eran contrarios a eso. Tan sólo se mantuvo en silencio por un largo rato en el que, gracias a la lluvia, la oscuridad del ambiente y su cabello mojado, no se podía distinguir nada en su rostro desde la boca hacia arriba, ya que tenía una sombra muy fuerte que se lo cubría. Sólo guardó silencio… hasta que no pudo más.

- No atacaré a un rival que no puede defenderse. - Exclamó con una voz todavía más seria y autoritaria que antes, prácticamente como si estuviera molesto, más sus acciones iban contra eso. - Ponte de pie Yuki Mavis… dejaré de respetarte si sigues en el piso.

Luego de eso, desapareció y apareció justo encima de la mujer observándole con sus ojos carentes de emoción, prácticamente a centímetros de ella. Se agachó y tomó su rostro con una de sus manos por la parte del mentón y lo apretó lo suficiente como para saber que le causaba dolor.

- ¿O acaso vas a rendirte y faltar a tus códigos de mujer? - A juzgar por cómo lo decía, se podía dar a entender que en sus palabras estaba la molestia de que no quería continuar luchando contra alguien que faltaba a su palabra. El código de honor de Rivaille y su respeto por los estatutos era demasiado fuertes como para pasarlos por alto, y por lo mismo, no podía hacer vista gorda con otros que cometieran o hicieran atisbos de prácticas similares.  - Responde, ¿Vas a rendirte?. - Preguntó de forma indiferente, baja, pero sumamente golpeada.

Tosió fuertemente producto del dolor y evitar que algún gemido saliera de sus labios denotando cuanto le dolía aquellas heridas en sus piernas , trato de moverlas un poco pero no pudo en un inicio aún así se negaba a quedar recostada de esa forma ante un enemigo.. Si iba a morir moriría pero luchando y de pie, sin rechazar nada de la realidad que la abordaba, pues a pesar de sentir todo ese dolor en carne propia estaba feliz de haber dejado aquella vida placentera para vivir algo de acorde a sus principios.

No supo cuando ni porque pero cuando alzo la vista levemente vio los zapatos del Nara, cerca de ella, realmente muy cerca logrando que la joven apretara los dientes con fuerza por la impotencia que sentía en aquel instante, sus dientes rechinaban esperando que el pelinegro asestara el golpe de gracia, aquel golpe que terminaría con su dolor...- ¡Maldición!.. Ahora no, ¡No!- Pensó con rabia y dolor, nunca antes había hablado ni mucho menos pasado por su mente tal palabra ofensiva pero aquello mostraba su cambio, no sólo de pasar de ser una niña tonta a alguien que pudiera luchar sino el que pudiera por fin sentir la frustración de cualquier ser vivo.

Pero aquel sonido metálico la sacó de sus pensamientos, ¿acaso había envainado su espadas?... No pensaba atacarle al parecer y como si aquello fuera algo inesperado y lo era, la joven Yuki alzo el rostro en el preciso instante en que una gota caía en su mejilla derecha..-Lluvia- Susurró como pérdida en otro mundo a la vez que sus orbes se fijaban ahora en la figura del pelinegro quien mostró su interés de seguir el combate con alguien que pudiera al menos sostenerse por sí misma. Le vio pero no podía apreciar nada en su rostro, el cual estaba cubierto por sus cabellos y la sombra de su ataque... Mientras tanto Mavis parecía perderse entre esa mirada y el ambiente del lugar ¿Qué lugar más patético para morir?. Sintiendo como su oponente parecía tener pena de ella l oque causó que se sintiera aún más vacía.

No paso mucho tiempo para sentir como su rostro era alzado ligeramente y siendo fuertemente sostenido por el mentón causándole un ligero dolor en dicha zona, pero fueron las palabras pronunciadas por él lo que causaron aún más mella en su interior... Logrando aquello que había olvidado hace muchos años ya, que de sus orbes se mostraran un par de lágrimas que se fundieron con las gotas de lluvia que caían en su rostro... -¡Patético!- Se dijo a sí misma nuevamente a tiempo que cerraba sus orbes y detenía sus pocas lágrimas, ya tenía suficiente de eso y antes de que pudiera responder una ligera sonrisa escapo de sus labios para luego abrir sus orbes ámbar y ver directamente a los ojos al pelinegro. Con sereno dominio de sus emociones la sacerdotisa alzó su diestra y con determinación quitó la mano de Rivaille de su mentón, a tiempo que se levantaba con dificultad pero lo hacía de aquella incomoda posición   

-¿Rendirme?... No lo tomes a mal, puedo ser una niña tonta, una mocosa que vivió como princesa por mucho tiempo... Puedo tener miedo, desesperación, vacilar en mis objetivos, fallar pero no rendirme... Sería faltar mi código, la ética que he protegido desde hace ya muchos años... Que le parece si retomamos este encuentro Levi-san.., Suiton: Eria Tojikome-  

Estaba satisfecho. Ya la mujer se había levantado a pesar de todo y con ello, podía reanudar el conflicto. No se extrañó entonces de que ella, dentro de la cólera y el coraje, se tomase la libertad de lanzarle uno de sus ataques nuevamente. Admirado aunque sin demostrarlo de su capacidad para pelear luego de aquella pequeña charla, Levi simplemente desapareció cuando el golpe estuvo a punto de impactarle y acto seguido, apareció de nuevo frente a la muchacha. Sus ojos eran los mismos que hace un rato, aunque en su temple se podía observar que ya no lucía el mismo rostro de apariencia casi “molesta” que la había acechado hasta hacía unos minutos atrás.

- Bien hecho, mujer. - Dijo en vo z baja, pero lo suficientemente alto como para que ella pudiese escucharle dentro de la lluvia. Acto seguido, se dispuso a darle una fuerte patada en todo el rostro que tenía como finalidad el poder dejarla inconsciente, y tal vez, acabar con la lucha que estaban llevando por un buen periodo de tiempo. 

 

Volvió a escuchar sus palabras mas esta vez en su rostro se podía apreciar una leve sonrisa mezclada con molestia pues parecía un reclamo que se le da a una niña luego de todo aquella plática que trajo a la realidad a la joven Yuki. El siquiera recordar aquella escena la enfurecía levemente; ya que no era de mostrar mucho sus sentimientos; y a la vez la avergonzaba que un recomendado o conocido de Taktsuka-dono la viera en aquel estado lamentable.

-Bien para su necesidad Levi-san...- Hablo a tiempo que ladeaba la cabeza a un lado al igual que su cuerpo reaccionando al ataque del Nara quien parecía querer acabar el encuentro de forma rápida con un golpe preciso a su rostro pero que la joven Yuki a pesar de sus heridas pudo esquivar y a la vez aprovechando la cercanía la sacerdotisa reunió de nuevo su chakra y manipulando las partículas de agua, pero esta vez aquella esfera fue creada en su mano derecha la cual se acercaba con rapidez al torso del pelinegro... Quizás la cercanía del shinobi le permitiría obtener otra ventaja de ataque o ser un blanco fácil para un contra-ataque.  

Ya había vuelto aquel espíritu de lucha y determinación que tanta admiración había despertado en Rivaille Nara. No se sorprendió, por lo tanto, de que aquella mujer pudiese esquivar su técnica y se levantase de forma eficiente en contra del Nara. Por su parte, Levi simplemente sonrió y desapareció justo en el momento en que la técnica estuvo a punto de impactarle, sólo para volver a aparecer esta ve z por sobre una rama un poco más alto que antes. Estaba decidido a acabar esto ponto, ya su Chakra iba a empezar a mermar por el excesivo uso de técnicas y necesitaba tomarse un descanso, ya que la lluvia lo había empapado por completo y eso sólo se podía traducir en que, si tocaba tierra o algo por el estilo, terminaría completamente embarrado. Y si algo no le gustaba a Rivaille, era precisamente el ensuciarse.

Sin esperar más, cargó un poco de su chakra elemental en una de sus manos al mismo tiempo que apuntaba cuidadosamente a la dirección donde estaba la Yuki.

- Eres una gran guerrera, Yuki. Udono debe estar agradecido de tenerte entre los suyos….

Sin decir más, simplemente le lanzó con su mano una potente onda de viento de tinte azul lo suficientemente potente como para, según esperaba, impactarle y dar por terminado el combate. 

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Chakra: 7 mas 5 = 12. = menos 25 % daño final. 

Objeto 1: efectivo 

Ataque final: 2000 menos 500 = 1500. 

Daño objeto: 250. 

Nuevamente y como había ocurrido desde todos sus intentos cuando inicio el enfrentamiento, nuevamente falló en darle a su objetivo quien parecía ligeramente satisfecho de ver como la mujer continuaba con aquel entrenamiento, una parte de ella sintió emoción por saber que a pesar de su nivel de fuerza podía mantenerse aún en pie con alguien de nivel mayor; y por otra parte al ver su leve sonrisa sintió un ligero temblor en su cuerpo al saber que aquel pelinegro no aguantaría mucho tiempo entrenando con Mavis, llegaría el momento en que esto se volvería cansino para él y en dicho momento a Mavis sólo le quedaría rezar.... Literalmente.  

-Realmente soy yo la que está agradecida. Me mostró un mundo que jamás vi...- Una respuesta verdadera y concreta fue lo único que salió de los labios de la sacerdotisa quien siguió observando al joven Nara a tiempo que  volvía a esquivar su ataque... Si que estaba agotada y se sentía ligeramente mareada por la pérdida de sangre, pero aquello parecía no tener sentido para Mavis quien seguía de pie frente a Rivaille Nara.

El Nara estaba tranquilo y de pie frente a la mujer con la que había estado combatiendo por un rato, silente y dándole un poco de tiempo para que descansase. Después de todo era un simple entrenamiento, un ejercicio físico y tal vez mental, no más que eso y por lo mismo es que procuraba no excederse con los ataques, siempre y cuando la muchacha mostrase un comportamiento adecuado, por supuesto. En más de una ocasión le había tocado combatir contra otros shinobis que se tomaban el juego demasiado en serio, tan en serio que no le quedaba más remedio a Rivaille que someterse a las mismas reglas. Pero ahora y sólo por ahora, no era el caso. Yuki Mavis estaba demostrando ser muy buena y resistente, más no se comportaba como una amenaza que pudiese poner en peligro la vida del pelinegro, por lo que él tampoco pretendía ser un peligro para la de ella.

Asintió ante su respuesta y suponiendo que ya era un buen momento para continuar, desapareció de la vista de la muchacha sólo para volver a mostrarse justo frente a sus ojos, cara a cara, mientras dirigía una fuerte patada directa a todo su rostro de abajo hacia arriba.

 

Respiro hondamente por la fatiga que adormecía su cuerpo ya dañado pero aún se mantenía de pie, firme ante los ataques del Nara quien lucía tan tranquilo y sin ningún rasguño en comparación con la sacerdotisa del clan Yuki, quien le siguió observando con detalle sin perder la vista de él en ningún momento ya que considerando la velocidad del pelinegro resultaba fatal si perdía su rastro. 

Justamente por eso, la joven pudo prevenir la patada dirigida hacia su rostro nuevamente mientras retrocedía unos cuantos pasos a la vez que ladeaba la cabeza hacia atrás lo suficiente como para seguir viendo la figura del hombre y tras dar otro paso hacia su izquierda se acercó con rapidez hasta llegar cerca de él y levantar su pequeño puño derecho en dirección del rostro del Nara buscando golpearle. Sin embargo su mano izquierda acumulaba el chakra suficiente para crear aquel jutsu de agua clásico de su parte. Esperaba que las cosas resultaran o probablemente su rostro sufriría un golpe muy pronto. 

No le sorprendía la forma en que la muchacha Yuki reaccionaba a sus ataques y se defendía fieramente ante los embates del Nara. Estaba mejorando, sobre la marcha y con gran potencia e inteligencia, la pequeña mujer de apariencia totalmente ajena a una gran guerrera - al menos, a juicio del pelinegro Nara - demostraba tener otras aptitudes que de todas maneras eran importantes a la hora de una batalla. Y es que no tenía cómo no reconocerlo, si por primera vez se veía arrinconado ante la asombrosa agilidad que demostraba la de cabellos celestes, agilidad que incluso para él, quién se reconocía como el más rápido de todo el país del fuego, le sorprendía.

No pudo evitar que el golpe de agua diese de lleno en su cuerpo… que luego, simplemente se transformó en un bloque de madera empapado que cayó a los pies de la Yuki. Acto seguido, Rivaille apareció detrás de la muchacha, tocando espalda con espalda.

- Aprendes rápido, Yuki Mavis…. - Pronunció con calma mientras desenvainaba una de sus espadas, el sonido del metal se podía percibir entre ambos. - Demasiado rápido….

Lentamente dio un sablazo que tenía como destino el hombro de la muchacha.

Nuevamente y como parecía ser costumbre ya, la joven sacerdotisa observó como su ataque fallaba, causando que frunciera sus cejas mientras sus orbes aún divisaban al pelinegro con determinación, pero a la vez no pudo evitar sentir como su cuerpo sentía la pesadez de las heridas ocasionadas con anterioridad; y mientras soportaba aquel peso la peli azul pasó la saliva con dificultad comprendiendo lo que vendría a continuación.

Y todo sucedió en un periodo corto de tiempo, tan corto que para Mavis había sido un segundo en el cual el miembro del clan Nara había desaparecido de su rango de visión y se posiciono tras ella; y como si ya anticipara lo que iba a suceder, el sonido metálico causó que girara a tiempo para ver como la hoja afilada se dirigía hacia su hombro y se incrustaba con fuerza ocasionando una quejido de dolor que la joven ahogó al apretar con fuerza sus dientes. Ya la vez llevando su mano contraria a la herida de su hombro y a la vez reteniendo la hoja con la poca fuerza que le quedaba, a la vez que que su chakra se fundía con el agua a su alrededor y la sangre que manchaba casi por completo las vestimentas de la Yuki. -Aún no es lo suficientemente rápido...- 

El muchacho observó como en los ojos de la mujer Yuki se evidenciaba cierto tipo de frustración, más entendió el que pudiese sentir dicha sensación tan típica en los jóvenes Shinobi. No obstante era un entrenamiento y no iba a sentir lastima por ella, por lo que no se preocupó de dejarse lastimar o algo por el estilo; al contrario, esquivó el ataque y se quedó de pie frente a ella, preparándose para el siguiente movimiento... sin embargo, consideró que era adecuado decir algo antes de continuar con la lucha. Por ello, volvió a envainar sus espadas y miró fijamente a la chica que estaba frente a sus ojos, observando detenidamente sus heridas.

- ¿Euh? … ¿Acaso ya no puedes mejorar más, mujer Yuki? Qué decepción…. - Refutó de mala gana cruzándose de brazos al escuchar su comentario. - Por primera vez pensé haber encontrado a alguien lo suficientemente capaz de arrinconarme en cuanto a agilidad… pero veo que estaba equivocado, puede que mis halagos hayan sido….apresurados.  

Dicho eso, se quedó de pie y declinó atacar, sólo esperando una respuesta de la muchacha. Si antes la había elogiado por sus códigos, ahora no estaba de humor para combatir con alguien que rechazaba sus propias palabras. 

Mavis no dijo nada mientras escuchaba al Nara hablar sobre sus percepciones un tanto herradas, no esperaba que él la considerada fuerte ni mucho menos alguien que pudiera estar a su nivel. Ella era una soñadora en lo que se refería a entablar una conversación con alguien o tratar de comprender-lo; pero un entrenamiento era como la previa de una batalla a muerte, eso le había explicado aquel hombre del Valle Neblinoso y así lo había entendido desde ese momento.

El silencio parecía desear reinar por algunos segundos más que la joven aprovechó y dirigió su mirada hasta la herida de su hombro, emitiendo un suspiro pesado por el dolor que amedrentaba con hacerla desfallecer, de nuevo dirigió su mirada al frente -Nunca espere recibir sus halagos formalmente, no vine a este lugar por eso ni para medir mi agilidad con la suya... Vine aquí a luchar con usted, y eso es lo que he hecho, conozco los límites de mi cuerpo y de mis destrezas mejor que nadie y soy consciente de ello...- Hablo con calma y tranquilidad sin moverse de su lugar, a pesar de que la lluvia caía con la misma intensidad que hace unos minutos -No le parece que es hora de retomar este encuentro... ¿No es este el rostro que ha deseado golpear desde hace unos instantes?- Volvió a hablar pero esta vez su mirada mostraba mas determinación y nada de temor por el Nara, muchos la llamarían suicida o estúpida por responder de aquella forma... Pero era lo que menos le importaba en esos momentos. Si, era débil pero era situaciones como estas las que la ayudarían a mejorar e ir más allá de sus propios límites.