Hyo Yuki vs Levi

Rivaille se puso de pie de forma tranquila y tras los eventos junto a la Yuki, pudo notar como su contrincante se transformaba en un ave de tono blanquecino el cual emprendió un vuelo para emprenderse entre la neblina. Lo agradeció, puesto que ello le daba la oportunidad de reformular algunos conceptos ahora que por fin había podido estar “cara a cara” junto a su rival de entrenamiento. Sin decir nada, simplemente continuó sacudiéndose la tierra que tenía en la ropa y con la ayuda de unos cuantos pañuelos, comenzó la inapropiada tarea - pero bajo su lógica, muy necesaria - de limpiarse por completo tanto la ropa como la cara, las manos, etc. Estaba aprovechando los instantes que la mujer Hyo le daba y de paso, tomó de su cantimplora y se refrescó un poco; apestaba oler a sudor,  tanto como estar sucio.

- Bien… así está mejor. - Dijo sonriendo levemente, casi de forma imperceptible. Acto seguido, dejó las cosas usadas en el piso y sin perder tiempo, desapareció… sólo para aparecer, una vez más, justo por encima de la Yuki con toda disposición a cortar su forma de ave con ambas espadas.

La albina había ganado considerable distancia con su vuelo y estaba convencida de que al joven Nara le costaría encontrarla, craso error… luego de terminar una extraña rutina de limpieza en medio del combate, haciendo gala de su alucinante velocidad, apareció incluso por encima de ella que también había ganado considerable altura, empuñando ambas espadas y Hyo apenas tuvo tiempo de reaccionar y no como ella hubiese querido.

Pudo ver los filos dirigiéndose a su pequeño cuerpo de ave y supo que no podría evitar el golpe, lo único que podría hacer era minimizar el daño por lo que se giró para quedar de frente a él, clavando sus ojos como cristales de hielo en los del muchacho, al tiempo que extendía sus alas para deshacer el jutsu de transformación y recuperar su pálida forma humana, usando sus manos desnudas y concentrando en ellas toda su fuerza y parte de su chakra, agarró las afiladas hojas, no sin sufrir daño por supuesto, pudo sentir perfectamente como su piel y su carne se abrían como una suave barra de mantequilla y la sangre comenzaba a emanar a borbotones salpicándolos a ambos, pero logró detener las estocadas antes de que le cercenaran o peor aún, la mataran y aún cuando ambos cayeron, logró equilibrarse para mantenerse erguida y usar su gran altura como apoyo extra para hacer retroceder la ofensiva de Rivaille al momento de recargar todo su peso contra ellas, pero lejos de soltarlas, usó su chakra para reanimar los charcos en que habían terminado sus serpientes luego de ser rebanadas, al fin y al cabo estaban hechas de agua y estas se irguieron por la retaguardia, dispuestas a apresar al shinobi entre sus fauces y sus cuerpos constrictores, mientras que Samehada despertaba y por su cuenta intentaba hacerse de otro bocado del delicioso chakra del clan de los ciervos.

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Rivaille sabía que Hyo era muy peligrosa, pero desde el primer momento en que había visto a esa espada, podía notar que mucho de su poder estaba en ella. Era extraña, diferente, y por si eso ya no fuera suficiente razón para desconfiar, simplemente quedaba mencionar el hecho minúsculo de que poseía vida propia y chupaba chakra como una condenada. Por eso, fue que no le extrañó que a pesar de usar el jutsu de sustitución aun así se viese afectado por la mordida de la espada, la que de inmediato alcanzó a arrancarle un poco de Chakra con sus enormes fauces. De inmediato sintió el dolor, así como también el entumecimiento de cuerpo entero al ser despojado por un pequeño trozo de su energía vital. No obstante no estaba dispuesto a detener su ataque, menos por culpa del enorme pescado que portaba como sable la proveniente del país del agua, así que simplemente se aproximó hasta ella a gran velocidad y sin decir absolutamente nada, sólo lanzó dos fuertes cortes que apuntaban a lastimar aún más sus brazos.

Samehada aún se deleitaba con el bocadillo que acababa de zamparse, mientras que Hyo, con sus manos sangrantes tuvo que replantearse la estrategia y tomarse un respire, pues no estaba en condiciones de hacer sellos ni de empuñar a su compañera por lo que simplemente dejó caer los brazos a sus costados, mientras el carmesí líquido escurría sin detenerse desde las heridas dejadas por las katanas de Rivaille y a pesar de tales condiciones, la albina seguía sin mostrar señal alguna de sufrir dolor o estar preocupada, pero aguzó la mirada en su contrincante quien raudo y veloz como era, se lanzó de nuevo contra ella  empuñando sus filos, sin embargo, Hyo recurrió a aquella poco explotada habilidad de la danza fluida y armoniosa, que le permitía movimientos rápidos y flexibles para evadir las estocadas sin poder evitar soltar una animada risa. – Esto se pone cada vez más divertido Nara-kun… realmente lo estoy disfrutando. – Dijo como si todo se tratase de un entretenido juego y con un bello giro retrocedió perdiéndose en la bruma y apretando sus manos lo suficiente para detener por un momento el escarlata rastro que delataba su posición.

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Rivaille observó cómo la muchacha esquivaba su ataque y de inmediato se puso a pensar en su siguiente estrategia. Hyo estaba resultando ser un hueso demasiado rudo de roer, tal vez demasiado como para sus habilidades físicas. Sin embargo, a juzgar por el carácter de guerrero bárbaro que mostraba la mujer de cabellos albinos, dudaba mucho de que pudiese rendirse y marcharse así como así. Y es que, a cada segundo que peleaban podía sentir como su fuerza aumentaba más y más, como si lo que más quisiese era continuar luchando hasta que uno de los dos cayese derrotado…. o en otras palabras, estaba emocionada; y si algo sabía muy bien el menor de los amaestradores de sombras, era que no debía enfurecer a una mujer emocionada, menos si dicho sentimiento iba acompañado de decepción, que es lo que suponía tendría la Yuki si a estas alturas el propio shinobi del país del fuego desistía. Suspiró, todo era un fastidio.

En ese momento sólo cargó Chakra en sus piernas y cuando le fue posible, corrió a toda velocidad contra ella y se lanzó con una potente patada voladora que tenía como fin el incrustar su pie de lleno en su boca.

Hyo esperó, esperó a que el frío del ambiente causado por la niebla ayudara a detener su sangrado, decidió si usaría su chakra para curarse o atacar y a estas alturas de una batalla tan emocionante, sus heridas le importaban poco, así que sacudió las manos para deshacerse de la sangre que se acumulaba en las heridas y mostrando su más amplia y literalmente afilada sonrisa, volvió a plantarse donde estaba y tal como había hecho antes, esperó el golpe de Rivaille, tratando de mantenerse concentrada en cuál era el verdadero y no dejarse distraer por las réplicas que había creado y cuando vio el pie que avanzaba directo a su rostro subió las manos y las usó para atraparlo, pero esta vez no lo desvió. Lo detuvo justo frente a su rostro, haciendo fuerza para detenerlo y protegerse, aunque si se vio obligada a retroceder un par de metros cuando la arrastró el impacto, sin embargo, no le soltó, solo sonrió más y así sin soltar el pie del muchacho lanzó una vez más su jutsu de pistola de tiburón, a quemarropa, esperando que esta vez no encontraría la forma de esquivarlos todos a tan corta distancia.

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El Nara contempló como la mujer del país del agua le lanzaba nuevamente su técnica en forma de tiburones a tan corta distancia que no le dio tiempo para esquivarla, por lo que simplemente recibió el impacto de lleno cayendo de espaldas hacia el piso completamente empapado y adolorido, lleno de cortes producto de los tiburones de agua que habían mermado poderosamente su carne….

…. entonces fue que el shonobi en el piso simplemente se deshizo esfumándose entre el agua y el humo, dando a entender que la mujer había asestado a uno de los clones que sigilosamente el proveniente del país del fuego había creado de antemano. Por su parte, el original estaba escondido a unos cuantos metros más atrás de la mujer del país del agua cargando una poderosa cantidad de chakra en su mano derecha; era tal la magnitud de la energía reunida que incluso era visible, pero por si ello fuera poco, además se podía apreciar por sus grandes destellos y el inicio de un característico sonido que recordaba al chirrido de un millar de pájaros el cómo le estaba agregando de su chakra raiton para así, convertir a la masa en una potente acumulación de energía eléctrica que, por supuesto, se constituía como una de las técnicas más mortales del shinobi descendiente del clan Nara.

Sin perder tiempo e intentando no darle segundos para poder reaccionar apenas y su ataque impactó con su clon y lo exterminó, fue que Levi se lanzó por detrás de la Yuki a toda velocidad buscando poder impactarle de lleno en la espalda con su Chidori; sabía que era un movimiento arriesgado, sobretodo porque todavía no se recuperaba de la segunda mordida de la espada de esa guerrera…. no obstante, tenía que intentar algo nuevo, era ahora o nunca; entendía que ambos estaban empezando a perder fuerzas y a juzgar por sus cálculos, en cuanto a resistencia y potencia física, su pareja de entrenamiento era claramente superior en ese tópico. Tenía que debilitarla, no importaba el costo.

El ver desaparecer al joven Nara tras recibir su ataque la hizo soltar un gruñido y murmurar más para sí misma. – Muy listo… clon de sombras… – Alabó y se quejó a la vez pues le molestaba no haber logrado elegir adecuadamente su blanco, podría haber jurado que el flacucho entre sus manos era Rivaille, pero no fue así. Sus autorreproches fueron interrumpidos por el fuerte sonido de una bandada de pájaros entre los árboles… demasiados, demasiado fuerte, demasiado agitados por lo que se volvió de inmediato pudiendo observar un resplandor intenso entre ellos y luego todo fue demasiado rápido como para intentar defenderse si quiera, un ataque eléctrico, Rivaille estaba muy por encima de sus expectativas, jamás creyó que usara un segundo tipo de chakra elemental y ese en particular, ponía a Hyo en muchos problemas, tal como lo comprobó al ser golpeada de lleno por aquella veloz técnica que pareció magnificarse en su cuerpo acostumbrado a usar chakra tipo agua, sin embargo se obligó a sí misma a apretar los dientes y los labios por la corriente eléctrica que estremeció y tensó su cuerpo, ese era un tipo de dolor que soportaba, pero que odiaba porque no podía mantener su rostro impávido, su cuerpo reaccionaba involuntariamente ante tal tipo de energía y la obligaba a demostrar en su gesto la magnitud del golpe. – ¡Aún no es suficiente para detenerme! – Gritó furiosa y apretó su puño sobre Samehada, lanzando estocadas demoledoras, esta vez con plena intensión de hacer daño, aunque no sabía si alcanzaría a su objetivo, pues su cuerpo estaba acalambrado y a duras penas respondía luego de la electrocución.
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Defensa: 29 (No Efectiva)
Jutsu = 9 (Anulado)
Chakra = 18 + 5 (Samehada) = 23
Objeto = 6 (Efectivo)

Daño Final: 350

Efectos sobre Rivaille:
• –10 Defensa
• –2 jutsu
• –50 % Chakra (por 2 turnos)

Efectos sobre Hyo:
• + 5 Chakra por 1 turno

HP = 4544 – 3000 = 1544

Rivaille no esperaba que su ataque diese en el blanco de forma objetiva, más estaba complacido y nunca había esperado más, a modo personal, que una de sus ideas resultase como esa. El potente animal que había resultado ser la Yuki todavía estaba de pie, pero al menos ya contaba con una herida de consideración y por ello, el sobrevivir a su furia era algo un poco más factible. Podía ver como los rayos eléctricos seguían adheridos a su cuerpo y por ende, a su estructura molecular, por lo que supuso que ellos harían el resto del trabajo de ahora en adelante. En eso, escuchó las palabras provenidas de la mujer y pensó que, para estar seguros, lo mejor era que trabajaran en equipo…

No respondió nada, simplemente volvió a cargar Chakra de viento en sus piernas y se dispuso a salir en el encuentro de la mujer. No pudo evitar que ésta le golpease con su potente espada, más se aguantó el dolor y continuó con su recorrido casi volando hasta llegar a pisar los hombros de la mujer y disponerse a soltar sobre ella una potente ráfaga de siete patadas aéreas giratorias, las cuales, en caso de acertar, le golpearía de lleno en todo el rostro una y otra vez.

La albina mujer del País del Agua rugió con furia, no se sentía derrotada y nunca lo haría, su personalidad la llevaba a pensar que aún si perdía la batalla, habría ganado experiencia, pero sobre todo, sus principios e ideología decían que mientras tuviera un ápice de vida, seguiría combatiendo y así lo hizo, o al menos, lo intentó. Hyo había alcanzado al veloz Rivaille con Samehada, pero eso no bastó, la velocidad del enano era demasiada como para detenerlo a menos que le diera un impacto de lleno, como si usara un matamoscas con un mosquito… el problema es que si seguía esa analogía, éste la había alcanzado a picar y era ponzoñoso, demasiado pues cuando se paró sobre sus hombros, ella sonrió pensando en que prácticamente se había entregado y ahora lo azotaría con todas sus fuerzas contra el suelo, sin embargo, apenas hubo intentado un movimiento, sus músculos se tensaron y acalambraron, incapaces de responder, mientras algunas chispas eléctricas aún eran incluso visibles por todo su cuerpo herido y lejos de lograr atacar al ninja del País del Fuego, se vio imposibilitada incluso para defenderse, recibiendo el impacto de lleno en el rostro, haciendo una mueca por la impotencia de no poder hacer nada al respecto hasta que fue derribada y prácticamente sepultada a golpes en la tierra humedecida por la niebla y finalmente comenzó a perder la conciencia, ya no podía continuar el entrenamiento, pero lo que más le pesaba y lo único que realmente le dolía, era que había decepcionado a Udono-sama.
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Defensa: 14 + 10 = 24 (No Efectiva)
Jutsu = 15 (Anulado)
Chakra = 2 + 5 (Samehada Turno 5) = 7
Objeto = 1 (No Efectivo)

Efectos sobre Rivaille:
• –10 Defensa
• –2 jutsu
• –50 % Chakra (por 1 turno)[/color]

HP = 1544 – 1975 = 0

Rivaille cayó de pie una vez que hubo dado distintas patadas, una tras otra, en toda la cara de la mujer hasta mandarla de tope al suelo y de paso, cobrarse un par de dientes de ella cortesía del chakra agregado que tenía en sus piernas. No dejaba de jadear, cansado, ya casi no tenía chakra y el haber terminado el enfrentamiento era por lejos lo mejor que le pudo haber pasado en días. Lo agradeció cayendo sentado en el piso mientras contemplaba el cadáver viviente que era Hyo en ese minuto. Sabía que cuando se despertase estaría furiosa, pero en ese minuto él ya no estaría allí presente. Por lo tanto, sólo se dio el lujo de descansar por unos breves segundos para tomar aire y de inmediato se puso de pie, no sin antes sacar una pequeña botella de uno de sus bolsos y dejarla a un costado de la cabeza de la mujer albina. No quiso curarla, ya que entendía que era un ente o animal con demasiado orgullo como para poder aceptar su ayuda, pero al menos por sentido común sabía que tendría que beber un poco de agua ya que, se imaginó, iba a estar tan deshidratada como él.

Hecho eso, tan sólo saltó a una rama y sin más, se esfumó de ahí saltando de árbol en árbol.