Dô VS Mavis

-¿Está segura que desea continuar, señorita Mavis?- Inquirió el rubio mientras apoyaba el brazo sobre la corteza de un árbol cercano, levantando una de sus pobladas cejas al tiempo que se rascaba las posaderas muy ligeramente y con sumo disimulo, puesto que eso no era algo que precisamente fuera elegante. Estaba seguro de algo: la chica no lo atacaba con todo lo que tenía. Ya desde el inicio había considerado la posibilidad de que la fémina se estuviera contuviendo, por razones aún sin determinar. Pero ahora, por más herida que estuviera... ya le había hecho algo de tratamiento preliminar, así que moverse no era tampoco la gran cosa. Si lo pensaba así, era fácil incluso pensar que ciertamente, la mujer no iba a todo contra él... aunque no le molestaba. Por algo era bastante terco en asegurar que no le gustaba pelear o más aún, el prospecto de saber cosas de ninjas, shinobis o asesinos o como fuera que se llamaran al día corriente. Por ahora... tan solo esperaría ya que igualmente, parecía que aún algo de electricidad residual recorría a su contrincante. -Podemos esperar si gusta.- Dijo, esperando a ver que haría la oriunda del País del Agua con un rostro que reflejaba curiosidad y de cierta manera, preocupación por el estado y reticencia de la mujer a dejarse tratar.

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Daño Jutsu C: 2312
Daño Jutsu C: 300 -indefendible al autodestruir el bunshin-

HP: 7100

Le costo responder al instante la pregunta del rubio pero luego de concluir el breve descanso que se había tomado hace unos momentos, parecía haber hecho efecto en la sacerdotisa que con calma negó con la cabeza con fuerza sin emitir todavía palabra alguna por unos instantes. -No, aún no, se que puedo continuar un poco más- Para ese entonces Mikasa se levantó y su mirada esta vez viajo a la del moreno que no estaba demasiado lejos de ella.

Al instante el ataque proveniente del país del rayo fue dirigido contra Mavis que a a penas pudo esquivar los rayos del moreno pero como había sucedido en todo el combate el chakra parecía tener vida propia y al igual que la vez anterior con los monos, uno de estos golpeo a la sacerdotisa quien pareció aguantar el golpe sin caer al suelo.

-No, a mi parecer hemos esperado demasiado- Concluyó mientras cerraba sus orbes para concentrarse y cuando sintió la fluidez de su chakra en su interior sabía que era hora para atacar de nuevo. Separó ligeramente sus piernas para no perder el equilibrio que necesitaba, alzó sus brazos realizando dos sellos de manos hasta la altura de su barbilla y de pronto el mango de una espada de color blanco fue creada en un instante, luego la de cabellos celestes apuntó en dirección del rubio esperando a que todo sucediera.   

-Ok, adelante señorita Mavis.- Dijo el rubio mientras se volvía a preparar, consciente de que esta vez el embate de la peliazulada bien podía venir muy en serio. En ese instante sin embargo, más que algo directamente dañino como la esfera de agua o algo así de escabroso... más bien formaba un simple mango de espada que tenía un color blanco perlado, nada del otro mundo en apariencia... hasta el momento en que le apuntó, disparando una finísima hoja que instantáneamente le rozó el brazo izquierdo - lo suficiente como para dejar algo de permafrost sobre la manga de su traje. -...agh.- Se quejó el rubio de pronto, mirando la zona afectada que instantáneamente empezaba a congelarse y crear más y más hielo, sin contar que no sentía absolutamente nada. ¿Entumecimiento por el hielo? Definitivamente. ¿Peligroso? Demasiado. ¿Sabía como tratarlo? Para nada. -...y yo aquí pensando que no tenía técnicas más escabrosas que esa pelota de agua o la niebla...agh.- Le dijo a su contrincante, frotándose en vano la zona cubierta por frío y una película no tan delicada de hielo brillante.

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HP: 1600

No respondió nada, no era necesario hacerlo cuando necesitaba concentrarse en terminar el entrenamiento y aunque la sacerdotisa estaba cansada lo mejor que podía hacer era seguir luchando hasta el final, quien sabe si la fortuna estaría de su lado hora o es que por fin dejara que todo ese estrés saliera de su cuerpo, que por fin pudiera dejar de lado a esa chica inocente junto a su palabrería de buena niña, de la esperanza, de la unión y demás frivolidades propias de ella. 

No, no era momento de esos estúpidos monólogos de paz y veracidad, era hora de que estuviera enfocada, de que mostrara lo que podía hacer así que sin tomarle interés si había dado en el blanco o no, pues de nueva cuenta apunto el mango de la espada en dirección del rubio, con la nieve rodeando le ya una vez sería más fácil para su chakra identificar la posición del oponente.

Así que con un rápido movimiento Mavis alias Mikasa, apunto de nuevo la espada hacia el frente congelando cada parte del terreno que aun no estaba bajo la nieve de la sacerdotisa, no sabía como le iría  ahora pero realmente no tenía interés en saberlo, bastaba con seguir adelante, o quizás era el momento en que la personalidad de la sacerdotisa de Kirigakure estuviese perdiendo el camino que por mucho tiempo había profesado.

-...ouch.- Murmuró justo en el último momento en que la cuchilla de hielo de Mavis Yuki se disparó, golpeándolo y dejándolo afectado completamente por el frío y el congelamiento que se acrecentó a cada momento de su condición. Igualmente y reconociendo que ya había terminado la batalla, el rubio tan solo se ocupó de utilizar su chakra de rayo para intentar bajar el daño causado por el embate repetido y propiciado por la fémina con anterioridad... sin demasiado éxito al respecto. Dentro de todo, debía aseverar la potencia de lo hecho por Mikasa, quien en los últimos minutos de la batalla había lanzado poderosos ataques que iban en contra de la personalidad mostrada al empezar el combate. De medio tonta pero despierta y curiosa, ahora se había vuelto medianamente taciturna y porque no, sumamente oscura y escalofriante. Tal vez era efecto de usar el hielo, tal vez era que se había molestado... pero en síntesis, había ganado, de una manera tan escabrosa como todos los jutsus usados en la contienda.

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HP: 0