Primera Casa

Y así iniciaba las festividades de Día de Muertos, la cueles Hayato les tenía mayor estima. Aunque algunos en esas mismas fechas celebraban lo que es Halloween. Como fuera el caso, ambas fiestas terminaban entremezclándose por la gente y la sociedad. Por lo que esa noche, decidió hacer lo que muchos hacían. Salir a recolectar dulces. A todo galope, atravesó las negras calles, acompañado a un lado por Tsume. Quien también iba vestido para la ocasión. – Te debe de gustar demasiado el agua, para elegir ese disfraz– exclamó en dirección del lobo.  Una combinación extraña la de los dos, una criatura que gustaba de ahogar personas en los lagos y ríos y un ser espectral propio de pueblos o rancherías y una que otra ciudad.

Se decía que al seguir el sendero más alejado de la ciudad, se llegaban a trece casas, las cuelas eran las más aterradoras y quien pudiera completar ese sendero, seria acreedor de una gran cantidad de dulces. –Comencemos por el principio, ¿O acaso tienes miedo compañero?– en forma de reto se expresó esta vez y el lobo gris dio un gruñido dando a entender que a él le tenían que temer esa noche. Así se acercaron a la primera casa. Ansiosos de ver que les deparaba.

 

Caminaron por un patio extenso y oscuro. Acompañado de un silencio, con lo que el miedo fácilmente salía a flote. –Se supone que esto es parte del juego ¿No?– exclamó tratando de conservar un tono calmado. Tsume solo ladró indicándole que no había por que alarmarse. Así fue como llegaron hasta donde debía de estar la casa, se toparon con la primera sorpresa de la noche. No era una casa era una nave espacial y al abrir la puerta, salieron unos seres extraterrestres a recibirlos. –Esto me da mala espina– pensó al ver como atrás de los “dueños” de esa morada. Había varios aparatos y lo que parecía ser personas sufriendo algún tipo de experimentos y analices raros. –Mire no soy quien para juzgar, deme lo que sea y … no le daré problemas, es más …. Para que quiero dulces, yo no vi nada y hare como si aquí no pasó nada– exclamó nervioso y algo alarmado, por lo que había visto. Uno de los seres estiró la mano y le dio un puñado de dulces. El joven ni los contó, solo los tomó, dio media vuelta y se retiró enseguida dejando caer unos cuantos en su huida. –No se tú, pero mejor aquí corrió, que aquí quedo– dijo al canido para justificar su comportamiento.

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Dulces: 8 – 2 (Susto 8) = 6
Dulces Casa #1: 6
Dulces totales: 6

La pelirosada estaba a punto de cantar la tradicional cancion que acostumbraba a canatar "Un cabito para las animas benditas" cuando sintio que una personas estaba detras de ella, ella volteo con lentitud hasta que al girarse totalmente se sonrio al ver que la persona que estaba ahora ya a su lado era ni mas ni menos que Kousuke, este chico se le hacia de lo mas interesante por el hecho de que su personalidad y apariencia no era muy comun. Sin embargo el rostro de la pelirosada que estaba perfectamente maquillado mostro su asombro de ver el singular disfraz pues por un momento creyo que la habian teletransportado a un capitulo de "Hora Aventura" y con un susurro completo el canto del chico.

- Du..Dulce o Truco.- Su voz fue demasiado aguda para ella cosa que hizo que se sonrojara levemente, sin embargo enseguida se compuso y hablo. -Hola Kousuke-kun, ¿Viniste solo a pedir dulces?.- Busco con la mirada a la hermana del chico que era una de sus grandes amigas, pero no pudo seguir buscando por que una señora alta y vestida de un moustro como de esos que salen en las peliculas de extraterrestres. Sakura sonrio de lado y puso su calabza para que le dieran sus dulces y de paso al chico. -Gracias.-

Una vez que tuvo sus dulces, le pregunto al chico. -Veo que Aiko-chan no viene contigo, ¿Te parece ir juntos a pedir dulces?.-


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Susto: 2 -Conservo mis dulces-
Dulces: 8

La pelirosada sonrio al ver que Kousuke habia obtenido mas dulces pues despues d ela señora un hombre mas salio y le dio dulces al chico con la intencion de asustar a ambos pero como la Uzumaki estaba biendo el disfraz de su amigo realmente no presto atencion. Con atencion escucho lo que Kousuke le decia acerca de su hermana, cosa que hizo reir levemente y asentir con la cabeza sin embargo se ruborizo de inmediato cuando el chico le menciono lo bonito que era su disfraz.

-Muchas gracias Kousuke-kun eres amable, tu disfraz tambien es lindo.- Respondio de manera calmada para despues ser sorprendida por la efusividad que su amigo y ahora compañero para pedir dulces en las restantes casa que habia todavia en la extensa calle, ademas de que tenian que apresurarse pues ya habia muchas personas por ahi.

-Tienes razon, vayamos por mas dulces Kou-kun!.... corre corree!! sino nos atrapan los marcianitos hahahaha.- rio con ganas mientras era jalada levemente por el chico y ella hacia alucion a los disfraces que habia fuera de esa casa.

-"La calavera tiene hambre, no hay un pancito por hayyyyy, nooooo se lo acabeeen todooo déjenos la mitaaaad"-

-Lindo disfraz linda, seguro ganaras muchos dulces.- La chica solo atino en sonrojarse levemente mientras ponía su calabaza para que le dieran sus dulces, pero en eso, detrás de ella alguien le toco el hombro haciendo que girara para encontrarse con la figura mas horrorosa de alien. -Kyaaaaaaaaa!!.- grito la chica mientras sus dulces caían como si fuera una bolsa con palomitas de maíz. Enseguida unos niños se acercaron a recoger los dulces, por lo que Nobuna salio de su trance de susto y comenzó a pelear por sus dulces con los niños, enseguida recogió la mayoría y salio de ahí molesta por que esos niños le habían quitado unos dulces de cereza. Así se encamino a la siguiente casa.

Era noche de fiesta, noche de brujas para ser más preciso y como primera visita de la rubia llamada Petra Ral, debía recorrer unas trece casas en busca de dulces  para ver cuantos de ellos recorrería y poder así completar el juego sobre la recolección de dulces. Como primera casa parecía ser un lugar tranquilo  a ojos de la rubia que caminaba con calma sin tener miedo hasta una puerta de madera roble con un león en medio que  Petra tocó con fuerza para hacerse notar a los dueños de la casa cuando de pronto esta se abrió dejando entrever una luz blanca muy intensa que cegó unos instantes a la joven Ral antes de dar un paso al frente y ver a dos seres extraños, pero vamos era Halloween, así que los disfraces iban a abundar y este parecía ser de los buenos. -Gran disfraz, que creatividad yo solo tengo un poco de sangre en la cara y la ropa. Siento que no he trabajado bien en hacerlo frente a ustedes. Olvidemos eso ¿Dulce o truco?- Dijo con una sonrisa sangrienta la rubia alzando la canasta hasta la altura de su cabeza por su baja estatura con respecto a los aliens de la casa 1.