Sexta Casa

Con el conejo en sus manos ya repleto de dulces hasta la mitad y aún con espacio para albergar más se paso hasta llegar a una mansión tenebrosa donde varios sonidos de animales nocturno convertían aquella mansión en algo más peligroso de lo que ya se veía. Camino con cuidado pero una respiración tras de ella le alertó demasiado causando que girara para ver quien estaba tras de sí, y para fortuna de ella vio una mujer con un vestido rosado muy sensual denotando su gran belleza con sus rulos pelirrojos. -Ah, pensé que era alguno de esos extraños sujetos- Dijo la Yuki dándole una sonrisa a la mujer que lastimosamente no pudo ver por su atuendo encubierto pero la mano de la mujer retirando la cubierta superior de su traje dejando ver los cabellos y el rostro de Mavis le conmocionaron incluso por la sonrisa que ella le otorgaba. -Mmm... Señorita, esta bien, no pretendo molestarla pero hace mucho frío aquí afuera... Deberíamos buscar los dulces en aquella mansión- A pesar de su incredulidad y de la falta de confianza en la dama la invito a seguir adelante, la joven se tranquilizó dejando de pensar así y le cogió la mano llevándola hasta el camino empedrado. -Vamos, será divertido...-

-Querida, que haces con este bocadillo...- Una voz hablo desde el interior de la casa mientras la puerta se abría dejando ver a un hombre de cabellera negra y larga con aspecto elegante pero nada de fiar para la Yuki quien retrocedió unos cuantos pasos pero sin soltar la mano de la dama que luego de unos segundos soltó ella la mano de Mavis mientras se acercaba al hombre y le daba un beso en los labios causando un sonrojo en la peli celeste que desvió la mirada de inmediato. -No es nada cariño, solo un bocadillo que encontré por ahí- Respondió la dama por primera vez en toda la noche -Mmm... Disculpe, a que se refiere con bocadillo- Preguntó con cierto interés pero sabiendo que la respuesta no sería para nada favorable para ella.  Ambos le miraron con una sonrisa de suficiencia en sus rostros, hasta que la dama se acercó a ella y con una sonrisa su cavidad bucal se abrió en gran medida mostrando unos dientes filudos a la vez que su piel se tersaba gris y unos ojos rojos le miraban con ¿hambre?... -Eres el alimento pequeña, no tienes escapatoria- Dijo acercándose demasiado hasta su cuello pero antes de que pudiera clavar sus dientes en Mavis retrocedió rápidamente subiéndose hasta el techo donde siseo con fuerza a la Yuki. -¿qué has hecho?- preguntó el hombre con curiosidad pero sospechando lo que podía tener su aliento frente a él. -Solo esto y le aseguro que lo usare si hace falta- De su cuello mostró el rosario de cuentas celestes que causo un efecto similar en el pelinegro conocido como Drácula. -¡Lárgate de aquí, toma tus dulces y desaparece de nuestra presencia! -