Tercera Casa

Caminaba con paso alegre, gracias a las brujas ahora tenía más dulces peor una que otra inquietud sobre los monstruos que se encontraría en un futuro en su subida a las casas, pero ya llegado el momento se encargaría de lidiar con ello y no hacerse problemas ahora con pensamientos que iban a jugarle en contra para el resto de la noche. El camino le había llevado al parecer a través de un salto temporal, ahora el ambiente lucía oriental algo antiguo para alegría de Petra que siempre le había gustado las antigüedades. Su sonrisa se intensifico cuando a lo lejos vio una cabaña de tamaño medio alumbrado por faroles artesanales que iluminaban cada paso. Mientras caminaba dio vueltas, muchas vueltas recordando cada lugar y cada peculiaridad de la casa. -Podría vivir aquí- Dijo cuando de la nada tras ella una mujer vestida de blanco se acercó demasiado para gusto de la rubia que le vio con curiosidad antes de llevar sus manos hasta la funda de su espada perteneciente a su traje. -Extraño, no siento ninguna fuente de calor proveniente de ti o alguna emoción que te designe como humana ¿qué eres realmente?-

No hubo respuesta solo un gruñido por parte de aquella mujer que no tenía intenciones de moverse ni de dejar de acosar a la rubia que más decidida de usar su espada sabía que era ahora lo más estúpido si no podía cortarla con facilidad. -¿Eres un alma?¿un muerto viviente? o algo más- Volvió a hablar pero no había respuesta así que antes de retroceder algunos pasos y dejar a aquel ser solo la rubia vio un estante japonés lleno de dulces y de inmediato la cautela que guardaba se esfumó, camino unos cuantos pasos y guardó algunos en su calabaza con bastante alegría. Cuando giro a ver a la mujer notó que esta no estaba, y al regresar su vista al frente la vio allí parada detrás del estante. -Uy, así no asustaras a nadie la verdad, mejor tomate un descanso y retoca tu maquillaje. Creo que soy la última en pasar por este lugar así que te aconsejo mejores para el próximo año. Nos vemos señora- Dijo y sabiendo que aquí podía ser el momento decisivo salio del lugar con pasos apurados.